
Todo pensamiento cautivo
Débora: La tentación más fuerte puede ser la más sutil. Aquí está Mary Kassian.
Mary Kassian: La mujer sabia entiende que no es una gran concesión lo que más pone en riesgo su bienestar, sino ceder en pequeñas cosas que parecen insignificantes.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Escoge agradecer», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 16 de junio de 2025.
Hoy escucharemos un mensaje que Mary Kassian compartió en la conferencia de True Woman’14. En este episodio, Mary compartirá ejemplos explícitos para ilustrar su enseñanza, por lo que te recomendamos escucharlo con discreción si hay niños cerca.
A lo largo de los años, Mary ha hablado en todas las conferencias de True Woman. Y Nancy, sé que realmente aprovechaste mucho el mensaje que ella dio en la conferencia del 2014.
Nancy DeMoss …
Débora: La tentación más fuerte puede ser la más sutil. Aquí está Mary Kassian.
Mary Kassian: La mujer sabia entiende que no es una gran concesión lo que más pone en riesgo su bienestar, sino ceder en pequeñas cosas que parecen insignificantes.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, autora de «Escoge agradecer», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 16 de junio de 2025.
Hoy escucharemos un mensaje que Mary Kassian compartió en la conferencia de True Woman’14. En este episodio, Mary compartirá ejemplos explícitos para ilustrar su enseñanza, por lo que te recomendamos escucharlo con discreción si hay niños cerca.
A lo largo de los años, Mary ha hablado en todas las conferencias de True Woman. Y Nancy, sé que realmente aprovechaste mucho el mensaje que ella dio en la conferencia del 2014.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Así es. Y el título de su mensaje es «Destruye los hábitos que te hacen una mujer débil». Soy consciente de lo mucho que tiendo a apoyarme en mis propias fuerzas y de lo débil que soy en realidad. Así que necesito volver a escuchar este mensaje. Y me emociona compartirlo hoy con nuestras oyentes.
Mary Kassian no es desconocida aquí en Aviva Nuestros Corazones. Incluso somos coautoras de un estudio bíblico titulado Mujer Verdadera 201: Diseño interior.
Ahora escuchemos a Mary mientras ella nos advierte sobre las tentaciones que nos debilitan y nos vuelven ineficaces.
Mary: Tengo que confesarles algo. Una vez me metí en una pelea. Fue una pelea donde se usaron puños, golpes en la cara y tirones de cabello. Lo recuerdo muy bien.
Estoy segura de que sucedió un jueves por la noche, porque, cuando era niña, siempre tenía la misma rutina: si era domingo íbamos a la iglesia dos veces; los lunes por la noche había reunión de diáconos; los martes por la noche teníamos el club de misioneros; los miércoles por la noche, el grupo de oración se reunía; y los jueves por la noche, mi mamá y mi papá salían a hacer compras, o por lo menos eso decían.
Ellos nos dejaban a mí y a mis cinco hermanos en casa solos. Así que ese jueves por la noche, a mi hermano Gordon, que era un poco mayor que yo, y a mí, nos tocó lavar los platos. Él lavaba y yo secaba.
Y mientras lavábamos los platos, nos metimos en una discusión. Es lo que hacen los niños. Ni siquiera recuerdo de qué se trataba, pero sé que se intensificó y empezamos a discutir sin parar. Y hubo un momento en el que me dijo: «¿Y tú qué sabes? No eres más que una chica débil».
Oh no… Esas palabras desataron una pelea.
Yo era poco femenina. Tenía cinco hermanos. Podía trepar a un árbol, usar un martillo, y hacer cualquier cosa tan bien como ellos. Entonces tiré la toalla, levanté los puños y lo desafié a un duelo. Fuimos a la sala de la casa y comenzamos nuestra pelea…Te contaré el resto de la historia más adelante
Imagínate mi sorpresa cuando, a medida que fui creciendo y leía las Escrituras, me encontré con el pasaje en 2 de Timoteo capítulo 3, los versículos 6 al 7. Voy a leértelo de la versión Nueva Traducción Viviente. Dice:
«Así son los que van de casa en casa cautivando a mujeres débiles cargadas de pecados, que se dejan llevar por toda clase de pasiones. Ellas siempre están aprendiendo, pero nunca logran conocer la verdad» (NTV).
Mi hermano me había llamado una chica débil. Nunca nadie me había llamado débil. Pero aquí estaba la Escritura hablando de mujeres débiles.
Marca en tu Biblia el pasaje en 2.ª de Timoteo 3 que acabamos de leer, porque este es el pasaje que estaré enseñando hoy. El contexto de este pasaje es que fue escrito por Pablo cerca del final de su vida. Él estaba en prisión y se lo escribió a uno de sus protegidos en Éfeso, a Timoteo, que trabajaba con la iglesia allí.
Esta carta es un llamado audaz y claro a la perseverancia en tiempos de dificultad y de adversidad. Fue un mensaje de ánimo para la iglesia, pero también para corregir algunos problemas que existían en la iglesia de Éfeso.
Uno de los problemas que enfrentaba la iglesia era que los falsos maestros estaban impactando a la iglesia, influyendo en ella desde adentro. Y estaban teniendo un éxito desproporcionado entre las mujeres, porque las mujeres eran débiles.
Cuando hice mi elegante estudio, esta palabra se refiere a «débil, de voluntad débil, tonto o crédulo». Así que es posible que en tu Biblia, si estás leyendo el pasaje ahora mismo, diga «vulnerable», o «mujercillas», o «débiles».
Uy…«mujer débil».
Nadie me ha llamado nunca pequeña; mido casi un metro ochenta. Esta palabra «mujercillas» contiene la idea de pequeñez, y las mujeres de las que habla nuestro pasaje se quedaban cortas. Eran pequeñas. Eran chiquitas. Eran menos de lo que deberían haber sido.
Esta debilidad no era algo positivo. No era como dice 2.ª Corintios 12:10: «Por eso me complazco en las debilidades…porque cuando soy débil, entonces soy fuerte».
No se refería a ese tipo de debilidad. Esta era una debilidad mala. Estas mujeres eran tan débiles de una manera que las hacía pequeñas, por lo que este eraun término negativo y despectivo. Eran mujeres infantiles, frívolas, tontas, inmaduras y cobardes. Se merecían una triple etiqueta: débiles, tontas y cobardes.
El punto es que no deberían haber sido así.
En la descripción de la mujer piadosa en Proverbios 31, el versículo 25 dice que está vestida de «fuerza y dignidad». Y en el versículo 17 dice: «Ella se ciñe de fuerza y fortalece sus brazos».
Dios no quiere que sus hijas sean débiles. Una hija del Rey no es débil ni enclenque. Es una hija de dignidad. Es una mujer de fuerza.Es una mujer que se viste de fuerza y fortalece sus brazos.
El Señor quiere magnolias de acero. Quiere que seamos mujeres tiernas y femeninas con fuego en el vientre, valor en el corazón y una columna vertebral de acero para que podamos decir «sí» a la verdad y «no» a la injusticia.
He titulado este mensaje «Destruye los hábitos que te hacen una mujer débil», porque si desglosamos en puntos este pasaje de 2.ª de Timoteo capítulo 3, podemos descubrir siete hábitos que caracterizan a esas mujeres débiles de Éfeso.«Así son los que van de casa en casa cautivando a mujeres débiles cargadas de pecados, que se dejan llevar por toda clase de pasiones. Ellas siempre están aprendiendo, pero nunca logran conocer la verdad».
Entonces, estos son los siete puntos:
Número 1: Así son los que van de casa en casa.
Número 2: Cautivando a mujeres débiles
Número 3: Cargadas de pecados
Número 4: Que se dejan llevar
Número 5: Toda clase de pasiones
Número 6: Siempre están aprendiendo
Y número 7: Nunca logran conocer la verdad
Siete puntos, siete características de una mujer débil. Estos son siete hábitos que querrás destruir si no quieres ser una de ellas y si deseas convertirte en una mujer fuerte. El primer hábito de una mujer débil es que ella tolera a los hombres peligrosos y desenfrenados. Ella permite que las cosas dañinas entren en su vida sigilosamente. Las mujeres débiles de Éfeso permitían que los falsos maestros y las falsas enseñanzas se infiltraran en su vida.
Muchas mujeres dejan que el tipo de hombre equivocado se infiltre en sus vidas. ¿Conoces a alguien así? Pero un falso maestro o un hombre impetuoso que se insinúa y es controlador, no es el único tipo de persona dañina a la que debemos estar alertas como mujeres.
Cuando uso la palabra «insinuarse», me refiero a cualquier influencia negativa que se abre camino en nuestras vidas. Insinuarse es avanzar lentamente. Cuando algo se insinúa, avanza y empuja, pero es muy sutil y casi imperceptible. Es persistente, pero sigue abriéndose paso, y lo hace poco a poco.
Hay algo siniestro en las insinuaciones. Aparecen, se inmiscuyen, suplantan y se apoderan. Y lo hacen de forma tan gradual, lenta e incremental que una mujer a menudo se queda rascándose la cabeza y preguntándose: ¿Cómo ha pasado esto? ¿Cómo he llegado a esta situación? ¿Cómo ha sucedido? Estaba allí y ahora estoy aquí, y ni siquiera sé cómo ha pasado.
Bueno, chicas, aquí está la respuesta. Elpecado no avanza a pasos de gigante, sino que avanza poco a poco, con una pequeña concesión tras otra.
Permíteme contarte esta historia.
Conocí a una mujer llamada Judy en un retiro de mujeres. Ella y su esposo, John, se habían conocido en el Instituto Bíblico. Él estudiaba teología y ella educación cristiana.
Cuando se graduaron, se mudaron y empezaron a trabajar como parte del personal en una iglesia del Medio Oeste. Sus corazones estaban llenos de amor por Dios, y estaban llenos de entusiasmo y pasión por Él y por alcanzar a las personas.
Sin embargo, después de unos años, sintieron que la rutina diaria de la vida y la política de la iglesia eran difíciles. Sentían que necesitaban un descanso. Así que ambos renunciaron, encontraron trabajos seculares y se mudaron a la costa este. No pudieron encontrar una iglesia que les convenciera, así que dejaron de asistir. Su lectura de la Biblia y sus disciplinas espirituales también quedaron en el olvido.
Se sentían solos. No tenían amigos en la zona. Un viernes por la noche, sus vecinos los invitaron a jugar a las cartas y tomar unas copas. Judy estaba un poco indecisa al respecto. No se sentía del todo bien con la idea, se sentía incómoda, pero al final fueron.
Bueno, hicieron buenas amistades con sus vecinos, y los juegos de cartas de los viernes por la noche se convirtieron en un punto destacado habitual de la semana. Todos los viernes por la noche iban a jugar a las cartas.
Judy no recordaba exactamente cómo sucedió, pero en algún momento, el juego de cartas se convirtió en póquer y luego el póquer se convirtió en póquer para desnudarse. Y después de que se acostumbraron a quitarse la ropa, las apuestas se hicieron aún más altas.
Los favores sexuales y los retos sexuales se convirtieron en las apuestas que ponían sobre la mesa. Y para el momento en que Judy me buscó para que orara por ella, sus partidas de póquer de los viernes por la noche se habían convertido en un comportamiento sexual cada vez más depravado, y ella se había vuelto adicta. Estaba sumamente esclavizada por la pornografía, por la perversión sexual, y estaba muy enredada y destrozada.
Ahora, si le hubiera dicho a Judy cuando estaba en el Instituto Bíblico: «¿Sabes qué, Judy? En cinco años vas a ser una adicta al sexo y estarás hecha un desastre». ¿Qué crees que me habría dicho? «¡De ninguna manera!». Entonces, ¿cómo sucedió? Poco a poco. Y fue un repugnante «poco a poco».
Satanás es repugnante. Es el más repugnante por naturaleza, y constante y persistentemente tratará de ganar terreno en tu vida y abrirse camino.
¿Puedes identificar un área en la que has sido débil y has tolerado lo repugnante? Tal vez sea un sitio web en el que no deberías estar navegando. O puede que sea un libro que no deberías estar leyendo. O un programa que no deberías estar viendo. Quizás sea ese intercambio secreto de mensajes de texto o de correo electrónico que no deberías estar manteniendo, o el almuerzo con el hombre casado que no deberías tener, o el sueño o el escenario que no deberías imaginar, o el lugar al que no deberías ir.
O tal vez sea la excusa para faltar a la iglesia que no deberías poner. O el resentimiento amargo que no deberías alimentar. O el afecto conyugal que no deberías retener. A través de Su muerte y resurrección, Cristo nos ha dado el poder de decir «no» a lo raro y repugnante. Él quiere que seamos mujeres fuertes y no mujeres débiles. Así que no racionalices ni justifiques a esos repugnantes diciendo: No me afectará. Soy lo suficientemente fuerte para manejarlo. No me desviaré del camino. Realmente no es gran cosa.
No, no es gran cosa, tienes razón. Es probable que no sea gran cosa porque es algo repugnante, pero así son todos esos pequeños actos que nos desvían del camino.
La mujer sabia entiende que no es una gran concesión lo que más pone en riesgo su bienestar, sino ceder en pequeñas cosas que parecen insignificantes. Y hay algo más que quiero que sepas sobre la frase: «…van de casa en casa cautivando a mujeres débiles…».
Escucha, como mujer, no solo soy responsable de evitar que las cosas malas se infiltren en mi vida, sino que también tengo la responsabilidad única en mi hogar de asegurarme de que no se infiltren en mi familia.
Por diseño, Dios ha diseñado a las mujeres para que sean diferentes a los hombres, ¿amén? La intuición de la mujer no es un mito. Las mujeres son cuidadoras y se nos ha dado este increíble indicador interno de: «¿Cómo está todo el mundo? ¿Cómo va todo? ¿Cómo están las relaciones personales? ¿Qué está pasando aquí?».
Vemos las cosas en términos de personas, de relaciones interpersonales. Nosotras nos damos cuenta de cosas que los hombres no notan. La mamá osa es la que percibe, la que observa, la que investiga, la que detecta, la que dice: «Hablemos y averigüemos qué está pasando». La mujer es la que anima, la que llora, la que lleva la carga, la que ora, la que investiga a las novias de sus hijos, a los novios de sus hijas y a los mejores amigos. Así es como estamos programadas.
No podemos permitirnos ser indiferentes o estar distraídas y permitir tontamente que las cosas se infiltren en la vida de nuestros seres queridos.
No puedo explicar la cantidad de veces que he intervenido para evitar que los intrusos se entrometan en la vida de mis hijos, mi matrimonio, mi hogar, mi familia, o el número de veces que me he sentado con mi marido y le he dicho: «¿Sabes qué? Hay algo que no está del todo bien en la vida de uno de nuestros hijos», o las veces que he orado: «Señor, revela el pecado. Si hay pecado en mi hogar, revélalo. Ayúdame a ser sensible a él. Ayúdame a verlo para que podamos lidiar con él».
Y por cierto, creo que Dios le da a cada mujer un hogar, una esfera de personas a las cuales cuidar. En el Salmo 113, versículo 9, dice: «Hace habitar en casa a la mujer estéril, gozosa de ser madre de hijos…». No tienes que tener esposo e hijos para ser la madre de tu hogar. Tu hogar puede ser tu equipo de voleibol; pueden ser tus compañeras de trabajo, o las mujeres de tu grupo pequeño, o las ancianas en tu residencia para personas mayores. Quizás pueden ser tus sobrinas y sobrinos, o tus vecinas.
Dios quiere que asumas tu papel de mamá osa y empieces a cuidar de tu hogar. Ten cuidado con los bichos raros que hay en sus vidas y haz todo lo posible para protegerlos y advertirlos y persuadir a tus cachorros, a aquellos que Dios ha puesto a tu lado.
En Proverbios capítulo 31, versículo 27, dice que la mujer sabia «vigila la marcha de su casa». Y en Proverbios 14, versículo 1, se nos recuerda que «La mujer sabia edifica su casa, pero la necia la derriba con sus manos». ¡No seas débil! Una mujer débil atrae malas influencias, pero una mujer fuerte las rechaza.
Ahora pasemos al punto dos. El segundo hábito de una mujer débil es que no vigila su mente. La siguiente parte del versículo 3, en 2.ª Timoteo capítulo 2, dice que los falsos maestros cautivan a las mujeres débiles (parafraseado, NTV). Puede que la versión de tu Biblia diga «engañan…». Este es en realidad un término militar que indica que estas fueron tomadas cautivas como prisioneras de guerra. Pero hay más que eso aquí. Hay otro pensamiento o elemento subyacente que no es tan evidente.
Algunas traducciones utilizan la palabra «cautivar», y la razón es que hay un elemento de dominio psicológico que está entretejido en esta idea. Significa «ganar influencia o control sobre la mente». No solo te toman como prisionero de guerra, sino que empiezan a manipular tu mente.
Estas mujeres fueron cautivadas. Les lavaron el cerebro para que aceptaran su cautiverio y cooperaran y trabajaran con su captor e incluso se encariñaran con él, ignorando que habían sido tomadas como rehenes.
Pablo utiliza la misma palabra e ilustración en el capítulo anterior, 2.ª Timoteo 2:26. Él dice que la gente necesita «volver en sí», en el sentido de recuperar el juicio, librarse del lavado de cerebro, «y escapar de la trampa del diablo después de haber sido capturados por él para que hagan lo que él quiere» (parafraseado, NTV).
En 1973, dos convictos en Estocolmo, Suecia, se fugaron de la cárcel. Llevaban metralletas y entraron en un banco para robarlo. Pero su intento de hacerlo salió mal y terminaron en un enfrentamiento con la policía; incluso tomaron rehenes. Tomaron a tres mujeres y un hombre. Ataron dinamita en los pechos de estas personas y los mantuvieron en la bóveda del banco.
Estos rehenes duraron seis días con estos criminales en la bóveda del banco. Y por extraño que parezca, al cabo de esos seis días, los rehenes se resistieron activamente a ser rescatados y se negaron a testificar contra sus captores. Y no solo eso, sino que trabajaron con ellos para recaudar dinero para la defensa legal de los criminales y, según algunos informes, una de las rehenes incluso se comprometió con uno de los criminales después de que este fuera enviado a la cárcel.
Este fenómeno de las víctimas que llegan a identificarse y a simpatizar con sus captores, mostrando compasión y lealtad por las personas que los maltratan y los tienen bajo su control, se le conoce como el síndrome de Estocolmo; en Estocolmo, Suecia, tuvo lugar el robo a ese banco.
Otro caso famoso que algunos de ustedes, que son tan mayores como yo, quizá recuerden es el de Patty Hearst, la joven y rica heredera que fue secuestrada por un grupo terrorista, pero que luego se unió a su causa y empezó a robar bancos con ellos.
Este síndrome de Estocolmo es similar a lo que les sucedió a estas mujeres débiles en la iglesia de Éfeso. Segunda de Timoteo las describe como víctimas. Eran víctimas, pero eran parte de su propio encarcelamiento. Habían sido cautivadas. Habían sido capturadas. Les habían lavado el cerebro y estaban confundidas y no pensaban con claridad. Los malvados habían jugado con sus mentes y ellas habían caído en las mentiras.
Escucha, en tu lucha contra el pecado, ganarás o perderás la victoria en el campo de batalla de tu mente.
Nancy ha escrito un libro completo sobre las mentiras que creen las mujeres, y muchas de las que me están escuchando hoy están creyendo mentiras. Mentiras sobre Dios: «Los caminos de Dios son demasiado restrictivos». Mentiras sobre ti misma: «No debería tener que vivir con anhelos insatisfechos». Mentiras sobre el pecado: «Este pecado no es tan malo». Mentiras sobre tus circunstancias: «No es culpa mía. Mis circunstancias son las responsables de mi mala actitud. Si mi esposo no fuera tan malo, yo no estaría tan malhumorada».
Mentiras sobre tus prioridades, sobre el matrimonio, sobre los hijos, sobre quién eres como mujer, sobre quién eres y cómo debes comportarte. ¡Mentiras, mentiras, mentiras! Satanás es el padre de las mentiras. Es un buen mentiroso.
Eva, nuestra antepasada, se dejó engañar, y la tendencia a dejarse engañar ha perseguido a las mujeres desde entonces.
¿Sabes cómo entrena el FBI a los agentes del servicio secreto para identificar el dinero falso? Los ponen en una habitación con dinero real. Y durante horas, y horas y horas, estudian los detalles del dinero real, lo tocan y lo huelen. Se familiarizan tanto con el dinero real que cuando se encuentran con dinero falso, simplemente se dan cuenta: «Mmm, algo no está bien, no está del todo bien. No tiene la textura adecuada». Y pueden detectar lo que está mal. No detectan lo que está mal estudiando las cosas malas. Lo detectan familiarizándose con las cosas buenas.
Es lo mismo con nosotras: para combatir la falsedad, necesitamos familiarizarnos íntimamente con la verdad. Necesitamos la Palabra de Dios para poder detectar «Esto es verdad y esto otro también es verdad». Si no introducimos la verdad en nuestros sistemas, si no la sentimos, la manejamos, la leemos, la estudiamos y nos familiarizamos con su textura y sensación, entonces no sabremos cuándo algo está un poco fuera de lugar.
Pero si estamos familiarizadas con la verdad, cuando Satanás venga con una mentira, y esas mentiras siempre tienen algo de verdad y solo están un poco fuera de lugar, pero cuando el enemigo venga con esas mentiras, no caeremos en ellas, sino que seremos capaces de saber: «Mmm, algo no está del todo bien aquí».
Entonces, una mujer fuerte equipa su mente y también la protege. La verdad te hará libre, pero te costará discernir lo que es verdad si pasas todo el tiempo expuesta a basura. Basura que entra, basura que sale.
La Palabra de Dios te dice que el sexo fuera del matrimonio es una violación vergonzosa del verdadero significado de la fidelidad del pacto. Hay programas de televisión que te dicen que el sexo fuera del matrimonio es tu boleto a la felicidad y la realización.
Sé honesta. ¿Qué mensaje se mete más en tu cabeza? ¿Estás dándole más acceso a la verdad o a la mentira? En 2.ª Corintios capítulo 10, versículo 5, dice: «destruyendo especulaciones y todo razonamiento altivo que se levanta contra el conocimiento de Dios, y poniendo todo pensamiento en cautiverio a la obediencia de Cristo». Todo pensamiento.
No seas débil. ¡No seas débil! Una mujer débil es cautivada por las mentiras, pero una mujer fuerte lleva cautivos sus pensamientos a la verdad.
Nancy: Acabas de escuchar a Mary Kassian hablándonos sobre un tema muy importante. Esta es la primera parte de un mensaje que ella compartió en la Conferencia de True Woman’14 titulado «Destruye los hábitos que te hacen una mujer débil». Recuerdo que en ese año, cuando estuve allí escuchando a Mary hablar, valoré mucho la advertencia que nos dio.
Como mujeres cristianas, necesitamos apoyarnos en la fuerza del Señor para protegernos de las falsas enseñanzas y para proteger nuestras mentes de pensamientos equivocados.
Y para ayudarte a crecer en cuanto a este tema de saturar tu mente con la verdad de la Palabra de Dios, para confiar más en Él, Mary y yo, escribimos juntas un libro titulado Mujer Verdadera 201: Diseño Divino. Este estudio de diez semanas te llevará a través del capítulo 2 de Tito, y te ayudará a explorar la rica visión para las mujeres que se encuentra allí. Así que nos encantaría que puedas obtener una copia visitando AvivaNuestrosCorazones.com.
Hoy Mary Kassian nos dio dos características de una mujer débil, y en el día de mañana escucharemos cinco más. Hay una frase que me encanta que dice: «ser inteligente intelectualmente no significa ser inteligente en la vida». Espero que te unas a nosotras mañana para que descubras qué tiene Mary Kassian para decirnos sobre esta frase.
Débora: ¡Te esperamos aquí, en Aviva Nuestros Corazones!
Llamándote a ser una mujer fuerte en el Señor, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
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