El Evangelio - Tu caja de herramientas para servir a las adolescentes

¿Te sientes incapaz de poder ayudar a las adolescentes que hay en tu vida? Quizá creas que necesitas un curso intensivo de emojis, o una presencia activa en Snapchat, Instagram y Facebook antes de poder influir en ellos. 

No eres la persona adecuada para ayudar a adolescentes

Tal vez nunca te has acercado lo suficiente a una adolescente porque temes no poder responder a sus preguntas o lidiar con sus necesidades. O quizás las has bombardeado con versículos bíblicos y cuando despertaste a la mañana siguiente te preguntaste: ¿Fui realmente de ayuda? ¿Fueron mis comentarios relevantes? ¿O simplemente les puse una carga pesada encima?

En cierto modo el darte cuenta de que no tienes nada que ofrecer a menos que Dios obre en sus vidas no es un mal lugar para estar parada. Jesús sabía de lo que estaba hablando cuando dijo: «…porque separados de Mí nada pueden hacer» (Juan 15:5). Tú y yo siempre seremos insuficientes de este lado del cielo.

Hoy espero señalarte la dirección que debes tomar para poder ayudar a las adolescentes con cualquier cosa. No digo que no haya lugar para una educación variada ¡Me encanta aprender! Pero si pudiera aconsejarte, te diría que aprendas sobre cualquier tema tanto por dentro como por fuera. Y te animo a que aprendas a aplicarlo desde todos los ángulos en la vida de cualquier persona.

El evangelio es adecuado para ayudar a adolescentes

¿Estás lista? ¡El evangelio es lo que tus adolescentes necesitan! Sí, para la salvación (Romanos 1:16), pero también para la vida diaria. Ellas necesitan que las ayudes a ver cómo la muerte y la resurrección de Jesús tienen mucho que ver con sus viernes por la noche, los lunes por la mañana y todo lo que hay en el medio.

¿Cómo sé esto? Porque la Escritura lo dice. Mira las palabras de Pablo en 1 Corintios 15:1-2: «Ahora les hago saber, hermanos, el evangelio que les prediqué, el cual también ustedes recibieron, en el cual también están firmes, por el cual también son salvos, si retienen la palabra que les prediqué, a no ser que hayan creído en vano».

¿Entendiste eso? Estas personas recibieron el evangelio por fe (en el pasado), están firmes en él (en el presente) y están siendo salvadas por él (en el presente y en el futuro).

¿Qué es este evangelio que las está salvando?

Pablo continúa: «Porque yo les entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras» (v. 3-4).

¿Por qué es tan difícil aplicar el evangelio?

«Pero, Paula» pudieras protestar, «si todo lo que mi adolescente necesita (y todo lo que yo necesito) se encuentra en el evangelio, entonces ¿por qué es tan difícil establecer una conexión y aplicarla a situaciones cotidianas?».

Creo que es porque no comprendemos completamente el significado y los resultados del evangelio para nuestras propias vidas. Además, es más fácil lidiar con la moral y con lo que puedo ver con mis ojos desde donde estoy parada. Conectar los puntos de cómo las adolescentes necesitan el evangelio significa que debemos querer más que solo la conformidad exterior.

Me pregunto, ¿lo hacemos? ¿Realmente queremos que sus corazones sean capturados por Dios, o solo buscamos la conformidad externa con las reglas que nos hacen sentir cómodos cuando se acatan?

Si quieres lo primero (¡oh, cómo espero que lo hagas!), tienes que llegar al corazón detrás de por qué están haciendo lo que están haciendo. La mala noticia es que esto llevará más tiempo. No es tan fácil como decir: «¡Basta!» o «¡Arréglalo!» Tienes que profundizar en los motivos de raíz.

Pero la buena noticia es que cuando aplicas el evangelio a los problemas del corazón, tiene el potencial de producir un cambio real y duradero de adentro hacia afuera. Entonces, ¿cómo puedes empezar?

4 formas prácticas para empezar

Aquí hay cuatro consejos para ti mientras buscas aplicar el evangelio a la vida de las adolescentes (o de cualquier persona, en este caso).

  1. Medita en las verdades del evangelio. Familiarízate y vuelve a familiarizarte con el evangelio. Piénsalo. Ora basado en esto. Lee libros al respecto. Memoriza versículos sobre esto. Habla de ello con cristianos y no cristianos. Ora para que Dios restaure Su asombro en lo que ha hecho por ti a través de Cristo. Respíralo. Vívelo. Háblalo. Duerme en él. No lo superes.
  2. Interactúa con las adolescentes. Acércate a ellas en la iglesia y muestra interés en sus vidas. Ve a ver la obra en la que están actuando. Invítalas a ir de compras contigo. O invítalas a colorear contigo (¡Sí, colorear también es divertido para las personas grandes!). Ama a las adolescentes que te rodean; no te limites a intentar cambiarlas. Conócelas. Escúchalas bien. Disfrútalas. 
  3. Ora. En lugar de concentrarte en el hecho de que no se siente relevante, ora por las adolescentes que te rodean. Ora para que Dios te ayude a verlas como Él las ve. Ora para que Él te llene de amor por ellas. Ora para que «capten» las verdades e implicaciones del evangelio. Pídele a Dios que haga lo que solo Él puede hacer y que les dé vida plena y abundante en Cristo. 
  4. Aplica el evangelio a la situación de su vida. Si tu adolescente todavía tiene una mirada opaca, es posible que no lo hayas explicado claramente, o es posible que su corazón esté endurecido y sus ojos estén cegados a las buenas noticias. Pero quiero que sepas que la culpa nunca es del evangelio mismo. Es y sigue siendo, como dice Romanos 1:16: «...el poder de Dios para la salvación...».

¡Practiquemos!

Dicho esto, practiquemos ahora la aplicación del evangelio a la lucha de una adolescente:

La hija del pastor sirve en el liderazgo del grupo de jóvenes y has estado cerca de ella y su familia durante años. Te toma desprevenida cuando te confiesa que ve pornografía con regularidad. ¿Cómo respondes de una manera infundida por el evangelio?

Primero, reconoce que ella requirió de un enorme valor para contártelo. Una vez recibimos un comentario de una adolescente real a nuestro blog hermano de Joven Verdadera: escucha cuán difícil es para ella hablar sobre sus luchas con las mujeres de su iglesia: 

«Durante un mes fugaz pensé que era homosexual o bisexual… y para responder a tu pregunta de si nos sentimos seguras al hablar de esto con otros creyentes... ¡Claro que no! Creo que si le digo a alguien lo que siento, se asustará. Al igual que no me siento segura diciéndole a nadie que lucho con el sexo. Le he dicho a la gente que me he cortado y que era bulímica, pero los extraños pecados sexuales, de ninguna manera se lo diría a alguien en mi iglesia».

Esta chica no es la única que se siente así. Incluso puede sentir que no puede compartir sus luchas con el pecado con otros en la iglesia. Ese es un problema que queremos evitar en nuestras iglesias ya que se nos dice que confesemos nuestros pecados el uno al otro y oremos el uno por el otro para que podamos ser sanados (Santiago 5:16).

No te asustes. Ayuda a aplicar el evangelio.

¿Por qué ciertos pecados son «innombrables»? Esto no debería ser así. Ningún pecado, excepto el rechazo final a Cristo, es demasiado grande para que Dios lo perdone, ya que Su Hijo pagó la pena total por los pecados de todos los que pusieran su confianza en Él.

Tú y yo necesitamos ayudar a la iglesia a convertirse en un ambiente seguro para confesarnos nuestras luchas por el pecado de tal manera que todos podamos recibir la oración y la ayuda que necesitamos desesperadamente. ¿Y qué lugar más seguro que la iglesia, donde podemos luchar contra nuestro pecado y hacer juntos el arduo trabajo del arrepentimiento? ¡Cuán fácil esto hace admitir cuán imperfectos somos en realidad!

Entonces, un buen lugar para comenzar es afirmando a tu amiga adolescente. Dile que admiras su transparencia y que también quieres modelarla. Luego aplica el evangelio a su situación particular. Aquí hay un resumen súper poderoso y simple del pastor Tim Keller:

«Somos más malvados de lo que jamás nos atrevimos a creer, pero más amados y aceptados en Cristo de lo que jamás nos atrevimos a esperar al mismo tiempo».

Considera reunirte con este adolescente con regularidad para estudiar las verdades del evangelio y orar juntas. Estoy convencida de que todo lo que necesita tu adolescente se encuentra en el evangelio. Todo lo que necesita tu adolescente, todo lo que necesitas y todo lo que necesita cada persona en este planeta se encuentra en el evangelio.

No te preocupes si no tienes una Maestría en Consejería Bíblica o si no estás a la última moda. Tienes todo lo que necesitas para ayudar a los adolescentes: el evangelio de Cristo.

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Sobre el autor

Paula Hendricks Marsteller

Paula Hendricks Marsteller

Paula se graduó del Instituto Bíblico Moody en 2005 con una licenciatura en Comunicación Impresa. Dos semanas más tarde, ella comenzó a trabajar en Revive Our Hearts, donde actualmente se desempeña como Directora de Redacción y Editorial. Su … leer más …


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