Honrando el pacto matrimonial
Annamarie Sauter: Nancy DeMoss Wolgemuth dice que los esposos deben eliminar una palabra de sus vocabularios.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: ¡Un contrato puede ser disuelto, pero un pacto es una promesa solemne! Es permanente y exclusivo, es un pacto mutuo realizado ante Dios entre un hombre y una mujer.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy continúa en la serie titulada, «El Manifiesto de la Mujer Verdadera: Declaraciones, parte 2». Puedes leer el manifiesto y escuchar los programas anteriores de esta y otras series, en AvivaNuestrosCorazones.com.
Hoy Nancy nos habla acerca del matrimonio como un pacto sagrado delante de Dios. Escuchemos.
Nancy: Hoy regresamos a todo el concepto de lo que es el matrimonio, mientras vemos el Manifiesto de la Mujer Verdadera. Hoy en día el matrimonio está enfrentando vientos recios de parte de la cultura. …
Annamarie Sauter: Nancy DeMoss Wolgemuth dice que los esposos deben eliminar una palabra de sus vocabularios.
Nancy DeMoss de Wolgemuth: ¡Un contrato puede ser disuelto, pero un pacto es una promesa solemne! Es permanente y exclusivo, es un pacto mutuo realizado ante Dios entre un hombre y una mujer.
Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.
Nancy continúa en la serie titulada, «El Manifiesto de la Mujer Verdadera: Declaraciones, parte 2». Puedes leer el manifiesto y escuchar los programas anteriores de esta y otras series, en AvivaNuestrosCorazones.com.
Hoy Nancy nos habla acerca del matrimonio como un pacto sagrado delante de Dios. Escuchemos.
Nancy: Hoy regresamos a todo el concepto de lo que es el matrimonio, mientras vemos el Manifiesto de la Mujer Verdadera. Hoy en día el matrimonio está enfrentando vientos recios de parte de la cultura. ¿Sabes a lo que me refiero?
Primero, todo el concepto del casamiento no es tan popular hoy en día como lo fue. Ayer investigué algunos artículos y había uno del New York Times titulado, «El secreto del matrimonio es no casarse nunca».
Y este otro es una publicación australiana que se titula, «Decir, NO acepto»: El caso para no casarse. Y había otra publicación feminista llamada, «Once razones para no casarse».
Escucha algunas de las razones que incluyeron para no casarse. Dice:
- El matrimonio sigue siendo la misma institución patriarcal.
- El matrimonio beneficia a los hombres y no a las mujeres.
- El matrimonio te aísla. (Habla de que cuando te casas pierdes todos tus amigos. Ya no puedes hacer cosas con tus amigos; solamente puedes pasar tiempo con tu pareja).
- El sexo deja de ser bueno, una vez que te casas.
- Cuando no estás casado, puedes dejar a tu pareja en cualquier momento.
- Divorciarse es difícil y molesto.
- (Y aquí está la última de las razones:) ¿Por qué no mejor quedarse soltera?
Y esto es lo que decía en su último punto.
Imagínate esto: No hay ningún hombre en tu vida. No tienes hijos (que hayas dado a luz). Tu vida es simplemente TUYA. Tú egoístamente te consientes en cualquier actividad que desees. El ambiente de tu casa está organizado de manera perfecta para tus necesidades. Todos tus recursos y esfuerzos están invertidos en ti. ¿Por qué no dedicar tu vida a ti, en vez de a un hombre? En serio, hazte un favor: No te cases».
Así terminaba el artículo.
Ahora, para aquellos que sí optan por el matrimonio, que piensan que el matrimonio todavía es algo bueno… bueno, pero «quizás no debería ser un matrimonio duradero». Aquí tenemos un artículo del Huffington Post de una mujer que dice que una de sus credenciales es que es una «experta en divorcio». (Nunca había escuchado sobre una persona experta en divorcio). Dice:
«Si estás planeando tu boda…es hora de un cambio. Y el cambio consiste en omitir de los votos matrimoniales las palabras, «hasta que la muerte nos separe».
¿No crees que es poco realista tener la expectativa de que el amor florecerá toda una vida, que ahora dura hasta que tengamos ochenta o noventa años? Es muy difícil cumplir esta promesa por tanto tiempo, «hasta que la muerte nos separe». Cuando un matrimonio perdura por décadas, es un regalo, no es la norma.
Para aquellos que están por casarse, olvídense de «hasta que la muerte nos separe». Ese término está polarizado y atrasado. Siempre será un éxito si has tenido hijos a los que amas y si compartieron buenos tiempos juntos por cualquier lapso de tiempo.
Hablando sobre los matrimonios que no duran mucho tiempo, hay un nuevo término que descubrí en mis investigaciones esta semana, el «divorcio gris». ¿Has escuchado este término anteriormente? Esta es la moda para la tasa de divorcio en aumento para personas mayores (de pelo gris o canoso), parejas que han estado casadas por muchos años. La mayoría, de hecho, pertenecen a la generación de Baby Boomers. La tasa de divorcio por lo general ha decaído desde el 1990, pero la tasa de divorcio para las parejas mayores de cincuenta años y más se ha duplicado en el mismo período. «El divorcio gris».
Hay otro artículo llamado, «El fenómeno del divorcio gris». Esto fue lo que dijo el escritor:
«Ningún matrimonio parece estar exento. Incluso los matrimonios de mucho tiempo como el mío, que incluye a personas que han estado casadas por 30, 40 incluso cincuenta años no están inmunes al divorcio gris».
A medida que leía todos estos «vientos recios», antimatrimonio, o antimatrimonios a largo plazo dicen: «Simplemente no es una expectativa realista pensar que el matrimonio pueda durar». Tenemos que preguntarnos, «¿qué significa ser una Mujer Verdadera de Dios en esta clase de ambiente?»
Este es el mundo en que estamos viviendo, y ¿cómo pueden nuestras vidas como seguidoras de Cristo (ya sea que estemos casadas o solteras), hacer brillar la luz de Cristo y Su evangelio en medio de la oscuridad que nos rodea? ¡Y de esto se trata el Manifiesto de la Mujer Verdadera!
No es un credo para endurecernos o para ponernos en contra de todo lo que está sucediendo en el mundo. Es más bien una manera de pensar para ayudarnos a vivir como hijas de Dios, a lo que Él nos ha llamado a ser y a hacer en este mundo para representar Su corazón.
Así que hoy llegamos a la siguiente declaración en el Manifiesto de la Mujer Verdadera, a la que nos queremos consagrar. Es una afirmación de la intención de nuestros corazones, y es muy importante. ¡No creo que haya tenido más importancia que hoy en día!
Declaramos que:
Honraremos la santidad, la pureza y la permanencia del pacto matrimonial, ya sea el nuestro o el de otros.
Bien, y volviendo un poco atrás, al principio, la unión de un hombre y una mujer en matrimonio fue el acto final de coronación de la creación de Dios –y Dios mismo llevó a cabo esta boda. ¡Y qué boda fue esa!
Así que el matrimonio, no es una institución humana, no es un convenio humano. Como dicen muchos escritores hoy en día: «No hay nada divino en esto, no hay nada extraordinario en el matrimonio. Esta es una invención humana. Puede ser como no ser. No tenemos que mantenerla».
Pero, por el contrario, el matrimonio, fue establecido por Dios y fue intencional. Tiene el propósito de mostrar el pacto continuo de amor de Dios, Su fidelidad, Su plan de redención.
Cuando hablamos sobre el pacto matrimonial, no estamos hablando de un contrato. Un contrato se puede hacer y se puede romper. Puede tener términos que lleven a la forma en que puede ser disuelto. Pero un pacto es una promesa solemne. Es permanente, un pacto mutuo y exclusivo hecho ante Dios entre un hombre y una mujer. Es importante recordar quese hace ante Dios, en presencia de Dios. Eso es lo que lo hace sagrado. Es iniciado y establecido por Dios. Eso lo hace sagrado.
Ahora, claro que nos damos cuenta, regresando a los primeros capítulos del libro de Génesis, que Satanás odia a Dios y siempre ha deseado ser Dios. Su esfuerzo a través de toda la historia es quitar a Dios de Su trono y sentarse él allí, en el trono de Dios. ¡Así que, poco después de que Dios declaró a Adán y Eva, marido y mujer en Génesis capítulo 2, pasamos al siguiente capítulo, Génesis capítulo 3, donde Satanás, ¡inmediatamente lleva a cabo un plan para destruir lo que Dios ha establecido!
Él no lo hizo de una forma horripilante ni de aspecto desagradable. Él lo hizo de manera atractiva, llamativa, encantadora y así sucede con sus engaños. Si no pareciera hermoso, ¿quién entonces caería? Si pareciera que va a destruir tu vida, quien diría, «oh, eso es lo que quiero».
Así que Satanás, envuelto en belleza, se enfoca en destruir lo que Dios ha creado, y el matrimonio es uno de los primeros terrenos de ataque hasta el día hoy. Así que, como cristianas, como seguidoras de Cristo, tenemos la oportunidad de mostrarle al mundo el pacto de amor continuo de Dios. ¿Y cómo podemos hacer esto?
Podemos hacerlo, ya sea que estemos casadas o solteras, protegiendo, preservando, promoviendo y animando la santidad del pacto matrimonial.
Sé, que tan pronto como comience a hablar sobre el asunto, se levantarán muchas preguntas, muchas situaciones difíciles, inclusive ahora mismo entre quienes nos escuchan. A través de los años, he escuchado muchas, muchas historias devastadoras de infidelidad, votos rotos, de mujeres abandonadas por sus esposos no creyentes, uno de los cónyuges lidiando con el adulterio sin remordimientos, inmoralidad persistente y crónica de su pareja. Y es tentador cuando llegas a estos temas, enfocarte en las preguntas, los problemas y los retos.
A Dios le importan esas situaciones. Él es el buen pastor para ti, independientemente de dónde te encuentres en todo este asunto del matrimonio.
Pero a medida que damos un paso atrás, y miramos este asunto desde la perspectiva del cielo, debemos regresar a la Palabra y buscar la guía de lo que Dios tuvo la intención de que fuera el matrimonio. Así que deseo leer un pasaje en el Evangelio de Marcos en el capítulo 10, comenzando en el versículo 2. Si tienes tu Biblia, quizás desees ir allí.
En este pasaje del Nuevo Testamento, Jesús nos lleva de regreso al Antiguo Testamento, y Él se refiere al mismo como la Palabra de Dios. Se refirió a él como autoritativo. Aquí está el contexto:
«Y se le acercaron algunos fariseos, y para ponerle a prueba, le preguntaban si era lícito a un hombre divorciarse de su mujer. Y respondiendo Él, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés? Y ellos dijeron: Moisés permitió al hombre escribir carta de divorcio y repudiarla. Pero Jesús les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento» (vv. 2-5).
En otras palabras, ¡no debe ser así! Sí, ocurre, pero no era el buen plan de Dios. Versículo 6: «Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y hembra. Por esta razón el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos serán una sola carne; por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe» (vv.6-9).
Bueno, por el tiempo que nos resta, a medida que reflexionamos sobre el plan de Dios para el pacto matrimonial, deseo hablar sobre algunas maneras en que podemos honrar la santidad, la pureza y la permanencia de ese pacto.
Deseo darles algunas sugerencias, si estás casada o si estás soltera; y por último algunas ideas.
Si estás casada, ¿cómo puedes honrar la santidad, la pureza y la permanencia del pacto matrimonial? En primer lugar, es a través de un compromiso a la exclusividad en la pureza sexual, como dicen las Escrituras en Hebreos: «Sea el matrimonio honroso en todos, y el lecho matrimonial sin mancilla» (Heb.13:4). Nadie más está invitado a esa relación exclusiva e íntima.
El adulterio puede tomar varias formas. Puede ser físico, pero, también puede ser emocional o mental. Esencialmente, es tener intimidad con un miembro del sexo opuesto que no sea tu compañero. Puede ser mental, emocional o físico. Así que es un compromiso a la exclusividad. Hay exclusividad en el matrimonio.
Y luego, para honrar la santidad del pacto matrimonial, aprende a construir cercas alrededor de tu matrimonio, pon límites. No esperes estar involucrada emocionalmente con alguien, que al momento se volvió más atractivo que tu pareja.
Las cercas nos ayudan a guardar nuestros corazones cuando estamos en situaciones difíciles o potencialmente comprometedoras. Estas son simplemente algunas cosas prácticas a las que he retado a las mujeres a través de los años y que ahora estoy poniendo en práctica en mi propio matrimonio.
Primero, no hables con nadie del sexo opuesto sobre las dificultades en tu matrimonio. No lo hagas. Si vas a hablar con un pastor o consejero, hazlo en compañía de otra mujer. Con la esposa del pastor, para que tu corazón no sea atraído hacia otra persona que pudiera ser más compasiva, más atenta cuando tú necesitas ayuda. Ahora, no estoy grabando esto en piedra, pero lo digo como regla general, no hables de los problemas de tu matrimonio, especialmente si lo haces en forma de quejas con otro hombre.
En almuerzos, en viajes, en asuntos de trabajo, en muchos casos, donde las mujeres están pasando más tiempo con otros hombres que con sus propios esposos. Ahí es donde las cercas y las protecciones necesitan ser establecidas.
El internet es otro lugar que ha causado y está causando estragos en los matrimonios, Facebook, personas compartiendo sus contactos, compartiendo claves. Se necesita protección, necesitas asumir responsabilidades, necesitas tener cuidado.
Ahora, tú determinas con tu pareja cuál es la mejor manera de hacer esto. No estoy diciendo que las reglas que pones en tu matrimonio son las mismas reglas para otro matrimonio. Pero sé intencional, piensa sobre esto. De lo contrario, serás sorprendida en algún momento y vas a estar fuera de guardia; y hay muchas personas que pudieran contarte sus historias de cosas que les han sucedido.
No puedes ser la mejor amiga de otro hombre que no sea tu esposo. ¡No lo hagas! Hay tantas mujeres hoy en día que piensan que este tipo de interacción con otro hombre es inofensivo, y es inapropiado tener este tipo de cercanía con una persona que no sea su esposo. Y te dicen: «Ay, pero podemos hacer esto».
NO, NO ES SEGURO. NO está bien. No es afirmar la santidad y la permanencia del pacto matrimonial.
Y otro estímulo para las que están casadas es: Deshazte de la «opción nuclear», de la palabra que comienza con «D», la palabra divorcio. Un compromiso con la permanencia significa que no estarás usando esa palabra. No importa cuán herida te sientas, no importa qué tan difícil sea la situación, no vas a considerar el divorcio como una opción.
Tengo un pastor amigo que anima a las parejas de esposos a afirmar su compromiso con la permanencia del pacto matrimonial. Él les dice a las parejas, «quiero que le digas a tu pareja, “nunca me divorciaré de ti”».
Unos días después una dama se le acercó y se estaba riendo. Ella había escuchado este reto, y le dijo al pastor: «Mi esposo es un hombre de pocas palabras. Cada mañana él come el desayuno con el periódico en frente. Nunca le veo la cara. Yo solo le acerco su desayuno por debajo del periódico».
Y ella dijo: «Ayer, él me dijo con su cara todavía en el periódico»: «Amor, me adelanté e hice que escribieran tu nombre al lado del mío en la lápida del cementerio».
Las lágrimas se acumularon en los ojos de aquella señora a medida que compartía este incidente con su pastor, porque ella sabía que, en sus propias palabras, su esposo le estaba diciendo: «Estoy contigo hasta que la muerte nos separe».
Así que, mujeres casadas, enséñenles a sus hijos el significado del pacto matrimonial, el divorcio no es una opción. Mi padre, quien experimentó el divorcio en su familia nos enseñó una y otra vez: «¡El matrimonio es permanente, el divorcio no es una opción! Y escuchen, no tengan miedo de compartir sus fracasos, dónde se han equivocado, sus hijos también necesitan escuchar esto.
Ahora, si estás soltera, aquí tengo algunas palabras para ti.
Primero, si estás saliendo con alguien, mientras estás de novia con alguien, en tus estándares de noviazgo, hazte la siguiente pregunta: ¿Estoy honrando a mi futuro esposo y nuestro pacto matrimonial en caso de que esta no sea la persona para mí? ¿En tu noviazgo actual, estás honrando el pacto matrimonial con tu futuro esposo?
Y otro reto para los cristianos solteros de hoy: Cásense en vez de vivir juntos. Vivir juntos se ha convertido en la moda y norma para muchas parejas en la iglesia de hoy. ¡Si deseas honrar el pacto matrimonial, cásate! Cuando lo hagas, estarás haciendo una declaración sobre el amor inagotable y permanente del Dios de pacto.
Ya sea que estés casada o soltera, ora por los matrimonios de los demás. No des por sentado que las personas que conoces no tienen problemas en sus matrimonios. Todos los matrimonios tienen ataques, todos los matrimonios tienen sus dificultades, así que ora cuando te encuentres alrededor de otras parejas, familiares y amigos. Ora por ellos, así como esperas que ellos oren por ti.
Anima, apoya e invierte en los matrimonios de otros. Cuando otros matrimonios estén teniendo dificultades, no seas de esas mujeres que les dicen a otras: «¡No sé cómo puedes aguantar eso! ¡Necesitas salir de ese matrimonio!»
Muchas personas minimizan la permanencia y la santidad del pacto matrimonial cuando aconsejan a sus amigas, con las que se identifican, se preocupan por ellas, las aman, tienen buenas intenciones, pero las están desanimando de seguir siendo fieles al pacto.
Este consejo es para todas nosotras: Dejemos de hacer comentarios negativos y bromas acerca del matrimonio. ¡El matrimonio es santo! Ahora, hay cosas divertidas que pasan dentro de un matrimonio. A Robert y a mí nos encanta reírnos juntos y nos reímos de nuestras diferencias y nos reímos en retrospectiva de algunas cosas difíciles que hemos pasado.
Así que no estoy diciendo que no debe haber gozo, risa, sentido del humor en el matrimonio, pero no hagamos burla del matrimonio. No hablemos tan a menudo de lo difícil que es el matrimonio. Sí es difícil. Dos personas viviendo juntas, hombre y mujer, esposo y esposa, hay diferencias allí que crean retos. Así que es difícil, es un trabajo difícil…pero es un trabajo que vale la pena.
Vamos a enfocarnos en lo que es bueno y hermoso y en lo que honra a Dios. Recuerda lo que está en juego. El matrimonio no es simplemente sentirse bien o sentirse amada. Es más que eso. ¡Es mostrar la fidelidad, la perseverancia, el amor infinito de Dios a la iglesia!
Cuando piensas en el matrimonio desde la perspectiva de Dios, es algo mucho más serio.
Tengo una amiga muy dulce, quien por años ha estado casada con un hombre que ha batallado con toda clase de adicciones. A medida que hemos compartido a través de los años, ella ha llegado a la conclusión de que solo Dios puede cambiar su corazón y darle libertad. También, ha llegado a la conclusión de que puede que él nunca cambie. Él ha entrado y salido de programas de rehabilitación. Ella sabe que cuando él vuelve a caer, es con lo que ella tiene que lidiar de este lado del cielo. Ella ora por esto, ella espera que las cosas mejoren, pero también sabe que esta vida es corta, que el dolor no será para siempre.
Mientras tanto, muchas veces la he escuchado decir que su deseo es que Cristo sea glorificado en todo y que su vida, su fidelidad, su dolor, su situación difícil, sean una demostración viviente del amor fiel de Dios en mantener el pacto.
Permíteme darte una última sugerencia si estás casada, para honrar y celebrar la permanencia y la belleza del pacto matrimonial, y es haciendo esto: Haz memoria de cuando te paraste en el altar y dijiste: «Sí, acepto». Periódicamente, toma tiempo para volver a decir los votos, el pacto que hiciste ante Dios.
¿Recuerdas ese día en que te paraste en el altar con quien sería tu marido, y dijiste: «Sí, acepto»?
Robert Wolgemuth: Hola Nancy...
Nancy: Hola mi amor...todavía no he terminado la grabación.
Robert: Esta bien. Estoy interrumpiendo pero me dieron permiso… (Nancy y las mujeres ríen) Creo que debemos hacer esto. En frente de estos amigos y quizás en frente de las personas que están escuchando…
Nancy: ¡Seguro!
Robert: De hecho, justo después que nos casamos enmarcamos nuestros votos matrimoniales, y durante la cena del ensayo de la boda les pedimos a nuestros amigos que firmaran el papel donde están escritos, para resaltar el amor fiel de pacto de Dios y la santidad del matrimonio…
Nancy: Y ellos nos van a ayudar a mantener esos votos, a mantenernos fieles a ellos…
Robert: Y ellos nos pedirán cuenta.
Nancy: Sí, ese fue un hermoso regalo. Un querido amigo lo hizo para nosotros. Están escritos en una hermosa caligrafía y realmente son nuestros votos matrimoniales.
Robert: Sí, en verdad son nuestros votos.
Nancy: Los tenemos colgados en la pared cuando entramos a nuestra casa. Los vemos todos los días.
Robert: Sé que estás ocupada en medio de tu grabación, ¿pero quizás podríamos repetir nuestros votos ahora mismo? ¿Pudiéramos hacerlo? ¿Delante de nuestra audiencia?
Nancy: ¡Bueno, vamos! Frente a amigos y testigos.
Robert: Solamente déjame ponerme de rodillas aquí para que estemos al mismo nivel. Este ha sido…. bien... creo que estamos llegando al final de nuestro tercer año, ¿verdad?
Nancy: Sí.
Robert: ¿No es hermoso?
Nancy: Claro que sí.
Robert: Celebramos todos los meses. El catorce de cada mes es un aniversario. ¡Así que es muy emocionante! ¡Estamos celebrando treinta y tantos!
Nancy: Es que celebramos cada mes. Y amor, me encanta pensar en estos votos que dijimos el 14 de noviembre del 2015. Fueron preciosos para nosotros entonces, pero ¿no crees que son más hermosos hoy?
Robert: ¡Es muy cierto! De hecho, cuando vas a una boda y ves una pareja de jóvenes en sus veinte, y eres una persona veterana en el matrimonio, a veces te ríes por dentro, no de forma cínica pero como diciendo…
Nancy: ¡No tienen idea en lo que se están metiendo!
Robert: No ríes porque deseas honrarlos, pero estás diciendo: «¡No tienes idea!» ¿Cierto? Pero eso es bueno, porque nosotros tampoco teníamos ni idea. Así que el Señor nos lleva paso a paso… Así que…estos votos…
Nancy: Y cuando hicimos esto en nuestra boda, el pastor los leyó línea por línea, y nosotros los repetíamos, pero vamos a leerlos como nos los dijimos. ¡Estoy encantada con este recordatorio!
Robert: Voy a tomar tu mano. Okay, ¿estás lista? Pienso que yo voy primero. Pensé hace un momento que me hubiese gustado aprendérmelos de memoria, pero realmente me hubiera puesto muy nervioso. Así que voy a leerlos ¿Así que mis ojos irán de un lado al otro, te amo.
Nancy: Está bien. Yo también te amo.
Robert: En presencia de Dios y estos testigos, a través de un pacto santo, yo, Robert, te tomo, Nancy, como mi esposa. Feliz y agradecido te recibo como un hermoso regalo de parte de Dios.
Prometo amarte, apreciarte y pastorearte como el amor de Cristo ama y pastorea a Su iglesia. Y prometo darme a ti, como Cristo dio Su vida por nosotros. Prometo lavarte con la Palabra, para así presentarte santa y sin mancha ante nuestro Señor.
Con sinceridad de corazón y en dependencia de la gracia de Dios y el poder del Espíritu Santo, te prometo mi ternura, mi fidelidad, mi amistad, mis afectos y mi amor mientras ambos vivamos.
Nancy: ¡Gracias, amor!
Y en presencia de Dios y estos testigos, por medio del santo pacto, yo, Nancy, te tomo a ti, Robert, para ser mi esposo. Feliz y agradecida te tomo como un hermoso regalo de parte de Dios.
Prometo respetarte, reverenciarte y someterme a ti en todo como mi cabeza terrenal, así como la iglesia respeta, reverencia y se somete a Cristo, su Cabeza celestial. Como tu ayuda, te amaré, te consolaré, apoyaré y serviré a Dios a tu lado.
Con sinceridad de corazón y en dependencia de la gracia de Dios y por el poder del Espíritu Santo, te prometo mi ternura, mi fidelidad, mi amistad, mis afectos y mi amor, mientras ambos vivamos.
Robert: Te amo.
Nancy: Te amo, amor.
Robert: «¡Puedes besar a la novia!» (Risas y aplausos)
Nancy: Gracias por hacer esos votos, amor. ¡Gracias por cumplir tus votos! Para nosotros estos votos son aún más preciosos en el día de hoy que cuando los hicimos por primera vez.
Robert: Es cierto.
Nancy: Y me pregunto, porque tenemos a muchas personas escuchando… que nuestra historia es muy diferente a otras historias. Quizás te encuentras en un matrimonio donde estás luchando por mantener tus votos, o quizás te has divorciado y esto afecta algunos lugares dolorosos y crudos o quizás no estás casada y deseas estarlo…
Dios conoce tu corazón y me pregunto si... amor, pudieras orar por aquellas que están casadas y están luchando por mantenerse fieles. ¿Podrías orar para que la fidelidad de Dios y Su gracia les asista en el día de hoy?
Robert: Como no, amor. Padre, eso es lo que oramos. Oramos que nosotros seamos primero. Esto no es simplemente un sermón desde una plataforma o púlpito que Nancy y yo estamos predicando para los demás. Deseamos que nuestros corazones sean tiernos, deseo que mi corazón sea tierno, deseo poder obedecerte bien. Deseo ser compasivo, amable, tierno, amoroso y un pastor lleno de gozo para esta hermosa mujer.
Así que te doy gracias de que Tu gracia es suficiente. Soy pecador. Estoy a los pies de la cruz. Tu justicia me cubre, y así puedo estar ante Ti sin pecado, presentándome a esta preciosa mujer, quien también está cubierta por Tu justicia.
Así que tanto Nancy como yo, nos unimos para orar por los hombres y las mujeres que se encuentran en un lugar muy difícil. Y las razones de estas cosas, de este lugar tan difícil son muchas. Pueden ser situaciones, circunstancias, otras personas, malos hábitos, muchas, muchas cosas.
Satanás se regocija en esto porque él te odia, él odia el matrimonio. Así que en desafío a Satanás y sus maniobras, estamos parados en la verdad de Tu Palabra. Abrazamos el pacto del matrimonio y oramos. Nancy y yo unimos nuestros corazones y manos y oramos por los hombres y mujeres que necesitan este toque, que necesitan la seguridad de que Tú sabes lo que estás haciendo y de que Tú estás presente en sus matrimonios. Oro por el coraje de enfrentar los problemas. Oro por el valor de invitar a un pastor o consejero cristiano que les hable la verdad.
Oro por humildad. Oro que los hombres y mujeres se arrepientan y confiesen, preguntándose a ellos mismos: «¿Qué debo confesar?» Antes de poner presión a su cónyuge para que confiese lo que debe confesar.
Pudiéramos continuar con muchas otras cosas, pero tú conoces nuestros corazones. Tú conoces nuestro gran deseo, de que nuestro matrimonio refleje el amor de Cristo, la novia de Cristo, la iglesia, Tu santa novia.
De antemano te agradecemos. Te alabamos por lo que harás en los corazones de los hombres y mujeres que están escuchando sobre esta promesa de pacto fiel. Te amamos. Te damos las gracias. En el santo nombre de Jesús oramos, amén.
Annamarie: Robert Wolgemuth ha estado orando por los matrimonios. También escuchamos los votos matrimoniales de él y de su esposa, Nancy DeMoss de Wolgemuth. Esto nos recuerda que debemos ver el matrimonio como un compromiso a permanecer.
Este programa acerca de honrar el pacto matrimonial es parte de la serie titulada, «El Manifiesto de la Mujer Verdadera: Declaraciones, parte 2». Puedes escuchar nuevamente este programa o compartirlo fácilmente, a través de nuestro sitio web, AvivaNuestrosCorazones.com.
Hace un tiempo la mayoría de personas tenían hogares pequeños pero grandes familias. En nuestros días, parece ser más común tener grandes hogares y familias pequeñas. ¿Qué nos dice esto? Nancy abordará este tema, el lunes, aquí en Aviva Nuestros Corazones.
Diciendo: «Sí, Señor» juntas, Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.
Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de las Américas a menos que se indique otra fuente.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la temporada de podcast.
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Recursos del Episodio
PDF «Manifiesto de la Mujer Verdadera»
Serie «Fundamentos del Manifiesto de la mujer verdadera»
Serie «El manifiesto de la mujer verdadera | Afirmaciones parte 1»
Serie «El manifiesto de la mujer verdadera | Afirmaciones parte 2»
Serie «El manifiesto de la mujer verdadera | Afirmaciones parte 3»
Serie «El manifiesto de la mujer verdadera | Declaraciones parte 1»
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