
El poder de la resolución
Débora: Como madre de hijos con necesidades especiales, Melissa Jarvis ha aprendido a redefinir el éxito.
Melissa Jarvis: Algunas veces es muy difícil porque quiero que todo sea perfecto. Quiero que sean buenos estudiantes, que vayan a la universidad y tengan trabajos para que honren a Dios. Oro para rendir esa área a Dios y el resultado de lo que tener éxito significará para ellos.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth autora de «Rendición: El corazón en paz con Dios», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 26 de febrero de 2025.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Esta semana hemos estado escuchando a Dan Jarvis. Él es parte del personal de Life Action Ministries. También es pastor de una iglesia local.
Y en los últimos dos días hemos estado escuchando un mensaje que Dan predicó hace un tiempo sobre «Las fronteras de la fe». …
Débora: Como madre de hijos con necesidades especiales, Melissa Jarvis ha aprendido a redefinir el éxito.
Melissa Jarvis: Algunas veces es muy difícil porque quiero que todo sea perfecto. Quiero que sean buenos estudiantes, que vayan a la universidad y tengan trabajos para que honren a Dios. Oro para rendir esa área a Dios y el resultado de lo que tener éxito significará para ellos.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth autora de «Rendición: El corazón en paz con Dios», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 26 de febrero de 2025.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Esta semana hemos estado escuchando a Dan Jarvis. Él es parte del personal de Life Action Ministries. También es pastor de una iglesia local.
Y en los últimos dos días hemos estado escuchando un mensaje que Dan predicó hace un tiempo sobre «Las fronteras de la fe». Hasta ahora hemos escuchado tres retos que pueden impedirnos avanzar por fe, y son los siguientes:
- Riesgo: pensamos que el camino es demasiado riesgoso.
- Recursos: pensamos que no tenemos suficientes recursos para dar el paso de fe.
- Reubicación: algunas veces actuar en fe requiere mudarse.
Bueno, hoy escucharemos el siguiente reto y después Dan y su esposa Melissa se unirán a la conversación para hablarnos acerca de cómo se ve el caminar por fe en su vida y en la de su familia.
Pastor Dan Jarvis: El cuarto reto es uno con el que creo que probablemente todos hemos batallado en alguna ocasión cuando hemos intentado hacer algo importante, y es el reto de la resolución. Grábatelo: resolución.
Podrías salir de este lugar y estar realmente entusiasmada de vivir por fe, de solo pensar en vivir por fe, ¿verdad? Y podrías decir: «Wow, ¡estoy lista! Le quiero decir “sí” a Dios y quiero hacer lo correcto». Entonces sales de aquí, estás animada, pero en algún momento a mitad de semana habrá algo que pinchará tu globo, y te desinflarás. De repente te sientes derrotada y sin esperanza.
Y yo sé que eso te ha pasado porque a mí me ha pasado. Incluso cuando las cosas van bien, me sigue pasando por alguna razón. Algunas veces siento que me quiero dar por vencido en todo y me termino pensando: Espera un momento, hoy no ha pasado nada malo, pero sigo sintiéndome de esta manera, ¿por qué? ¿Qué me pasa?
Esta es la condición humana, mi querida hermana. Tenemos que mantenernos firmes en nuestra resolución. Y para mí, como cristiano, eso significa aferrarme firmemente a mi fe. Significa que cuando me siento desanimado, sea legítimamente o no, me aferro y le digo a Dios: «Señor, no estoy en esto por mi habilidad, porque lo hago bien o porque sepa todas las respuestas, estoy aquí por Ti».
Siempre que damos un paso de fe por Cristo, así es como tenemos que operar. Así que tenemos esta fuerte resolución en nuestro corazón de que no importa lo que pase, seguiremos a Cristo.
Cuando leemos todo lo que le pasó al apóstol Pablo, vemos que no todo le sucedió el mismo día, sino a lo largo de toda una vida. Lo golpearon, casi lo mataron, lo tiraron fuera de la ciudad, pero él no dijo: «Bueno, creo que tomaré un año de descanso, mi sabático, para recuperarme». ¡No! Él se levantó y regresó a la ciudad. Él estaba resuelto a vivir por fe, aun cuando las circunstancias eran muy difíciles. Y esa es la manera como tú y yo podemos vivir si empezamos a caminar por fe.
Atravesar una frontera de fe no te parecerá seguro ni cómodo, y justo antes de que llegues serás tentada a volver atrás. Eso hace parte de la historia.
Cuando Cristóbal Colón atravesó el vasto océano con sus 3 barcos, después de algunas semanas parte de su tripulación quería regresar. Si él los hubiera escuchado, se hubieran perdido la oportunidad de descubrir el nuevo mundo.
Cuando te adentras en un territorio desconocido, cuando haces cosas que nunca se han hecho antes, no faltará la tentación de volver atrás. Habrá muchas tentaciones para decir: «Bueno, estoy loco. ¿Por qué no hago esto de la forma más segura, la más fácil, la más tradicional, como todo el mundo lo ha hecho siempre?».
Bueno, podrías hacer eso, pero no llegarás a ver lo que Dios tiene reservado para ti. En ese momento no estarás viviendo una vida de fe.
Pablo dijo en Filipenses: «Concentro todas mis energías en una sola cosa: olvidando el pasado y mirando hacia adelante, me esfuerzo por llegar al final de la carrera y recibir el premio» (Filipenses 3:13-14 parafraseado).
Entonces, estás corriendo esta carrera de la vida, y tal vez algunas de ustedes digan: «Ya casi llego a la meta, ¡esto es emocionante!», casi llego a la meta y luego miras a la derecha o miras a la izquierda y tal vez haya razones para desanimarte, para estar desanimada. Tal vez tropieces, tal vez reduzcas la velocidad, ¡pero no te detengas! Continúa esforzándote hasta obtener el premio. Olvida lo que queda atrás y permanece enfocada. Eso es vivir por fe.
Pablo dijo: «No nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos» (Gál. 6:9).
Nancy: ¡Amén! Y Dan, estoy tan agradecida de que hablaras de este punto porque es algo con lo que cada ser humano, cada hijo de Dios, todas nosotras, tenemos que lidiar perpetuamente.
Podemos estar muy emocionadas, entusiasmadas con este camino de fe, y vamos a salir, y vamos a cruzar nuevas fronteras de fe, pero hay barreras, hay desafíos. Y puede que te suceda como a Nehemías, estás construyendo una muralla, un muro, pero estás enfrentando la oposición de los enemigos y ellos tratan de confundir tus planes.
Y hemos enfrentado muchas de esas barreras en los últimos 20 años en Aviva Nuestros Corazones, donde hemos necesitado estar resueltos a seguir adelante, incluso cuando es realmente difícil. Y al final de esta semana, voy a compartir más sobre algunas de esas dificultades.
Creo que una de las áreas de frustración y dificultad que muchas de nuestras oyentes enfrentan, donde necesitan resoluciones diarias, tiene que ver con el área de la crianza de los hijos. Y Dan, tú y Melissa, como hemos compartido en los últimos dos días, acogieron y luego adoptaron a seis niños con necesidades especiales con mucho equipaje.
Mientras hablábamos justo antes de este programa, nos reíamos y decíamos: «Todos los niños tienen necesidades especiales, porque todos los niños son pecadores. Todo niño requiere resolución por parte de los padres». Pero ustedes se han enfrentado a mucho de eso. Me gustaría que compartieran cómo el Señor les ha ayudado a desarrollar la resolución que necesitan para seguir adelante.
Dan: Bueno, es una gran pregunta. Hay muchas historias y yo diría que ha sido la parte más difícil en nuestro viaje juntos. Muchos de los cambios que hemos hecho, que están más relacionados con el ministerio, o con decisiones que hemos tomado, las hemos visto resolverse. Y a veces, incluso cuando no funcionan, no con algo que nos destruyen emocionalmente.
Pero cuando es en tu propia casa, en tu propia familia, y las cosas no van como quieres, o te enfrentas a contratiempos, es muy tentador rendirse. Yo diría que incluso en el día a día, ya se trate de un hijo o de otro, o de alguna situación nueva que se nos presente, hay momentos en los que realmente te quieres dar por vencido.
Melissa: Pienso que a veces, también, es solo porque es un área que no podemos controlar porque no podemos controlar su comportamiento. Es decir, podemos controlar nuestra respuesta a ellos, pero en realidad no podemos controlar lo que están haciendo.
Dan: Sí, totalmente.
Nancy: Y sus hijos han enfrentado dificultades físicas y aún las tienen. Ellos todavía son jóvenes, Y Dan, tú compartiste esto en tu iglesia, de que uno de tus hijos salió de un trasfondo en el que fue severamente abusado en el pasado y llegó a tu familia con mucho trauma en su historia.
Ustedes han ayudado a desentrañar esas necesidades emocionales, esas necesidades espirituales de estos niños. Y no puedo imaginar que haya ningún día en que sea fácil.
Dan: Bueno, cuando empezamos a ser padres de acogida, tuvimos muchos niños que entraban y salían de nuestra casa. No sé cuántos fueron, quizás cuarenta niños.
Nancy: Y eso requiere resolución.
Dan: Así es. Sin embargo, hay una pequeña diferencia. Para aquellos niños que tenían que regresar a su lugar de origen, aunque en su momento era muy difícil, siempre teníamos un plan a largo plazo en el que decíamos: «No tenemos que vivir con esto para siempre. Ayudaremos a este niño dándole todo el amor que podamos darle durante cierto número de semanas o meses, y después regresará a su familia biológica».
Nancy: Aunque a veces regresaban a situaciones realmente dolorosas.
Dan: Así es.
Nancy: Y eso duele.
Dan: La mayoría de las veces así ha sido.
Melissa: Así es.
Dan: Pero aún enfrentando esto, yo diría que las emociones son un poco diferentes porque hay un final. Pero cuando adoptas permanentemente a un niño y a medida que caminas con ellos en sus dificultades, llegas a un punto en el que reconoces que: «No hay manera de salir de esto». Estoy seguro de que cualquier padre se siente de la misma manera en un día difícil, pero sabes que no te puedes rendir.
Ya hemos resuelto este problema. Sabemos que son parte de nuestra familia para siempre. Eso significa que tenemos que seguir adelante y hacer lo correcto día tras día, aunque a veces parezca que no avanzamos. Melissa frecuentemente me dice que yo me escapo y me voy a trabajar. Ella no tiene ese beneficio y ella nos puede compartir un poco de lo que significan estas dificultades en el día a día. Y sé que hay padres, ya sean adoptivos o no, que tienen días en los que realmente se quieren rendir.
Nancy: ¿Rendirse o regalar a sus hijos verdad?
Dan: Sí, seguro. ¡Niños para compartir!
Nancy: No es una opción.
Dan: Pero para ambos, esa parte de nuestras vidas ha puesto a prueba nuestra resolución. Porque dimos esos pasos de fe para decir «sí» a cada uno de esos niños, ahora tenemos que vivir con esas decisiones y sacar el máximo provecho de ellas, aunque no siempre funcione, definitivamente no todo es color de rosa o o los días soleados. Hay días muy oscuros.
Melissa: Sí, yo diría que, en mi caso, es tomar la decisión de hacer lo correcto una hora a la vez; no solo a diario. Algunas veces es una decisión de cada hora.
Puedo levantarme por la mañana decidida a ser la mejor madre para los niños que Dios ha puesto en nuestro hogar. Y a veces eso se pone a prueba en la primera hora, y pienso: Oh, no. Va a ser un día terrible.
Puedo dejar que el resto de mi día sea arruinado por un pensamiento o puedo decir, «Voy a hacer lo correcto para esta hora».Entonces llega la siguiente hora, y hago lo correcto durante esa hora.Al final del día, a veces pienso: ¡Oh, sí!Hemos terminado el día, y no me he rendido, y ellos todavía me aman, y yo todavía los amo.
Nancy: Esa es la gracia de Dios, ¿verdad? A lo largo del día.
Melissa: Esa es la gracia de Dios a lo largo de todo el día.
Sé que muchas madres luchan. Te cargas y te abrumas pensando: «¿Así va a ser toda mi vida?». Y yo también me siento cargada pensando: Espero que dentro de 5 años ya no actúes de esta manera. Espero que la siguiente semana tú ya no te comportes de esta manera, o tal vez mañana.
Es una travesía en la que estás. Es dar un paso a la vez. Y a veces siento que debido a las necesidades especiales de nuestros hijos, es un paso realmente grande y sobrecargado para dar un solo día, pero Dios me respalda. Él está ahí. Puedo llevar mis cargas a Él, y Él me dice: «Te voy a dar esta porción para que pases el día de hoy, y mañana nos preocupemos por mañana».
Nancy: Y en esos días en los que te sientes abrumada o como si no tuvieras lo que se requiere para hacer esto, ¿qué te mantiene poniendo un pie delante del otro y dando el siguiente paso?
Melissa: Vuelvo a la Biblia donde habla de perseverar, y que tienes esperanza porque tu carácter se desarrolla a través de la perseverancia. Voy a Romanos, donde se habla de eso. Para mí, se trata de pensar lo siguiente: Estoy desarrollando mi carácter a través de esto.
No es simplemente decir: «¿Podré lograrlo hoy?», sino entender que el carácter de mis hijos importa. Es perseverar y seguir invirtiendo en ellos para que eventualmente ellos quieran honrar a Dios. Esa es la esperanza y esa es mi oración por ellos: que cuando salgan de nuestro hogar tengan ese amor por Dios y amor por los demás. Y si no hacen nada más, entonces sentiré que he cumplido con mi trabajo: amar a Dios y amar a los demás.
Nancy: Y como padres, ambos tienen que estar resueltos a esta tarea, a este desafío, a este llamado, incluso sin tener la seguridad de que sus hijos caminarán con Dios o lo harán de la manera que a ustedes les gustaría.
Ustedes oran para que así sea, pero esos capítulos aún no se han escrito. Sin embargo, ustedes siguen diciendo: «Vamos a demostrar la gracia y el evangelio de Cristo a estos niños. Incluso a través de nuestros propios fracasos, vamos a mostrarles cómo se obtiene la gracia de Dios, sin ninguna seguridad de que vayan a resultar de acuerdo a un guion determinado».
Eso tiene que ser duro algunos días.
Dan: Sí. Creo que es difícil todos los días, día tras día
Hice el cálculo y descubrí que tenemos 936 semanas para ser padres. Esto es si empiezas a calcular desde que el niño nace y llega hasta a los dieciocho de edad. A veces ves pasar esas semanas y es muy triste. Y dices: «Mis hijos están creciendo demasiado rápido».
Pero hay otros días cuando hay berrinches, y la casa es un desastre, y ves la escena y dices: «Espera, ¿En qué semana estoy? ¿Ya casi terminamos?». No estamos cerca de terminar, ni siquiera a mitad de camino. Cada una de esas 936 semanas es una oportunidad que Cristo nos ha dado para impactar a estos niños, para amarlos y para prepararlos para la vida.
Lo que me ha ayudado a continuar día tras día es lo que dijo Melissa: oramos porque esa visión más amplia suceda. Pero es también lo que tú dijiste Nancy: no hay una garantía. Puede que las cosas no salgan como esperamos y esto es verdad para cualquiera de los hijos; es verdad para cualquier ser humano.
Nancy: Es verdad para cualquier paso de fe.
Dan: Correcto. Para algunos de nuestros niños, en particular, hay algunos retos emocionales que vienen junto con su trasfondo que hace más probable que puedan entrar en un montón de dificultades en el futuro. Así que somos conscientes de eso.
Creo que hemos tenido que ajustar nuestras expectativas como padres al pensar en cómo sería el hogar perfecto y cómo todos los niños se alinearían y se sentarían juntos en la iglesia en silencio y estudiarían sus Biblias. Hasta ahora nuestra imagen no se ha parecido a eso, y no parece que vaya a ser así muy pronto.
Todavía tenemos la visión de tener una familia que honre a Dios, pero a medida que vamos viviendo eso, es como si tuviéramos que renunciar cada vez más a nuestras expectativas y decir: «Señor, queremos hacer lo mejor que podamos con lo que nos has dado, incluso si no es lo que pensábamos que íbamos a conseguir».
Melissa: Creo que para mí ha sido redefinir lo que es el éxito. Pienso que el mundo nos enseña que el éxito son los niños que están en todos los deportes, haciendo todo lo que académicamente es sobresaliente, y todo eso. Pero nuestra vida real no es así.
El éxito es simplemente volver a casa del colegio y no meterse en ningún problema escolar. El éxito puede ser, en el futuro, graduarse de la secundaria y conseguir un trabajo y mantenerlo.
El éxito podría ser simplemente: «Hoy voy a ser amable con mis hermanos sin enojarme».
Así que para mí, como madre de nuestros hijos con necesidades especiales y dados sus antecedentes, estoy aprendiendo a redefinir el éxito. Algunas veces es muy difícil porque quiero que todo sea perfecto. Quiero que sean buenos estudiantes, que vayan a la universidad y tengan trabajos para que honren a Dios. Oro para rendir esa área a Dios y lo que tener éxito significará para ellos.
Esa es un área a la que he renunciado: el resultado de lo que podría ser el éxito para ellos y redefinirlo para cada uno de nuestros hijos y no hacerlo igual, como: «Tienes que hacer esto porque esto es lo que se espera de ti».
Eso ha sido un verdadero reto para mí decir: «Hoy, voy a ayudarte a tener éxito en eso y perseverar a través de los desafíos que enfrentarás». Y eso es diferente para cada uno de nuestros hijos.
Nancy: Y Melissa, hablaste de cómo las tribulaciones y la perseverancia desarrollan un carácter probado.
Melissa: Sí.
Nancy: Hablaste de querer ver el carácter de tus hijos desarrollado. Pero Dios también está desarrollando tu carácter a través de la perseverancia. Háblame un momento sobre cómo ves a Dios. Los he observado a ti y a Dan en esta trayectoria durante los últimos, no sé, durante los últimos quince años más o menos. ¿Cómo has visto a Dios cambiando, construyendo tu carácter como mujer a través de los desafíos y la voluntad de perseverar a través de ellos?
Melissa: En realidad, pienso en mi relación con Dios desde una perspectiva totalmente nueva desde que soy madre.
No creo que mi relación con Dios fuera mala antes, pero creo que ser madre me ha mostrado que la gracia que Dios me da es muy valiosa.
Creo que desde que me convertí en madre, he aprendido la relación entre un niño y un padre y el ejemplo que eso puede ser de mi relación con Dios. Eso me ha dado una perspectiva totalmente nueva.
Una cosa que estoy aprendiendo específicamente es cuando pienso en la forma en que Dios interactúa conmigo, entonces ¿cómo puedo interactuar mejor con mis hijos?
Nancy: Así es.
Melissa: Dios me perdona, y a veces soy muy mala perdonando a mis hijos. Ellos me hacen o dicen cosas terribles, o se dicen cosas realmente malas entre ellos, y yo quiero estar justamente ahí y decir: «Eso estuvo mal, y esta es la consecuencia». Sin embargo, a veces necesito tener gracia. Esa es la forma en que Dios se relaciona conmigo. Hago las cosas mal. Digo cosas equivocadas.
Estoy aprendiendo diariamente acerca de la gracia de Dios sobre eso. Y entonces estoy aprendiendo a través de ese proceso que Él realmente puede ayudarme a ser mejor. Puedo decirle a mis hijos: «¿Recuerdas cuando solías ser así y cómo lo superamos y ahora ya no eres así?».
Puedo mirar mi propia vida y decir: «Sí, solía hacer eso, pero ahora ya no». Dios me ha enseñado esa lección.
Realmente veo cómo la crianza de niños con necesidades especiales, especialmente en nuestro hogar, me ha ayudado a ver que Dios realmente puede trabajar en eso, no es solo cuando es fácil, sino también cuando es difícil. Es fácil criar a un niño que quiere obedecer.
Nancy: Claro, todo el tiempo.
Melissa: Es muy fácil porque sonríe y te ama. Pero cuando tienes a niños que cada vez que les pides hacer algo te responden «no» o hacen lo opuesto, entonces aprendes a volver a pedirles de una manera paciente, aprendes a no enojarte, a no gritar y a repetírselo hasta que finalmente dicen «sí».
Nancy: Creo que muchas de nuestras oyentes se van a sentir realmente animadas hoy al escucharlos a ustedes y por lo que Dan compartió con tanta transparencia de su propia experiencia. Me pregunto si ustedes podrían decir algo breve a las oyentes, ya sea como padres o en alguna otra área de su vida en la que están desanimadas, queriendo tirar la toalla, no queriendo seguir adelante en lo que creen que Dios las ha puesto.
Dan, en la parte de tu mensaje que escuchamos al inicio del programa, hablaste de que cuando nos movemos a un territorio nuevo, cuando caminamos hacia estas fronteras de la fe, no necesariamente se sentirá seguro o conveniente. Sin embargo, dijiste que si volvemos atrás, si no seguimos adelante, no veremos lo que Dios tiene preparado para nosotras.
Entonces, por favor, comparte una palabra de aliento para alguien que se encuentra luchando en mantenerse con esa resolución, y que quiere renunciar y que quiere abandonar la carrera.
Dan: Claro. Hay tantos aspectos en mi vida y en nuestra vida como familia que si nos hubiéramos rendido cuando sentimos que ya no podíamos más… Hay momentos en los que quieres seguir tu corazón, seguir lo que sientes y quieres darte por vencido. Si nosotros lo hubiéramos hecho, nos habríamos perdido mucho de la vida.
Incluso en algunas de las situaciones de acogida temporal, realmente difíciles, situaciones difíciles, en las que participamos y en las que los niños no se quedaron con nosotros, incluso en esos momentos…Recuerdo uno en particular en el que un niño había estado con nosotros durante dos años y al que queríamos como si fuera nuestro hijo. Emocionalmente, realmente creíamos que iba a estar con nosotros para siempre.
Pensábamos que los tribunales lo decidirían así, pero no sucedió. Así que estuvo con nosotros desde la infancia hasta los dos años, y luego se lo llevaron de casa. Fue devastador. Fue como perder a un hijo, pero sin ningún tipo de justicia ni finalidad.
Melissa: Realmente quería rendirme. Yo solo quería decir: «Nunca vamos a hacer esto de nuevo. Nunca vamos a decir “sí” de nuevo». Sin embargo, Dios tenía un plan. Si hubiéramos dicho en ese momento: «Nunca volveremos a hacer esto», no tendríamos algunos de los niños que están hoy en nuestra casa.
Dan: Fue unas semanas más tarde, a partir de ese momento, cuando estábamos literalmente pensando: Bueno, hemos terminado con esto.Se acabó. No podemos manejar más esto, y de repente nos llamaron de la agencia de padres de acogida temporal. Incluso ellos reconocieron que llamarnos no era lo correcto, porque todavía estábamos de duelo.
Melissa: Incluso se disculparon por habernos llamado.
Dan: Así fue, pero estaban recibiendo a un niño en particular con necesidades especiales y en toda la red de familias sustitutas nosotros éramos los únicos con experiencia para manejar este tipo de niño. Así es que nos dijeron: «¿Hay alguna manera en que pudiéramos trabajar con ustedes?». Y fue en ese momento que tuvimos que volver al escenario del que acabábamos de salir.
Ahora, ese niño fue uno de los que adoptamos. Es nuestro hijo ahora. Así que pensamos: ¡Wow! Por poco y nos perdemos de esto. Solo pudo haber tomado un momento de egoísmo y en el que dijéramos: «Vamos a tomar un descanso de lo que Dios quiere que hagamos y vamos a hacer nuestros propios planes y luego regresaremos». Nos hubiéramos perdido una de las mayores alegrías de nuestra vida que es nuestro hijo.
Hubo angustia, pero le siguió una oportunidad increíble. Así que yo respondería a la pregunta de cómo nos mantenemos con resolución: Cree que Dios tiene algo reservado para ti cuando cruces la siguiente frontera.
Sí, puede ser que quieras regresar. Sí, es más fácil regresar por donde viniste, pero esta es una vida de fe. Tu confianza no está en lo que puedes ver; no está en las circunstancias que te rodean o en tus sentimientos. Tu confianza está en el hecho de que Dios te está llevando a algún lugar al que Él quiere que tú vayas. Es posible que durante un tiempo no sepas cómo saldrá todo. Tal vez ni siquiera lo sepas hasta que llegue a la eternidad. Pero, de nuevo, esta es la vida de fe, seguir a Cristo dondequiera que Él nos llame.
Melissa: Yo quisiera decirle a la persona que quiere rendirse: he estado ahí muchas veces. He llamado a Dan y le he dicho: «Quiero renunciar, ¿puedes venir a casa? Me doy por vencida».
Creo que en la práctica simplemente necesitas tomar un descanso, tomar tu Biblia y pasar un tiempo a solas para orar y alejarte de la situación por un tiempo, ponte de rodillas delante de Dios y dile: «Necesito tu ayuda. Necesito tu fortaleza, no puedo hacer esto yo sola».
Algunas veces lo que se necesita es retirarse físicamente. Tomar una o dos horas fuera de casa. Creo que es saludable para las madres tomar un descanso y regresar con fuerzas renovadas.
Y esto lo tengo que hacer frecuentemente porque termino exhausta. Necesito llenar mi corazón de Dios y recordar lo que me ha dicho: «Este es tu trabajo. Esto es lo que te he llamado a hacer».
Algunas veces, cuando esto sucede, me siento con más energía para continuar y me siento mucho más feliz y ya no quiero renunciar. Quiero continuar porque sé que esto es lo que alegra el corazón de mi Padre y me siento resuelta a continuar. Fortalece mi fe y la siguiente vez que siento que quiero darme por vencida puedo pensar: «No hay necesidad, porque Dios está de mi lado».
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth ha estado hablando con Dan y Melissa Jarvis.
A ellos el Señor los ha dirigido a unas fronteras de la fe muy específicas en su propio hogar. Esta conversación es parte de la serie titulada «Las fronteras de la fe». La familia Jarvis nos ha estado mostrando cómo dar pasos de fe en territorio desconocido cuando el Señor te está llamando.
Y Nancy, ha sido así en Aviva Nuestros Corazones. Tú obedeciste al Señor y comenzaste a transmitir por la radio. Y ha habido acontecimientos a lo largo del camino.
Nancy: Sí, recuerdo que en 2011 nos enfrentamos a grandes retos en el camino de fe de Aviva Nuestros Corazones, debido a nuestra situación financiera, nos vimos obligados a dejar de salir al aire en varias emisoras.
Pero tenemos un Dios poderoso que puede hacer cualquier cosa y en ese momento confiamos que Él proveería y ahora también confiamos en que Él proveerá para todas las necesidades ministeriales cada vez que nos movamos hacia una frontera de fe en el futuro.
Así que si tienes un corazón para este mensaje de Aviva Nuestros Corazones, te unirías a nuestros esfuerzos preguntándole al Señor ¿cómo podrías involucrarte y apoyarnos?
Muchas gracias por tu apoyo mientras continuamos buscando al Señor, siguiendo su dirección, llamando a las mujeres a la libertad, plenitud y abundancia en Cristo.
Débora: Para hacer una donación o convertirte en una colaboradora mensual, visita AvivaNuestrosCorazones.com
Hay momentos en la vida en los que es bueno tomar un tiempo para limpiar el desorden que se pudo haber creado dentro de nosotras. Quizá podemos hacer esto al decir «no» a cosas o personas que llegaron a tomar un lugar que no les correspondía en nuestras vidas. O aún mejor, podemos hacer esto al cultivar un corazón más grande para Cristo, ¿no es así?
Nancy quiere ayudarte a cultivar este corazón para Cristo. La próxima semana ella dará inicio a una nueva serie titulada «Incomparable: La persona de Cristo». Su deseo es que llegues a conocer, amar, confiar, seguir y reflejar a Cristo de una manera más profunda. Te invitamos a unirte a nosotros mientras reflexionamos juntos en la obra de Cristo esta temporada previa a la Semana Santa.
Continuando con Dan y Melissa Jarvis, debo decirte que ellos tienen su casa llena de niños que han adoptado del sistema de familias sustitutas, pero se dieron cuenta de que nunca habrían podido servir a los niños de esta manera si no hubiera sido por otras familias que les han acompañado y les han ayudado en este proceso.
Acompáñanos mañana en Aviva Nuestros Corazones para saber cómo apoyar a otros en su camino hacia las fronteras de la fe.
Ayudándote a avanzar hacia las nuevas fronteras de la fe, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de las Américas, a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la series de podcast.
Colabora con nosotras
Tenemos el privilegio de proporcionar las transcripciones de estos mensajes vivificantes. Si el Señor ha usado Aviva Nuestros Corazones para bendecir tu vida, ¿considerarías donar hoy para ayudar a cubrir los costos y expander el mensaje?
Donar $5
Únete a la conversación