Tres peligros al acecho de tu corazón

Por mucho tiempo me consideré superior a ella, sobre todo en mi niñez. ¡¿Cómo fue capaz de cometer un error tan absurdo?! ¡¿Por qué no pensó en cómo sus acciones afectarían a las futuras generaciones?! ¡¿A quién se le ocurriría desobedecer a Dios por tener una “mejor idea”?!.

Según yo, lo hubiera hecho mucho mejor que Eva, en mi inocencia la consideré como la mujer más necia, terca e ignorante sobre la faz de la tierra: la culpable de todo. Ni tú ni yo hubiéramos cometido semejante equivocación... ¿verdad? Al crecer, me he dado cuenta que no soy diferente a ella; yo también hubiera sido engañada, hubiera ido tras el peligro, no hubiera elegido lo bueno. Soy como Eva... necesito un Salvador y tú también.

Si has considerado que eres más lista que Eva, te invito a escuchar la serie: "La comida, la belleza y el control: tres peligros que enfrentan las mujeres, con Bob Lepine". A veces solo vemos los síntomas de los problemas, pero esta serie me hizo pensar en las raíces dañadas que debo arrancar de mi vida para que los siguientes peligros no capturen mi alma.

El peligro de la desconfianza

Como Eva, tenemos acceso a Dios, pero no confiamos en Él. Tenemos Su Palabra, pero también tenemos muchas ideas alternas. Las voces populares son malos consejeros y nos señalan otros caminos a seguir. Hacemos a un lado Sus planes perfectos y preferimos definir nosotras mismas lo que está bien y mal. En lugar de acudir a la Biblia para conocer a Dios y Su voluntad, usamos argumentos propios. Si defines todo según te parece, estás desconfiando de Él.¿Están tus acciones, pensamientos y actitudes diciendo que Él no es confiable?Conoce Su naturaleza y carácter porque Dios es en quien más puedes confiar.

El peligro del descontento

Cada día Dios hace salir el sol sobre justos e injustos. Es un Dios de infinita bondad y amor. ¿Puedes decir que estás satisfecha en Dios, que Él es suficiente? ¿O te enfocas más en cuántas bendiciones Él provee y en lo que sientes que “te falta”? Si fijamos los ojos en lo que creemos necesitar, nos llenamos de insatisfacción. Pero cuando fijamos nuestra mirada en Cristo y lo eterno, experimentamos contentamiento. No permitas que las quejas sobre quién eres, cómo luces, o cómo te sientes te roben el gozo. Es absurdo que la criatura le diga a su creador: “No sabes lo que haces, me hiciste mal, tendré que intentar arreglar tu error”.

El peligro del orgullo

Tenemos un Dios soberano, pero en ciertos momentos nos rehusamos a aceptar su voluntad. Preferimos tomar las riendas de nuestra propia vida y “gobernar” sobre nuestros pequeños reinos. Anhelamos confianza y seguridad. Jugamos a “predecir” lo que va pasar. Pero es absurdo creer que estamos mejor preparadas para llevar el timón de nuestro barco que dejarlo en manos del Capitán del universo. Nada nos dará más paz y estabilidad que vivir bajo la voluntad de Dios para nuestras vidas.  Él tiene el control de todo.

Haz la prueba

Estos tres peligros acechan constantemente al corazón del creyente. Por esta razón, debemos evaluar constantemente si nuestro corazón está siendo controlado por algún ídolo. ¿Cómo saber si algo está tomando el control de nuestra vida? Pablo estableció esta prueba: “Todas las cosas me son lícitas, pero no todas son de provecho. Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna” (1 Co. 6:12).

¿Qué te está dominando? ¿Qué te roba el gozo, el contentamiento y la paz cuando no lo obtienes? ¿Qué sientes que te da más gozo, contentamiento y paz que Dios? Laidolatría es perseguir aquello que piensas que te dará más satisfacción que Dios. Cualquier cosa a la que permitimos la potestad de controlar nuestra vida puede entorpecer nuestra relación con Dios. Considera a Dios como tu mayor tesoro, anhelo y deleite.

Un gran problema es que nos encanta creer que tenemos el control. Eva cayó en esta trampa, queriendo ser como Dios. Vivir una vida de rendición, obediencia y confianza en Dios, es algo contracultural. Para tener bases firmes en tu vida y estar alerta ante los peligros que quieren capturar tu corazón, debes estar alerta. En medio de todo el relativismo moderno, superficial y humanista, es indispensable que renueves tu mente con la Palabra y conozcas realmente cual es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.

Es indispensable caminar acompañada en el camino de la santificación. Hemos visto en el #ClubDeLecturaAdornadas que no podemos vivir aisladas. Para arrancar esas malas hierbas y atender la raíz, necesitamos ser parte de un cuerpo, rodearnos de mujeres sabias que nos amen y ayuden a crecer en las áreas en las cuales requerimos exhortación y cambio.

Te comparto estas preguntas que nos pueden ser útiles para examinar continuamente el corazón. Tus respuestas apuntarán a los peligros de los que debes cuidarte. Si piensas en otras, compártelas.

¿Cual es tu mayor fuente de gozo? ¿Qué te fascina? ¿Qué te da satisfacción?

¿En qué usas tu tiempo? ¿Corres tras ídolos continuamente?

¿De qué predica tu vida? ¿De qué hablas más? ¿Qué promueves? ¿En qué has invertido tu vida?

¿Apunta tu vida, tus palabras e intereses a Dios?

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Sobre el autor

Lucy Reyna Orozco Meraz

Lucy Reyna Orozco Meraz

 

Reyna es esposa de Raúl Orozco, radica en Chihuahua, Chih., México. Juntos pastorean y educan a
 
su hijo (JR) e hija (RG) en casa, siendo su deseo formarlos e instruirlos para la gloria de Dios.
 
Ambos son Ing. Industriales y … leer más …

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