El mayor encanto de una mujer
Carmen Espaillat: Aquí Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín con algunos consejos de belleza contracultura acerca de la belleza..
Nancy Leigh DeMoss: El mayor encanto de una mujer viene a través de un corazón modesto, y un corazón modesto se expresa a través de un comportamiento modesto, vestimenta modesta, reacciones modestas y actitudes modestas.
Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.
Hablando de modestia y de todo lo que tiene que ver con la feminidad bíblica… ¿has escuchado hablar del movimiento Mujer Verdadera? Hace unos años Dios puso una carga en el corazón de Nancy para iniciar un movimiento contra-cultura para rescatar el diseño bíblico de la mujer. Y este anhelo dio inicio a las conferencias True Woman o Mujer Verdadera en el 2008.
Si tienes posibilidades de viajar hasta Indianápolis en octubre este es un …
Carmen Espaillat: Aquí Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín con algunos consejos de belleza contracultura acerca de la belleza..
Nancy Leigh DeMoss: El mayor encanto de una mujer viene a través de un corazón modesto, y un corazón modesto se expresa a través de un comportamiento modesto, vestimenta modesta, reacciones modestas y actitudes modestas.
Carmen: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.
Hablando de modestia y de todo lo que tiene que ver con la feminidad bíblica… ¿has escuchado hablar del movimiento Mujer Verdadera? Hace unos años Dios puso una carga en el corazón de Nancy para iniciar un movimiento contra-cultura para rescatar el diseño bíblico de la mujer. Y este anhelo dio inicio a las conferencias True Woman o Mujer Verdadera en el 2008.
Si tienes posibilidades de viajar hasta Indianápolis en octubre este es un evento que no te querrás perder, acompaña a Nancy en la conferencia True Woman 2014, los días 9, 10 y 11 de Octubre, organiza un grupo de mujeres de tu iglesia o comunidad y regístrate al visitar reviveourhearts.com. Tendremos traducción al español.
La modestia consiste en más que simplemente la cubierta externa de la piel. Nancy comenzó demostrándonos esto en el programa anterior de esta serie. Hoy escucharemos la segunda parte.
Nancy: ¿Eres una mujer modesta? ¿Qué queremos decir con eso? ¿Qué significa ser una mujer modesta? Hemos estado estudiando juntas la 1era carta del apóstol Pablo a Timoteo el capítulo 2 los versículos 9-10 y hemos hablado sobre la apariencia, las actitudes, y las acciones que Dios quiere que tengamos como mujeres cristianas.
Déjame decirte, por cierto, que lo que estoy diciendo para las mujeres aplica de igual manera para las jóvenes y para las niñas. Tenemos en nuestra audiencia algunas jovencitas de bachillerato, y estoy tan agradecida por ustedes. ¡Cómo me hubiese gustado haber podido aprender mejor algunas de estas cosas cuando tenía la edad de ustedes!
Probablemente no estuviera luchando con algunos de estos temas en la medida en que lo estoy haciendo en el día de hoy—si hubiese tenido como adolescente una mayor comprensión de lo que significa tener un corazón modesto.
Hemos visto que el apóstol Pablo dice que si somos mujeres que profesamos conocer a Cristo— si profesamos ser piadosas, si hemos hecho una profesión de fe— debemos demostrar eso, y demostraremos eso en nuestra apariencia externa, en la manera como nos vestimos.
Hablamos en la última sesión sobre las mujeres adornándose con un atavío respetable. Eso significa “adecuadamente y decentemente”, bien arreglada y apropiada. Eso tiene que ver con la manera como nos vestimos, lo que esperamos sea un reflejo de un corazón bien ordenado.
Y ahora él viene y habla en el versículo 9 no solamente sobre nuestro atavío o nuestra apariencia sino también sobre nuestras actitudes. Él dice, “Quiero que las mujeres se adornen con modestia y dominio propio”.
Si tienes la Biblia de las Américas, dice "con pudor y modestia." En la Nueva Versión Internacional dice "con decencia y propiedad". Y a mí me gusta la versión Reina Valera porque una de las palabras que usa te hace cuestionarte. Dice que las mujeres deben estar adornadas "con pudor y modestia".
Así que iniciemos aquí. ¿Qué significan estas palabras? Estas son dos actitudes del corazón que deben caracterizar a la mujer en cuanto a lo que apariencia se refiere; esa debe ser su actitud cuando ella viene a adorar a la iglesia.
Cuando escuchamos la palabra modestia, primero que nada puedo decir que es una palabra que no se escucha hoy muy frecuentemente. Es una palabra que probablemente evoca algunas imágenes negativas en las mentes de muchas personas. Cuando hablamos de modestia, muchos tienen la imagen de una mujer que es como una maestra de escuela que es agria y sin gracia. Nunca se ríe. Usa ropa que la cubre desde la barbilla y llega hasta los tobillos y hasta sus puños. Ella es muy correcta y formal y muy anticuada, quizás desaliñada. Déjame decirte que necesitamos deshacernos de todas esas imágenes porque son malas concepciones de una hermosa palabra.
El mayor encanto de una mujer viene a través de un corazón modesto; y un corazón modesto se expresa a través de un comportamiento modesto, vestimenta modesta, reacciones modestas, y actitudes modestas.
He estado estudiando esta palabra modestia y se han escrito muchos comentarios maravillosos sobre la misma. Permítanme compartir con ustedes algunos elementos que he recogido de varias fuentes, de guías de estudio, y de comentarios sobre lo que significa ser modesto, modesta. Viene de la palabra griega, aidos. Aidos es la palabra que significa "decoro, decencia".
Es una palabra que denota algunos elementos de timidez —timidez hacia los hombres, o modestia en nuestro enfoque hacia Dios en el sentido de sobrecogimiento y reverencia. Es una mujer que no simplemente se lanza a una situación. Ella sencillamente no se lanza a los hombres. Ella sencillamente no viene irrespetuosamente a la presencia de Dios. Ella es modesta en su acercamiento a Dios y hacia los demás.
La palabra tiene que ver con modestia mezclada con humildad. Vemos aquí una actitud humilde, y en la raíz de esta palabra, aidos, hay envuelta una idea de vergüenza — no en un sentido negativo, sino en un sentido positivo.
Está hablando sobre una mujer que es piadosa, quién estaría avergonzada si cualquier cosa en sus actitudes o en su vestimenta fuera alguna vez a causar deshonra a Cristo o alguna vez pudiera causar distracción a otros creyentes, o aun si pudiera alguna vez causar que algún hombre pecara en sus pensamientos o en su moralidad.
Ese es el concepto de timidez. Ella sabe cómo sonrojarse. Ella sabe cómo avergonzarse adecuadamente. Una mujer modesta no está cómoda cuando la gente está hablando indiscretamente, cuando están hablando en público sobre asuntos sexuales privados. Ella se siente incómoda en medio de esto, y ciertamente ella misma no habla de esta manera, ni de estos temas. Ella es discreta. Ella es reservada.
De hecho, escucha algunas de estas definiciones del diccionario de la palabra modesta o modestia. Significa poseer "un estimado modesto de los talentos propios, habilidades, y valor". Ves humildad en eso. Te ves a ti misma como realmente eres.
Significa "una aversión a llamar la atención hacia uno mismo". Tú no entras a un lugar y tienes que tener a todo el mundo centralizado alrededor de ti. Seguro conoces algunas personas quienes sencillamente entran en una habitación y son el alma de la fiesta. —No hay nada de malo con tener una personalidad extrovertida—. Esta es una persona, una mujer modesta, quien no está tratando de lograr que las personas se fijen en ella. Ella no está inclinada a tratar y a llamar la atención hacia ella misma. Ser modesta, de acuerdo al diccionario, significa "mostrar pudor o decoro en el lenguaje, en la vestimenta y en el comportamiento". Es estar libre de ostentación.
Cuando pienso en palabras como extravagancia u ostentación, puedo pensar en algunos tipos de ropa, incluso algunos estilos de peinados que son extremos, que llaman la atención en sí mismos. O algunos tipo de joyas— tú sabes que cuando miras por primera vez lo que ves en esta persona quizás son sus aretes. No puedes ni siquiera ver su cara, porque tiene estos aretes que son enormes. Ahora ¿Qué tamaño de aretes es considerado como poco recatado? Eso no te lo podría decir.
Es ahí cuando tienes que postrarte frente al Señor y decirle, "¿Es modesta mi vestimenta, mi bisutería, mi comportamiento, mis modales, mi vocabulario? ¿Demuestran un pudor apropiado? ¿Está libre de extravagancia u ostentación?"
Cuando pienso en esta definición del diccionario, pienso en lo opuesto de la mujer de Proverbios 7. Proverbios 7 dice que esta mujer es “alborotadora y rebelde” (v.11). Ella definitivamente no es una mujer modesta. De hecho, lo opuesto de modestia, en cierto modo, es vanidad— una mujer que es orgullosa, una mujer que muestra su “mercancía”, sus tesoros, su vestimenta, sus riquezas, su opulencia. Ella está haciendo alarde de su opulencia. Ella no es modesta.
Esta palabra implica el rechazar cualquier cosa que sea desagradable al Señor o que pueda hacer que otra persona peque. Una persona que es modesta cree lo que dijo Jesús cuando dijo "Es mejor estar muerto que causar que otro creyente peque" (ver Mateo 18:6).
Así que cuando me estoy vistiendo en la mañana, mientras preparo mi corazón en la mañana, debo preguntarme, "¿Me estoy vistiendo con modestia? ¿Muestra mi apariencia exterior la modestia?"
Déjame hacerte algunas preguntas en las que estuve pensando que quizás te ayuden a aplicar este asunto y hacerte la pregunta, "¿Soy una mujer modesta?"
¿Me visto con ropas respetables, de forma ordenada, decente, que no causa distracción o tentación a otros?
¿Tengo una perspectiva humilde de mí misma?
¿Tengo una perspectiva alta de Dios?
¿Soy culpable de anunciarme o de promocionarme a mí misma? Si soy culpable de anunciarme o promocionarme a mí misma, entonces no soy una mujer modesta. No tengo un Corazón Modesto.
¿Soy reservada adecuadamente en la manera que hablo, en mi lenguaje? ¿O hablo demasiado? La mayoría de nosotras como mujeres tenemos que luchar con esto. La respuesta para la mayoría de nosotras es que sí, que hablamos demasiado.
La otra noche estuve cenando con dos mujeres, colegas mías en Aviva Nuestros Corazones. No había estado con ellas desde hacía largo tiempo, y tuvimos una cena muy agradable.
Pero le dije a alguien después, "Hablé demasiado". Quiero decir, tuvimos un gran tiempo pero en mi corazón yo sabía que había hablado demasiado. Y la persona a quien se lo dije me preguntó, "¿Y pecaste?",
Le dije, "Tú sabes, que probablemente lo hice".
No sé si estas mujeres pensaron que pequé, pero la Escritura dice, "En las muchas palabras no falta pecado" (Proverbios 10:19). Hablar demasiado no es modesto. No es moderado. No es mesurado querer ser el alma de la fiesta o el centro de atención; ser bulliciosa, no es moderado o modesto.
¿Eres reservada apropiadamente en tu vestimenta, en tu comportamiento? ¿Estás libre de ser ostentosa? ¿Eres discreta? ¿O eres lo opuesto? A continuación algunas de las palabras opuestas a ser modesta: demasiado atrevida, arrogante, agresiva, controladora, dominante.
No tienes que tener un volumen alto de voz para ser todas estas cosas. Déjenme preguntarles como madres, las que son madres, en sus hogares, como adolescentes… , ¿encuentras que eres controladora y dominante? Eso no es modesto. ¿Eres renuente a llamar la atención sobre ti misma?
El Señor ha estado realmente hablándome sobre esto recientemente. Soy tan bendecida de tener compañeros y amigos de oración que me aman y quienes oran por mí. Las personas siempre me preguntan, “¿Cómo estás? ¿Cómo van las cosas? ¿Cómo puedo orar por ti? ¿Cómo le va a Aviva Nuestros Corazones?" Y me emociona mucho su interés.
Pero ¿sabes de qué me he dado cuenta? Que como resultado de eso, la mayor parte de la conversación gira alrededor de mí, sobre lo que me interesa y lo que ha estado pasando en mi vida.
El Señor me ha estado desafiando sobre esto. Porque si tengo un corazón modesto, cuando entro en una conversación, debo pensar, “¿Cómo puedo ser una bendición para esta persona? ¿Cómo puedo preguntarle sobre sus intereses, acerca de lo que está ocurriendo en su vida?”
Estoy comenzando a evaluar mis conversaciones de esta manera. ¿Hablamos todo el tiempo sobre mí en esta conversación? O hablamos sobre lo que es de interés para esta otra persona. Eso es modestia.
En cuanto a la vergüenza o el pudor: ¿Te aflige el solo pensar en la posibilidad de ofender a Dios o causar que alguien peque? Eso es el resultado de un corazón modesto. ¿Odias el pecado? ¿Eres intencional sobre hacer todo lo que puedas para evitar causar que otra persona peque, en relación a tu vestimenta, o con relación a tu vocabulario, o a tu comportamiento? Todo eso es lo que fluye de un corazón modesto.
Carmen: Nancy Leigh DeMoss volverá pronto con la segunda parte del programa de hoy. Ella ha estado ayudándote a desarrollar una comprensión bíblica profunda sobre la modestia. El programa de hoy es parte de una serie llamada, La hermosura de un corazón modesto. Para leer la transcripción, o escuchar el audio, solamente visita AvivaNuestrosCorazones.com. Nancy está de vuelta con la próxima característica de un corazón modesto: dominio propio.
Nancy: Esta semana estamos estudiando uno de los pasajes, que para nosotras como mujeres, es uno de los más contraculturales de toda la Palabra de Dios. Quiero pedirles que vayan, si pueden, a 1era de Timoteo capítulo 2 los versículos 9-10. Hemos hablado de cómo el contexto de este pasaje es primero enseñar a los hombres. El versículo 8 le indica a los hombres cómo están supuestos a comportarse en la iglesia y cómo están supuestos a proveer liderazgo espiritual al Cuerpo de Cristo. Entonces los versículos 9 y 10 le indica a las mujeres cómo comportarse ellas mismas dentro de la familia de Dios.
Pablo dice, "Las mujeres se vistan con ropa decorosa". Eso tiene que ver con el atuendo, con nuestra apariencia. Nuestra apariencia debe ser respetable, decente, bien ordenada, bien arreglada. Entonces él dice que debe también ser con una actitud de corazón de "pudor y modestia, no con peinado ostentoso, no con oro, o perlas, o vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a las mujeres que profesan la piedad".
En esos dos pequeños versículos, el apóstol nos está hablando a nosotras. El Espíritu Santo, a través de Pablo, está hablando sobre nuestra apariencia, nuestras actitudes, y nuestras acciones. Mira esa palabra, pudor o dominio propio. El fruto del Espíritu es dominio propio. A la vez que nos gobierna, este produce esa actitud en nuestro corazón. Es una palabra que significa "moderación." Algunas de las traducciones dicen sobriedad, y significa “consistencia de mente”. “sanidad mental, dominio propio”.
Es la ilustración de alguien que no es extravagante, que no es estrafalaria, no es dada a los extremos, sino que de buena gana, intencionalmente, escoge restringir sus deseos pecaminosos por medio del poder del Espíritu Santo. Escoge no exhibir su orgullo a través de una vestimenta ostentosa o de estilos extremos. Es una mujer que está dispuesta a limitar su propia libertad y a demostrar una vida restringida, auto controlada con restricciones apropiadas sobre todas sus pasiones y deseos.
Pablo habla aquí de una mujer que ejercita el autocontrol sobre sus pasiones sexuales y ejercita control sobre su comportamiento y sobre su vestimenta, sobre sus actitudes y su manera de tratar con los hombres de tal manera que no excite inapropiadamente las pasiones de otros hombres.
Ahora, una cosa es para ti excitar las pasiones de tu esposo. Eso es apropiado. Pero hacerlo con otros hombres es otra cosa— y nosotras las mujeres lo hacemos en tantas maneras sutiles. Flirtear por ejemplo es una violación a este principio, de esta actitud de corazón de dominio propio. Una muchacha provocadora dice, “¿Qué tengo que hacer para llamar su atención?” Y vemos a las mujeres hoy ser tan agresivas, lanzándose a sí mismas sobre los muchachos.
Algunas de ustedes tienen hijos en sus hogares por lo que saben de lo que les estoy hablando, lo que es tener a las muchachas llamándolos. Tengo madres que me han dicho, que como padres ellos dicen, “No está permitido en nuestro hogar”. Tuve una mamá quien recientemente me dijo: tuvimos que decirle a esas muchachas que están llamando, “Esta no es la manera que nuestros hijos hacen esto. Si él quiere hablar contigo, él te llamará”.
Ahora, sé que eso suena anticuado hoy en día. De hecho, para la mayoría de las mujeres jóvenes de hoy, eso suena como que eres de otro planeta. No está ni siquiera en la pantalla del radar de las mujeres jóvenes el pensar de esta manera día hoy. Es por eso que necesitamos modelarlo.
¿Qué significa tener control de mi misma? ¿Qué significa ser cuidadosas en cómo halagamos a los hombres para no expresar inapropiadamente admiración por ellos?
Yo trato con esto en este ministerio, porque trabajo con muchos hombres casados. Dios me ha bendecido con algunos hombres piadosos maravillosos alrededor de mí en Aviva Nuestros Corazones y también en nuestros ministerios asociados. Aprecio tanto sus corazones y su labor. Quiero tener un espíritu agradecido, lo quiero expresar, pero lo quiero hacer de una manera que sea apropiada, una manera que sea moderada. Esa manera tiene que ver con nuestro vocabulario, con nuestro contacto físico, con lo que hacemos con nuestros cuerpos. Tiene que ver con la manera en como usamos nuestros ojos.
Les digo, que aun cuando salgo a correr o a caminar para ejercitarme, trato de pasar modestamente por el lado de los hombres que encuentro en mi camino, se que la modestia y el dominio propio me enseñan a no mirar a esos hombres directo a sus ojos. Me enseña a desviar la vista. Ahora bien, no tienes que hacer esto de manera grosera. Pero significa que no vas a comprometer tu alma o tu espíritu con un hombre que no es tu esposo. Eso requiere de autocontrol.
Las mujeres de hoy no saben lo que es el dominio propio, el autocontrol. Están ahí, solamente hablando y haciendo y actuando en maneras que no son en nada controladas. Es el resultado de no tener una mente sana, de no tener una mente disciplinada o controlada, de no tener sentido común, de no tener un radar espiritual, como dijo un escritor, este le diría a una persona lo que es bueno y apropiado.
¿No es eso lo que a tantas mujeres les hace falta hoy? Tener un radar espiritual. No hay radar espiritual. Observo la manera en la que algunas mujeres se meten en problemas con los hombres. Estoy hablando de mujeres dentro de la iglesia. Y digo, "¿Dónde estaba tu sensatez espiritual? ¿Cómo te metiste en esa situación?"
Ahora, sé que la carne es la carne y la tentación siempre está ahí. Pero te digo que, si tienes autocontrol, dominio propio, encontrarás que hay una gran cantidad de situaciones en las que nunca terminarás envuelta porque habrás hecho elecciones sabias y moderadas— con tu lengua, con tus ojos, con tu espíritu, con tu contacto físico. Vamos a hacernos algunas preguntas y dejemos que sea Dios quien evalué nuestros corazones.
¿Soy yo una mujer autocontrolada?
¿Eres tú una mujer que ejerce autocontrol?
¿Tienes una manera sana de pensar?
¿Eres moderada y medida en tus hábitos alimenticios, en tus hábitos de bebida, o en tus hábitos de ejercicio?
Quizás tu respuesta es "¡Oh no! Ahora has comenzado a entrometerte". Bueno, yo solamente me entrometo donde el Espíritu Santo se entromete conmigo. Mientras pienso en esta cualidad, si voy a comer en exceso, obsesivamente, descontroladamente, eso es una evidencia de que no tengo esta cualidad de autocontrol en mi corazón.
¿Está tu lengua controlada y restringida por el Espíritu de Dios?
¿Eres una de esas personas que simplemente suelta cualquier cosa que le viene a la mente? Simplemente lo dices.
Oh… ¡Cuántas veces nos metemos en problemas las mujeres por esto! En tu hogar es donde esto es tan importante porque estás diciendo cosas en tu hogar que nunca soltarías en la iglesia, por rabia o frustración. Como mamá, como esposa, como joven adolescente, necesitas autocontrol cuando estás lidiando con los miembros de tu familia.
¿Tienes dominio propio en cuanto al uso de tu tiempo?
¿Eres propensa a tener arranques emocionales, a airarte?
¿Tienes control y disciplina sobre tu cuerpo, sobre tus apetitos físicos: la comida, el sexo, tu moral, el alcohol, las drogas?
¿Hay algunos hábitos que te esclavizan, hábitos que no son hábitos piadosos?
¿Estás dispuesta a restringirte a ti misma de extremos?
¿En la manera que gastas el dinero?
¿En los tipos de ropa que compras?
¿En tus hábitos de trabajo o haciendo los quehaceres dentro del hogar?
¿Eres disciplinada para hacer el trabajo cuando se necesita que se haga? O ¿eres como yo soy muchas veces, una persona que deja todo para más tarde?
Cuando te encuentras a ti misma en la fecha límite, conviertes la vida de todo el mundo en un nerviosismo porque no tuviste autocontrol sobre tu agenda.
¿Eres restringida y correcta en tus relaciones con los hombres? ¿En tu conducta con los hombres?
Tú dices, "Bueno eso suena como que no podemos tener ninguna diversión. Esto de ser rígida, disciplinada. ¿A quién le gusta esa palabra?"
Déjame decirte, la mayor libertad en la vida viene cuando estamos bajo el control del Espíritu Santo. Ahí es cuando puedes realmente disfrutar la vida. Ahí es cuando puedes disfrutar relaciones saludables y plenas en el Cuerpo de Cristo.
Son las mujeres que no tienen autocontrol las que terminan con sus vidas destrozadas en millones de pedazos, sentadas en la oficina de un terapista, llamándonos diciendo "Se me ha derrumbado la vida... ¿Hay algo que puedan hacer para volverla a componer otra vez?"
Un corazón con dominio propio es lo que traerá libertad, alegría y paz en tu vida. También te ayudará a adornar el Evangelio y hacerlo creíble.
Carmen Espaillat: Nancy Leigh DeMoss ha estado describiendo la belleza del autocontrol. Esa es solamente una de las características que llegan al corazón de la modestia. El programa de hoy es parte de la serie llamada, La hermosura de un corazón modesto.
¿Qué buscas cuando estás comprando ropa? ¿Precio? ¿Color? En nuestra próxima entrega, Nancy nos ayudará a reflexionar sobre esto a través de la continuación de la serie, La hermosura de un corazón modesto. Por favor regresa a Aviva Nuestros Corazones.
Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance Life Action Ministries. Y mi mamá es una mujer verdadera.
Toda la Escritura está tomada de la Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.
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