... Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel; el cual será restaurador de tu alma... (Rut 4: 14-15a)
Existen diferentes opiniones sobre si Cristo nació en un establo de madera o en una cueva, pero lo cierto es que independientemente del medio que le rodeaba, Jesús nació con un propósito firme y definido.
Aunque proféticamente el lugar y las condiciones del nacimiento de Jesús tienen su importancia, lo más significativo y relevante de su nacimiento es ¿para qué nació? ¿cuál es el significado que nos comunica el pesebre? y ¿cuál es la importancia y motivo de su encarnación?
La Biblia menciona 7 motivos principales del pesebre; esto es, de la encarnación de Jesús:
- Para revelar a Dios al hombre (Jn 1:18, 17:26)
- Para manifestar lo del hombre a Dios (Heb 4:15)
- Para que Cristo pudiera ser el fiel y misericordioso sumo sacerdote (Heb 2:17)
- Para destruir las obras de Satanás (Col 2:15, Heb 2:14)
- Para ser la cabeza de la creación (Col 1:15)
- Para que pudiera sentarse en el trono de David (Is 9:6-7, Lc 1:30-33, Mt 1:1)
- Para que pudiera ser el PARIENTE REDENTOR (Gal 4:4-7), como en el caso de Rut y Booz (Rt 2:20)
Aunque a veces nos metemos en problemas poniendo orden de importancia a las cosas sagradas, no me cabe duda que en la historia de la redención la razón más importante del nacimiento de Jesús fue para que pudiera ser el “Pariente Redentor” del pecador. ¡Alabado sea Dios! Dos libros del Antiguo Testamento: Levítico y Rut, nos demuestran e ilustran esta maravillosa verdad que alcanza su cumplimiento en los evangelios con el nacimiento de Cristo.
Levítico 25:25-55 explica la ley que gobierna al que había de redimir al deudor, y Rut nos muestra el ejemplo en Booz, del redentor. Las condiciones eran las siguientes:
- El redentor debía ser un pariente (Rt 3:12-13, Lv 25:25)
- El pariente debía tener la capacidad de redimir (Rut 4:4-6, Jer 50:34)
- El redentor debía pagar la redención (Rt 4:4)
Así el propósito de Dios fue que Cristo fuera ese pariente redentor totalmente capaz de pagar nuestra deuda, redimiéndonos del pecado y la condenación eterna. El nació para morir en rescate tuyo y mío, siendo ese el glorioso mensaje que nos comunica el pesebre. ¡Celebremos el nombre de Cristo desde ahora y hasta la eternidad!
Violeta Guerra
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