
Un anhelo de aprobación
Débora: ¿Anhelas la aprobación? En el episodio de hoy nos acompaña Carrie Gaul.
Carrie Gaul: La aprobación de Dios no tiene nada que ver con lo que haces o lo que no haces. Pero sí tiene que ver con la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, y tiene efectos permanentes en tu vida.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, coautora de «En busca de Dios», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 5 de mayo de 2025.
¿Alguna vez te has hecho preguntas como estas?
Carrie: ¿Seré suficientemente buena? ¿Seré capaz de hacer lo necesario? ¿Seré finalmente aprobada cuando todo esté dicho y hecho?
Débora: Creo que todo el mundo sabe lo que es anhelar la aprobación de los demás. Hoy escucharás una visión bíblica y práctica sobre cómo ser libre de ese anhelo de aprobación. Aquí está Nancy para presentar a nuestra …
Débora: ¿Anhelas la aprobación? En el episodio de hoy nos acompaña Carrie Gaul.
Carrie Gaul: La aprobación de Dios no tiene nada que ver con lo que haces o lo que no haces. Pero sí tiene que ver con la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, y tiene efectos permanentes en tu vida.
Débora: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, coautora de «En busca de Dios», en la voz de Patricia de Saladín. Hoy, 5 de mayo de 2025.
¿Alguna vez te has hecho preguntas como estas?
Carrie: ¿Seré suficientemente buena? ¿Seré capaz de hacer lo necesario? ¿Seré finalmente aprobada cuando todo esté dicho y hecho?
Débora: Creo que todo el mundo sabe lo que es anhelar la aprobación de los demás. Hoy escucharás una visión bíblica y práctica sobre cómo ser libre de ese anhelo de aprobación. Aquí está Nancy para presentar a nuestra invitada de hoy.
Nancy DeMoss Wolgemuth: Bueno, estoy encantada de tener hoy con nosotros a una maestra invitada. Ella es parte de la familia de Revive Our Hearts, y de Aviva Nuestros Corazones. Carrie Gaul ha sido parte de nuestro equipo por muchos años. Y ella sirve en el área de correspondencia bíblica.
Aunque también desempeña otros roles, porque ella es una buena amiga y mentora. Cuando las mujeres en nuestro ministerio tienen cargas o preocupaciones en sus corazones, siempre saben que pueden acudir a Carrie y que es alguien con quien pueden compartir su corazón. Ella es buena escuchando y apuntando nuestros corazones a la verdad de la Palabra de Dios
Hoy tenemos muchas mujeres en nuestra audiencia que son amigas de Carrie y que han estado en los estudios bíblicos que ella ha enseñado a lo largo de los años. Carrie ha compartido estudios bíblicos por más de veinte años y ella ama la Palabra de Dios, ama la verdad, ama al pueblo de Dios. Y le encanta vivir la verdad de esa Palabra. Y eso es lo que nos encanta escuchar sobre aquellos que hablan la verdad.
Así es que Carrie, bienvenida a Aviva Nuestros Corazones. Muchas gracias por estar dispuesta a compartir esta serie que es algo que Dios ha trabajado en tu vida a lo largo de muchos años, ¿no es cierto?
Carrie: Gracias, Nancy. Estoy muy agradecida de estar aquí. Y sí, estas son verdades que Dios ha trabajado en mi vida durante los últimos veinticinco años.
Nancy: estas verdades salen de tu corazón y de tu una vida, y te has preparado para traerlas. Sé que hoy las mujeres que nos escuchan están ansiosas por escuchar al Señor. Quisiera orar por ti para comenzar.
Así es que Señor, te damos gracias por el poder de tus verdades. Te damos gracias por tu Palabra. Te damos gracias por Cristo. Te damos gracias por el evangelio, las buenas nuevas. Hoy en día escuchamos tantas malas noticias y nuestros corazones están apesadumbrados por tantos temas, problemas y frustraciones en este mundo.
Pero hoy venimos a empaparnos de las buenas noticias, de las buenas nuevas. Venimos a Ti para que animes y levantes nuestros corazones con tu gracia. Gracias por preparar a Carrie para enseñar y compartir Tu Palabra con otros. Gracias por la enseñanza que ha preparado. Y te pido una bendición para ella. Oro por aceite fresco y tu unción mientras ella enseña hoy y durante los próximos días.
Señor, habla a su vida, habla a través de ella, háblanos a través del poder de tu Espíritu Santo. Y Señor, cambia nuestras vidas, cambia nuestros pensamientos, cambia nuestros corazones mientras nos hablas a través de tu Palabra y de esta sierva. Y te damos gracias por todo esto, en el nombre de Jesús. Amén.
Carrie: Es un placer estar aquí y un gozo servir con el equipo de Aviva Nuestros Corazones. Las que estamos en el departamento de correspondencia bíblica decimos que tenemos el mejor trabajo del mundo porque podemos conectar con mujeres de todo el país y de todo el mundo. Podemos conocer las historias de lo que Dios hace en sus vidas, cómo Él las está moldeando, formando y conformando a Su imagen. Quisiera poder sentarme con cada una de ustedes y hacer eso.
Mi esposo me dijo esta mañana: «Es mejor que las hagas llorar desde el inicio».
Pero hoy no vamos a llorar. Es un gozo tener tantas personas en nuestra audiencia el día de hoy que Dios ha usado en mi vida.
Ustedes han orado por mí. Me han animado. Me han enseñado las cosas que Dios ahora nos da la oportunidad de compartir. Muchas de nosotras nos hemos sentado a tomar un café de vez en cuando y compartido sobre nuestras vidas. Algunas me han contado sus historias y he podido escucharlas. Ojalá pudiera hacer eso con cada una de ustedes.
No puedo pensar en nada más hermoso que escuchar las cargas, los deseos y los anhelos que hay en sus corazones, la forma en que ven a Dios obrando en sus vidas y las formas en las que anhelan verlo obrar en el futuro.
Si conversáramos lo suficiente, quizá saldría a relucir un deseo que es común en muchas de nosotras, y es el deseo y el anhelo de saber que tenemos un valor; saber que como mujeres valemos; sentir que hemos sido aprobadas. Y ese es un deseo que es muy común entre nosotras como mujeres, aunque muchas veces se esconde detrás de todas las interacciones que tenemos con nuestros familiares, amigos y conocidos.
Cuando era niña, en los años 60, recuerdo cuando mis padres, mi hermano y yo salíamos de la casa de una familia o amigos, ya estando en el auto recuerdo preguntarle a mamá: «¿Me porté bien?». Y cuando pienso en esto ya siendo una adulta, creo que lo que realmente estaba preguntando era: «¿Fui lo suficientemente buena como para obtener tu aprobación?».
En nuestro vecindario hay una dulce jovencita de quince años que hace un par de veranos, mientras se preparaba para comenzar la escuela secundaria, la vi en el patio delantero. Ella estaba sentada junto a la casa. Parecía que estaba llorando, así que me acerqué a ella y empezamos a conversar un poco.
Se estaba preparando para su primer año de secundaria. Ella es brillante. Es la mayor de sus hermanos; es inteligente, atlética, musical, tiene una personalidad del tipo A, estaba muy motivada y deseosa de estudiar medicina. Mientras hablábamos, escuché lo que me compartía y el estrés real en su vida mientras se anticipaba a los próximos cuatro años de su vida.
Necesitaba obtener calificaciones correctas, entrar al equipo deportivo correcto. Necesitaba ser parte del mejor grupo musical para poder ingresar a la universidad correcta y poder iniciar la carrera adecuada, para, eventualmente, tener el prestigio financiero que, incluso a sus trece o catorce años, le pesaba en el corazón pensando que todo eso era una necesidad.
Cuando me contó su historia, pensé: Lo que realmente ella se está preguntando es: ¿Seré lo suficientemente buena? ¿Haré lo necesario para lograrlo? ¿Tendré la aprobación cuando todo esté dicho y hecho?
Y hermanas, si somos honestas, como mujeres adultas nos enfrentamos al mismo tipo de cosas. Si están en Facebook, o Instagram, ¿cuántas de ustedes publican un comentario, un estado o una foto y revisan dos o tres veces para ver cuántas respuestas obtuvieron a ese estado? O si están en X, ¿cuántas de ustedes se preocupan por la cantidad de seguidores que tienen y los comparan con alguien más? ¿Por qué siempre estamos preocupadas por recibir aprobación? ¿Piensan las personas que valemos la pena? ¿Piensan que valemos algo?
Es como si empezáramos cada relación de nuestra vida con una taza vacía. Y al interactuar, ya sea con amigos, familiares o conocidos lejanos, como los de las redes sociales, nos preguntamos:
- «¿Me apruebas?»
- «¿Crees que tengo valor?»
- «¿Crees que soy suficiente?»
El problema es que nunca es suficiente. Cada vez que levantamos esa taza vacía, es como si la taza tuviera pequeños agujeros en el fondo, y se derramara poco a poco. Nunca es suficiente y siempre necesitamos más. Siempre hay un anhelo de aprobación que parece no satisfacer nuestras vidas.
Por eso me llamó la atención un versículo de Romanos 16. Puedes ir allí si tienes tu Biblia contigo. No estaremos allí mucho tiempo, solo es un pasaje. El libro de Romanos es la carta que Pablo escribió a los gentiles que eran creyentes. En esta carta, él habla sobre realidades y aplicaciones prácticas de la vida de Jesús, Su muerte y Su resurrección.
Entonces Pablo los equipa, los enseña y los anima. En esa época los saludos se escribían al final de las cartas. Y, cuando Pablo firma su carta, él les dice: «Saluden a Apeles, el aprobado en Cristo» (v. 10).
Él es aprobado. ¿Te imaginas escuchar al apóstol Pablo decir eso sobre ti? ¿O incluso escucharlo de alguien a quien respetas y admiras profundamente en la fe? ¿Te imaginas que te llamen «la aprobada»?
La palabra «aprobado» en este contexto significa «debidamente aceptable, probado y comprobado y, por lo tanto, hallado genuino». Pablo pudo decir en otras palabras: «Saluda a Apeles, el que es irreprensible, sin mancha a los ojos de Dios. El que ha sido declarado digno por el Dios vivo».
Si te preguntara cómo te describirías hoy en una palabra o frase, ¿qué dirías? Quizá en este momento te encuentres bien y las cosas en tu vida a nivel personal y relacional son buenas. Tu vida parece estar avanzando, ya seas estudiante universitaria, abuela o madre soltera joven, puedes decir: «Mi vida va realmente bien. Me siento arraigada en la verdad de Dios. Estoy comprometida con Él y lo estoy haciendo muy bien». Incluso puedes identificarte con el saludo de Pablo: «Saluda a Sara, la valiente, la audaz, la confiada en Cristo».
Pero tal vez algunas de ustedes estén donde yo he estado en ocasiones, y sería mucho más apropiado decir: «Saluden a Carrie, la desanimada, la que lucha, la derrotada, la que duda». O tal vez, si fueras realmente honesta, eres tú la que está cansada. Tal vez seas maestra de escuela dominical, o seas una madre que educa en el hogar, o seas una líder de estudio bíblico, y te esfuerzas por ser una mujer cristiana, una buena esposa y madre cristiana, estás increíblemente ocupada.
Pero si descubriera la verdad, realmente te estás quedando sin nada y estás agotada física, emocional, mental e incluso espiritualmente.
Las invito a escribir una palabra o frase que usarías para describirte a ti misma. Sean honestas. No mires a la persona que está a tu lado. No hagas trampa. Si nos estás escuchando hoy, tal vez estés en la caminadora o tal vez estés conduciendo por la calle o estés cuidando a niños pequeños, simplemente toma nota mental. ¿Qué palabra o frase usarías para describirte a ti misma en este momento?
Luego de haber tomado nota de tus pensamientos, ¿estás de acuerdo conmigo en que ya la percepción suele ser muy diferente a la realidad? Cuando mi esposo Dennis y yo éramos novios en la secundaria, y no te diré hace cuanto tiempo, pero, hace unos años, encontré en nuestro correo una invitación a nuestra trigésima reunión de graduación de la escuela secundaria. Y cuando abrí el sobre, literalmente pensé: Esto tiene que estar mal.No es posible que hayamos estado fuera de la escuela secundaria tanto tiempo. Eso no es posible.
Escuché a un hombre que fue a su trigésima reunión de graduación de la escuela secundaria decir que no podía creer que los que asistieron ya eran ancianos.
Nuestras percepciones suelen ser muy diferentes a nuestras realidades, ¿no es así?
Entonces déjame hacerte una pregunta más. ¿Cómo crees que Dios te ve? Si el Salvador te escribiera hoy un saludo personal, ¿cómo te describiría? ¿Qué diría Él acerca de quién eres?
La increíble buena noticia es que no tenemos por qué adivinar. Las Escrituras nos dicen claramente cómo nos ve Dios. No estamos a oscuras. Así que, vayan conmigo en sus Biblias a 1.ª Tesalonicenses 2. En las próximas sesiones profundizaremos un poco más en este mensaje.
Encontramos en ese pasaje en particular una hermosa visión de cómo Dios describe a aquellos que han puesto su fe en Él. Me encanta ese sonido de la Palabra de Dios cuando hojeamos las páginas de las Escrituras. Me encanta escuchar a las mujeres profundizar en la Palabra de Dios. Oro para que lo hagas con regularidad: que estés en Su Palabra.
1 Tesalonicenses 2:4 dice: «Sino que así como hemos sido aprobados por Dios para que se nos confiara el evangelio, así hablamos, no como agradando a los hombres, sino a Dios que examina nuestros corazones».
No quiero que hoy pasemos por alto la increíble realidad de que aquellas de nosotras que hemos puesto nuestra fe en la obra de Cristo (en Su vida, en Su muerte y en Su resurrección) somos aprobadas. Hemos sido aprobadas. Esto significa que «Hemos sido declaradas dignas. Hemos sido examinadas y hemos sido halladas genuinas».
Para comprender la plenitud de esa verdad, necesito que me acompañes por un minuto en un viaje breve de estudio de esta palabra. Tengo que confesar acerca de un extraño amor que tengo con las palabras. Algunas de ustedes lo entenderán y otras pensarán que es algo extraño. Pero me encanta profundizar en el significado original de las palabras que se encuentran en las Escrituras y ver lo que significan. Y muchas veces el significado simplemente estalla de maneras que la traducción no es capaz de captar. Y esta palabra «aprobado» en ese pasaje en particular, es una de esas.
Ahora, necesito que también sepas que no sé nada sobre griego y hebreo. ¡Nada! Simplemente aprendí a utilizar las herramientas diseñadas por quienes conocen los idiomas originales. Y tú puedes hacer lo mismo. De hecho, si estás buscando una manera de profundizar en el estudio de la Palabra de Dios, y Dios está creando en ti hambre y sed para hacerlo, te animo a que lo hagas.
Una de las mejores maneras que conozco es a través de LOS estudios bíblicos inductivos. Y una excelente forma de hacer un estudio bíblico inductivo es con Ministerios Precepto. Así que si estás buscando eso, te animo a que vayas y encuentres los recursos que te ayudarán a lograrlo.
Así que volvamos a 1.ª Tesalonicenses 2, versículo 4, para descubrir la belleza de la palabra «aprobado». Sumérgete conmigo, solo por un momento, en lo más profundo de algunos términos gramaticales. Prometo que valdrá la pena. ¡Lo prometo!
Permíteme leer 1.ª Tesalonicenses 2, versículo 4 una vez más. Dice así la Palabra de Dios: «Sino que así como hemos sido aprobados por Dios para que se nos confiara el evangelio, así hablamos, no como agradando a los hombres, sino a Dios que examina nuestros corazones».
En el idioma griego, que es el idioma del Nuevo Testamento, la palabra «aprobado» está en tiempo perfecto, voz pasiva y modo indicativo. Ahora, antes de que las confunda a todas, quédate conmigo. Vale la pena el esfuerzo de lo que vas a ver en esto.
Y sé que algunas de ustedes que aman la gramática saben esto: el tiempo perfecto es una acción que se completó en el pasado en un momento específico, pero que tiene resultados continuos en el presente. Sucede en un momento determinado, pero pase lo que pase continúa hasta el presente. Por ejemplo, Dennis y yo nos casamos el 18 de abril de 1981. Ese es un evento que tuvo lugar en el pasado y que tiene resultados continuos en el presente. Dennis y yo aún seguimos casados. «Aprobado» está en tiempo perfecto.
También está en la voz pasiva, que significa que otra fuerza o poder externo actúa sobre el sujeto. Entonces el sujeto es el destinatario o receptor de la acción. Es cuando algo sucedió en el pasado que tiene resultados en el presente, algo que sucedió fue influenciado por una fuerza externa. A Dennis y a mí nos casó un pastor. Cuando él hizo esto, actuó sobre nosotros.
Y por último, el modo indicativo es un modo de certeza. Declara algo como si fuera un hecho. Dennis y yo hemos estado casados durante 44 años porque nos casaron el 18 de abril de 1981. ¿De acuerdo? Así es que déjame decirte por qué es tan increíblemente importante esta palabra «aprobado» y tan increíblemente importante en tu vida hoy, seas quien seas y en cualquier etapa de la vida en la que te encuentres.
Las acciones completas de Cristo, Su vida, Su muerte y Su resurrección, tuvieron lugar históricamente en un momento específico en el pasado y tienen resultados casi inimaginables, prácticos y transformadores de vidas que continúan hasta el presente de hoy.
Verás, nada de lo que hagas obtendrá jamás tu aprobación ante Dios. Nada. Nada. Nada de lo que no hagas. A algunas de nosotras nos encantan las listas y nos encanta mantener la lista de lo que hacemos y no hacemos para poder medir qué tan bien creemos que lo estamos haciendo delante de Dios. Tu aprobación ante Dios no tiene nada que ver con lo que haces o lo que dejas de hacer. Tiene todo que ver con la acción que tuvo lugar en el pasado a través de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo y tiene resultados continuos en tu vida hoy. ¡Hoy!
Significa que cuando ponemos nuestra fe en Cristo somos simplemente las destinatarias y las receptoras de lo que Él ha hecho. Él ha actuado sobre nosotras y nosotras simplemente recibimos. Somos aprobadas por lo que Él hizo. No importa cómo te sientas. No importa lo que pienses. Se basa en la justicia de Cristo. Se basa en lo que Él ha hecho por ti.
¡Es increíble, amigas! Esas son las increíbles buenas noticias del evangelio. Esto es lo que se nos ha confiado. Por eso, 1.ª Tesalonicenses 2, versículo 4 dice: «Así cómo hemos sido aprobados por Dios, para que se nos confiara el evangelio». A todas nosotras.
Algunas de ustedes tienen recién nacidos en casa. Algunas de ustedes son abuelas y tienen los nietos más dulces del mundo, como el mío. Pero nacieron en pecado, cada uno de ellos. Tengo un nieto pequeño de dos años y medio, y muy a menudo él y yo repetimos el hecho de que es un pecador. Yo le digo: «Josué, di: “Soy un pequeño pecador”».
Y él dice: «Soy un pequeño pecador».
Y yo le digo: «Y di, tú y abuelita necesitan a Cristo».
Y decimos juntos: «Necesitamos a Cristo», porque esa es la verdad.
Estábamos muertos en nuestras transgresiones y pecados. No teníamos esperanza aparte de Dios. Éramos extraños al pacto de la promesa. Pero ahora, mediante la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, hemos sido aprobados. ¡Ya no estamos condenados!
Gracias a Cristo, has sido declarada digna. Has sido declarada inocente e irreprochable. Y eso, amigas mías, independiente de lo que las voces en tu cabeza te estén diciendo hoy, independiente de las palabras que escribieron hoy en ese papel, esto es lo que es verdad en ustedes si han puesto su fe en Cristo.
Piensa en los efectos en tu vida, en tu familia, en tu matrimonio. Significa que ya no tenemos que iniciar cada relación con una taza vacía. No tenemos que acercarnos a nuestras amistades, nuestras relaciones matrimoniales, nuestros hijos y nuestros compañeros de trabajo extendiendo la taza vacía diciendo: «¿Crees que lo hago bien? ¿Me apruebas?».
¡Ya hemos sido aprobadas! De modo que podemos caminar en esa verdad con confianza, impulsadas no por una necesidad consumidora de ser aprobadas, sino motivadas por un deseo de amar de verdad, de dar de verdad, de poder ministrar las necesidades de los demás.
Pablo dice que «para que se nos confiara el evangelio, así hablamos» (1 Tes. 2:4) y «vivimos, nos movemos y somos» (Hch.17:28), «no como agradando a los hombres, sino a Dios», el Único que examina nuestros corazones (1 Tes. 2:4). Esa palabra en 1 Tesalonicenses 2:4 es exactamente la misma palabra, «aprobar», exactamente la misma palabra griega: «Aquel que aprueba nuestros corazones».
Dios ha aprobado tu corazón. Si has puesto tu fe en Él, Él ya te aprobó por lo que hizo Cristo, y hablaremos más sobre eso en los próximos días. Amigas mías, si estamos en Cristo, somos aprobadas. Somos aceptadas. Está terminado. ¡Imagínate la diferencia que eso tendría en nuestras vidas, en nuestras relaciones, en nuestras familias, si realmente creyéramos que hemos sido aprobadas por Dios!
Nancy: Y qué rica verdad es esa. Y estoy sentada aquí pensando, y quizás este pensamiento también te haya pasado por la cabeza, y sabemos perfectamente cuánto luchamos con esto: ¿Cómo es posible que Dios, que ve todo en nuestro corazón y nos conoce perfectamente, y mejor que nosotras mismas, cómo puede Dios, que lo sabe todo y que es infinitamente santo, mirarnos y decir: «la apruebo»?
¿No es eso maravilloso? Bueno, no hay manera de que Él hubiera podido decir esto, como Carrie nos recordó, sin la obra que Cristo hizo. Jesús es Aquel que es perfectamente aprobado a los ojos de Dios, porque es perfectamente santo.
Y veremos en el resto de esta serie cómo Él tomó nuestro lugar como aquellos que no estaban aprobados y nos ha permitido tener la aprobación que Él tiene por Su vida perfecta. Entonces, como dijo alguien: el cristianismo no es lo que hacemos por Dios, sino lo que Dios ha hecho por nosotros en Cristo para que fuéramos aprobados. ¿Amén? ¿Aleluya?
Bueno Carrie, muchas gracias. Queremos seguir pensando durante los próximos días, en la diferencia que hace esta verdad. Si realmente creyéramos lo que acabamos de escuchar y no solo lo supiéramos en nuestras cabezas, sino que realmente creyéramos que fuimos aprobadas en Cristo, ¿qué diferencia haría eso en la forma en que interactuamos con nuestras familias, con nuestros amigos, en nuestro lugar de trabajo? ¿Qué diferencia haría? Y mi oración es que esto marque una gran diferencia para todas nosotras durante estos próximos días.
Y Señor, te agradecemos por esta asombrosa verdad de que somos aprobadas en Cristo. Te pedimos que eso cambie la forma en que pensamos, la forma en que vivimos, la forma en que interactuamos. Y te oramos con acción de gracias, en el nombre de Jesús, amén.
Débora: Ella fue Nancy DeMoss Wolgemuth hablando con nuestra maestra invitada, Carrie Gaul.
Hoy, Carrie nos mostró cómo somos aprobadas ante Dios gracias a lo que Cristo ha hecho. El día de mañana nos mostrará cómo es esto en la práctica, en la vida real, en el día a día. ¡Te esperamos para un episodio más de Aviva Nuestros Corazones!
Ayudándote a contemplar la belleza del evangelio, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.
Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la series de podcast.
Únete a la conversación