Esta semana hemos estado hablando sobre el movimiento joven verdadera y sobre la mentoría. ¿Qué relación guarda una cosa con la otra? Bueno, cuando todo esto inició nuestro anhelo era poder ser una especie de hermanas mayores para ustedes y que a través de esta vía pudiéramos crecer juntas a la imagen de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. No tengo palabras para explicarles el gozo que me causó ver a algunas de ustedes, recibir sus abrazos y palabras de afirmación... en fin ver los rostros con los que me siento a hablar cada semana. Hoy las invito a hacer un viaje por el tiempo junto a mí para que hablemos rompiendo la distancia que pueden poner las palabras escritas.
Y quiero hablarles hoy a aquellas que se encuentran luchando con “ese” pecado. Que a veces pueden sentir las cadenas que les pesan o la voz del enemigo que les acusa, que se hanvestido de mentiras y tienen la ropa sucia que el pecado nos deja.
“TÚ PUEDES SER LIBRE”
Cristo murió en la Cruz por tus pecados, Él cargó ya con tus culpas. Ya Él libró esa batalla que tú jamás podrás y ganó. Pero sé que aún conociendo esa ENORME Verdad puedes sentir el sonido de tus cadenas recordándote que no eres libre o que por lo menos no te sientes así. Quiero compartir algunos consejos prácticos sobre cómo alcanzar y mantener esa libertad en tu día a día.
¿Hay etiquetas del pasado que aún no te has quitado? ¿Te sientes esclava aún? ¡Corre a Aquél que es tu libertad, corre a Cristo! ¿Puedes gritar a los cuatro vientos que eres LIBRE? Cuéntanos cómo ha estado trabajando Dios en tu vida en esta área. ¡Comparte el mensaje con una amiga que creas que lo necesite!
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