Leamos la Biblia juntas | ¡El peligro de solo mirar al espejo!

Imagínate que estás en una cena y sientes que tienes algo entre tus dientes después de haber comido tu ensalada, te disculpas y te diriges al baño de damas para sonreír delante del espejo y ves que efectivamente tienes espinaca enredada entre tus dientes, ahí también te das cuenta que tu delineador de ojos está corrido y que necesitas arreglarte el cabello. ¿Qué haces en ese momento? ¿Ignoras lo que has visto y vuelves a la mesa segura de que todo está bien? ¡Claro que no! La razón por la que te dirigiste al espejo era para ver qué cosas necesitabas arreglar, estoy segura de que no te irías del baño antes de poner todo en orden. Ese es el propósito de los espejos, ayudarnos a ver la realidad de cómo estamos y decirnos qué cosas necesitan ser cambiadas.

Somos diligentes para arreglar aquello que vemos en los espejos físicos, pero muchas veces somos prontas para observar nuestra condición en el espejo de la Palabra de Dios e ignorar lo que vemos. #leamoslaBibliajuntas

22 Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos.

23 Porque si alguno es oidor de la palabra, y no hacedor, es semejante a un hombre que mira su rostro natural en un espejo;

24 pues después de mirarse a sí mismo e irse, inmediatamente se olvida de qué clase de persona es.

25 Pero el que mira atentamente a la ley perfecta, la ley de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz, éste será bienaventurado en lo que hace.
Santiago 1:23-25 (LBLA)

¿De qué peligro que nos advierte Santiago? (Míralo en el versículo 22.) Él nos advierte del riesgo de engañarnos a nosotras mismas, haciéndonos creer que porque escuchamos la Palabra de Dios ya estamos bien, que si nos miramos en el espejo de Su verdad ya no tenemos que hacer nada. El peligro de creer que estamos engañando a todos, para al final darnos cuenta que las únicas engañadas éramos nosotras mismas. Me encanta como luego darnos esa declaración tan fuerte, Santiago nos provee ejemplo de la vida real para que podamos conectar con nuestras vidas cotidianas.

La Biblia nos muestra nuestra condición

La Biblia es el único espejo que muestra la real condición del ser humano, que refleja mucho más que nuestro rostro porque exhibe la distorsión que el pecado ha causado en todo nuestro ser. Muestra la perversidad de nuestros corazones y el terrible estado de nuestra alma. Es imposible mirar nuestra humanidad en este espejo y quedar satisfechas con lo que vemos. Este espejo nos enseña cómo somos realmente.

La Biblia nos muestra la esperanza del Evangelio

Pero este espejo es como ningún otro, porque no solo refleja las malas noticias de nuestra condición, nos permite ver algo más, la esperanza del Evangelio, la ley perfecta que nos libera de nuestro horrible estado. Su Palabra nos muestra que ya no tenemos que seguir iguales, que podemos ser transformadas en la imagen de aquel que siendo perfecto pagó el precio para que ahora al vernos en su reflejo y aceptar su sacrificio por nosotras podamos ser libres del poder del pecado.

“La Palabra de Dios es como un espejo en la que nos miramos a nosotras mismas (nuestra horrible condición) y miramos a Cristo (nuestra gloriosa esperanza).”

Necesitamos prestar atención y actuar

Nadie que haya visto con detenimiento su terrible condición en el espejo de la Palabra de Dios y que haya observado la escandalosa gracia que allí se encuentra va a quedarse de brazos cruzados. En el momento en que tus ojos son abiertos para ver cómo el pecado te ha dañado querrás correr a los brazos de Aquel que ha prometido restaurarte.

¿Ves? Dios no nos enseña estas dos realidades para que las ignoremos y continuemos engañándonos a nosotras mismas pensando que no hay nada que podamos hacer. Él nos llama a la acción, justo como dice el versículo anterior a este pasaje: Así que quiten de su vida todo lo malo y lo sucio, y acepten con humildad la palabra que Dios les ha sembrado en el corazón, porque tiene el poder para salvar su alma. (NTV)

Su Palabra tiene el poder para salvarnos y para transformar lo que somos, de manera que si la creemos vamos a actuar conforme a lo que ella establece. Ese mensaje de salvación, el Evangelio, que ha sido implantado en nuestros corazones dará el fruto de vivir de acuerdo a Su voluntad. ¡En el Evangelio tenemos el poder de actuar conforme a la voluntad de Dios!

Sigamos un patrón seguro

Según el versículo 25, ¿quién es el bienaventurado? ¿quién es el que será bendecido por su obediencia? Ahí mismo está el patrón: Aquel que mira con atención a Su Palabra para ponerla en práctica y no la olvida sino que la guarda en su corazón.

Una persona que oye la Palabra de Dios pero no ajusta su vida a lo que ha oído es como una persona que después de haberse visto en el espejo cree haberse arreglado pero sigue sucio y desaliñado. ¿A quién crees que esa persona va a engañar? ¿A los demás? ¡Imposible! Porque todos verán cómo se encuentra, solo puede engañarse a sí mismo.

Así viviremos, engañadas, si solo nos acercamos a la Palabra de Dios para oír y no para actuar, si solo vamos a ella para ver cómo otros deben cambiar y nos olvidamos de nosotras mismas.

No solo escuches un sermón, no solo leas la Biblia, no solo “hagas tu devocional”… disponte a prestar atención, a atesorar su Verdad en tu corazón para que actúes conforme a ella todos los días.

¡Ahora es tu turno!

Usa el libro de Santiago para poner esta verdad en práctica. Te reto a que lo leas completo. ¡Vamos son solo 5 capítulos!

  • Identifica cómo este espejo refleja tu condición de pecado. ¿De qué maneras te identificas?
  • ¿Qué dice acerca de Cristo o el evangelio?
  • ¿Qué debes hacer a la luz de lo que Santiago dice de Dios, de ti y de Cristo?
  • A la luz de lo que leíste, menciona una cosa en la que tu vida debería ser diferente esta semana.

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Sobre el autor

Betsy Gómez

Betsy Gómez

Betsy Gómez tiene una gran pasión por inspirar a otras mujeres a atesorar a Cristo en lo ordinario de la vida. Ella dirige las iniciativas de alcance de Joven Verdadera. Nació en la República Dominicana, y ahora vive en Irving, … leer más …

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