
De la abundancia del corazón...
Débora: Cuando memorizas la escritura la tienes a tu disposición a cualquier hora y en cualquier lugar. Aquí está Nancy Epperson.
Nancy Epperson: Hay un gozo indescriptible que viene de meditar en la Palabra de Dios. Frecuentemente, me despierto en la madrugada y pienso en la Palabra de Dios.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Escoge agradecer», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy 31 de enero de 2025.
¿Anhelas que tus hijos y tus nietos atesoren la Palabra de Dios en sus corazones y que la repitan? Hoy Nancy Epperson seguirá compartiéndonos sobre el hábito de memorizar la Palabra de Dios, y cómo se ha vuelto también un hábito en la vida de sus hijos y sus nietos mientras damos inicio al último episodio de la serie titulada «El gozo de memorizar la Palabra».
En esta última porción de la conversación …
Débora: Cuando memorizas la escritura la tienes a tu disposición a cualquier hora y en cualquier lugar. Aquí está Nancy Epperson.
Nancy Epperson: Hay un gozo indescriptible que viene de meditar en la Palabra de Dios. Frecuentemente, me despierto en la madrugada y pienso en la Palabra de Dios.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Escoge agradecer», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy 31 de enero de 2025.
¿Anhelas que tus hijos y tus nietos atesoren la Palabra de Dios en sus corazones y que la repitan? Hoy Nancy Epperson seguirá compartiéndonos sobre el hábito de memorizar la Palabra de Dios, y cómo se ha vuelto también un hábito en la vida de sus hijos y sus nietos mientras damos inicio al último episodio de la serie titulada «El gozo de memorizar la Palabra».
En esta última porción de la conversación entre Nancy DeMoss Wolgemuth y Nancy Epperson, te animaremos a ayudar a tus hijos y a tus nietos a unirse a esta práctica transformadora de memorizar la Palabra de Dios.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Actualmente, ¿qué estás memorizando?
Nancy Epperson: Bueno, ahora estoy memorizando Colosenses 3. Acabo de terminar con el Salmo 139, y antes de eso memoricé el Salmo 91, que es un capítulo precioso.
Nancy: Que trata con el temor.
Nancy Epperson: Sí, ese pasaje lo memoricé con mi compañera que te comentaba que fue mi estudiante de noveno grado, de hecho fueron dos de mis exestudiantes, ellas concluyeron sus estudios universitarios y son profesionales. Aunque me reúno con ellas, y rendimos cuentas entre nosotras. Es muy bueno tener a una compañera a quien rendir cuentas.
Nancy: ¿Te gusta memorizar capítulos completos?
Nancy Epperson: Bueno, sí, y libros también. Pero creo que es importante memorizar versículos individuales que abarcan cosas específicas.
Nancy: ¿Así es que, puedes hacer ambas?
Nancy Epperson: Sí, así es, si escucho un versículo y me encanta…
Mi esposo Stu y yo leemos la Biblia cada año. Y el Nuevo Testamento y los Salmos dos veces al año. Esto involucra leer cuatro capítulos al día. Y es increíble que, no importa cuántas veces hayas leído la Biblia, es maravilloso cuánto puedes aprender cada vez que la lees. Siempre voy marcando versículos, y cuando me gusta uno en particular lo escribo y lo memorizo.
Entonces son versículos o capítulos o libros, y como alguien ha dicho alguna vez, ¿cómo se come un elefante? Una mordida a la vez. ¿Cómo memorizas un libro completo? Un versículo a la vez.
Es algo que se puede hacer y que cualquiera también lo puede hacer. Honestamente, cualquier persona lo puede hacer. He visto a muchas personas que pensaban que no lo lograrían y lo hicieron. Lo único que te puedo decir es que, si sigues este principio, si solo tuviera una palabra, yo diría que es: «Repetición». Aun si lo haces tú sola, la palabra es la misma: repetición. Esa es la clave: una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez.
Nancy: Bueno, he tenido el gozo, a lo largo de los años, de memorizar pasajes de la Escritura, así como libros enteros, y ha sido de gran bendición para mi vida. Pero, Nancy, al escucharte, he sido animada, he sido inspirada y quiero escoger versículos para continuar memorizando aún más y que no solo se quede en mi mente, sino que baje a mi corazón.
Quisiera que nuestras oyentes tengan este privilegio, como lo has tenido tú, cómo lo he tenido yo, a través de esta conversación que las Escrituras brotan naturalmente porque es lo que has estado guardando en tu corazón por años.
Tú me has motivado y sé que muchas de nuestras oyentes también han sido motivadas a memorizar la Escritura. No te sientas abrumada con todo lo que significa memorizar, simplemente, como nos compartió Nancy, empieza. Escoge un versículo, escoge un pasaje, busca una compañera de memorización y simplemente hazlo y Dios hará que la Palabra se guarde en tu corazón mientras la meditas y la memorizas.
Nancy Epperson: Debo decirte que lo que realmente me motivó a memorizar la Escritura es ser mamá de cuatro pequeños. A veces se puede uno impacientar, o incluso levantar la voz.
Nancy: Quieres decir que ¿a otras mamás también les pasa?
Nancy Epperson: Oh sí, creo que a toda madre le pasa, aunque tal vez haya alguna que no. Pero lo que me he dado cuenta es que, como dice la Biblia, «de la abundancia del corazón habla la boca» (Mt. 12:34) y «Pues como piensa dentro de sí, así es él» (Prov. 23:7). Así que lo que ponemos en nuestro corazón es lo que saldrá. Me di cuenta de que quería hablar palabras amorosas a mis hijos.
Mis padres se divorciaron cuando yo tenía 11 años y mi padrastro, que no era cristiano, era un hombre bueno, pero era muy abusivo verbalmente. Cuando yo vine a Cristo y leí versículos como Efesios 4:29 que dice: «No salga de la boca de ustedes ninguna palabra mala, sino solo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan». Mi vocabulario cambió completamente y empecé a guardar la palabra de Dios en mi corazón.
Déjame decirte que mediante el poder de la palabra de Dios y la renovación de mi mente, mi lengua fue afectada. Como madre me di cuenta de que estaba animando a mis hijos.
Hay gente que dice que el círculo de abuso continúa. En mi caso el círculo de abuso verbal se rompió, fue cortado al 100 por ciento, porque mi boca estaba llena de la Palabra de Dios y animaba a mis hijos. Y, ¿sabes qué? Mis cuatro hijos siempre están animando a alguien más.
Si algún día estás desanimada, Nancy, puedes llamar a cualquiera de mis cuatro hijos, y te levantarán el ánimo y te van a bendecir con las Escrituras.
Ese ciclo de abuso verbal fue totalmente cortado.
Nancy: Imagina cómo pudo haber continuado por generaciones.
Nancy Epperson: Hubiera continuado. Sé que el padre de mi padre era sumamente agresivo con él verbalmente, y él siguió con ese legado, pero se pudo detener totalmente gracias al poder de la Palabra de Dios.
Y puedo decir a cualquiera que me esté escuchando, si te preocupa lo que está saliendo de tu boca, empieza a memorizar la Palabra de Dios, porque «de la abundancia del corazón habla la boca».
Nancy: ¿Estás planeando memorizar otras partes de la Escritura?
Nancy Epperson: Bueno, toda la Palabra.
Nancy: ¿Cómo escoges lo que vas a memorizar?
Nancy Epperson: Voy un pasaje a la vez, y oro y platico con mis compañeras de memorización para ver en qué pasaje queremos trabajar.
Nancy: ¿Has memorizado más del Nuevo Testamento?
Nancy Epperson: Oh sí, he memorizado mucho más del Nuevo Testamento a excepción de los Salmos. Y creo que la razón es porque el Nuevo Testamento es sumamente práctico. Amo las Epístolas porque te dicen cómo vivir y qué hacer. Voy frecuentemente a las Epístolas porque son muy prácticas para el día a día.
Nancy: ¿Has memorizado libros más largos como los Evangelios o Proverbios o Romanos?
Nancy Epperson: No, no he memorizado los libros completos, más bien capítulos, capítulos claves, como por ejemplo Romanos 12, Romanos 8, Romanos 6, ciertos capítulos claves solamente. Cuando mi hija cita Romanos 1, es realmente poderoso, porque es difícil de memorizar, ya que describe un estilo de vida descendente.
Nancy: ¿Por qué escogió ese capítulo?
Nancy Epperson: No lo sé, pero después que lo escogió dijo que había sido muy difícil, porque cuando lo meditas, lo describes, es horrible, un estilo de vida perverso y es triste. Después de eso memorizó Apocalipsis 5, que es muy precioso. «Quién es digno de abrir el Libro». Me encanta cuando la escucho.
Me fascina que todos mis hijos citen la Palabra, y si estamos en algún lugar juntos, y espontáneamente les llamo y les digo: «Niñas, Stewart, vengan acá, vamos a recitar el Salmo 103», y lo pueden hacer de inmediato porque cada pasaje está en ellos.
Te comenté que tengo un sobrino de 13 años qué vino a vivir con nosotros cuando estaba en octavo grado. Venía de un terrible divorcio y francamente la mamá ya no sabía qué hacer con él, así que nos ofrecimos a que viviera con nosotros ese año.
Primero lo inscribimos a una escuela Cristiana. Recuerdo cuando lo recogí de la escuela y le dije: «Bryan, ¿qué materiales vas a necesitar?».
Me mostró lo que iba a necesitar y me dijo> «Para la clase de Biblia tengo que memorizar 5 versículos a la semana». Y después me dijo: «Tía Nancy, no puedo hacer eso, no sé cómo haré eso».
Literalmente estaba sudando. Estaba en pánico.
Yo le dije: «No te preocupes. No te preocupes para nada, no será un problema».
Así que nos fuimos a un restaurante mexicano antes de ir a comprar los materiales, a él le encanta la comida mexicana. Y le dije: «A ver, vamos a leer estos versículos, léelos en tu Biblia».
Él los leyó y yo le dije: «¡Qué preciosos versículos! Léelos de nuevo». Así que los leyó otra vez, y yo le dije: «¡Oh, me encantan! Léelos otra vez».
Los volvió a leer y le dije: «Qué bendición, déjame escucharlos una vez más, Bryan». Él los leyó otra vez y yo le dije: «Ahora déjame que yo los lea, esto es maravilloso». Y los leí.
Después de eso vinieron a tomar nuestra orden, y después de ordenar le dije: «Ahora léelos de nuevo y dime qué significa».
Entonces los revisamos para asegurarnos que entendiera lo que significaba. Después nos trajeron la comida. Comimos, ordenamos el postre y mientras esperábamos el postre le dije: «Léelos otra vez. Esto es maravilloso».
Bueno, no sé cuántas veces lo leímos, pero de ahí nos fuimos a comprar los materiales que necesitaba. Y mientras fui a pagar le dije: «Quédate aquí sentado en lo que yo pago, le voy a hablar a tu tío y le diré que ya casi vamos a casa. Así que siéntate y vuelve a leer los versículos». Y él me respondió: «Okey tía».
Nunca lo voy a olvidar, pagué y llamé a Stu, y cuando regresé y le dije: «Okey, vámonos». Él me dijo: «Tía Nancy, ¡creo que ya aprendí estos versículos!».
Nancy: Lo había estado memorizando sin darse cuenta.
Nancy Epperson: Sí, los había estado leyendo una y otra vez y yo le dije: «¡No me digas!», y él dijo: «Creo que sí, ya me los aprendí». Y en el momento me recitó los 5 versículos.
Nancy: Se los aprendió durante la cena.
Nancy Epperson: Sí, fue increíble. Yo todavía no podía decirlos de memoria, estaba empezando a aprenderlos, pero, como te he comentado, yo no tengo buena memoria. Mi sobrino se los aprendió rapidísimo. Fue una maravillosa bendición. Cada semana se tenía que memorizar cinco versículos, y lo hacíamos de la misma manera, y en todas sus demás materias le iba bien, pero en la materia de Biblia siempre sacó la mejor calificación, porque siempre se sabía sus versículos, él mismo estaba sorprendido y muy animado.
Memorizó el libro completo de Santiago y muchos otros pasajes, y, de hecho, él estuvo en la marina. Se graduó de la universidad cristiana, se tituló de abogado, y ha sido una tremenda bendición. Ese es el poder y el impacto de la palabra de Dios en su vida. Él nos ha dicho varias veces que, si no hubiera sido por ese año, él no cree que estaría vivo, porque iba por un camino de total destrucción, pero gracias al poder de la Palabra escondida en su corazón, no fue así.
Nancy: Creo que es una de las cosas de mayor valor que como padres podemos hacer por los hijos, modelar la memorización de la Palabra, y también enseñar a los niños a memorizar porque es mucho más fácil cuando son pequeños, y es un poderoso fundamento en sus corazones que estará con ellos por el resto de sus vidas.
Nancy Epperson: Sí, totalmente. Es la mejor herencia que le puedes dar a los jóvenes.
Jesús habló acerca de un hombre construyendo su casa, estoy segura de que era una casa hermosa, pero, tenía un problema. Estaba construida sobre la arena, y cuando las tormentas vinieron, y el viento sopló contra aquella casa, esta se derrumbó, porque no tenía un buen fundamento. Y Jesús llamó a este hombre un necio.
Después habló acerca de un hombre que construyó su casa sobre la roca, y cuando vino la tormenta, y los vientos soplaron contra aquella casa, esta permaneció firme porque estaba fundada sobre la roca. (ver Mateo 7:24-27)
Cuando construimos la vida de nuestros hijos sobre la Palabra de Dios y los animamos a guardar la Palabra en sus corazones, les estamos dando un fundamento maravillosamente sólido, porque las tormentas vendrán y los vientos soplarán, y las pruebas y dificultades de la vida vendrán sobre ellos, y sin ese fundamento sólido se derrumbará muy fácilmente.
Así que es un gran legado para dejar. Si no tienes hijos, puedes animar a sobrinas, sobrinos, vecinos pequeños. Casi todas las personas tienen algún niño en su vida a quien pueden animar a memorizar las escrituras, y si lo haces con ellos, es aún mejor.
Nancy: Esos niños pueden memorizar mega dosis de la Escritura.
Nancy Epperson: Sí, totalmente.
Nancy: He pensado que si hubiera sido madre, me hubiera propuesto que mis hijos memorizaran Proverbios antes de irse de casa. Lo pueden hacer. Es más difícil para nosotras, pero ellos lo pueden hacer.
Nancy Epperson: Lo pueden hacer, y creo que es bueno premiarlos por hacerlo. No tengo problema con eso.
Nancy: ¿Lo hiciste con tus hijos?
Nancy Epperson: Sí, algunas veces. No siempre lo hacíamos. Últimamente, creo que lo he hecho más con mis alumnos de noveno en la escuela dominical a los que he enseñado por veinte años. Es increíble que los alumnos que se aprendieron el libro de Santiago completo, lo hicieron porque les ofrecimos premios de una u otra manera. Es interesante lo que un poco de motivación puede hacer.
Nancy: Y eso se les queda para el resto de sus vidas.
Nancy Epperson: Lo curioso de todo esto es que, a pesar de recibir premios por memorizar el libro de Santiago, muchos de ellos han continuado memorizando las escrituras y han recibido recompensas personalizadas.
Nancy: Recompensas espirituales.
Nancy Epperson: Sí, les abre el apetito por la Palabra y quieren continuar memorizando más. Así que ha sido una gran bendición.
Nancy: ¿Tus hijos siguen memorizando la Escritura?
Nancy Epperson: Sí, y también los nietos. Creo que ese es el mayor gozo, escuchar a esos pequeñitos.
Débora: Nancy Epperson nos ha compartido el gozo que trae memorizar la Escritura con tus hijos y nietos. Ella y Nancy DeMoss Wolgemuth tuvieron la conversación que has estado escuchando durante una conferencia, y como la nieta de Nancy Epperson estaba por ahí cerca, decidimos hacerle unas preguntas de imprevisto.
Nancy: Grace Ann, ¿qué edad tienes?
Grace Ann: Tengo ocho años.
Nancy: ¿Qué grado cursas?
Grace Ann: Tercer grado.
Nancy: ¿Y qué porción de la Escritura nos vas a recitar?
Grace Ann: El Salmo 103.
Nancy: Fabuloso, me encanta ese Salmo. ¿Puedes recitarlo para nosotras?
Grace Ann: Salmo 103, versículos del 1 al 10:
«Bendice, alma mía, a Jehová,
Y bendiga todo mi ser Su santo nombre.
Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de Sus beneficios.
Él es quien perdona todas tus iniquidades,
El que sana todas tus dolencias;
El que rescata del hoyo tu vida,
El que te corona de favores y misericordias;
El que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila.
Jehová es el que hace justicia
Y derecho a todos los que padecen violencia.
Sus caminos notificó a Moisés,
Y a los hijos de Israel sus obras.
Misericordioso y clemente es Jehová;
Lento para la ira, y grande en misericordia.
No contenderá para siempre,
Ni para siempre guardará el enojo.
No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades,
Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados» (RVR60).
Nancy Epperson: Gracie, ¿por qué no nos recitas Proverbios 3? Me encanta ese pasaje.
Nancy: ¿Puedes recitar un poquito de Proverbios 3?
Grace Ann: Sí. «Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento, reconócelo en todos tus caminos y Él enderezará tus sendas» (vv. 5-6)
Nancy: Ese es uno de mis versículos favoritos también. ¿Tardaste mucho en memorizar estos versículos?
Grace Ann: Sí.
Nancy: ¿Y cómo le hiciste?, porque algunas mamás están pensando, «No creo que mi hijo pueda hacer eso». ¿Les puedes decir como lo hiciste?
Grace Ann: Mi abuelita me ayudó.
Nancy: Y tu abuelita es Nancy Epperson, ¿verdad?
Grace Ann: Así es.
Nancy: ¿Cómo te ayudó?
Grace Ann: Ella me ayudó a leerlo todos los días, un poquito a la vez, todos los días y a repetirlo una y otra vez.
Nancy: Y una y otra vez, y otra vez. Y hará una gran diferencia en tu vida. Yo tenía tu misma edad cuando empecé a memorizar Escritura. El día que seas una persona mayor, como yo, agradecerás que tu abuelita te ayudara a hacerlo, y enseñarás a tus nietos algún día.
Nancy Epperson: Gracie, sé que te estoy exponiendo, pero ¿podrías recitar de Proverbios 3 desde donde empieza con «Hijo mío»?
Grace Ann: Claro.
«Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza,
y tu corazón guarde mis mandamientos,
Porque largura de días y años de vida y paz te añadirán.
La misericordia y la verdad nunca se aparten de ti;
Átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón.
Así hallarás favor y buena estimación ante los ojos de Dios
Y de los hombres.
Confía en el Señor con todo tu corazón,
Y no te apoyes en tu propio entendimiento
Reconócelo en todos tus caminos y Él enderezará tus sendas» (vv. 1-6).
Nancy Epperson: Quisiera añadir que le pedí que recitara estos versículos de imprevisto, así que, el hecho de que lo tenga fresco en su memoria me dice que ha meditado en estos versículos, esta es la meta al memorizar.
Gracias, Gracie. Estoy muy orgullosa de ti.
Nancy: No te advertimos sobre esto; así que, muchas gracias por hacerlo.
Débora: La Palabra de Dios es poderosa. La conversación que acabamos de escuchar entre Nancy DeMoss Wolgemuth y Nancy Epperson habla de la importancia de grabar la Biblia en nuestras mentes y corazones. También escuchamos a la nieta de Nancy Epperson, Grace, y cómo la memorización de las Escrituras es fundamental para la fe, especialmente desde una edad temprana.
El placer de memorizar las Escrituras crece con nuestro deseo de conocer y comprender la Palabra de Dios. Trabajar a través de un estudio bíblico es una gran manera de entrar en Su Palabra y dejar que te transforme.
Antes de terminar el episodio de hoy, quiero preguntarte, ¿alguna vez has sentido que no encuentras las palabras para orar? Sabemos que la oración es vital para nuestra relación con Dios, pero a veces puede parecer una lucha. Orar implica humillarnos, reconocer nuestras necesidades y pedirle a Dios que intervenga. Aun así, ¿quién de nosotras no ha experimentado esos momentos en que las palabras simplemente no fluyen? Ya sea que estemos pidiendo por provisión o intercediendo por un ser querido, a veces la oración se siente más difícil de lo que imaginamos.
Es por eso que queremos presentarte nuestro recurso destacado de este mes: «Cuando no encuentras palabras para orar». Con este libro tendrás a tu alcance docenas de pasajes de las Escrituras que te ayudarán a dirigir tus oraciones en diversas circunstancias y etapas de la vida. Esperamos que este recurso te anime y te inspire a profundizar en una oración basada en la Palabra de Dios.
Visítanos en AvivaNuestrosCorazones.com para más información sobre cómo adquirir «Cuando no encuentras palabras para orar».
Sin más por hoy, te esperamos el lunes para una nueva serie de Aviva Nuestros Corazones.
Llamándote a atesorar la Palabra de Dios en tu corazón, sin importar tu edad, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la series de podcast.
Colabora con nosotras
Tenemos el privilegio de proporcionar las transcripciones de estos mensajes vivificantes. Si el Señor ha usado Aviva Nuestros Corazones para bendecir tu vida, ¿considerarías donar hoy para ayudar a cubrir los costos y expander el mensaje?
Donar $5
Únete a la conversación