Una fe que transforma generaciones, no una maldición que las ata
El tema de las maldiciones generacionales ha sido malinterpretado al sacar de contexto el pasaje de Éxodo 20:5-6. Acompáñanos hoy a la Palabra para escudriñar lo que ella dice acerca de este tema y cómo podemos entenderlo a la luz del mandamiento que Dios le dio a Su pueblo en el pasado y cómo debían transmitirlo a sus hijos.
Frases destacadas del episodio de hoy:
«No los adorarás ni los servirás. Porque Yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan Mis mandamientos. No te harás ningún ídolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra». —Éxodo 20:5-6
¿Cuál …
El tema de las maldiciones generacionales ha sido malinterpretado al sacar de contexto el pasaje de Éxodo 20:5-6. Acompáñanos hoy a la Palabra para escudriñar lo que ella dice acerca de este tema y cómo podemos entenderlo a la luz del mandamiento que Dios le dio a Su pueblo en el pasado y cómo debían transmitirlo a sus hijos.
Frases destacadas del episodio de hoy:
«No los adorarás ni los servirás. Porque Yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan Mis mandamientos. No te harás ningún ídolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra». —Éxodo 20:5-6
¿Cuál es el contexto de este pasaje y qué estaba hablando Dios?
- Este pasaje se encuentra dentro de los Diez Mandamientos. Dios le habló de Israel de no tener ídolos, porque ellos eran pueblo Suyo, el pueblo que Él liberó con poder de la servidumbre de Egipto, para que lo sirvieran y adoraran con todo su corazón.
- Dios, después de salvarlos, les dio Su ley y Su advertencia de cómo vivir. Ese pueblo debía hacer lo mismo con sus hijos: transmitirles las verdades de Dios y Sus obras, y esos hijos debían hacer lo mismo con sus hijos.
- Sin embargo, el pueblo no obedeció la ley y no pudieron cumplirla porque no confiaron en Dios ni le adoraron como su único Dios.
- El pueblo idolatró, y por ende, la siguiente generación hizo lo mismo, y la siguiente por igual. Pero, en medio de todo, Dios siempre preservó un remanente que confió y creyó en Él. De ese remanente vinola promesa: Cristo, en quien todo creyente está hoy.
¿Cómo se cumple o se ve esa promesa en Cristo?
- La salvación de Israel nunca fue por obras, siempre fue por fe en Dios. Y el fruto de su fe se vería en obedecer la ley y confiar en la promesa de que un día Su ley estaría escrita en los corazones para que, por medio del Espíritu de Dios, obedecieran y vivieran para Él.
- La verdad de que lo que Dios bendice nadie puede maldecir y viceversa, también la vemos en los pasajes como Deuteronomio 24:16 y Ezequiel 18:20, que nos muestran la responsabilidad individual de vida pecaminosa delante de Dios.
- Por eso, ¡bendito sea Cristo! Él cumplió perfectamente la ley por los que habían de creer en Él para que puedan vivir por fe y en Su gracia ser libres para obedecer a Dios, para ver sus ídolos, su pecado, su desobediencia y despojarse a través del arrepentimiento y el perdón abundante que se encuentra en Cristo. Su gracia fue manifestada en gran manera.
- Si el pecado entró a todos los hombres y solo en Cristo se rompe, esta condición, entonces, lo que dijo Ezequiel y Moisés, es consistente con la enseñanza del Nuevo Testamento, pues cada quien es responsable de su propio pecado.
- La Biblia no nos enseña que debemos indagar en el pasado de nuestros ancestros para solucionar problemas futuros de nuestros hijos, sino que nos llama a arrepentirnos de nuestros pecados para alcanzar salvación y vida eterna.
- Fuimos redimidas de la maldición de la ley a través de Cristo, quien se hizo maldición por nosotras, a fin de que en Él la bendición de Abraham viniera a los gentiles, para recibir la promesa del Espíritu mediante la fe (Gálatas 3:13-14).
- Así como la salvación es individual «para que todo aquel que cree en el Hijo de Dios, no se pierda, más tenga vida eterna», así también toda persona que ha pecado contra Dios, tiene responsabilidad individual contra Dios. Pero también toda persona que ha creído en Cristo es bendita y ha sido bendecida con toda bendición espiritual, y está unida a Cristo por siempre.
¿Cómo se aplica todo esto a nosotras y a nuestra maternidad?
- En confiar en Dios y evangelizar a nuestros hijos. Más que preocuparnos por una maldición generacional, nos debemos recoger las mangas de nuestras blusas y ceñir los lomos para evangelizar a nuestros hijos, con la misma fuerza que algunas personas oran contra las mal llamadas maldiciones generacionales.
- Nuestra labor es instruir a nuestros hijos con la misma verdad del evangelio, día con día, generación tras generación, para que ellos amen y guarden Sus mandamientos, y ciertamente todo ayude a bien en sus vidas y conforme al propósito de Dios.
- El hecho de que te digan que hagas declaraciones o decretos o confesiones positivas o renuncias, no es la solución, no tienes ese poder. Solo el poder del Espíritu Santo, que realiza un cambio de naturaleza por medio del nuevo nacimiento en arrepentimiento, puede hacerlo.
- Es cierto que nuestros hijos e hijas imitan comportamientos, aprenden a responder bien o mal a la autoridad, aprenden a compartir o ser egoístas, a mentir o a decir medias verdades, a no perdonar y murmurar, y más.
- Si están expuestos a esto desde sus primeros años, ¿qué crees que harán? Si no hay otra verdad que los cambie de adentro hacia afuera, ellos seguirán el mismo camino de su malvado corazón. Por eso es tan importante tu rol para enseñarles, para corregirlos, para modelarles y para ser una madre coherente que, lo que les pide a sus hijos, también lo vive.
- Si tú has perseverado en mostrarles que, aunque fallas, pides perdón, te arrepientes y cambias tus caminos, eso también tiene un impacto en ellos, para que la salvación que solo Cristo otorga sea visible, porque escuchan una y otra vez el evangelio, y sobre todo, cuando lo ven.
- Mamá, la obra de Cristo no fue incompleta. ¡Cristo nos ha limpiado! No hay nada más que hacer para ser bendecidas. Esa es una gracia que Él otorga cuando crees en Él. Y es lo mismo que tú anhelas y debes anhelar para tus hijos.
- Enseña a tus hijos la verdad de quién es Dios, qué ha hecho en Cristo y cómo están ellos delante de Dios.
- La Biblia no se contradice y nos habla la misma verdad a todo Su pueblo porque Él no cambia. No temas por el futuro de tus hijos, Dios es soberano sobre ellos a pesar de ti.
- Haz lo que Dios te ha mandado a hacer. Confía en Él, en Su bondad, en Su amor y en Su fidelidad.
- Evangeliza constantemente a tus hijos, aun si ellos han hablado de su fe y se han bautizado. ¡No desmayes! Sígueles hablando la verdad del evangelio, porque es en este tiempo cuando más necesitas hacerlo, cuando ellos están en tu hogar contigo.
Pasajes bíblicos para ser alentada:
«Los padres no morirán por sus hijos, ni los hijos morirán por sus padres; cada uno morirá por su propio pecado». —Deuteronomio 24:16
«El alma que peque, esa morirá. El hijo no cargará con la iniquidad del padre, ni el padre cargará con la iniquidad del hijo. La justicia del justo será sobre él y la maldad del impío será sobre él». —Ezequiel 18:20
«Si ustedes me aman, guardarán Mis mandamientos». —Juan 14:15
«Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros, porque escrito está: “Maldito todo el que cuelga de un madero”, a fin de que Cristo Jesús la bendición de Abraham viniera a los gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la fe». —Gálatas 3:13-14
«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna». —Juan 3:16
Recursos recomendados:
Serie, Un legado piadoso para tus hijos, con Jani Ortlund
Serie, Caminando con Dios: La vida de Enoc
Episodio, Restauración (Rut: El poder transformador del amor redentor)
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