
El mejor regalo: construir un legado para generaciones futuras
Débora: Los padres le dan cosas a sus hijos… Muchas cosas. Pero Jani Ortlund nos reta a mirar más allá de las cosas materiales.
Jani Ortlund: El mejor regalo que le puedes ofrecer a tu familia es tu integridad personal ante tu Padre celestial. No se trata de una gran cantidad de dinero, prestigio social, ni el mejor equipo de fútbol infantil, sino de vivir de manera auténtica mientras aceptas con reverencia el llamado de Dios para ti.
El mejor regalo es una vida que se aleja con determinación del egocentrismo y el pecado, una vida que se vuelve hacia Cristo y Sus caminos. Es una vida que dice: «Señor, ¡soy completamente tuya! Estoy dispuesta. Mi respuesta será “sí” a cualquier cosa que me pidas».
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Mentiras que las mujeres creen …
Débora: Los padres le dan cosas a sus hijos… Muchas cosas. Pero Jani Ortlund nos reta a mirar más allá de las cosas materiales.
Jani Ortlund: El mejor regalo que le puedes ofrecer a tu familia es tu integridad personal ante tu Padre celestial. No se trata de una gran cantidad de dinero, prestigio social, ni el mejor equipo de fútbol infantil, sino de vivir de manera auténtica mientras aceptas con reverencia el llamado de Dios para ti.
El mejor regalo es una vida que se aleja con determinación del egocentrismo y el pecado, una vida que se vuelve hacia Cristo y Sus caminos. Es una vida que dice: «Señor, ¡soy completamente tuya! Estoy dispuesta. Mi respuesta será “sí” a cualquier cosa que me pidas».
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Mentiras que las mujeres creen y la verdad que las hace libres», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 30 de mayo de 2025.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Bueno, no hace falta ser madre o padre para amar a los niños y querer invertir en las generaciones futuras. El programa de hoy está dirigido a madres y abuelas, pero en realidad es para todas nosotras.
Si te perdiste lo que Jani Ortlund compartió ayer en Aviva Nuestros Corazones, aún puedes volver a escucharlo en AvivaNuestrosCorazones.com, o en la aplicación Aviva Nuestros Corazones. Jani es esposa de pastor, madre, abuela, autora y una gran amiga mía.
Ella nos ha estado hablando sobre el concepto de construir un legado espiritual para nuestros hijos y los hijos de ellos, hasta la décima generación. Es algo por lo que sé que Jani ha orado desde que la conozco. «Señor, bendice a nuestra familia… hasta la décima generación» (ella calcula que son por lo menos 200 años). ¡Y ojalá más mujeres oraran así por sus familias!
El mandato de transmitir la verdad de Dios a las generaciones venideras se ve hermoso en el Salmo 78, versículos 5 al 7, donde el salmista escribe:
«Porque Él estableció un testimonio en Jacob,
Y puso una ley en Israel,
La cual ordenó a nuestros padres
Que enseñaran a sus hijos,
[entonces el salmista expone la visión de por qué el asombro hacia Dios y Su
Palabra, deben ser transmitidos]
Para que la generación venidera lo supiera, aun los hijos que habían de nacer
Y estos se levantaran y lo contaran a sus hijos, [¿por qué?]
Para que ellos pusieran su confianza en Dios,
Y no se olvidaran de las obras de Dios
Sino que guardaran Sus mandamientos».
El Señor siempre ha querido que Su verdad se transmita como ese testigo que se entrega en una carrera de relevos, de una generación a la siguiente. En el sabio diseño de Dios, las familias son el contexto dentro del cual esto sucede, de mejor manera y más naturalmente.
Y ahora retomaremos el tema donde lo dejamos ayer. Jani Ortlund nos comparte cómo podemos permitir que el evangelio sea la pauta en nuestro hogar.
Jani Ortlund: Cuando nuestros hijos eran pequeños, teníamos un presupuesto muy limitado, y no disponíamos de fondos para comprar muchos libros. Así que voy a mostrarte algunas cosas que hemos usado en nuestra familia, con nuestros hijos y nietos. Son algunas cosas que hemos comprado. Esto se puede empezar desde muy temprana edad.
Tengo un libro que acabo de recibir como regalo que se titula Salmo 23. Es un libro que enseña los colores según los versículos. Por ejemplo, versículo 1 «El Señor es mi pastor; nada me faltará» (v. 1). Y entonces les enseño el color marrón que está en la imagen.
«En lugares de verdes pastos me hace descansar» (v. 2). Y así sucesivamente. De esa manera, aprenden los colores. Puedes empezar a hacer esto con un niño de seis meses sentándolo en tus rodillas. Y, por supuesto, no recomendaría hacerlo mientras comes helado con un niño tan pequeño.
Cada hogar debería tener una copia de la Biblia para niños: Historia de Jesús. Si la tienes, cuando vuelvas a casa, lee Daniel con tu familia y coméntales: «¡Aprendimos sobre esto este fin de semana!». ¡Yo la leo una vez al año y es tan edificante! Es un recurso maravilloso. Y si no tienes una Biblia para niños, cómprala. La necesitas si tienes niños en casa.
Existen muchos tipos de libros que puedes adquirir. Nosotros usábamos uno llamado El Éxodo, y leíamos una página cada noche para nuestro devocional. Era sobre un pasaje diferente de las Escrituras y los niños que sabían leer buscaban el pasaje correspondiente.
Este se trata de Éxodo capítulo 1, versículo 22, cuando Moisés fue encontrado en los juncos. En ese libro hay una hermosa ilustración. Puedes leerlo y conversar del tema juntos, además de realizar todo tipo de cosas relacionadas. Ahora me gustaría hablarte sobre algunas cosas que hemos hecho en nuestra familia.
¿Cuántas de ustedes pueden comprar una cartulina? Cuesta solo un par de dólares. Así que no es caro para aquellas de ustedes que están pensando: «¡No puedo salir y comprar un montón de libros, Jani!». En uno de los libros que he escrito, publicado por Crossway, titulado His Loving Law, Our Lasting Legacy(en español sería Su Ley Amorosa, Nuestro Legado Perdurable], escribo de cómo vivir los Diez Mandamientos y transmitirlos a tus hijos.
En el libro, después de cada mandamiento, explico cómo la Ley de Dios aplica para ti y luego trato de mostrarte cómo enseñarla a tus hijos. También te muestro cómo puedes grabar estos principios en el corazón. En el primer capítulo, la primera lección, hablamos de cómo la ley es un espejo. Charles Spurgeon nos enseñó eso. La ley nos muestra dónde estamos pecando.
Esa es la carta de amor de Dios para nosotros en el sentido de que nos muestra cómo quiere que lo sigamos y nos señala la cruz. Allí tenemos una lección sobre la gracia y cómo la ley nos lleva a Jesús. Cada vez que pecamos, cuando miramos a Cristo, eso es lo que Dios ve en nosotros. Él no mira la suciedad que vemos en el espejo.
Y puedes continuar así. Hay muchas maneras de enseñar cada mandamiento.
¿Ves cómo puedes hacerlo? Es muy sencillo. No necesitas mucho dinero, sino dedicar tu tiempo para enseñar a tus hijos los Diez Mandamientos. Un año, decidimos guiar a nuestros hijos a través de la Biblia. Aunque, en realidad, planeábamos que fueran unos dieciocho meses. Íbamos a aprender un versículo de la Biblia al día. ¡No! Bromeo, era un versículo a la semana.
Elegimos un versículo de cada libro de la Biblia, sesenta y seis semanas, y nos tomamos algunas semanas extra para repasar. Les dijimos a los niños que habría un buen premio cuando terminaran.
Y, por supuesto, lo planeamos porque sabíamos que habría una reunión familiar en California, cerca de Disneylandia. ¡Pero no se lo dijimos a los niños! Ellos trabajaron y trabajaron, y nosotros seguíamos manteniendo la promesa del premio como motivación. Así que, semana tras semana, aprendieron un versículo nuevo.
Yo compré hojas de papel en una papelería por unos pocos dólares. No necesitas gastar mucho dinero. Lo que necesitas es invertir tu corazón en tus hijos.
Existen muchos recursos disponibles en línea, y entre tú y el Espíritu Santo. Nunca te arrepentirás del tiempo que dediques enseñando a tus hijos la Palabra de Dios. Deja que el evangelio marque el clima de tu hogar.
Otra forma en la que puedes vivir teniendo en cuenta a las generaciones futuras es hacer de tu casa un pedacito del cielo. ¿Cuál es la atmósfera que impregna tu hogar? ¿El amor satura tus relaciones? ¿La paz permea tus problemas? ¿La amabilidad gobierna tu hogar?
Pídele a Dios que te ayude a desarrollar el poder de una cultura del evangelio dentro de hogar. No importa cuán correcta sea la doctrina si esa doctrina no es atractiva para tus hijos. ¿Tu familia ve que vives lo que crees?
Cuando hablas de obediencia, bondad u honestidad, ¿tus hijos te ven vivir estas cosas también? ¿Les gusta estar en casa? ¿Quieren invitar a sus amigos? Intenta que tu casa sea su primera base, su primer lugar de descanso en su viaje al cielo, que sepa un poco al cielo. El Señor te ayudará a lograrlo.
Una tercera manera de permitir que el evangelio marque el clima de tu hogar es rodear a tu familia con una iglesia fiel y viva. Tu familia necesita una comunidad cristiana que les ayude a edificar su fe para el futuro. ¡No te des por vencida con la iglesia de Jesucristo! No hay iglesia perfecta. Cualquier iglesia a la que vayas tendrá sus desequilibrios y desafíos.
No hay una iglesia perfecta, pero aquí hay ciertas cosas que puedes considerar al buscar una:
- ¿Honran la Palabra de Dios como su verdad eterna?
- ¿Dedican un gran esfuerzo para enseñar fielmente Su Palabra a todas las edades?
- ¿Presentan el mensaje del evangelio con gracia y con una invitación abierta?
- ¿Se experimentan relaciones sanas entre el personal, los miembros y visitantes?
Si no estás involucrando a tu familia en una iglesia saludable, estás arriesgando la fe de tus hijos para el futuro. Por favor, ¡no renuncies a la iglesia de Jesucristo! Él murió para hacernos uno. Sé que dentro de la iglesia tenemos luchas, como cualquier familia. No te rindas. Encuentra una buena iglesia y lleva a tus hijos.
Otra manera de ayudar a vivir las diez generaciones es regocijarse en el matrimonio bíblico. Algunas de ustedes pueden estar divorciadas, otras pueden ser madres solteras con hijos, pero aun así pueden regocijarse, dondequiera que estén en sus vidas, en el plan de Dios para el matrimonio.
Si estás casada, cultiva un matrimonio feliz y hermoso lo mejor que puedas, uno que haga el evangelio atractivo para tus hijos. La Palabra de Dios es completamente pro romance, así que ¿por qué no lo serías tú?
Piensa en todas las historias de amor que hay en la Biblia, pero también en algunos de los pasajes que se refieren a la intimidad en el matrimonio, como el libro de Cantar de los Cantares o sobre el adulterio en Proverbios 5. Dios valora y celebra el amor y el sexo en el matrimonio, y llama a las mujeres casadas a disfrutar del romance que Él ha bendecido.
Tu matrimonio es mucho más importante que tu propia felicidad. Me tomó años darme cuenta de eso. El matrimonio es un compromiso incondicional con una persona imperfecta. Eso significa que a veces serás infeliz. Pero ser infeliz no es lo peor de la vida.
En tu matrimonio, hay mucho más en juego que tu realización personal. Pídele a Dios, a Aquel a quien le prometiste ese día que te casaste (hiciste tu promesa ante Él), la gracia y la fuerza para vivir por encima de tus propios sentimientos heridos, tus decepciones, tus frustraciones, tu resentimiento y tu amargura.
Esto no siempre es fácil, ¡pero vale la pena! Dios puede edificar algo maravilloso a partir de dos personas que siguen trabajando para cumplir la promesa que se hicieron de tratarse bien el uno al otro durante toda su vida juntos.
Dales a tus hijos una imagen de cómo podría verse esto. Entrena a tus hijos para sus futuros matrimonios. Háblales sobre la importancia de cumplir las promesas y deja que te vean cumplir las tuyas cada día, tanto las grandes como las pequeñas.
Los niños mayores necesitan escuchar de nosotras que la unión sexual es mucho más que el mero placer físico, por maravilloso que este sea. Dios nos creó como hombres y mujeres, y Él diseñó el matrimonio para que fuera la unión de un hombre con una mujer. Tus hijos se están criando en una cultura en la que esta verdad se confunde, por lo que necesitas hablarles de ello. Debes animarlos diciéndoles que estás orando por su futura pareja y que esperas con ilusión el día en que se casen.
Ahora, permíteme sugerir una última forma de vivir hoy pensando en las generaciones futuras, y luego concluiré.
Enseña a tus hijos a obedecerte. Podría decir muchas cosas específicas sobre cómo trabajar con los niños y cómo enseñarles cosas diferentes.
Sin embargo, uno de los pilares de una familia de fe es aprender a equilibrar la disciplina y la estructura con el juego y la espontaneidad. El peligro radica en dar importancia a un aspecto más que al otro. El camino de la sabiduría mantiene ambas cosas unidas, haciendo que la obediencia sea a la vez atractiva y obligatoria.
Estás entrenando a tus hijos en cómo deben responder a Dios por la forma en que les permites responderte a ti. Tú como madre o abuela estás reflejando a Dios, desempeñando un papel similar al de Él como su agente especial. Piensa en ello de esta manera: amar, proveer, cuidar, proteger.
¿Es tu hijo irrespetuoso contigo? Entonces, ¿por qué esperas que honre a Dios a medida que crece? La manera en que tu hijo te obedece ahora está estableciendo un patrón para la forma en que obedecerá a Dios más adelante. Ayúdalo a aprender a obedecer a su Padre celestial.
Todos estamos siempre bajo alguna figura de autoridad. Incluso los adultos estamos bajo las autoridades gubernamentales y, en última instancia, bajo la autoridad de Dios. Enseña a tus hijos a honrarte, incluso antes de que entiendan por completo lo que eso significa. El quinto mandamiento dice: «Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el Señor tu Dios te da» (Ex. 20:12).
El quinto mandamiento se refiere al fluir de las relaciones humanas, y en el centro mismo de todas las relaciones está la que se establece entre el padre y el hijo. Toda la vida de un niño está profundamente influenciada por sus padres. La familia es el primer y más importante conjunto de relaciones en el comienzo de toda sociedad humana.
En ese quinto mandamiento, Dios nos muestra cómo vivir juntos en una unidad familiar estrecha, lo que, a su vez, afectará a todas las relaciones fuera del hogar. El deseo de Dios es preservar la continuidad intergeneracional de una fe vibrante en Él, que tendrá efectos duraderos.
Y creo que si a un niño se le enseña a honrar a sus padres, aprenderá a obedecerlos. ¿Qué es realmente el honor? Honor viene de la palabra hebrea que significa «peso», «pesado». Si honras a alguien, le das peso. Necesitamos ser buenos ejemplos en ese sentido también.
¿Cómo escuchan tus hijos que le das honra a los demás? ¿Qué te oyen decir de tus padres, tus suegros, tu predicador o incluso del policía que te acaba de poner una multa? Bueno, permíteme sugerirte unas cuantas maneras sencillas de enseñar a tus hijos a obedecerte, empezando desde una edad muy temprana.
Decide qué es lo más importante para ti. Te cansarás si intentas corregir absolutamente todo. En nuestro hogar, eran importantes la amabilidad, la honestidad y el trabajo duro con alegría. Esas eran las tres cosas en las que quería poner énfasis.
Cumple con tus instrucciones. Si no pueden obedecerte, ayúdales. Si no te obedecen, haz que lo hagan o disciplínalos. Que ellos sobrevivan a un «no» firme, siendo un pequeño de dieciocho meses o de dos años y a toda la frustración posterior, ¡fortalecerá a tu hijo!
Tu hijo aprenderá el dominio propio, la perseverancia, el ser capaz de decirse a sí mismo «no» cuando esté solo, al oír un «no» de sus padres y cumplirlo. Que ellos aprendan que el dolor de cualquier desobediencia es mayor que el placer de desobedecer, si tu hijo llegara a hacerlo. Sin esto, cualquier disciplina que administres carecerá de sentido y será infructuosa.
¡No disciplines a tu hijo a menos que funcione! Si estás disciplinando por el mismo comportamiento una y otra y otra vez, ¡no está funcionando! Trata el enojo a una edad temprana. No tengo tiempo para entrar en detalles, pero nosotros intentamos hacerlo cuando nuestros hijos eran muy pequeños, tratamos de entender cuál era la raíz de su enojo: ¿cansancio, autojustificación, orgullo, celos? Tuvimos que enseñar a nuestros hijos aquello por lo que valía la pena luchar.
Y, por último, ¡ofrece muchas recompensas! Los niños deben aprender que el bien y el placer van tan unidos como el pecado y el dolor. Premia la obediencia alegre y rápida, los buenos modales, la amabilidad, el respeto, el trabajo duro y todas esas cualidades que anhelas ver desarrolladas en tu hijo. ¡Agradecerás cada esfuerzo que hagas para que tu hijo te obedezca! Si deseas más ideas al respecto, me refiero mucho a esto en mi libro sobre los Diez Mandamientos: Su Ley Amorosa, Mi Legado Perdurable (pero solo está disponible en inglés)
Ahora permíteme concluir con una verdad importante. Esto es lo que tu familia necesita más de ti; si no escuchas nada más, escucha esto, estos últimos minutos.
El mejor regalo que le puedes ofrecer a tu familia es tu integridad personal ante tu Padre celestial: no se trata de una gran cantidad de dinero, prestigio social, ni el mejor equipo de fútbol infantil, sino vivir de manera auténtica mientras aceptas con reverencia el llamado de Dios para ti.
El mejor regalo es una vida que se aleja con determinación del egocentrismo y el pecado, una vida que se vuelve hacia Jesús y Sus caminos. Una vida que dice como María: «Aquí tienes a la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra» (Lc. 1:38).
Es una vida que dice: «¡Señor, soy completamente tuya! Estoy dispuesta. Mi respuesta será “sí” a cualquier cosa que me pidas».
Esto también está en el Padre Nuestro: «Venga Tu reino, hágase Tu voluntad» (Mt. 6:10). Es una oración que ya está aprobada de antemano. Por la gracia de Dios, para Su gloria, puedes entregarte al destino futuro de tu familia.
Fue Dios quien creó la familia como institución sagrada, según Génesis 2:18-25; fue Dios quien sentó un precedente al bendecir a Abraham y a su familia en Génesis 17:1-7. Esa familia creció hasta convertirse en la familia de Cristo mismo en Gálatas 3:29. ¿Ves cómo Dios ama a la familia?
Es Dios quien edifica familias en cada generación, como dice el Salmo 127. Es en tu familia, sí, tu familia, sin importar cuán rota o desordenada que esté, donde la bendición de Dios puede llegar, vivir y durar.
«Porque su dominio es dominio eterno, y su reino permanece de generación en generación» (Dn. 4:34). ¡Hasta la décima generación y más allá! No necesitas hacerlo tú. Permite que Dios te lo dé.
Empieza donde estás, aunque todo esté desordenado. Vuélvete a Cristo momento a momento, confiando en Él para tu siguiente paso, y sigue adelante. Él te ayudará a ser la madre, la abuela, la maestra de escuela dominical o la tía que tu familia necesita, y que nuestro futuro necesita. Tu compromiso imperfecto, pero fiel, será importante en el futuro.
Puede que a veces nos sintamos pequeñas, incluso derrotadas en nuestra rutina diaria, pero la verdad es que tenemos valor. Y seguiremos siendo importantes dentro de doscientos años. «La memoria de los justos es bendita» (Prov. 10:7). Que así sea en cada una de nuestras familias. Ahora, permíteme orar.
Padre, nos sentimos pequeñas, a veces incluso derrotadas, pero sabemos que eso no proviene de Ti. Sabemos que son los débiles los que te necesitan, ¡Y Tú amas a los débiles! Y queremos traerte todo lo que sentimos y pensamos que muchas veces nos tiene atrapadas en nuestra mente. Y lo hacemos agradeciéndote porque Tú das fuerza y poder a los débiles, pues Tu gracia nos sostiene.
Y Padre, algunas de nosotras sentimos miedo. Señor, traemos ante ti nuestras ansiedades por nuestros hijos y nuestro matrimonio. ¡Te necesitamos! No sabemos qué nos depara el futuro, pero afirmamos las mismas palabras que pronunció el profeta Daniel ¡El Cielo gobierna! Y el Cielo gobernará según Tu buen plan, y por eso miramos hacia Ti.
Te pido por cada familia que está representada aquí hoy. Señor, dales una historia que perdure hasta la décima generación, para Tu nombre y Tu gloria. Todo es para Ti, oh Señor Jesús. Amén.
Nancy: ¡Amén! Sí, todo es para Tu gloria. Qué maravillosa perspectiva a largo plazo, de Jani Ortlund.
Jani mencionó algunos recursos que pueden ayudarte en tu propio proceso para adoptar este tipo de perspectiva. Hemos colocado enlaces a esos recursos en la transcripción del programa de hoy. Para encontrar la transcripción, solo tienes que ir a AvivaNuestrosCorazones.com, hacer clic en el título del programa de hoy y podrás leer la transcripción completa ahí mismo.
Espero que el mensaje de Jani te haya dejado con algunas ideas nuevas, tal vez un mayor entusiasmo por cómo puedes invertir en las generaciones futuras. La Palabra eterna de Dios es atemporal y relevante para cada generación. Es por eso que aquí en Aviva Nuestros Corazones tenemos una visión a largo plazo. Nuestro deseo es invertir en las vidas de las mujeres que escuchan este programa para que ellas, a su vez, puedan transmitir la Palabra de Dios a aquellos que Él ha confiado a su cuidado.
Para seguir adelante con este ministerio que depende del apoyo de los oyentes, necesitamos de la generosidad de amigas como tú para seguir proclamando las verdades de las Escrituras, mientras invitamos a las mujeres a vivir en libertad, plenitud y abundancia en Cristo.
Y si nos has estado escuchando y nunca has considerado dar, te invito a hacerlo, pregúntale al Señor: «Padre, ¿quieres que sea parte de lo que estás haciendo a través de este ministerio?». Y no olvides que tu ofrenda principal debe ser hacia tu iglesia local, pero si Dios te ha bendecido y quieres impulsar nuestra misión, visítanos en AvivaNuestrosCorazones.com y apóyanos por medio de donaciones mensuales u ofrendas especiales. ¡Gracias por considerar ser parte de lo que Dios está haciendo a través de Aviva Nuestros Corazones!
Débora: Me uno a los agradecimientos de Nancy. ¡Gracias de antemano por considerar ser parte de lo que Dios está haciendo!
Y bueno, qué aliento y ánimo hemos recibido de esta enseñanza, ¿no te parece? Para ayudarte a profundizar un poco más en las verdades de las que Jani habló hoy queremos recomendar un devocional de 30 días titulado «Unos a otros». Y cuando decimos «unos a otros», nos referimos a las exhortaciones del Nuevo Testamento que incluyen la frase «unos a otros», como, por ejemplo:
- Amarse los unos a los otros.
- Animarse los unos a los otros.
- Perdonarse los unos a los otros.
- Y así sucesivamente, encontramos varias.
Nancy: Así es, y si queremos transmitir la verdad de Dios a las generaciones futuras, necesitamos asegurarnos de que estamos siendo un buen ejemplo para aquellos que seguirán nuestros pasos. Este devocional te ayudará a hacer precisamente eso, porque se centra en nuestras relaciones dentro de nuestras familias y de nuestra iglesia, es decir, los «unos a los otros».
Débora: Invitándote a pasar de manera intencional las verdades de la Palabra de Dios a la próxima generación, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la series de podcast.
Únete a la conversación