
Sufrimiento con propósito
Carmen Espaillat: Aquí está Nancy DeMoss de Wolgemuth con esperanza para cualquiera que esté sufriendo.
Nancy Leigh DeMoss: Recuerda que Satanás no puede tentarte sin el permiso de Dios. Dios limita la libertad de Satanás. Y Dios te ama. Él no permitirá que venga ninguna prueba a tu vida que no sea para tu bien y para Su gloria.
Carmen Espaillat: Has sintonizado Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
Hemos estado aprendiendo mucho de una iglesia que estaba sufriendo. Esta iglesia era una de las siete que recibieron una carta de Jesús en el libro de Apocalipsis. Nancy ha estado enseñando a través de estas cartas continuando con la iglesia de Esmirna en esta serie Fidelidad y corona de vida.
Nancy Leigh DeMoss: Alguna de ustedes puede estar familiarizadas con la misión cristiana, Evangelio para Asia. Es un ministerio que tiene …
Carmen Espaillat: Aquí está Nancy DeMoss de Wolgemuth con esperanza para cualquiera que esté sufriendo.
Nancy Leigh DeMoss: Recuerda que Satanás no puede tentarte sin el permiso de Dios. Dios limita la libertad de Satanás. Y Dios te ama. Él no permitirá que venga ninguna prueba a tu vida que no sea para tu bien y para Su gloria.
Carmen Espaillat: Has sintonizado Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss de Wolgemuth en la voz de Patricia de Saladín.
Hemos estado aprendiendo mucho de una iglesia que estaba sufriendo. Esta iglesia era una de las siete que recibieron una carta de Jesús en el libro de Apocalipsis. Nancy ha estado enseñando a través de estas cartas continuando con la iglesia de Esmirna en esta serie Fidelidad y corona de vida.
Nancy Leigh DeMoss: Alguna de ustedes puede estar familiarizadas con la misión cristiana, Evangelio para Asia. Es un ministerio que tiene 16,000 misioneros quienes plantan iglesias y evangelizan en algunos de los países más difíciles del mundo, países que están cerrados al Evangelio en muchos casos, y donde hay una persecución diseminada de los creyentes.
Recientemente encontré una entrevista al fundador y presidente del Evangelio para Asia, el Señor K.P. Yohannan. La entrevista se titulaba, “La persecución es parte del trato”. Y aquí está lo que él este Señor Yohannan tenía que decir en esa entrevista.
India es un lugar de persecución y sufrimiento para cualquiera que esté cumpliendo con la Gran Comisión. Cada semana hay 9 o 10 misioneros de Evangelio para Asia que son abusados y golpeados en distintas partes del país (o sea cada semana). Algunos son arrastrados de sus hogares y muertos por su fe. ¿Y nos sorprende esto? Para nada. Jesús dijo que seríamos enviados como ovejas en medio de lobos.
Ahora, cuando tú piensas en una oveja en medio de lobos. Tú te preguntas, “¿Qué posibilidad tiene una oveja de sobrevivir, mucho menos de vencer? Ovejas entre lobos. ¿Qué le ocurre a las ovejas entre lobos? Son matadas. Son destruidas”.
Y la cabeza de este ministerio dijo, “Esto está ocurriendo regularmente en la India y en otros países del mundo”.
Estamos viendo la segunda de las siete cartas a las iglesias en el libro de Apocalipsis–estamos en Apocalipsis, capítulo 2 si recién te unes a nosotras en esta serie. Estamos leyendo la carta a la iglesia de Esmirna. Esmirna, la iglesia perseguida. La palabra mirra, está relacionada con Esmirna, que significa “amargo”. Esta era una iglesia que estaba experimentando una amarga persecución. No estaban amargados por las persecuciones, pero las persecuciones eran difíciles de sobrellevar.
Jesús quiere animarlos, así que Él les habla a ellos, y les dice, “Soy El primero y el último, el que estuvo muerto y ha vuelto a la vida,” (Apocalipsis 2:8). Luego les dice, “Yo conozco, yo sé tu tribulación y tu pobreza, pero eres rico”. Él la conoce, no solo porque Él la ve, sino que Él sabe, porque Él ha estado ahí. Él mismo ha sufrido.
Y lo que él está diciendo es lo mismo que Dios dijo en el libro de Isaías a los israelitas, “En todas sus aflicciones Él fue afligido”. Jesús dice, “Yo sé lo tú estás atravesando. Conozco primero tu tribulación, las presiones, las demandas, las cargas que te están oprimiendo aplastando, y también conozco tu pobreza. Sé que te han despojado de tus bienes. Sé que no puedes conseguir trabajos porque has proclamado que Cristo es Señor en lugar de aceptar que César es señor. Yo conozco tu pobreza”.
El Señor dice, “Yo fui hecho pobre. Renuncié a mi hogar en el Cielo. Yo sé. Yo he estado ahí”.
Y en tercer lugar, luego dice: “Yo conozco la blasfemia de los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que son sinagoga de Satanás” (2:9). Yo conozco tu tribulación; conozco tu pobreza, y en tercer lugar, vamos a ver hoy esta frase: “Yo conozco acerca de esta blasfemia que se está diciendo hoy contra ti” (2:9, parafraseado).
Esa palabra blasfemia–si la ves en la Nueva Versión Internacional es “calumnia”. Es una palabra compuesta de dos palabras que significan “lastimar al hablar”. Es el hablar que hiere, el hablar que lastima. “Es la peor clase de calumnia,” dice el diccionario bíblico, “lastimar la reputación de uno, por medio de reportes malvados”.
Así que, estos cristianos en Esmirna estaban siendo calumniados, blasfemados. Había reportes malvados, reportes falsos que lastimarían su reputación, mentiras que se estaban diciendo acerca de ellos.
Pero Jesús les dice, “Yo conozco esta blasfemia. Yo la conozco. Yo la veo. Y sé lo que están experimentando”. Jesús fue el mismo calumniado. Así es como Él sabe por experiencia.
¿Cuál era la fuente de la blasfemia aquí en Esmirna? Bueno Él les dice, “Es la blasfemia de los que se dicen ser judíos y no lo son” (2:9).
Ahora vamos a desmenucemos esto por un momento. La ciudad de Esmirna, como hemos dicho, tenía una población de aproximadamente 200,000 habitantes. En esa ciudad, había una gran población de judíos. Esos judíos que habían rechazado a Cristo y Su Evangelio eran abiertamente hostiles hacia los judíos que habían creído en Cristo y en Su Evangelio.
Los judíos que no eran creyentes informaban al gobierno romano, a los oficiales, acerca de los cristianos. Ellos traicionaban a los cristianos. Incitaban su persecución y lo hacían a través de la calumnia. Ellos lo hacían diciendo mentiras, falsedades absolutas, y los romanos les creían y entonces perseguían a los cristianos como resultado.
Ahora, estos judíos eran judíos en el sentido de pertenecer a la raza judía. Eran descendientes físicos de Abraham. Por eso ellos decían que eran judíos. Pero la Escritura dice que no eran judíos realmente.
¿Qué significa eso? Bueno ellos eran judíos étnicamente, pero no eran judíos espiritualmente. Eran judíos profesantes, pero, de hecho, no verdaderos judíos. No son verdaderos adoradores de Dios.
Esto es algo acerca de lo cual Jesús le habló a los judíos en su día. En Juan capítulo 8, los judíos le dijeron a Jesús, “Abraham es nuestro padre” (versículo 39). En otras palabras, ellos le están diciendo, “Somos buenos judíos, somos judíos practicantes”.
Pero Jesús les dijo–y aquí estoy parafraseando un párrafo que es más largo en el Evangelio de Juan del capítulo 8–lo que Jesús les dijo esencialmente fue, si ustedes son hijos de Abraham, pero si realmente fueran hijos de Abraham, ustedes serían como él. Ustedes creerían lo que Dios dice. Él les dice, “Por sus acciones y por su falta de fe están demostrando no solo que Abraham no es su padre, sino que su verdadero padre es– ¿quién?–el diablo” (ver 8:39-44).
Y así estos judíos que estaban calumniando a los cristianos en Esmirna, decían que eran judíos. Pero el comentario de Dios acerca de ellos es que no eran realmente judíos. No eran judíos verdaderos. No eran judíos espirituales.
Y de hecho, Él dice, “Son una sinagoga de Satanás” (2:9). Ahora, ¿puedes imaginarte que para cualquiera de estos no creyentes, judíos de ese día, esto hubiera sido una gran acusación? ¿Una sinagoga de Satanás? Los judíos afirmaban ser los más religiosos y espirituales, las personas más piadosas sobre la faz de la Tierra. Y los judíos creyentes lo eran.
Pero a los judíos no creyentes, Jesús los llama, “Son una sinagoga de Satanás”.
Ahora, creo que es interesante notar que cuatro de las siete cartas a las iglesias en el libro de Apocalipsis, hablan mencionan a Satanás. Satanás está vivo. Está bien. Y la iglesia está siendo impactada e influenciada por su actividad en el mundo. No podemos cegarnos a esto. Necesitamos darnos cuenta que aunque no lo veamos, él existe y está trabajando.
El nombre Satanás significa “adversario”. ¿Y no es eso lo que es Satanás? Él es el adversario de Dios. Él es el adversario del pueblo de Dios. Él es un opositor de Dios y del pueblo de Dios.
Pero otra palabra que se usa para Satanás es también diablo, y la vemos más adelante también en este pasaje. La palabra diablo significa “calumniador” o “acusador,” diábolos. “Yo conozco al calumniador. Yo conozco al diábolo de aquellos que dicen que son judíos y no lo son. Ellos están hablando como el diablo”. Porque
El diablo es calumniador
El mentiroso
El engañador
El calumnia y acusa a los hijos de Dios
Y así lo hacían estos judíos no creyentes. Este enemigo real, Satanás, es un engañador, y él está determinado a destruir a la iglesia y a evitar que ella disemine el Evangelio. Él está trabajando a través de estos judíos no creyentes para lograr su misión, para hablar blasfemia, calumnia contra los cristianos, para acusarlos falsamente ante los romanos.
Así, estos judíos blasfemos en Esmirna, eran hostiles a Cristo y a Sus seguidores. Ellos profesaban adorar a Dios, decían, “Somos judíos verdaderos.” de
cían, “Somos religiosos. Nosotros adoramos a Dios.” Pero por su rechazo a Cristo, demostraron que todavía estaban en el reino de las tinieblas y de Satanás. Jesús dijo, “Ellos son una sinagoga de Satanás”.
“Ellos van a un edificio,” Dios dice, “pero Yo no estoy ahí. Ellos no me adoran a mí en ese edificio. Tienen rituales, tienen reglas, pero no tienen un corazón para Dios. Están bajo el dominio de Satanás, bajo el liderazgo de Satanás, cumpliendo sus propósitos”.
Y esto es un recordatorio para nosotras. Aquellos que dicen que son judíos y no lo son, son una sinagoga de Satanás. Y esto es un recordatorio de que las cosas no siempre son lo que parecen. El verdadero pueblo de Dios, ya sea los judíos del Antiguo Testamento o la iglesia del Nuevo Testamento, el verdadero pueblo de Dios no se define por su genealogía sino por su relación con Jesús, por su fe en Él. Son los seguidores de Cristo los que son verdaderos creyentes.
Me pregunto, si Dios estuviera escribiendo esta carta hoy a nuestras iglesias, ¿Él diría de algunos, “Ellos dicen que son cristianos pero no lo son en realidad. De hecho, están minando el trabajo de Cristo. Son una sinagoga de Satanás”?
¿Ves? No solo porque tenga un campanario y porque se llame a si misma iglesia, hace que sea una iglesia. Muchas de las tal llamadas iglesias en el día de hoy están llenas de “creyentes” (entre comillas) profesantes que no tienen una verdadera relación con Jesucristo, y sus vidas están socavando el testimonio de Cristo en este mundo.
Jesús diría de ellos, “Son una sinagoga, una iglesia de Satanás”. Ahora, esas son palabras muy serias. Pero necesitamos pensar acerca de esto mientras examinamos las condiciones de nuestras iglesias y de nuestras vidas al día de hoy.
Así que la iglesia en Esmirna está experimentando tribulación, pobreza, y blasfemia. Tienen una necesidad desesperada de ser consolados. Y Jesús les ha dicho, “Yo sé por lo que están pasando. conozco su tribulación. conozco su pobreza. conozco la blasfemia de aquellos que se dicen judíos pero en realidad son una sinagoga de Satanás”.
Ahora, lo que te gustaría escuchar luego es a Jesús diciendo, “¡Así que aguanten! Ya casi termina! Estoy en camino. Vengo a rescatarlos de este desastre. Yo los voy a vindicar . Y voy a juzgar a los romanos. Y voy a juzgar a esos judíos blasfemos. Y voy a juzgar a Satanás que es su adversario”.
Pero ese no es el mensaje que Jesús le da a estos creyentes que sufren. En su lugar–mira el siguiente versículo–Él les dice que se preparen para días peores y para pruebas peores por delante. Y tú dirás, “Bueno pero eso no parece ser de mucho consuelo”. Pero es exactamente lo que ellos necesitaban oír, y es exactamente lo que nosotras necesitamos oír cuando estamos sufriendo. Mira el versículo 10.
No teman lo que están por sufrir. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días.
Wow. Mira las palabras en esa oración: ser probados, tribulación, cárcel… y tú dirás, “¿pero no estarán ya pasando por suficiente dificultad?”
Jesús le está diciendo a esta iglesia, “Esperen tribulación”. Y ese es un tema que puedes ver a lo largo de todo el Nuevo Testamento. Si te rehúsas a adorar a César, si rehúsas adorar a los dioses de este tiempo, enfrentarás oposición y sufrirás las consecuencias.
Jesús no fue librado de la cruz. Los cristianos en Esmirna no fueron librados de la tribulación. Así que, ¿quiénes somos nosotras para pensar que seremos libradas de atravesar por el fuego de la tribulación y de la aflicción?
Muchas de ustedes conocen el nombre Dietrich Bonhoeffer, quien fue un pastor luterano que fue martirizado en un campo de concentración Nazi en el año 1945. En su libro, El Costo del Discipulado, él dice,
El sufrimiento es la marca de un verdadero cristiano. El discípulo no es más que su Maestro... El discipulado significa tener una alianza con el Cristo sufriente. Y no debe sorprendernos que los cristianos sean llamados a sufrir.
Eso es lo que dice Pedro en su epístola. No dejes que te tome desprevenida por sorpresa. No te sorprendas cuando estos sufrimientos vengan a ti. Espéralos. El sufrimiento va a venir. Si no hay sufrimiento en tu vida, si no hay aflicción en tu vida y finalmente, si no hay persecución en alguna medida, entonces te debes preguntar “¿Estamos realmente defendiendo las cosas correctas?”
El mundo se opone a Cristo, se opone a su evangelio. Y cuando tú te identificas con Cristo como Señor, y cuando tú te pones de pie con el Evangelio de Cristo y rehúsas comprometerte, recibirás oposición.
Ahora aquí vemos otra referencia al diablo. El diablo está por echar a algunos de ustedes en la cárcel. Se nos recuerda que al diablo se le permite afligir a veces al pueblo de Dios. Y puedes ver esto en toda la historia de Job.
Y nuestra tendencia es a culpar a las personas y a las circunstancias que podemos ver. Decimos, “Esta es la causa, el gobierno romano, o mi esposo, o mis hijos, o mi jefe o mi trabajo o lo que sea”. Ahí es donde tendemos a poner el foco.
Pero, en última instancia, Satanás, este enemigo invisible, está detrás de toda la oposición humana a Dios , a Cristo y al Evangelio. Él es el que está detrás de la persecución de la iglesia. Al final, no es el gobierno el que está persiguiendo a los cristianos en esos países alrededor del mundo. Solo son instrumentos en las manos de Satanás, que él está usando para cumplir con sus propósitos. Es Satanás el que viene como león rugiente buscando devorar al pueblo de Dios.
Luego él les dice el diablo está por echar a algunos de ustedes en prisión, en la cárcel. Ahora, tú necesitas entender que cuando esos cristianos del primer siglo oían esa frase, ellos entendían que en esos días la prisión no era generalmente un lugar al que eras enviado para ser castigado. Era generalmente un lugar donde esperabas tu ejecución.
Así que cuando él dijo, el diablo va a echar a algunos de ustedes en prisión, ellos entendían que algunos de ellos no iban a salir vivos de allí , que ellos iban a morir de manera dolorosa, cruel, o a ser torturados.
Entonces vemos en toda esta historia, triste y negativa, el hermoso retrato de la providencia de Dios. Y quizás tú te preguntes, “pero ¿Dónde ves tú la providencia de Dios en esto?” Tú estás por sufrir. El diablo está por echar a algunos de ustedes en prisión. Ustedes serán probados. Por diez días tendrán tribulación.
Bueno, Y ¿qué significa providencia? la Palabra providencia está compuesta por dos palabras: pro y video, “antes” y “ver”.
- Dios ve de antemano lo que va a suceder.
- Él sabe.
- Él ordena.
- Él orquestra.
- Él decreta.
Él sabe lo que está por delante. Él sabe el sufrimiento que está por venir, y Él les está diciendo a ellos con anterioridad no teman.
Porque Él sabe lo que va a pasar. No hay nada por delante de ellos y no hay nada por delante de ti, que Dios no sepa. En su providencia Él ve, y Él va delante de ti a hacer provisión para ti en medio de eso, lo que sea.
Así también dijo Pablo, “Yo no sé qué va a pasar cuando vaya a estas ciudades al viajar, excepto por una cosa. El Espíritu Santo me dice que en cada ciudad me esperan prisiones y aflicciones”.
Ves, Dios sabe. Él sabe lo que has pasado. Él sabe lo que estás atravesando ahora. Él sabe por lo que pasarás en los próximos días. Y eso debería animar nuestros corazones, de que estamos atadas a la providencia de Dios, aun en medio de nuestro sufrimiento.
Entonces también vemos un propósito en todo este sufrimiento. Mira el versículo 10 una vez más dice. “No temas lo que estás por sufrir. He aquí el diablo está por echar a algunos de ustedes a la cárcel para qué”–¿para qué?–“para que sean probados”.
Ahora, ¿quién está haciendo la prueba? ¿Es Satanás el que nos prueba o es Dios? Creo que la respuesta es sí para las dos opciones. Creo que son ambos.
Satanás estaba probando a estos creyentes en Esmirna, tratando de hacer que nieguen a Cristo, tratando de demostrar que al abandonar la fe, ellos no pertenecían realmente a Cristo. Y Satanás nos tienta. Satanás nos prueba.
El objetivo de Satanás en estas pruebas es destruirnos, destruir nuestro testimonio. El objetivo de Dios en estas pruebas es purificarnos, hacernos salir como el oro, demostrar y profundizar la realidad de nuestra fe.
Sin importar quién haga la prueba–y yo creo que son ambos–recuerda que Satanás no te puede probar sin el permiso de Dios. Dios limita la libertad de Satanás, y Dios te ama. Él no permitirá que ninguna prueba venga a tu vida que no sea para tu bien y para Su gloria al final de cuentas.
Así que, ¿por qué Dios nos prueba? ¿Por qué permite que Satanás nos pruebe, traiga estas aflicciones, esta pobreza, esta calumnia? ¿Por qué Dios permite que vengan estas cosas a nuestras vidas? Estas pruebas estas tentaciones prueban la sinceridad de nuestra fe y nuestro amor por Cristo.
Ves, la persecución revela quién conoce realmente a Cristo, quién ama realmente a Cristo, porque si la fe de una persona no es genuina, en tiempos de prueba, esa persona abandonará la fe, negará a Cristo. Pero si tú perseveras a través de la prueba, entonces demuestras la realidad de tu fe y entonces tu fe es fortalecida.
Otro propósito de la prueba es conformarnos a la imagen de Cristo, hacernos más como Jesús. Si Jesús sufrió, ¿llegaremos a ser como Él si nosotras no sufrimos?
El sufrimiento nos ayuda a aprender obediencia. Hebreos capítulo 5 versículo 8 nos dice que Jesús, aún Jesús, de alguna manera aprendió obediencia a través de las cosas que sufrió. Entonces aprendemos a decir, “Sí, Señor” a través de esos tiempos de prueba.
Y luego, la prueba tiene este propósito: la prueba hace que nuestros corazones se desliguen de esta tierra y se apeguen al cielo. Si todo aquí fuera fácil, amaríamos tanto la vida aquí, que nunca querríamos irnos.
Pero Dios sabe. Él ha preparado para nosotras algo mucho más grande. Él quiere que amemos lo que está por venir lo que está por delante, así que Él permite estas pruebas en nuestras vidas para hacer que nuestros corazones estén más firmemente arraigados a la eternidad.
Y las pruebas nos purifican, así como el fuego refina el oro y remueve las impurezas.
Y también ese sufrimiento nos hace maduras espiritualmente. Por eso es que Santiago dice,
Tened por sumo gozo, hermanos míos, el que os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, y que la paciencia tenga su perfecto resultado [abraza el sufrimiento; abraza la prueba. De hecho, considera como gozo el pasar por estas cosas porque si la paciencia y la prueba de tu fe tienen el resultado perfecto entonces sucederá lo que continúa diciendo el versículo para que seáis perfectos y completos, sin que os falte nada (1:2-4). por eso de hecho considéralo como un gozo.
Ahora quisiera que solo miremos a otra pequeña frase que Jesús les dice a estos creyentes en Esmirna. “Por diez días sufrirán tribulación”. Esos diez días es una frase griega que significa un “tiempo breve”. Es un período de tiempo limitado, un período definido. No son necesariamente diez días literales. Significa un período de tiempo específico.
¿Quién determina cuán largo es el período de tiempo? Dios lo hace.
¿Quién controla quién atraviesa la tribulación? Dios lo hace.
¿Quién controla cuando ocurre? Es Dios.
¿Quién controla su intensidad, la intensidad de la tribulación? Es Dios .
¿Quién controla la duración de la prueba? Es Dios.
La prueba puede ser intensa, pero mujeres, escúchenme. No durará para siempre. Lo que sea por lo que estés atravesando Tú me dirás, “Pero es que parece eterna”. No es eterna. Tendrá un fin. Y Dios sabe el momento exacto en el cual apagar el calor, apagar la hoguera y dejarte salir. Y en el momento exacto, pero no un momento antes, Dios te dejará salir; Él te rescatará.
Para algunos creyentes en Esmirna, su sufrimiento terminaría en la muerte física. Pero por su fe en Cristo, estos creyentes podían ir a la muerte en el foso de los leones, en la arena, en la hoguera a ser quemados vivos; ellos podían ir a su muerte cantando himnos de alabanza a Dios. ¿Por qué? Porque ellos sabían que la muerte no era una derrota. La muerte no era el fin. Probaría ser para ellos una puerta a la victoria y a la vida. Y sacrificando sus vidas estaban siguiendo los pasos de Cristo quién dijo, “Yo morí y he aquí estoy vivo para siempre, y tengo las llaves de la muerte y del Hades”.
Así que, aquí está la promesa. “Luego de que hayan sufrido un poco de tiempo,” dice 1era Pedro capítulo 5 versículo 10 dice. ¿Cuándo? “Luego de que hayan sufrido”. ¿Por cuánto tiempo? “Es un poco de tiempo”. “El Dios de toda gracia, que os llamó a su gloria eterna en Cristo, Él mismo os perfeccionará, afirmará, fortalecerá y establecerá”.
¿Y cuál es el resultado? “A Él sea el dominio por los siglos de los siglos. Amén” (versículo 11).
Carmen Espaillat: Sabes que todos sufren de alguna manera. ¿Ha estado tu sufrimiento apuntando a otras personas hacia Cristo? Nancy nos ha estado mostrando como esto ocurre, en una serie llamada Fidelidad y Corona de Vida. Es una, de muchas series, que nos llevarán a través de las cartas a las siete iglesias en el libro de Apocalipsis.
Durante esta serie queremos ayudarte a aplicar lo que estás aprendiendo a tu vida, así que nos gustaría enviarte un panfleto llamado: Oídos para oír: Aprendiendo de las iglesias en Apocalipsis. Cada carta a cada iglesia adquirirá un nuevo y profundo significado para ti, al ver cómo se relaciona con tus relaciones, con tu familia y con tu caminar con Dios.
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Mañana Nancy continuará con esta serie Fidelidad y la corona de vida. Esperamos que puedas unirte a nosotras de nuevo, aquí en Aviva Nuestros Corazones.
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