Blogueando en Mujer Verdadera desde Clama ‘16

¿Cómo escribir desde un lugar donde no se suponía que estuvieras?

¿Cómo resumir en un artículo incontables pensamientos, imágenes e ideas?

¡Orando primero!

¡Clamando al Señor por Su ayuda!

Al final de cuentas ¿no fue a eso que vinimos aquí?  Y es lo que parecería que Él me demandaba hacer aun el mismo aeropuerto de mi país, cuando un par de pruebas “aleatorias” recayeron sobre mi persona.

En un evento como éste, miles de historias corren paralelas, o, se sobreponen una sobre la otra; pero en realidad podría decirse que existen dos metanarrativas: una detrás del escenario y la otra, sobre el escenario.

En la primera, diversidad de testimonios, naciones y lenguas; hermanas que volaron por más de 24 horas -incluyendo las escalas- para venir desde Sudáfrica; otras, desde diferentes países europeos; por otro lado, las latinas tanto desde sus países (y no tan solo las hispanoparlantes) como también las que residen en Estados Unidos; lo que te lleva a preguntarte ¿Qué está haciendo el Señor? ¿De qué estoy siendo parte y no me estoy percatando?

En la segunda, hacer un recorrido desde un jardín -el Edén- donde fuimos diseñadas, a otro -el Gólgota- donde ocurrió nuestra redención y así descubrimos:  

  • Un vínculo: Mi diseño (ayuda idónea) y llamado (relaciones Tito 2) no están separados del Evangelio;

  • Una señal de advertencia:  El peligro de llenarme de conocimiento sin que mi corazón sea transformado;

  • Una invitación: Hacer un alto y reflexionar en qué significa ser mujer a la luz de la Palabra;

  • Una fuente de satisfacción: Cumplir el propósito para el cual Dios me diseñó;

  • Un diseño: No supeditado a una etapa de la vida, al estado civil, ni a la edad. Nacemos con ese diseño y morimos con él, sin importar los giros que haya dado nuestra vida;

  • Un llamado: Dadora de vida. Maternidad espiritual.

    • Un propósito: Pasar el legado a las próximas generaciones.

    • Un requisito: en la joven, humildad. En la mayor, glorificar a Dios siendo vulnerable.

    • Un modelo a seguir: el amor de Cristo con Su iglesia, no excluir aquellas con quienes no tengo empatía.

  • Una guerra: En nuestro interior, entre nuestros deseos y el agradar a Dios;

  • Una esperanza: Una Persona: Jesús; y,

  • UN CLAMOR: ¡Hacer Tu voluntad Dios mío me agrade! (Salmo 40:8)

Día 2 

Si fuiste una de las mujeres que se unieron a ¡Clama ‘16!, en tu hogar a solas, o junto a otras hermanas; o mejor aún, participaste en el Simulcast en tu iglesia, asegúrate de dejar registradas cada una de tus peticiones en un cuaderno de oración para que luego elevemos acciones de gracias a Dios por Su respuesta, Su obrar tal como promete en Su Palabra.

Y como dijo Nancy, un clamor no ha sido un evento sino un movimiento que ha dado inicio este fin de semana, por aquí te dejamos otras peticiones que puedes hacer tuyas (o quizás ya las hiciste) basadas en cada uno de los mensajes que hemos escuchado en la conferencia (recuerda que estarán disponibles en la página por si quieres volver a escucharla o compartirla con otras):

  1. Russell Moore nos trajo un poderoso mensaje sobre el endemoniado gadareno

UN CLAMOR: Que nos importe más la salvación de aquellos cuya compañía pone en juego nuestra reputación, que la imagen que otros puedan hacerse de mí, pues Jesús no se avergüenza de llamarnos Sus hermanas ni se avergonzaba de estar con los pecadores rechazados en su época. Que dejemos de darle la impresión al mundo que Jesús vino a buscar a los justos.

  1. Mary Kassian nos animó a no olvidar la fidelidad y cuidado de Dios cuando enfrentemos pruebas, aflicciones o nos sintamos drenadas.

UN CLAMOR: Cuando nos encontremos al final de nuestras fuerzas, recuérdanos que allí es donde empiezan las tuyas pues Tú eres nuestra suficiencia.

  1. Jennifer Smith y otras hermanas que fueron presidiarias compartieron potentes testimonios de la redención del Señor en sus vidas.

UN CLAMOR: Señor cuando nos lleves (o permitas que por nuestro pecado lleguemos) a un lugar donde nos sintamos acorraladas, prisioneras, ya sea emocional o físicamente, podamos encontrarte allí y dejar que formes a Cristo en nosotras para luego testificar de Tu gran amor y Tus propósitos de redención.

  1. Nancy De Moss Wolgemuth nos ayudó a recordar cómo la gracia de Dios se manifiesta cuando nuestros corazones son quebrantados y cómo se oculta cuando nos mantenemos en nuestro orgullo.

UN CLAMOR: Que seamos mujeres que reconozcan su bancarrota espiritual cada día de nuestras vidas y nos abandonemos en las riquezas de Su gracia derramadas en Su cruz aún en aquellas épocas en que nos sintamos más fuertes espiritualmente.

 

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Sobre el autor

Isabel Andrickson

Isabel Andrickson

Abogada de profesión y aprendiz de Su Palabra por pasión y convicción; es madre de un adulto joven a quien crio  como madre sola desde que tenía 3 años. Concluyó esa etapa, consciente tanto de las luchas y obstáculos que … leer más …


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