Las adolescentes necesitan ayuda ¡y tú tienes lo que se necesita!

¿Te has sentido perdida por no saber cómo ayudar a las adolescentes cerca de ti?  Quizás, al igual que yo, pienses que necesitas un curso intensivo en consejería, en cultura, tecnología y lenguaje de adolescentes, y…bueno… ¡un poco de todo! para poder ayudarlas.  

Aún me siento así, a pesar de haber escrito un libro para adolescentes y de interactuar con ellas en el blog de jóvenes.

Dejemos las excusas

Quizás nunca has estado lo suficientemente cerca de ellas por temor a no saber responder sus preguntas. O tal vez les has dado respuestas, pero al día siguiente te has despertado preguntándote ¿En verdad las ayudé? ¿Fue mi respuesta tan siquiera importante?  O, ¿solo les puse una carga pesada en sus espaldas?

En un sentido no es un mal lugar donde estar, reconocer que no tienes nada que ofrecer a menos que Dios venga en tu ayuda…de nuevo. Jesús sabía de lo que hablaba cuando dijo “separados de mí, nada puede hacer”. Tú y yo siempre estaremos necesitadas de este lado del cielo.  

Pero hoy espero darte un vistazo de hacia dónde pienso que necesitas dirigirte para ayudar a tus adolescentes en.… todo. No quiero decir que no es necesario prepararse académicamente – ¡me encanta aprender! Pero si puedo darte un consejo, te diría que trates de aprender sobre un tema, desde abajo hacia arriba. Te animo a aprender cómo aplicarlo desde todos los ángulos a cualquier situación de la vida de las personas.

¿Estás lista? Lo que tus adolescentes necesitan es el Evangelio. Necesitan que les ayudes a ver cómo la muerte de Jesús, Su sepultura y resurrección tienen que ver con sus viernes por la noche y sus lunes por la mañana…y todo lo que eso abarca.

Conectemos los puntos

Seguro me dirías "pero Paula, si todo lo que mis adolescentes necesitan (y yo también) se encuentra en el Evangelio, ¿por qué entonces es tan difícil hacer la conexión y aplicarlo a las situaciones diarias? “

Pienso que la respuesta es que resulta más fácil conectarlo con la moralidad, es decir, lo que puedo ver con mis ojos. Conectar los puntos sobre cómo tu adolescente necesita el Evangelio significa que deberías querer más que simples formas externas.

¿Es eso lo que quieres? ¿Qué es lo que más deseas que ocurra con tu adolescente? ¿Un cambio genuino de corazón o que se conforme externamente a las reglas? Si te interesa la primera (¡cuánto anhelo que así sea!)), tienes que ir al corazón detrás del por qué están haciendo lo que hacen. La mala noticia es que tomará más tiempo. No es tan fácil como decir “¡Deja de hacer eso!” “¡Arregla esto!” Tienes que cavar más profundo hasta llegar a la raíz de tus motivaciones.

Pero la buena noticia es cuando aplicas el Evangelio a los asuntos del corazón, tiene el potencial de crear cambios de corazón duraderos desde adentro hacia afuera.

Interactuemos

A continuación, te comparto tres consejos para cuando interactúes con tus adolescentes (o con cualquier persona):

  1. Ora. Ora que ellos puedan "captar" las verdades e implicaciones del Evangelio. Y que tú también las captes. Ora en silencio mientras hablas con ellos. Así sea un "Ayúdame, Señor" o “¿Qué más hago, Dios mío?". 2ª Corintios 4:4 dice

en los cuales el dios de este mundo ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios

Si éste es el esquema de Satanás para los no creyentes, es mejor que creas que él también está detrás de algo similar con las vidas de los creyentes.

  1. Escucha. No solo escuches lo que te dice sino también lo que puede estar detrás de lo que te dice. Hazle preguntas para clarificar. Muchas preguntas. Asegúrate de que en verdad escuches.

  2. Aplica. Aplica el Evangelio a cada situación. Cuando termines, si su mirada sigue perdida es posible que no te explicaste bien o que su corazón esté endurecido y sus ojos están ciegos a las buenas nuevas. Pero tienes que recordar que la falta no se encuentra en el Evangelio.  Éste es, y sigue siendo, como lo describe Romanos 1:16 “poder de Dios”.

Practiquemos

Habiendo dicho lo anterior, practiquemos ahora con una situación a la que aplicaremos el Evangelio.

En un momento de confesión cruda, la hija del pastor quien es líder de ministerio y ha sido tu amiga por años, te admite que a menudo se expone a pornografía. Te deja impactada.  ¿Cómo le darías una respuesta centrada en el Evangelio?

Primero, reconoce que ella requirió tener mucha valentía para decírtelo. En el blog de jóvenes de nuestra página en inglés recibimos este comentario:

Por un corto periodo de un mes, pensé que yo era lesbiana o bi… para responder tu pregunta de si me siento segura hablándolo con otros creyentes: ¡Claro que no! Creo que la iglesia todavía es hostil hacia esos temas. Estoy en contra de la homosexualidad (por lo menos de que se actúe de esa manera) al igual que mi iglesia. Pienso que si le hubiera dicho a alguien cómo me estaba sintiendo, ellos se asustarían. Por eso no me siento segura diciéndole a nadie que lucho con atracción hacia el mismo sexo. He contado sobre mis luchas con cortarme a mí misma y con la bulimia, pero los raros pecados sexuales, no creas que jamás le diría eso a nadie en mi iglesia.

Esta chica no es la única que se siente así. Inclusive tú misma podrías sentir que no puedes compartir con otros en tu iglesia, cómo luchas con el pecado. Ése es un problema que queremos evitar en nuestras iglesias, pues, se nos manda a confesar nuestros pecados unos a otros y a orar unos por otros para ser sanados (Santiago 5:16).  

Tanto tú como yo debemos contribuir a convertir la iglesia en un ambiente seguro dónde confesar nuestras luchas con el pecado para que podamos recibir la oración y ayuda que desesperadamente necesitamos. ¿Y qué lugar más seguro que la iglesia? Donde sabemos que somos aceptados en Cristo y que podemos pelear contra nuestro pecado y unirnos en arrepentimiento juntos.  ¡Cuánto eso facilita admitir cuán débiles somos en realidad!

Por eso un buen lugar para empezar es afirmar a tus amigas adolescentes. Diles que admiras su transparencia y quieres modelarla, también.

Luego podrías querer explicar algo como esto en tus propias palabras (¡lo tomé prestado al pastor Tim Keller!):

Somos más malos de lo que nos atrevemos a creer, pero, al mismo tiempo, más amados y aceptados en Cristo de lo que nos atreveríamos a esperar. 

Esta [verdad] crea una nueva dinámica radical para el crecimiento personal. Significa que mientras más ves tus propias debilidades y pecados, más preciosa, electrizante y maravillosa luce la gracia de Dios.  

Mientras más conscientes estás de la gracia de Dios y de la aceptación en Cristo, estarás más dispuesta a dejar de negar tu pecado y a abandonar tu defensa propia y así admitir la verdadera dimensión y carácter de tu pecado.  

Después, puedes ofrecer reunirte con esta adolescente regularmente para estudiar las verdades del Evangelio juntas. En la medida en que compartes las verdades del Evangelio con esta adolescente no dejes de darle consejos útiles y prácticos como mover su computadora a un lugar de la casa que no sea privado y tener alguien a quien rendirle cuentas. Aunque eso no es suficiente en sí mismo para llegar a la raíz del pecado, pero son muy útiles si se ayuda a la adolescente a entender cómo luce en los hechos la santidad de Dios, nuestra pecaminosidad y el “Gran Intercambio” que hizo Cristo para que nos viéramos sin mancha ante los ojos de Dios.

Sí, estoy convencida de todo lo que tu adolescente necesita se encuentra en el Evangelio. Todo lo que ella necesita, y todo lo que tú también necesitas y todo lo que cualquier persona en este planeta necesita. No te preocupes si no tienes una maestría en Consejería Bíblica o si no estás al tanto de las últimas tendencias de la moda.  En el Evangelio, tienes todo lo que necesitas para ayudar a tus adolescentes.

En el blog Joven Verdadera puedes encontrar recursos sobre las jóvenes y la pornografía. (Puedes encontrarlos debajo en el listado de publicaciones relacionadas)

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Sobre el autor

Paula Hendricks Marsteller

Paula Hendricks Marsteller

Paula se graduó del Instituto Bíblico Moody en 2005 con una licenciatura en Comunicación Impresa. Dos semanas más tarde, ella comenzó a trabajar en Revive Our Hearts, donde actualmente se desempeña como Directora de Redacción y Editorial. Su … leer más …


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