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Débora: Cuando Craig Owen llegó como ciudadano canadiense a California, tomó algunas decisiones deliberadas.
Craig Owen: Me fui a California. Pero no podía quedarme ahí indefinidamente sin hacer nada, porque seguía siendo un ciudadano canadiense. Necesitaba obtener una identidad estadounidense para poder residir allí. El proceso consistía en encontrar un certificado de nacimiento emitido a alguien nacido y que hubiera fallecido muy joven, es decir, antes de que lo registraran en documentos. Así que ese fue el proceso con el que solicitamos un certificado de nacimiento.
Débora: A partir de ese momento, Craig Owen se hizo pasar por Donald Ray Love. ¿Por qué Craig hizo esto? Quédate con nosotras en el episodio de hoy para escuchar más sobre su historia
Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Rendición: El corazón en paz con Dios», en la voz de Patricia de …
Débora: Cuando Craig Owen llegó como ciudadano canadiense a California, tomó algunas decisiones deliberadas.
Craig Owen: Me fui a California. Pero no podía quedarme ahí indefinidamente sin hacer nada, porque seguía siendo un ciudadano canadiense. Necesitaba obtener una identidad estadounidense para poder residir allí. El proceso consistía en encontrar un certificado de nacimiento emitido a alguien nacido y que hubiera fallecido muy joven, es decir, antes de que lo registraran en documentos. Así que ese fue el proceso con el que solicitamos un certificado de nacimiento.
Débora: A partir de ese momento, Craig Owen se hizo pasar por Donald Ray Love. ¿Por qué Craig hizo esto? Quédate con nosotras en el episodio de hoy para escuchar más sobre su historia
Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Rendición: El corazón en paz con Dios», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 2 de junio de 2025.
Si alguien parecía irremediablemente perdido, era Craig Owen. Había estado emitiendo cheques sin fondos, estaba involucrado en tiroteos y guerras de pandillas. Era un fugitivo de la ley en dos países. Entonces, cuando él y su esposa Terri se presentaron en una iglesia donde Life Action Ministries estaba celebrando un retiro con el tema de avivamiento, no parecían ser los típicos visitantes, pero Dios los encontró allí de manera poderosa.
Esta semana escucharemos su historia. Nancy grabó esta entrevista con Craig y Terri Owen hace varios años antes de que Craig falleciera. Su batalla final no fue con miembros de pandillas rivales, sino contra el cáncer.
Escuchemos a Nancy conversando con Terri y Craig Owen.
Nancy DeMoss Wolgemuth: En primer lugar, ustedes vivían en Covington, Indiana, en ese momento, pero no son de Indiana. Son de Canadá. Entonces, ¿qué estaban haciendo en Indiana? Vamos a empezar por ahí.
Craig: Nací y crecí en Toronto, Canadá. En mi juventud estuve involucrado en muchos problemas. Yo era un pandillero, un criminal, y estuve involucrado en crímenes violentos, robos a mano armada y cosas relacionadas con las drogas.
Después de eso, me arrestaron y estuve en prisión durante un par de años. Luego salí en libertad condicional y se me ocurrió una nueva idea para mis aventuras criminales, y eso fue robarles a los traficantes de drogas, ya que ellos no llamaban a la policía. Tenía un grupo de muchachos con quienes hacía eso a pequeña escala. Así era como hacíamos dinero y conseguíamos drogas.
En uno de esos robos, la policía pasó de casualidad por allí y nos vio. Fue un altercado bastante grande entre la policía tratando de detenernos y nosotros resistiendo y luchando por escapar. Al principio todos escapamos, pero tenían suficiente información para que identificaran y localizaran a algunos de los muchachos del grupo.
El equipo SWAT llegó al lugar donde hacíamos negocios y en el cual también vivíamos. Cuandoregresé al apartamento, ya estaba completamente rodeado, por lo que no intenté entrar. Me fui del área, pero atraparon a mis amigos que estaban dentro; y no hace falta decir que mi nombre apareció como uno de los más buscados.
Entonces, con todas las órdenes de arresto que tenía y todavía estando en libertad condicional, más todos estos nuevos cargos pendientes, decidí salir del país para intentar llegar lo más lejos posible.
Nancy: ¿Cuántos años tenías en ese momento?
Craig: Tenía unos diecinueve años.
Nancy: Así que todo esto sucedió en tu adolescencia.
Craig: Sí, durante toda mi adolescencia. Crecí en una familia de clase media alta, así que no existía un problema de pobreza. Tampoco hubo problemas de violencia doméstica ni tuve una familia disfuncional. Al contrario, mi familia era una familia normal y muy estable…menos yo. Yo era el que siempre desafiaba a la autoridad cada vez que tenía la oportunidad.
Desafiaba a mis padres; desafiaba a la autoridad siempre que podía, porque simplemente no sabía hacer otra cosa. Y al día de hoy no sabría decirte las razones fundamentales de por qué lo hacía, pero puedo decirte que lo básicamente me motivaba era esto: yo tenía un fuerte sentimiento de que la persona que tiene el control, es quien pone las reglas; por lo tanto, entendí que la autoridad se basaba en tu posición.
Pero aquí hay algo curioso, porque, además de esto, tenía un deseo muy fuerte de experimentar, probar cosas nuevas y vivir al límite. Cuando mezclas todo esto, de ahí sale mi lado criminal de todo lo que pasaba.
Nancy: Entonces, ¿dejaste Canadá por tu cuenta?
Craig: Sí. Conseguí que me sacaran fuera de la ciudad en el maletero de un carro. Luego tomé un autobús a las afueras de las cataratas del Niágara y crucé al otro lado.
Nancy: ¿Y no necesitaste documentos?
Craig: No, en ese tiempo la frontera canadiense y estadounidense eran muy libres. Simplemente te decían: «¿Vienes de visita? ¡Diviértete!». Todo lo que necesitabas era un certificado de nacimiento básico o algo así para cruzar.
Entonces me fui a California. Tenía una tía que vivía allí y me alojó por un tiempo en su casa. Pero no podía quedarme ahí indefinidamente sin hacer nada, porque seguía siendo un ciudadano canadiense.
Pero a través de algunos amigos en común, entendí que necesitaba obtener una identidad estadounidense para poder residir allí. El proceso consistía en encontrar un certificado de nacimiento emitido a alguien nacido y que hubiera fallecido muy joven, es decir, antes de que lo registraran en documentos.
Por ejemplo, un bebé o un niño de cuatro años o menos que murió en un accidente, entonces no habría registros escolares ni ningún otro registro de ese niño. En aquellos días las actas de defunción se guardaban por separado, por lo que no habría ninguna conexión. Así que ese fue el proceso con el que solicitamos un certificado de nacimiento.
Nancy: Entonces no estás hablando simplemente de obtener documentos estadounidenses, sino de obtener una identidad completamente nueva.
Craig: Exactamente. Era como comenzar de nuevo.
Nancy: Y para que no tuvieras que lidiar con los canadienses.
Craig: Correcto. Ese fue el proceso que hice para ser cien por ciento un ciudadano estadounidense, sin levantar ninguna sospecha en lo que a documentos se refiere. Y obviamente parte del proceso era obtener un nombre nuevo, y ese nombre fue Donald Ray Love. Y, por supuesto, tenía una nueva fecha de nacimiento que correspondía con la de esa persona.
Después de obtener el certificado de nacimiento, fui a la biblioteca pública y saqué una tarjeta de la biblioteca. Esos son dos documentos de identidad, luego el siguiente paso fue solicitar la licencia de conducir.Obtuve mi licencia de conducir, y una vez que la tuve, solicité un número de Seguro Social. Eso me dio el paquete completo de identificaciones que necesitaba.
Nancy: Y en ese momento, según la ley, tú eras el ciudadano estadounidense Donald Ray Love.
Craig: Sí. Estaba protegido con esa identificación. La memoricé. Asistí a una escuela ficticia…bueno, era una escuela real, pero tenía registros escolares ficticios que habíamos redactado como un historial de dónde había estado, para poder decir a cuáles escuelas había asistido.
Sin embargo, la ironía fue, aunque no recuerdo por qué, pero sentí que tenía que irme más lejos. Estaba nervioso de que los canadienses estuvieran cada vez más cerca de mí. Estaba realmente paranoico, entonces me dije a mí mismo: «¿Qué tal si me uno a la Fuerza Aérea?».
Fui a la estación de reclutamiento local, hablé con ellos y me alisté. Fui al campamento de entrenamiento en Texas y, en el proceso, tuve la opción de escoger las bases a las cuales quería ir. Hubo dos bases que llamaron mi atención. Me ofrecí como voluntario para ir al extranjero, ya que eso me permitiría ir a una base en Guam, una zona hermosa y tropical que estaba en el Pacífico Sur.
La otra base era la Fuerza Aérea Andrews, que estaba en Washington D. C. Finalmente opté por la misión en el extranjero.
Nancy: Cambiaste tus circunstancias, pero tú no habías cambiado.
Craig: Sí. El mismo yo de siempre todavía estaba vivo.
Nancy: Y tu corazón aún no había cambiado.
Craig: Correcto. Todavía tenía el mismo problema de actitud hacia la autoridad. Nunca sabré cómo logré pasar por el campamento de entrenamiento, porque cuando llegué allí, todavía estaba involucrado en las drogas de bajo nivel como la marihuana y cosas así. Tan pronto como llegué a la isla, me contacté con personas de ideas afines, aquellos que se drogaban y consumían marihuana y cosas así.
Teníamos paquetes que nos llegaban en avión, y yo me encargaba de recoger a los oficiales que llegaban en ese avión para llevarlos a sus habitaciones. Al mismo tiempo recogía el paquete sin que ellos lo supieran, luego lo pasaba a los otros compañeros, y lo consumíamos en nuestra base.
Lo que resultó irónico en medio de todo eso fue que el cuerpo de seguridad de la base ya sabía que eso estaba sucediendo, y ya tenían informantes. Tenían agentes encubiertos en el grupo de personas que yo conocía, así como en algunas de las otras bases de la región. Inevitablemente, caí en una trampa de la cual no me pude escapar.
Sin embargo, tuve un buen historial de servicio mientras estuve allí. Puede que haya fallado con mis actividades extracurriculares, pero en mi trabajo diario lo hice muy bien. Recibí elogios por mi innovación, por probar cosas diferentes y por tener una buena ética de trabajo. Trabajé duro en todo lo que hice allí.
Bueno, al final, cuando hicieron la redada y trajeron las órdenes judiciales para aquellos que estaban involucrados con las drogas, debido a mi historial laboral, me dieron dos opciones: hacer rehabilitación o tomarme un año sabático, como yo lo llamé.
Si escogía hacer rehabilitación, me enviarían a un centro de rehabilitación estatal durante seis meses y una vez que lo completara, podría ser reinstalado sin penalización en la misma base. Así que opté por eso en lugar de una baja deshonrosa.
Regresamos al estado después de que se terminaron todos los juicios y finalmente me dieron de alta. Tenía un amigo de la base que estaba conmigo y ambos decidimos explorar el país pidiendo que nos llevaran por la carretera. Comenzamos por California hasta Nevada, Utah, Colorado y Texas.
Finalmente, en Texas nos reunimos con algunos amigos y familiares de mi amigo, con quien dejé el servicio. Ellos también estaban involucrados en empresas criminales a bajo nivel. Una vez más, me quedé con personas de ideas afines.
Todavía estaba perdido; todavía me atraían magnéticamente aquellos a mi alrededor que hacían lo mismo que yo y que me hacían sentir cómodo.
Terminé involucrado en algunos problemas. Robamos algunas tarjetas de crédito y me descubrieron en uno de esos robos. Terminé cumpliendo tres meses en la cárcel del condado. Todos los amigos con los que estaba se fueron. Y aunque habíamos sido amigos mientras viajábamos por todo el país, la amistad no era muy estrecha. Una vez que me encerraron, a los pocos días, ellos se fueron del estado. Así que me quedé solo.
Pasé tres meses en la cárcel, obtuve libertad condicional y me liberaron. Me dieron tres períodos de ocho años simultáneos de libertad condicional. Eso significa que tenía que reportarme para monitoreo durante ocho años. No conocía a nadie en ese estado, no tenía conexiones, ni un lugar donde vivir. Entonces, el día después de que me liberaron, dejé el estado y me fui a Oklahoma porque era el más cercano.
Nancy: Y conociste a Terri en Oklahoma.
Terri Owen: Sí, lo conocí en la fiesta de cumpleaños del que era mi esposo en ese tiempo.
Nancy: Estabas casada y tenías cuatro hijos en ese momento.
Terri: Correcto.
Nancy: ¿Y no conocías al Señor?
Terri: No, para nada.
Nancy: Entonces tú y Craig se conectaron, ¿y qué pasó luego?
Terri: Conocí a Craig en la fiesta de cumpleaños de mi esposo. Su amigo Kevin lo había traído para presentármelo porque pensó que me agradaría. Pero la verdad es que Craig no me agradó en ese momento. Poco después, mi esposo fue asesinado y yo me desmoroné. Perdí a los niños, el Estado se los llevó; incluso perdimos nuestra casa. Craig me rescató y me ayudó a recuperarme, así que rápidamente me enamoré de él. Aunque, en ese momento, él no era Craig, sino Donald Ray Love. Yo no sabía que su verdadero nombre era Craig.
Nancy: Entonces conociste a este hombre que se presentó como Donald Ray Love, ¿y qué pensaste que él hacía o quién creías que él era?
Terri: Él era una persona muy amable, algo a lo que yo no estaba acostumbrada. Él realmente se preocupaba por los demás, a diferencia de la mayoría de las personas que yo conocía que no trataban a las mujeres con ningún respeto. Su amabilidad hizo que me sintiera atraída por él.
Nancy: ¿Sabías algo acerca de su estilo de vida?
Terri: Sí. En realidad yo tenía más o menos el mismo estilo de vida que él, así que esa parte no me sorprendió. Sin embargo, el hecho de que él me respetara y se preocupara por mis hijos, sí me sorprendió. Eso realmente llamó mi atención.
Nancy: Y Terri, mencionaste hace un momento que el Estado retuvo a tus hijos. ¿A dónde los llevaron?
Terri: Los llevaron a un lugar de acogida temporal. Pero los recuperamos rápidamente tan pronto como conseguí una casa donde alojarlos. Estuve lejos de mis hijos unas cinco semanas, pero Craig me ayudó en el proceso de recuperar a los niños. Yo nunca había conocido a nadie que se preocupara lo suficiente por alguien como para hacer eso. Él ni siquiera me conocía. Así que rápidamente me enamoré de él.
Nancy: Y Craig, ¿pensaste que estabas listo para sentar cabeza? ¿Estabas buscando salir de una vida delictiva y ser un hombre de familia?
Craig: No. Para mí la actividad criminal estaba tan integrada con lo que hacía que no la veía como una vida delictiva. Era como si fuera mi…
Nancy: … Como si fuera tu vocación.
Craig: Exacto. Yo reconocía que lo estaba haciendo mal y que tendría repercusiones y amenazas por parte de las autoridades, pero era una decisión calculada. Ese era mi estilo de vida.
Nancy: Así que no estaban planeando pasar la página.
Craig: No.
Terri: Todo lo contrario.
Nancy: Y por supuesto, sin el Señor no tenías ninguna motivación para cambiar.
Craig: Correcto. En ese momento no tenía ningún tipo de relación con el Señor, ni conocía nada relacionado con las Escrituras.
Nancy: ¿Entonces tú y Terri se casaron?
Terri: Más adelante.
Craig: Nos mudamos juntos y ella recuperó a los niños; consiguió una casa, y hubo un tiempo de relativa tranquilidad, tal vez por un par de meses. Pero yo todavía estaba involucrado en «peleas callejeras». El esposo de Terri, el que fue asesinado, formaba parte de una pandilla. Hubo problemas en ese grupo y empezaron a surgir peleas entre nosotros, así que nos disparábamos de camión a camión unos a otros.
Terri: Era como una guerra de pandillas.
Craig: Correcto. Supongo que hoy en día se consideraría la típica actividad de pandillero. La diferencia en ese momento era que no pertenecíamos a una pandilla en particular. No estaba claro quién estaba en este grupo o en aquel grupo.
Nancy: Era como una especie de anarquía.
Terri: Sí, exactamente.
Craig: En realidad esa es la mejor manera de decirlo. No había ningún jefe ni nada parecido. Era cada uno por su lado; sin embargo, siempre había alianzas. En una ocasión intenté explotar la estación de servicio de un hombre, un taller mecánico, y él contrató a otros hombres para que me mataran por haberle hecho eso. Así que tuvimos que irnos de la ciudad.
Nancy: ¿A quién te refieres cuando dices «tuvimos»?
Craig: Me refiero a Terri y los niños. Yo tenía un amigo que tenía un terreno en el norte de Oklahoma. Era un terreno boscoso y con agua, una zona hermosa. Teníamos una gran tienda de campaña estilo militar de dos habitaciones, era como una tienda de campaña tipo cuartel. De hecho, vivimos allí durante unos tres o cuatro meses con los niños en plena naturaleza.
Y lo creas o no, ese fue probablemente el momento de mayor unión que tuvimos como familia. Vivíamos juntos, pero Terri y yo aún no estábamos casados.
Como nos encontrábamos en un lugar tan aislado, no había interferencias, no íbamos a ningún lado, pero podía llevar a los niños a cazar y a pescar. Hacíamos manualidades y rompecabezas. Lo que fuera que tuviéramos que hacer, lo hacíamos con lo que teníamos. Todas esas cosas eran actividades familiares, y mientras Terri y yo estuviéramos despiertos hacíamos todo eso con los niños. Incluso había una playa cerca para ir a nadar.
Terri: Fue realmente maravilloso.
Craig: Para muchas personas que miraban desde afuera, era como si dijeran: «Oh, pobres personas», pero para nosotros fue uno de los momentos más importantes de unidad como familia, porque estábamos juntos.
Terri: Fuiste el padre que ellos nunca tuvieron.
Craig: Así es.
Nancy: Pero no podías quedarte ahí para siempre.
Craig: No. Tuvimos que seguir adelante. Decidimos emprender camino hacia el norte. Salimos del estado porque nos dimos cuenta de que todo había sido un desastre en Tulsa, y que no quedaba nada allí para nosotros. La violencia había llegado a un punto en el que los tiroteos de camión a camión eran impredecibles y yo nunca sabía si me iban a disparar o si yo le dispararía a alguien.
Era como lanzar una moneda al aire. Y afortunadamente, hasta el momento, en mi experiencia personal, todavía no le había disparado a nadie ni me habían disparado a mí.
Así que nos fuimos y salimos a la carretera con los niños en nuestro carro. Todavía tenía todas mis armas conmigo y todas mis municiones; me encantaba tener mis juguetes. En una ocasión estábamos en Arkansas cuando tuvimos algunos problemas con el motor del camión de mudanza.
Un amigo que viajaba con nosotros estaba reparando el camión en un parque estatal al borde de la carretera y mientras él intentaba que volviera a funcionar, yo estaba limpiando una de mis armas. El resorte se soltó y el arma se disparó. Mehirió justo encima de la rodilla, en la pierna izquierda, y la bala salió por encima de la pantorrilla del otro lado.
Me hizo un daño significativo. Estaba en aquel parque estatal sangrando mucho porque fue una herida arterial y la bala seguía en la pierna, mientras Terri estaba ahí con los niños en el auto.
Terri: Y yo no sabía conducir.
Craig: Todavía teníamos el motor del camión parcialmente desarmado en la parte superior donde estábamos trabajando. Un amigo que viajaba con nosotros estuvo de acuerdo en llevarme al hospital, pero también tenía órdenes judiciales. Así que fue un viaje lento para no llamar la atención.
No pudimos llamar a ninguna ambulancia ni a la policía, así que me metió en su camión y me llevó al hospital local de Little Rock. Tuve que dejar a Terri con los niños con nuestro camión en el parque.
Me dejó allí y esperó hasta que saliera la enfermera. Me pusieron en una camilla, me llevaron adentro y empezaron a atenderme. Mi amigo nunca regresó a donde estaba Terri. Se fue a otra parte. Simplemente se fue. Una vez más, fue una amistad superficial que demostró que no era una amistad verdadera.
A Terri le dio un ataque de nervios y los niños comenzaron a gritar. Estoy seguro de que ella gritaba porque no sabía qué hacer. Todo se estaba derrumbando frente a ella. De hecho, logró volver a colocar las piezas en el camión.
A lo largo de los años le he dicho a la gente que el 99 por ciento de las personas no tienen la capacidad de entender cómo hacerlo y mucho menos instalar las piezas para que funcionen. Pero, efectivamente, el camión encendió y funcionó. Puede que no funcionara a la perfección, pero funcionó.
Terri: ¡Fue por la desesperación!
Craig: Terri no sabía conducir. El camión tenía un remolque enganchado y ella logró armarlo y encontrar el camino a la ciudad ese mismo día. Obviamente yo estaba en el hospital mientras me atendían la herida de bala y trataba de entender qué estaba pasando.
Terri llegó al hospital y estacionó el remolque y el camión en el estacionamiento.
Ella fue a ver cómo estaba, pero mantuvo a los niños en el camión con ella. Durmieron allí durante toda la noche mientras me atendían en el hospital. Eso eventualmente atrajo la atención de las enfermeras, porque veían a estos cuatro niños pequeños caminando de un lado a otro. Obviamente, estábamos tomando comida de nuestra bandeja para darles de comer.
Juntas, las enfermeras intentaron ayudar durante sus turnos. Cuidaban a los niños adentro utilizando una de las habitaciones del hospital para ayudarnos.
Terri: Las enfermeras empezaron a llevar a los niños a sus casas por la noche. Una enfermera se hacía cargo de dos de los niños, y otras dos enfermeras se harían cargo de los otros dos. Luego la situación llegó al periódico y comenzaron a organizarse recolectas. La gente comenzó a enviar dinero para intentar ayudar a esta familia que estaba varada en el hospital.
Poco después, la policía se involucró porque querían saber más sobre esta herida de bala, y fue entonces cuando descubrimos que Craig no era Donald Ray Love, sino Craig Owen.
Nancy: ¿Y cómo sucedió eso?
Craig: Yo tenía la impresión de que tenía todas esas órdenes judiciales en Oklahoma bajo el nombre de Donald Ray Love, y pensé que sería más seguro usar mi verdadero nombre.
Nancy: Entonces volviste a usar tu verdadero nombre: Craig Owen.
Craig: Sí, pero no tenía ningún documento de identificación. Así que me hicieron más preguntas. Llegó un punto en el que les dije que no tenía documentos de identificación, pero que yo realmente era Craig Owen. Sin embargo, no les dije que era ciudadano canadiense.
Entonces me preguntaron: «Bueno, ¿de dónde sacaste ese nombre? En lugar de simplemente usarlo, ¿por qué surgió ahora de la nada?». Así que les expliqué en privado que ese realmente era yo.
Para la ley, yo seguía siendo Donald Ray Love. Fue una estrategia para despistarlos. No existían órdenes judiciales, por lo que no habría ningún problema. En ese momento, mi temor de que me presionaran y de que llegaran más órdenes judiciales era infundado.
Nancy: Y entonces empezaste a utilizar tu verdadero nombre, Craig Owen.
Terri: Exacto.
Craig: Y fue entonces cuando comenzamos a hacer el cambio, porque sentimos que era solo cuestión de tiempo antes de que las cosas en Oklahoma se supieran y se dieran cuenta de que tenía órdenes policiales bajo el nombre de Donald Ray Love.
Débora: El engaño realmente complica la vida, ¿no es así? Craig y Terri Owen vivían los resultados del pecado que los acosaba, el pecado que no les daba paz.
Hemos estado escuchando una conversación que Nancy grabó con Terri Owen y su esposo Craig, quien ahora se encuentra en la presencia del Señor. Hasta ahora, ha sido la historia de una pareja que huye de Dios y, como resultado, de las autoridades que Dios estableció. Espero que te quedes con nosotras esta semana para escuchar cómo esta pareja descubre la verdadera fuente de paz y descanso tras su huida.
Quizás puedas identificarte con algunas partes de esta historia. Tal vez algunas de tus decisiones te causan dolor, y aun así no estás renunciando al control. Nos encantaría que obtuvieras una copia del libro que Nancy escribió, titulado Rendición: El corazón en paz con Dios.
Este libro no es solo para personas que llevan vidas delictivas y que se encuentran huyendo. Todas nosotras descubrimos continuamente nuevas áreas de la vida que necesitamos entregar al Señor. Nancy te mostrará por qué es tan importante entregarse completamente al Señor. Ella te ayudará a abordar los miedos que te impiden rendirte y te mostrará las implicaciones prácticas de vivir una vida de rendición.
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Y bueno, el día de mañana volveremos a tener noticias de Craig y Terri Owen. Mientras Craig huía de estado en estado, cambiando de identidad, descubre qué le hizo dejar de huir y encontrar la libertad. ¡Te esperamos aquí, en Aviva Nuestros Corazones!
Llamándote a libertad, plenitud y abundancia en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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