Obedecer no es perder tu voz: el verdadero significado de la sumisión

¿Alguna vez has sentido que el mundo te dice una cosa y la Biblia otra? 🌍💭 Te dicen: «Sé fuerte, sé independiente, no necesitas a nadie», pero al mismo tiempo, Dios nos llama a honrar y respetar a aquellos que ha puesto en autoridad sobre nosotras. ¿Cómo equilibramos esto? Hoy vamos a desglosarlo juntas...

Vivimos en un mundo que nos anima a ser fuertes e independientes, bombardeadas de mensajes de empoderamiento y libertad femenina. Eso suena bastante bien, ¿verdad? 

Como joven cristiana, debes aprender a tomar todos esos mensajes de empoderamiento y libertad femenina que te bombardean, y filtrarlos a través de los principios bíblicos que te enseñan a respetar, apoyar y honrar a las personas que Dios ha puesto en posiciones de liderazgo. Esto aplica a tus padres y pastores. Al seguir el ejemplo de Jesús, entendemos que no debemos centrarnos en nuestra autonomía, sino también en honrar a nuestras autoridades.

Hoy te quiero compartir algunos principios bíblicos que te ayudarán a cumplir tu llamado en esta etapa de tu vida.

Honra a tu padre y a tu madre

«Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el Señor tu Dios te da». -Éxodo 20:12

Este versículo forma parte de los Diez Mandamientos y establece un principio esencial para tu contexto familiar. Honrar a tus padres no significa solo «decir sí a todo» o nunca conversar sobre ciertos asuntos. Se trata de reconocer la autoridad que Dios les ha dado y responder con respeto, incluso cuando no estás de acuerdo. Sí, incluso cuando te dicen que apagues el celular a las 10:00 pm o cuando no te dejan ir a esa fiesta a la que «todo el mundo» va a ir. En el contexto bíblico, este versículo está ligado a una promesa de bendición y longevidad, y es una forma de alinearse con el propósito de Dios para tu vida.

Te cuento que una vez les pedí permiso a mis papás para ir a una fiesta; después de mucho llanto y berrinche, su postura seguía siendo la misma: «No te voy a prestar ni un segundo al diablo». En ese momento, su argumento sonaba tan exagerado, ¡solo era una fiesta! No importaba lo que yo dijera, ellos no cambiarían de opinión, y coroné la plática con esta frase: «No lo entiendo, ni siquiera estoy de acuerdo, pero los voy a obedecer a pesar de lo que quiero. ¿Pueden orar por mí?». Así terminó nuestra conversación, llevando mis deseos a Él y aceptando la autoridad que Dios en esa etapa de mi vida había puesto sobre mí.

Unidad en el cuerpo de Cristo

«Por tanto, si hay algún estímulo en Cristo, si hay algún consuelo de amor, si hay alguna comunión del Espíritu, si algún afecto y compasión, hagan completo mi gozo, siendo del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito». -Filipenses 2:1-2

En este versículo, Pablo hace un llamado a la unidad dentro de la iglesia y resalta que, si hemos experimentado el amor y la compasión de Cristo, debemos mantenernos unidos. Esto implica compartir el mismo amor y propósito en la iglesia. Cuando apoyas el liderazgo de tus padres o pastores, promueves esa unidad que refleja el cuerpo de Cristo.

Autoridad terrenal

«Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan. Porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por Dios son constituidas. Por tanto, el que resiste a la autoridad, a lo ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se han opuesto, recibirán condenación sobre sí mismos». -Romanos 13:1-2

Este pasaje nos ayuda a entender cómo relacionarnos con las autoridades establecidas, esto abarca el tema civil, familiar y espiritual. Romanos 13 nos enseña claramente que toda autoridad proviene de Dios, por lo tanto, respetar y someterse a esa autoridad es un acto de obediencia a Él, y eso te permite vivir en armonía. 

Amada joven, es bueno que sepas estos puntos, pero te advierto que no los puedes cumplir en tus fuerzas. Es Cristo quien te capacita para hacer todo para lo que te ha llamado. No importa qué tan complicado sea el escenario, si pones tu confianza en Jesús, Él te ayudará.

El liderazgo bíblico, ya sea con tus padres, pastores o cualquier otra figura de autoridad, nos enseña a ser mujeres sabias, respetuosas y humildes. 

Reflexiona en lo siguiente: ¿cómo reaccionas cuando te corrigen? 🤔 ¿Te enojas y lo ves como un ataque, o lo tomas como una oportunidad para crecer? Dios ha puesto líderes en tu vida no para limitarte, sino para guiarte hacia el propósito que tiene para ti. Cuando apoyamos el liderazgo establecido, reflejamos el amor y la unidad de Cristo.

¿Te has sentido alguna vez frustrada cuando alguien te dice qué hacer? Es normal. Pero la sumisión bíblica no se trata de obedecer sin pensar, sino de confiar en que Dios usa la autoridad para moldear nuestro carácter y guiarnos. Cuando honras a tus padres o respetas a tus líderes, no lo haces porque ellos sean perfectos, sino porque confías en el Dios que los puso en tu vida.

La sumisión no significa que eres menos o que no tienes voz. Jesús, el mismo que tenía todo el poder del universo, eligió someterse al Padre. No porque fuera débil, sino porque confiaba en Su plan. Sumisión no significa perder libertad, sino encontrar propósito en el diseño de Dios.

Te animo a reflexionar sobre cómo Dios te llama a vivir en obediencia, especialmente cuando se trata de honrar a aquellos en posiciones de autoridad, como tus padres y pastores. Honrar a los líderes, ya sea en la familia o en la iglesia, es una forma de reflejar la actitud de Cristo, quien se sometió con humildad a la autoridad de Su Padre.

La verdadera valentía no está en hacer lo que quieres sin importar las consecuencias, sino en confiar en que el diseño de Dios es mejor que el tuyo. Hoy te reto a que pienses en una forma práctica en la que puedes honrar a una autoridad en tu vida. ¿Quizás siendo más paciente con tus papás? ¿Escuchando a tu líder sin quejarte? Empieza hoy y verás cómo Dios transforma tu corazón en el proceso.

Es momento de ser valiente y convertirte en un ejemplo de sumisión sabia, confía en que Dios tiene un plan para ti dentro del orden que Él ha establecido. Que tu vida sea un reflejo de la humildad y servicio que Cristo vino a modelar.

Te dejo de tarea que pienses en cómo puedes ser una influencia positiva en tu familia e iglesia, apoyando a aquellos que lideran con sabiduría y amor.