La razón de la celebración

Y en un abrir y cerrar de ojos hemos llegado al mes de diciembre… del año 2022. No sé tú, pero siento que el tiempo pasó volando, y nos encontramos en la época más bulliciosa del año, la más complicada por la cantidad de actividades que trae consigo. 

Esta cultura en la que vivimos agrega un poco más a lo ya ajetreado de la vida, así que el consumismo y las distracciones de la vida cotidiana pueden hacer que perdamos de vista lo que realmente debe ser el enfoque de estas fechas. 

Y no quiero entrar en los debates de las fechas; si se deben celebrar o no, o si se ponen decoración o no, el enfoque es que pensemos y reflexionemos en lo que realmente debe ser la razón de esta celebración. Y quiero empezar por lo más básico: 

¿Qué es la Navidad?

Según la tradición, la Navidad se celebra en Occidente el 25 de diciembre; esta fecha probablemente fue determinada entre mediados y finales del siglo IV. Algunos grupos, siguiendo el antiguo calendario juliano, guardaban como feriado el 25 de diciembre de ese calendario, lo cual corresponde al 7 de enero en el calendario gregoriano.1 La palabra Navidad o Natividad significa «nacimiento», y eso es precisamente lo que encontramos en las Escrituras, en particular en los evangelios de Lucas y Mateo. Allí es que vemos este evento desarrollarse, de ahí que al día de hoy vemos los adornos con todos los personajes que toman un lugar en esta historia, pero tristemente con el pasar del tiempo le hemos puesto más atención a estos personajes y no al personaje principal: Cristo. 

Si leemos cuidadosamente lo que vemos en los evangelios, nos daremos cuenta de que cada uno de estos personajes estuvieron sumamente enfocados en la razón de la celebración, se enfocaron en ese bebé, en ese Hijo prometido que llevaban tanto tiempo esperando. Cada uno de ellos desde su posición dedicó una total adoración a este Mesías prometido que había llegado como un bebé a una pequeña ciudad llamada Belén.

Una celebración más allá de la Navidad

Cuando entendemos realmente cuál es la razón por la cual celebramos este tiempo, sin lugar a dudas, la perspectiva de todo cambia puesto que este evento apunta y nos habla primero de la encarnación de una persona, pero también de lo que dicha persona iba a hacer en el mundo, esta persona venía a ser Emanuel: Dios con nosotros. Él venía a traer paz entre Dios y los hombres, y eso es lo que decían los ángeles cuando anunciaron a los pastores: 

«Pero el ángel les dijo: “No teman, porque les traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo; porque les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. Esto les servirá de señal: hallarán a un Niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre”.

De repente apareció con el ángel una multitud de los ejércitos celestiales, alabando a Dios y diciendo:

“Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace”». - Lucas 2: 10-14

¿Te das cuenta? ¡Esto es algo increíble! ¡Este es el Mesías tan esperado por el pueblo de Israel! Y ahora podemos recordarlo cada año gracias a ese evento. Tú y yo y miles de personas que han creído en Cristo como su Señor y Salvador hoy pueden tener paz para con Dios y con los hombres; los creyentes han podido disfrutar de una relación íntima con Cristo y hoy podemos maravillarnos de Su amor y de alguna manera restaurar lo que se perdió en el jardín del Edén. 

El cumplimiento de las promesas del Antiguo Testamento nos traen también una paz y una esperanza de que ese «Emmanuel», «Dios con nosotros», es el mismo que regresará por Su pueblo, no como un bebé, sino como un Rey en toda Su majestad y poder. 

La Navidad apunta a una realidad mayor que sobrepasa todo lo que nos puede ofrecer el mundo, sobrepasa cualquier regalo o posesión terrenal, y nos apunta a una eternidad en perfecta paz con Dios, apunta a la cruz que vino a traer salvación para aquellos que creen en Su nombre. 

Que este mes de diciembre hagamos un compromiso de intencionalmente pasar tiempo en Su Palabra, de meditar en lo que realmente significa este tiempo, que volvamos a leer estos capítulos con otros ojos y que miremos hacia el futuro con una certeza de que Él cumplirá Su promesa. ¡Él volverá! ¿Estás lista? 

1 Eric Vanden Eykel, “Christmas,” ed. John D. Barry and Lazarus Wentz, Diccionario Bíblico Lexham (Bellingham, WA: Lexham Press, 2014).

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Sobre el autor

Yamell de Jaramillo

Yamell de Jaramillo

Yamell es originaria de la República Dominicana. Ama la Palabra de Dios, es firme en sus convicciones y vive apasionadamente la vida cristiana teniendo el deseo genuino en su corazón de poder vivir el señorío de Cristo.  Tiene un especial … leer más …


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