
Es Pascua todos los días: la resurrección de Cristo
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth pregunta: «¿Realmente hay necesidad de preocuparse?».
Nancy DeMoss Wolgemuth: Escucha, si Jesús es la resurrección y la vida, y lo es, ¿qué tenemos que temer? ¿Qué es lo peor que te puede pasar? Puede que digas: «¡Puedo morir!». Bueno, la buena noticia es que Él ha vencido la muerte.
Débora: ¡Esa es la mejor noticia!
Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Incomparable» en la voz de Patricia de Saladín. Hoy 21 de abril de 2025.
Nancy: Aunque la temporada de Cuaresma ha terminado oficialmente, vamos a continuar una semana más en nuestro estudio del Cristo «Incomparable». Estoy muy agradecida por cómo Dios ha estado usando esta serie en muchos corazones, por los muchos comentarios que hemos recibido durante las últimas semanas. Déjame leerte algunas de ellas.
Una mujer dijo: «Nunca antes había …
Débora: Nancy DeMoss Wolgemuth pregunta: «¿Realmente hay necesidad de preocuparse?».
Nancy DeMoss Wolgemuth: Escucha, si Jesús es la resurrección y la vida, y lo es, ¿qué tenemos que temer? ¿Qué es lo peor que te puede pasar? Puede que digas: «¡Puedo morir!». Bueno, la buena noticia es que Él ha vencido la muerte.
Débora: ¡Esa es la mejor noticia!
Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Incomparable» en la voz de Patricia de Saladín. Hoy 21 de abril de 2025.
Nancy: Aunque la temporada de Cuaresma ha terminado oficialmente, vamos a continuar una semana más en nuestro estudio del Cristo «Incomparable». Estoy muy agradecida por cómo Dios ha estado usando esta serie en muchos corazones, por los muchos comentarios que hemos recibido durante las últimas semanas. Déjame leerte algunas de ellas.
Una mujer dijo: «Nunca antes había tenido tanta emoción para celebrar la Pascua».
Otra dijo:
«No me había dado cuenta de lo mucho que he dado por sentado lo que Jesús ha hecho por nosotras. Se ha tratado de obras, pero no de las de Jesús. Mi corazón está movido al arrepentimiento y ahora está empezando, por primera vez en mucho tiempo, a sentir el anhelo de la relación con Jesús».
Aquí hay otro que me encantó y que llegó recientemente. Esta mujer dijo:
«He vagado toda mi vida con dudas y miedo, incluso mientras estaba en la iglesia y rodeada de muchas cosas “espirituales”. Finalmente, encontré el tesoro que he estado buscando toda mi vida. ¡Es Jesús! Él es ese tesoro, esa perla de gran precio».
¡Amén y amén! Nos encantaría saber cómo te ha impactado esta serie. Así que por favor ve a AvivaNuestrosCorazones.com y envíanos un correo electrónico, un tweet, una publicación en Facebook, o todas esas cosas sobre las que algunas de ustedes saben más que yo. Solo déjanos saber cómo Dios ha usado este estudio en tu vida. Nos encantaría saber de ti y que puedas compartirlo con otras también.
En los últimos días, hemos estado celebrando dos acontecimientos, acontecimientos monumentales, que constituyen el eje de la historia humana. Estos dos acontecimientos distinguen la fe cristiana de todas las demás religiones. ¡Son estos dos eventos lo que muestran al Cristo incomparable!
El primero de esos acontecimientos, la crucifixión del Señor Jesús, fue tanto el mayor crimen, así como el acto supremo de amor sacrificial en la historia de la humanidad. ¿Estás de acuerdo? ¡Absolutamente! El segundo evento es la resurrección, que celebramos en nuestras iglesias y que convirtió la desesperación y la aparente derrota en esperanza y victoria eternas. ¡Gracias Jesús!
Ahora, creo que la mayoría de nosotras nos damos cuenta de que la muerte de Cristo es fundamental para nuestra redención, pero podríamos preguntarnos: ¿Y es igualmente crucial que Él resucitó de entre los muertos? ¿Cuánto importa eso? Sí, lo creo, pero ¿es tan esencial como lo es la cruz el hecho de que Jesús resucitó de entre los muertos?
Bueno, al leer el Nuevo Testamento, te das cuenta de que la resurrección es de suma importancia. Por ejemplo, en Romanos capítulo 1, los versículos 3 y 4, vemos que la encarnación de Cristo, cuando Él nació en esta tierra, validó Su humanidad, pero es Su resurrección la que validó Su deidad, la que demostró que Él era Dios.
Escucha lo que dice Romanos capítulo 1, los versículos 3 y 4:
«Es el mensaje acerca de Su Hijo [Jesús] que nació de la descendencia de David según la carne, [esa es Su humanidad; probado por Su nacimiento como ser humano], y [Él, sigue diciendo la Escritura] que fue declarado Hijo de Dios con un acto de poder, conforme al Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos; nuestro Señor Jesucristo».
Es la resurrección la que valida la deidad de Cristo. No hay manera de que podamos enfatizar la importancia de la resurrección de Jesús para aquellos seguidores de Cristo del primer siglo.Antes de la resurrección eran tímidos; tenían miedo. La idea de que sus vidas pudieran estar en riesgo los hizo correr a buscar refugio. Ninguno de ellos, excepto Juan, se presentó en la cruz; todos estaban escondidos.
Pero entonces llegó la noticia de la resurrección y el don y el poder del Espíritu Santo. La combinación de esas cosas transformó a aquellos primeros discípulos en un audaz grupo de creyentes dispuestos a dar su vida por Cristo. Así nació la Iglesia, que se propagó mediante la proclamación de que Cristo murió por nuestros pecados y resucitó de entre los muertos.
Si no crees eso, simplemente lee el libro de los Hechos, los hechos de los apóstoles y la iglesia primitiva, y observa con qué frecuencia se hace referencia a la resurrección, con qué frecuencia está en el centro de los mensajes que se predicaron allí y que dieron origen a la iglesia primitiva.
Si no fuera por la resurrección de Cristo de entre los muertos, no tenemos esperanza de vida eterna. Primera de Pedro 1 dice que: «quien según Su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos»(v. 3).
Así que, no hay duda de que la resurrección es importante. Pero ahora que el Domingo de Resurrección quedó atrás, ¿qué diferencia hace la tumba vacía en nuestras vidas esta semana y la siguiente, y la siguiente?
Prácticamente, todos los días escuchamos a oyentes de Aviva Nuestros Corazones que escriben para compartir con nosotras sobre diferentes luchas y cargas que enfrentan, diferentes sufrimientos y desafíos. Entonces, ¿qué diferencia hace la realidad de la resurrección para estas oyentes? ¿Qué diferencia hace para aquellos que enfrentan problemas, dolor, fracasos y miedos?
Y hoy quiero hablar de siete implicaciones de la resurrección para aquellos que han puesto su fe en Cristo. Nuevamente, si estás escuchando este audio, no intentes anotar todas estas cosas ni mantenerlas todas en tu cabeza. Puedes ir a AvivaNuestrosCorazones.com y allí podrás leer o ver la transcripción palabra por palabra, y que te dará este resumen, y también las notas. Así que, puedes regresar y reflexionar sobre estas implicaciones de la resurrección, no solo el Domingo de Pascua, sino a lo largo del año.
Número 1: La resurrección significa que hay esperanza en las circunstancias más desesperantes.
Significa que Dios puede abrir una salida donde no hay salida humana. Significa que Dios es todopoderoso y nada está fuera de su control. Significa que un día todas las lágrimas serán enjugadas y todo dolor se convertirá en alegría. Significa que Él puede sacar belleza de las cenizas y que puede hacer que incluso las circunstancias adversas del mal le traigan la gloria suprema.
Piensa en las cosas que te han hecho a ti o a otras personas que sabes que han sido crímenes o circunstancias atroces y dolorosas, lamentables, tal vez en tu crianza. Deja que tu mente regrese a la cruz donde hombres malvados le dieron muerte a Cristo y comprende que esos hombres malvados nunca tuvieron la última palabra. Dios tiene la última palabra. Hay esperanza aun en las circunstancias más desesperantes.
Es la resurrección la que nos anima a recordar que Cristo ha vencido a la muerte, que es la circunstancia desesperada más notable. Ha vencido a la muerte caminando a través de ella y ha salido al otro lado. Así que no importa cuántos enemigos traten de derribarlo, Él no puede volver a morir. Eso es lo que nos dice la resurrección.
Actualmente pensamos en noticias sobre desastres naturales, incertidumbre económica, crisis mundial; puede resultar abrumador simplemente leer las noticias. Pero la resurrección nos anima a respirar profundamente y recordar que Dios está en Su trono; Él está a cargo sin importar cuán oscura se ponga tu vida o este mundo.
No hay nada que nos pueda suceder que no sea finalmente vencido por Su poder. La resurrección significa que hay esperanza en las circunstancias más desesperantes.
Número 2: La resurrección significa que Dios siempre cumple sus promesas.
En Mateo capítulo 28, versículo 5, cuando las dos mujeres fueron al sepulcro buscando el cuerpo de Jesús que habían sepultado allí, eso pensaban ellas, que estaba en el sepulcro: «…el ángel dijo a las mujeres: “Ustedes, no teman; porque yo sé que buscan a Jesús, el que fue crucificado, no está aquí, porque ha resucitado, tal como Él dijo”» (vv. 5-6). Jesús les había dicho a los discípulos que Él no permanecería muerto, que resucitaría de entre los muertos.
Permíteme leer uno de esos relatos donde Él les dijo eso. En Mateo capítulo 16, comenzando en el versículo 21, dice:
«Desde entonces Jesucristo comenzó a declarar a Sus discípulos que debía ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de parte de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día. Tomando aparte a Jesús, Pedro lo reprendió: “¡No lo permita Dios, Señor! Eso nunca te acontecerá”» (vv. 21-22).
Ahora, ¿cuál es el problema? ¡Pedro no escuchó el final del mensaje! Todo lo que escuchó fue la parte acerca de que el Hijo del Hombre iba a «sufrir muchas cosas…y que iba a ser asesinado», y eso fue todo lo que él escuchó. Pedro dice: «¡De ninguna manera, Señor! ¡Eso no te va a pasar a ti!». Él no escuchó la parte de «y resucitar al tercer día». Lo escuchó con sus oídos físicos, pero no recibió la promesa de la resurrección.
Entonces cuando los ángeles le dijeron a las dos mujeres: «Él no está aquí; Ha resucitado, como dijo», los discípulos comenzaron a recordar cosas que Jesús les había dicho, promesas que había Él hecho y que simplemente habían pasado por alto. Entonces pensamos cuánto estrés, ansiedad y miedo tuvieron que soportar los discípulos porque realmente no escucharon ni se aferraron a las promesas de Dios.
Y esto me hace preguntar: ¿cuán diferentes serían nuestras vidas si realmente creyéramos, si realmente oyéramos, creyéramos y nos aferráramos a las promesas de Dios? Cuántas veces nos estresamos: «¡Señor, no! ¡Esto no puede suceder! ¡No!», y no hemos escuchado el final de la historia. No hemos escuchado las promesas. Realmente no hemos escuchado las promesas.
Piensa en la maravillosa promesa en 1.ª Pedro capítulo 5, versículo 10, que dice:
«Y después de que hayan sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, que los llamó a Su gloria eterna en Cristo, Él mismo los perfeccionará, afirmará, fortalecerá y establecerá».
¿Con qué frecuencia lo olvidamos cuando estamos en medio del sufrimiento? Si tan solo oyéramos, creyéramos y nos aferráramos a las promesas de Dios, ¿cuánto estrés y desánimo podríamos evitar si recordáramos que Dios siempre cumple sus promesas? Ese es el mensaje de la resurrección.
Número 3: La resurrección significa que ya no se debe temer a la muerte.
Porque Cristo venció la muerte, nuestras separaciones y pérdidas son solo temporales. En el último día, los que están en Cristo resucitarán de entre los muertos. Esa es una implicación de la resurrección de Cristo de entre los muertos. Debido a que Él resucitó de entre los muertos, eso significa que aquellas de nosotras que estamos en Cristo algún día también resucitaremos.
¿Recuerdas esas increíbles palabras de Jesús a Marta, que estaba sufriendo por la muerte de su hermano Lázaro? En Juan capítulo 11 Jesús le dijo a Marta:
«Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en Mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en Mí no morirá jamás. ¿Crees esto?» (vv. 25-26).
Eso fue lo que Jesús le dijo a Marta, pero ¿no crees que nos dice lo mismo a nosotras? ¿Crees esto: que todo aquel que «vive y cree en Mí, no morirá jamás?». La resurrección de Jesús cambió para siempre la forma en que los cristianos vemos la muerte.
Rodney Stark es un sociólogo de la Universidad de Washington. Él observó que cuando una gran plaga azotó el antiguo Imperio Romano, los cristianos tenían tasas de supervivencia inusualmente altas. Y quizás te preguntas, ¿por qué? Bueno, esta es la razón que descubrió:
«En las casas de la mayoría de los ciudadanos romanos, cuando alguien era atacado por la peste, el enfermo era arrojado a la calle para no contaminar a los demás. Pero como los cristianos no le temían a la muerte, no arrojaban a sus enfermos a las calles; los cuidaban y los cuidaban en sus hogares. Muchos de los enfermos sobrevivieron a la plaga».
Porque no tenían miedo a la muerte.
Tú o un ser querido, puede estar enfrentando una enfermedad terminal, como es el caso de una pareja con la que hablé por teléfono hace un par de días. La esposa me escribió esta semana y me dijo: «El nefrólogo nos ha dicho que no hay nada más que puedan hacer para ayudar a mi esposo. Él no sabe lo enfermo que está». Actualmente se encuentra en la unidad de cuidados coronarios.
Mientras hablaba con esta pareja por teléfono, para escuchar sus corazones en este momento tan difícil, pero el sentir la confianza, la paz, y el descanso, e incluso la alabanza, y como cantamos y leímos las Escrituras. Tuvimos un servicio de adoración en el teléfono.
Escucha, si Jesús es la resurrección y la vida, y lo es, ¿a qué le vamos a temer? ¿Qué es lo peor que te puede pasar? Puede que digas: «¡Puedo morir!». Bueno, la buena noticia es que Él ha vencido la muerte.
Entonces, la resurrección significa que aquellos que están en Cristo ya no necesitan temer a la muerte. Él nos ha librado del poder de Satanás que, durante muchos años, nos mantuvo esclavizados por el temor a la muerte, dice la carta a los Hebreos.
Número 4: La resurrección del cuerpo de Cristo nos asegura nuestra propia resurrección corporal.
No fue solo Su Espíritu el que resucitó de entre los muertos, como dicen algunos teólogos liberales, sino que su cuerpo resucitó de entre los muertos. Eso nos asegura en el futuro nuestra propia resurrección corporal.
Pablo dice esto numerosas veces en las epístolas. Primera a los Corintios capítulo 6: «Y Dios, que resucitó al Señor, también nos resucitará a nosotros mediante Su poder» (v. 14). El mismo poder que levantó a Cristo de entre los muertos resucitará nuestros cuerpos mortales algún día.
Gracias a la resurrección de Jesús, se nos ha dado una esperanza segura para el futuro. Su resurrección es una garantía de nuestra propia resurrección futura, y del hecho, y me encanta este versículo en Filipenses 3, de que Dios «transformará el cuerpo de nuestro estado de humillación en conformidad al cuerpo de Su gloria» (v. 21). ¿Alguna está lista para eso? ¡Amén! Esa es la esperanza que tenemos gracias a la resurrección.
En la ciudad de Newbury, Massachusetts, hay una iglesia con un cementerio y en una lápida dice:
«Aquí yace en un estado de perfecto olvido John Adams, [no el que fue presidente de los Estados Unidos] quien murió el 2 de septiembre de 1811, a la edad de 79 años. La muerte lo ha descompuesto, y en la gran resurrección Cristo lo recompondrá».
¡Sí! ¡Me encanta eso! La muerte lo ha descompuesto; ¡qué tragedia es esa! No estaba previsto que fuera así hasta que el pecado entró en el mundo. Pero en la gran resurrección Cristo lo recompondrá, y tú y yo tenemos esa misma esperanza.
En muchos de nuestros servicios de Pascua durante el fin de semana pasado, afirmamos que Cristo ha resucitado. En algunos casos, el ministro diría: «¡Cristo ha resucitado!». ¿Y qué decimos en respuesta?: «¡Cristo en verdad ha resucitado!».
Phillips Brooks, escritor del siglo diecinueve, dijo: «No digamos simplemente: “Cristo ha resucitado”, sino: “Yo resucitaré”». Resucitaré, esa es la promesa de la resurrección.
Número 5: La resurrección significa que Dios ha aceptado y aprueba la obra que Cristo hizo en la cruz, y, por lo tanto, nos acepta y nos aprueba a nosotras.
Ahora, esto es algo en lo que quizás no hayas pensado mucho, pero es una enorme implicación de la resurrección.
La resurrección de Cristo significó que Su obra estaba terminada. Se había pagado el precio del pecado; no quedó ninguna penalidad. La justa ira de Dios contra el pecado, y contra los pecadores, había quedado completamente satisfecha. No quedaba ninguna culpa que pagar. La resurrección fue la prueba de que Dios había aceptado el pago y aprobado completamente la muerte de Cristo en lugar de los pecadores.
Ahora, las Escrituras nos dicen que hemos sido unidas a Cristo en Su muerte, en Su sepultura y en Su resurrección. Efesios 2 dice que Dios «nos resucitó con Cristo», lo que significa que Dios no solo acepta a Cristo, sino que también nos acepta a nosotros. Él nos aprueba como aprueba a Cristo. Para aquellos que están en Cristo, eso significa que ya no hay condenación por ninguno de nuestros pecados, ya sean pasados, presentes o futuros. ¿Podría escuchar un aleluya? ¡Amén!
Muchas creyentes que conozco están llenas de culpa por su pasado, frustradas por su incapacidad de agradar a Dios. Muy a menudo lucho con esos pensamientos en mi propio corazón.
Romanos 4 nos dice que Jesús «fue entregado por causa de nuestras transgresiones y resucitado para nuestra justificación» (v. 25). Es la resurrección la que permitió que se nos acreditara la justicia de Jesús. Esa justificación requería la resurrección, y la justificación no es solo «como si nunca hubiera pecado». Muchas de nosotras estamos familiarizadas con ese significado, pero también significa «como si siempre hubiéramos obedecido».
Debido a que Jesús agradó perfectamente a Su Padre, aquellas de nosotras que estamos en Cristo también somos agradables a Dios. Esa es una implicación de la resurrección: que somos aceptadas, somos aprobadas por Dios porque Él aceptó y aprobó la obra que Jesucristo hizo en la cruz.
Número 6: La resurrección significa que el poder y el dominio del pecado en nuestras vidas ha sido vencido.
Ha habido momentos en los últimos días en los que he pensado: El pecado parece muy poderoso en mi vida.Las tentaciones son muy fuertes. Mientras trabajaba en esta serie, tuve que recordarme a mí misma y aconsejar a mi corazón con la verdad de que la resurrección significa que el poder y el dominio del pecado en mi vida han sido quebrado.
La lucha por liberarte de las ataduras pecaminosas, de las adicciones. Recuerda que Cristo ha quebrado el poder del pecado que nos controla. Eso significa que no tenemos que continuar en pecado. No significa que no pecaremos, pero sí significa que no tenemos que, debido a la resurrección.
Escucha este pasaje de Romanos 6 y deja que inunde tu corazón mientras piensas en esas luchas con ataduras y adicciones. Romanos 6, comenzando en el versículo 4:
«Por tanto, hemos sido sepultados con Él por medio del bautismo para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida».
Ahora, antes de continuar con ese pasaje, ese versículo me recuerda mi propio bautismo en agua cuando era una niña. Recuerdo al pastor Conners, cuando nos sumergía bajo el agua, decía: «Sepultados con Él en la semejanza de Su muerte», y luego, cuando nos sacaba del agua, decía: «Levantados para caminar en novedad de vida».
Algunas de nosotras simplemente vivimos en la parte de la cruz y nos ahogamos. ¡Tenemos que salir de esa agua y caminar con Él en novedad de vida!
Pero siguiendo ahí en Romanos 6:
«Porque si hemos sido unidos a Cristo en la semejanza de Su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de su resurrección.
Sabemos que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, no volverá a morir; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque en cuanto a que Él murió, murió al pecado de una vez para siempre» (vv. 5, 9)
Ahora, ¿cuál es la implicación de todo eso? Puede que digas: «Sí, morí con Cristo; fui resucitada con Cristo, pero ¿qué tiene eso que ver con la vida real? Esto es lo que tiene que ver con la vida real:
«Así también ustedes, considérense muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús. Por tanto, no reine el pecado en su cuerpo mortal para que ustedes no obedezcan a sus lujurias»(vv. 11-12).
Ya no eres esclava del pecado. El pecado ya no es tu amo. Si has sido crucificada con Cristo, muerta con Él y resucitada con Él, el poder y el dominio del pecado en tu vida han sido vencidos. Esa es otra razón y otra verdad que vale la pena decir: «¡Alabado sea el Señor! ¡Gracias Jesús!».
Y por último, número 7: La resurrección significa que el mismo poder que levantó a Cristo de entre los muertos está disponible para nosotras.
En Efesios capítulo 1, el apóstol Pablo oró para que los efesios supieran:
«Y cuál es la extraordinaria grandeza de Su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la eficacia de la fuerza de Su poder. Ese poder obró en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a Su diestra en los lugares celestiales»(vv. 19-20).
¿Qué significa eso? Esa es una frase larga, como Pablo solía hacer. Significa que el mismo poder que Dios envió para resucitar a Cristo de entre los muertos y hacer que se sentara a la diestra del Padre en los lugares celestiales, ese mismo poder está obrando en nosotros: el poder de Cristo. El poder de Su Espíritu Santo vive en nosotras. Ese mismo poder para obedecer a Dios, para vencer el pecado, para caminar con Dios, para amarlo y agradarlo; ese mismo poder que resucitó a Cristo de entre los muertos está disponible para nosotras.
Entonces la pregunta no es simplemente: ¿Realmente importa la resurrección? Vemos que así es. Creo que la pregunta que debemos hacernos es: «¿Vivimos como si Cristo realmente hubiera resucitado de entre los muertos?».
Hay un himno maravilloso escrito a mediados del siglo dieciocho que captura cómo la resurrección lo cambia todo. Es posible que lo hayas cantado en algún servicio de adoración. Quiero leerles todas las estrofas y simplemente recordarnos que la resurrección realmente hace toda la diferencia del mundo.
«Jesús vive, y yo también. ¡Muerte, tu aguijón se ha ido para siempre!
El que se dignó por mí a morir, vive, las ataduras de la muerte se rompen.
Él me levantará del polvo: Jesús es mi esperanza y mi confianza.
Jesús vive y reina supremo, y Su reino aún permanece.
Yo también estaré con él, viviendo para siempre y reinando para siempre.
Dios lo ha prometido, y así debe ser: Jesús es mi esperanza y mi confianza.
Jesús vive, y por Su gracia me da la victoria sobre mis pasiones,
Limpiaré mi corazón y mis caminos, para vivir siempre para Su gloria.
Él me levanta del polvo. Jesús es mi esperanza y mi confianza.
Jesús vive, y sé muy bien que nada puede separar mi corazón de Él
De ahora en adelante y para siempre: ni la vida, ni la muerte, ni los poderes del
infierno, ni la alegría ni el dolor.
Ninguno de Sus santos está perdido; Jesús es mi esperanza y
Mi confianza.
Jesús vive, y la muerte ahora no es más que mi entrada a la gloria.
Ten valor, pues, alma mía, porque tienes ante ti la corona de la vida.
Descubrirás que tus esperanzas eran justas; Jesús es la confianza del cristiano».
¡Amén!
Débora: ¿Por qué es tan significativa la resurrección de Jesús? Nancy DeMoss Wolgemuth nos lo ha estado mostrando. ¡No seamos culpables de pensar en la resurrección solo durante la Pascua! Lo que acabas de escuchar es un mensaje que forma parte de la serie llamada «Incomparable».
Creo que los ojos de muchas oyentes se han abierto a quién es Jesús realmente a través de esta serie. A esta serie la acompaña su libro del mismo título, ¡y puedes meditar sobre estas verdades en cualquier época del año usando ese recurso!
Aquí en Aviva Nuestros Corazones queremos hacer todo lo posible para ayudarte a empapar tu mente en la Palabra de Dios.
Cuando llevas mucho tiempo viajando, ¿no tienes ganas de llegar a casa? Después de la resurrección, Jesús probablemente estaba ansioso por regresar al cielo, pero permaneció en esta tierra durante cuarenta días más. Nancy DeMoss Wolgemuth explicará el porqué esto fue tan significativo en nuestro próximo episodio de Aviva Nuestros Corazones. Te esperamos el día de mañana.
Llamando a las mujeres a libertad, plenitud y abundancia en Cristo, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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