Durante años fui la “reina del fracaso” en guardar la Palabra de Dios en mi corazón. Tenía grandes intenciones y periódicamente hasta lograba memorizar uno o dos versículos. El problema era que estos versículos nunca parecían quedarse en mi mente por mucho tiempo. En lo que respecta a la memorización de la Palabra, me sentía como un desastre total.
Así que para aliviar mi culpa me convencía a mí misma que guardar la Palabra de Dios en mi corazón era algo opcional, una gran idea para algunos…pero ¡definitivamente no para mí! Era demasiado difícil.
Entonces conocí a Tom, un hombre sensato que no solo ama a Dios y Su Palabra, sino que está profundamente comprometido con la disciplina de memorización de la Palabra. La vida y enseñanzas de Tom reflejan la profundidad de la Palabra que él se ha comprometido a memorizar a través de los años.
A través de su vida, el Señor me convenció de que memorizar la Palabra no era tan solo un “área difícil” para mí, sino que mi fracaso en memorizarla se había convertido en un pecado. ¡Había decidido no guardar Su Palabra en mi corazón porque me resultaba muy difícil!
Convencida de mi pecado, pedí perdón al Señor y Le clamé por ayuda para vencer este intimidante gigante. Su provisión fue claramente evidente cuando una amiga me compartió una simple herramienta que la había ayudado a memorizar y retener más de 500 versículos en menos de un año.
Si luchas con retener lo que has memorizado, te animo a intentarlo como se describe en el artículo “Memorización de las Escrituras” o como te describo aquí debajo:
“Una vez al día por siete semanas”[1]
Escribe el versículo (o los versículos) que memorizarás (ejemplo: Filipenses 1:1 o 1:1-5). Repasa el versículo por lo menos una vez al día por las próximas siete semanas. Después de varios días puedes empezar a trabajar con versículos adicionales.
"Una vez a la semana por siete meses”
Luego de siete semanas mueve los versículos que has completado a una segunda hoja (a la cual le pondrás este título). Revisa estos versículos una vez por semana durante siete meses (regularmente los reviso durante el fin de semana).
“Una vez al mes por siete años”
Cuando concluyan los siete meses pasa los versículos de la segunda hoja a una tercera con este título y revísalos una vez al mes durante los próximos siete años.
Con la ayuda de esta pequeña herramienta mi amor por la memorización y meditación de la Palabra ha ido en aumento. De hecho, memorizar la Palabra ha traído vida a muchas de las tareas “menos espirituales” que realizo cada día: alistarnos en la mañana, verificar los asuntos pendientes, lavar la ropa, y hasta cortar el césped. Aunque debo advertirte que esa última puede resultar engañosa. Cuando mi esposo quedó perplejo por mi habilidad en cortar el césped en una línea derecha, le dije que no me resultó difícil si recordaba el versículo que estaba memorizando. Pero debido a que con frecuencia estoy repasando nuevos versículos que requieren que mire mis tarjetas de memorización, entonces, ya no puedo corta el césped con la misma precisión. Por eso hicimos el compromiso de que revise los versículos nuevos cuando corto el césped en la parte trasera y los más viejos cuando corto el césped en la parte delantera de la casa.
¿Cuál puede ser la mejor manera de empezar? Puedes imprimir las hojas que hemos
anexado a este artículo y empezar a memorizar la Palabra por unos minutos cada día. Te sorprenderás de los beneficios de saturar tu mente con Su Verdad.
Memorización de la Palabra, descargala aquí!
[1] Puedes hacerlo en un documento en la computadora, o usar una libreta, hojas separadas o en las plantillas que anexamos a este artículo.
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