En el ministerio, especialmente cuando servimos en la enseñanza, el discipulado o la mentoría, es importante estar preparadas para tratar con diferentes tipos de personas. Habrá quienes estén abiertas y dispuestas a recibir exhortación y otras que al principio luchen con ello, pero con el tiempo lo comprendan, y también habrá aquellas que constantemente contradicen todo, no porque escuchen algo antibíblico, sino porque en su corazón no desean cambiar.
La Biblia nos habla mucho sobre el necio y los diferentes tipos de necedad. Una mujer necia no es alguien con una deficiencia mental, sino moral. Es una persona que vive como si Dios no existiera, sin temor a Él ni respeto a los hombres, y sin considerar lo que es moral o espiritual. Como resultado, actúa de manera insensata, necia y desvergonzada.
Tres tipos de mujeres necias según la Biblia
La necedad puede manifestarse de diferentes maneras, y en este blog nos enfocaremos en los tres tipos de mujeres necias mencionadas en las Escrituras: la simple, la insensata y la burladora.
1. La simple
La mujer simple es aquella que carece de conocimiento y no se esfuerza por aprender. No porque no tenga capacidad, sino porque cree que no lo necesita o lo considera irrelevante. Para ella, vivir según la Palabra de Dios es algo anticuado o aplicable solo a otras épocas.
«Hasta cuándo, oh simples, amarán la simpleza, y los burladores se deleitarán en hacer burla, y los necios aborrecerán el conocimiento». -Proverbios 1:22
Este tipo de necedad se caracteriza por la credulidad, es decir, creer en todo sin discernir ni filtrar la información. Las personas simples son fácilmente persuadidas e influenciadas por lo que escuchan, sin analizar ni reflexionar. Como niños, se dejan deslumbrar por lo espectacular y lo dramático.
El peligro de esta actitud es que puede llevar a una mujer a la búsqueda de aprobación de los demás y a la falta de confrontación con la verdad. Cuando no filtramos lo que escuchamos o nos dejamos llevar sin reflexionar, estamos cayendo en la necedad.
2. La insensata
La insensata es aquella que cree tenerlo todo bajo control. Es una «sabelotodo» que confía en su propio juicio, convencida de que sus caminos son siempre correctos. Como resultado, no toma en serio a Dios, no se aparta del mal, repite sus errores y justifica sus faltas.
«Quien habla sin tino como golpes de espada, pero la lengua de los sabios sana». -Proverbios 12:18
El problema de la insensatez es que produce complacencia. No hay nada más necio que creer que tenemos el control absoluto de nuestra vida. Sin importar los logros alcanzados, pensar que somos autosuficientes es la fórmula perfecta para el desastre. Este exceso de confianza en nuestras propias habilidades nos aleja de la dependencia de Dios.
«Ciudad invadida y sin murallas es el hombre que no domina su espíritu». -Proverbios 25:28
John Newton escribió: «La gracia de Dios es tan necesaria para crear un temperamento correcto… tanto para cuando se rompa un plato de porcelana como para cuando ocurra la muerte de un hijo único».
Esto nos recuerda que necesitamos la gracia de Dios en todo momento, tanto en lo cotidiano como en las pruebas más difíciles. No podemos asumir que nuestro tiempo en el evangelio nos hace inmunes a la necedad. Todos los días dependemos de Dios.
3. La burladora
La burladora es la que supera a la mujer simple y a la insensata. Es desvergonzada y rechaza abiertamente el camino de Dios. Su actitud arrogante y prepotente la lleva a despreciar la corrección y a odiar a quienes intentan mostrarle la verdad.
«Corazón del justo medita cómo responder, mas la boca de los impíos habla lo malo». -Proverbios 15:28
Ella no solo se burla de Dios, sino que promueve que otros pequen. Su idolatría y desconocimiento de Dios son evidentes. Sin embargo, aquí hay una gran verdad: la necedad mayor es hacer de cualquier cosa, que no sea Dios, el centro de nuestras vidas.
Si reflexionamos en esto, todas deberíamos examinar nuestro corazón. Muchas veces vemos la necedad en tercera persona, como si solo otros fueran necios, pero rara vez nos autoevaluamos.
Tres señales de necedad que debemos revisar en nuestro corazón:
- Apatía: No estar dispuesta a aprender o hacer lo correcto. (Simple)
- Resistencia: Rechazar la perspectiva de Dios y sus estándares. (Insensata)
- Rebeldía: Ser insolente y desobedecer abiertamente. (Burladora)
¿Cómo lidiar con una hermana que constantemente contradice todo?
Ahora que entendemos los diferentes tipos de necedad, la pregunta es: ¿cómo tratamos a una hermana que se comporta de esta manera en el ministerio?
- Ámala – Recuerda que quizás en otro tiempo tú también estuviste en una posición de necedad, pero por la gracia de Dios fuiste transformada.
- Sé paciente – Discipular no siempre es fácil. Como dice Shannon Popkin: «No es todo sol y rosas. Llamar a las mujeres a conformarse a las enseñanzas de Jesús y Su Palabra es incómodo».
- Discierne el mejor momento para confrontarla – Usa la Palabra de Dios con sabiduría. Un gran ejemplo lo encontramos en Abigail, quien nos enseña cómo lidiar con personas difíciles en nuestras vidas.
- Evalúa si esta hermana es realmente creyente – El corazón determina el carácter y el comportamiento. Si su corazón es necio, actuará neciamente. Si ha rendido su vida a Cristo, Él la transformará. Quizás ese sea el momento para que puedas referirla con uno de los pastores o los líderes de la iglesia para que ellos puedan también guiarte y ayudar a la hermana.
- No permitas que el comportamiento de otros afecte tu carácter – Abigail no dejó que el carácter de Nabal la convirtiera en una mujer necia. No descuides a las otras mujeres a tu cargo, no reacciones igual que ellas.
Muchas veces creemos que nuestra piedad depende de quienes nos rodean, pero nadie puede hacer que reaccionemos de manera impía. La Escritura nos enseña que todas nacemos necias, pero solo la gracia de Dios y el poder del evangelio pueden transformar nuestros corazones. Sin Él, todas seríamos como Nabal. Pero por Su gracia, podemos ser mujeres sabias, edificando nuestros hogares y ministerios en el temor del Señor.
Que Dios nos ayude a ser mujeres que reflejan Su sabiduría y amor, incluso cuando enfrentamos a quienes se resisten a la verdad.
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