Vale la pena esperar por Él

Si eres una mujer soltera como yo, probablemente en algún momento alguien te ha dicho (o tal vez muchas veces), "vale la pena esperar al hombre correcto". ¡Ese es un consejo valioso! No nos debemos casar o con un hombre impío por impaciencia. Dios tiene Su propio, tiempo perfecto y Él lo va a llevar a cabo. Él es bueno para aquellas quienes esperan en Él. Él conoce como dar buenos regalos a Sus hijas. Confía en Él.

Pero quiero animarte con una verdad aún más grandiosa: Dios tiene una recompensa aún mejor que el matrimonio para esta temporada de espera. ¿No me crees? Pregúntale a Job.

En el Libro de Job, después de 38 capítulos de pruebas que aplastantes, preguntas y argumentos, Job quiere saber por qué Dios lo pasó a través de todo este dolor. Dios responde los clamores de Job con un remolino de preguntas penetrantes, “¿Dónde estabas tú cuando yo echaba los cimientos de la tierra? ¿Conoces tú las ordenanzas de los cielos? ¿Que piensas tu del avestruz?” En respuesta, Job se humilla a sí mismo hasta la tierra porque algo sucede en su corazón. Él confiesa: “Yo sé que tú puedes hacer todas las cosas, y que ningún propósito tuyo puede ser estorbado… He sabido de ti sólo de oídas, pero ahora mis ojos te ven (Job 42:2, 5)

Después de años de sufrimiento inexplicable, Job está contento. ¿Cómo? ¿Cómo podía Job justificar todos esos años de dolor? Él vio a Dios en la espera. En la oscuridad de los anhelos no cumplidos de Job, él fue capaz de ver más claramente y experimentar la luz de la gloria de Dios, fidelidad y amor en formas que jamás habría podido en su prosperidad.

Si eres una joven soltera quien desea algún día casarse, Dios te tiene, ahora, en una temporada de espera. Tal vez tú, como Job, has sido tentada a preguntar a Dios, "¿Por qué? ¿Por qué este anhelo? ¿Por qué esta soledad? ¿Por qué no satisfaces ese buen anhelo para glorificarte a Ti siendo una esposa y mamá?" Y tal vez Dios ha respondido tus preguntas con más espera. Pero, amiga, tú Dios tiene un propósito aún más grande para tu espera. Él te está dando la oportunidad, en este tiempo, de verlo a Él más claramente.

La experiencia de un anhelo incumplido es muy real, muy difícil y muy dolorosa, pero hay gozo que se puede encontrar en voltear tu anhelo hacia Dios y encontrarlo a Él verdaderamente satisfactorio. Ese gozo vale más que el gozo de recibir cualquier bendición fugaz que desees ahora. Piensa en esto - estás únicamente posicionada en esta temporada para encontrar que en Su presencia hay plenitud de gozo, no en el altar. Es a Su mano derecha donde hay delicias para siempre, no a lado de un hombre del que estás enamorada.

No niego que hay únicos y preciosos placeres para disfrutarse en un matrimonio que exalta a Cristo (lo he visto de primera mano en el matrimonio de mis padres por casi 40 años), pero, amiga, ¡no te pierdas de disfrutar la realidad de que tu anhelo por el matrimonio es únicamente para reflejar! Amigas solteras, hay una única y preciosa complacencia en el compañerismo sin distracciones y sin estorbos con Dios que está distintivamente disponible para ti en esta temporada. Te animo a buscarlo a Él. Voltea tus anhelos hacia Él. Haz que tu espera sea llena de propósito y que valga la pena totalmente

El Señor es la porción de mi herencia y de mi copa; tú sustentas mi suerte.

Las cuerdas cayeron para mí en lugares agradables; en verdad mi herencia es hermosa para mí.

(Salmo 16:5-6)