¿Aesthetic o auténtica? La identidad detrás del estilo
En el episodio de hoy nos acompañan Alanna y Valeria para hablar sobre un tema muy interesante: el estilo y la obsesión que tiene la generación Z con el famoso aesthetic. Ellas nos estarán compartiendo cómo podemos utilizar nuestra ropa, maquillaje y las redes como instrumentos de bendición que apunten a otros a Cristo.
Aquí te compartimos algunas frases y versículos del episodio de hoy:
¿Qué significa para una hija de Dios todo este tema desde la ropa, el maquillaje, hasta cómo decora su habitación o qué come?
- No está mal querer tener un estilo, ni cuidar la manera en que te vistes o decoras tu espacio. Dios nos hizo creativas y únicas, y reflejamos algo de Su belleza en la forma en que nos expresamos. Eso es parte de ser portadoras de la imagen de Dios.
- El problema no es lo «aesthetic», sino …
En el episodio de hoy nos acompañan Alanna y Valeria para hablar sobre un tema muy interesante: el estilo y la obsesión que tiene la generación Z con el famoso aesthetic. Ellas nos estarán compartiendo cómo podemos utilizar nuestra ropa, maquillaje y las redes como instrumentos de bendición que apunten a otros a Cristo.
Aquí te compartimos algunas frases y versículos del episodio de hoy:
¿Qué significa para una hija de Dios todo este tema desde la ropa, el maquillaje, hasta cómo decora su habitación o qué come?
- No está mal querer tener un estilo, ni cuidar la manera en que te vistes o decoras tu espacio. Dios nos hizo creativas y únicas, y reflejamos algo de Su belleza en la forma en que nos expresamos. Eso es parte de ser portadoras de la imagen de Dios.
- El problema no es lo «aesthetic», sino cuando ese deseo se convierte en un ídolo o en la fuente de nuestra identidad. Si nuestro valor depende de si encajamos en cierta estética, entonces estoy poniendo mi seguridad en algo pasajero. Pero si mi estilo fluye desde quién soy en Cristo, entonces puedo disfrutarlo en libertad.
- El querer vestirme de un cierto estilo o decorar de una forma específica no es pecaminoso en sí. Si estoy siendo prudente, estoy cuidando mi cuerpo al ser modesta y estoy buscando glorificar a Dios antes que nada, pues entonces, como hija del Señor, redimida y libre en Él, tengo la libertad de participar en ciertos «trends».
- La pregunta clave es: ¿Por qué queremos hacerlo? Si es para encontrar nuestro valor o identidad en cualquier cosa que no sea Cristo, pues entonces debo tener cuidado de no caer en tentación.
- Participar en un «trend» puede parecer inofensivo, pero si nos dejamos llevar y dominar, puede hacer un efecto dominó en muchas áreas de nuestra vida y llevarnos a pecar de otras formas. Por ejemplo, para estar al día con los «trends» y «aesthetics» tenemos que participar en una cultura super consumista.
¿Cómo creen que se aplica este versículo a la forma en que gastamos dinero en ropa, maquillaje o artículos para tener un estilo de vida «aesthetic»?
- Lo que hacemos con nuestros recursos revela lo que es más importante para nosotras. Si estamos gastando más tiempo, más dinero, más energía, en construir una imagen que en cultivar mi vida espiritual o bendecir a otros, ahí está mi tesoro.
- El problema no está en los objetos en sí, sino en la motivación del corazón. ¿Qué queremos mostrar con eso? ¿A quién queremos impresionar? Si nuestras compras están gobernadas por un deseo de aprobación, entonces ahí es donde estoy poniendo mi tesoro.
¿Qué podemos hacer de forma práctica para asegurarnos de que nuestra identidad está anclada en Cristo y no en nuestro estilo o apariencia?
- Necesitamos volver constantemente a la Palabra y a la oración.
- Necesitamos leer lo que Dios dice de nosotras (somos escogidas, amadas, perdonadas, hijas suyas) y recordarlo más que cualquier etiqueta que el mundo nos quiera poner.
- Necesitamos rodearnos de amigas y mentoras que nos recuerden la verdad cuando olvidamos quiénes somos. Publicar, vestir o decidir algo desde esa base cambia todo; ya no busco construir mi marca, sino reflejar a Cristo.
- Necesitamos salir de la burbuja que es las redes sociales, desconectarnos un poco y enfocar nuestra mirada en algo real: en nuestra relación con Cristo.
¿Cómo podemos usar nuestro estilo y las cosas que Él nos ha dado para servir a otros, en lugar de solo para nuestro propio beneficio o jactancia personal?
Nuestro estilo puede ser un puente, y no un pedestal. Por ejemplo:
Vestirnos con modestia muestra respeto, cuidado y amor hacia quienes rodean.
- Decorar nuestro espacio de manera acogedora puede hacer que alguien se sienta bienvenido.
- Lo que posteamos en redes puede inspirar a otros a enfocarse en lo eterno en lugar de en lo externo.
- Tu estilo deja de ser un espejo que me exalta y se convierte en un reflejo que apunta a Cristo y bendice a los que están en mi círculo más cercano.
- La clave está en cambiar el enfoque: dejar de mirarnos solo a nosotras mismas y empezar a pensar en cómo bendecir a otros. Todo lo que Dios nos da, nuestros talentos, creatividad e incluso nuestro estilo, no fue diseñado únicamente para vernos bien o recibir aplausos, sino para reflejar a Cristo y servir a quienes nos rodean.
- Al final no se trata de apagar lo que nos gusta o esconder lo que Dios nos dio, sino de redirigirlo. Y cuando lo usamos con ese propósito, encontramos un gozo mucho mayor, porque sabemos que no estamos viviendo para impresionar, sino para impactar con un propósito eterno.
Consejos para la chica que siente que «nunca logra verse como quisiera»
- ¡No estás sola! Todas hemos sentido eso. La verdad es que la «versión perfecta» no existe y el estándar del mundo cambia cada temporada, pero el de Dios permanece: eres Su hija amada tal como te ves.
- Recuerda que eres la obra maestra de Dios, creada para buenas obras, no para encajar en un filtro de Instagram.
- Deja de luchar por una versión irreal y empieza a creer lo que Dios ya dijo de ti. Tu identidad está en Cristo y eso nunca pasa de moda.
- Tu valor fue dado por el Dios que creó el cielo y la tierra, y nada en este mundo puede reemplazar o sobrepasar el título de «hija salva por gracia».
- Cambia el enfoque de tu mirada del espejo, hacia Dios. Dale gracias al Señor por los dones y talentos que te dio y busca usar tu vida para reflejarlo en todo.
- Recuerda que cuando valoras tu identidad en Cristo sobre todo, la presión de verte perfecta a los ojos del mundo pierde fuerza.
Para reflexionar:
- «Todas las cosas me son lícitas, pero no todas son de provecho. Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna». —1 Corintios 6:12
- «…donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón». — Mateo 6:21
- «Te daré gracias, porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho…». —Salmo 139:14
- ¿Qué está gobernando tus decisiones de gasto? ¿Cristo o tu deseo de aprobación?
- ¿Está tu corazón buscando seguridad en cosas externas que cambian, o en Cristo, que ya te ha dado una identidad firme y eterna?
- ¿Estás usando tus talentos, dones, estilo y recursos para buscar aprobación, popularidad y gratificación momentánea, o los estás poniendo al servicio de otros y para la gloria de Dios?
- ¿Cómo lo que Dios te ha dado puede apuntar a Él y bendecir a otros?
- En Cristo ya tenemos todo lo que necesitamos. Nuestra identidad no depende de cómo nos vestimos, qué filtros usamos o si encajamos en una estética. Somos hijas amadas, escogidas y creadas con un propósito eterno. Y cuando entendemos eso, podemos disfrutar de las cosas externas sin ser dominadas por ellas. Así que, querida joven verdadera, disfruta de tu creatividad, tu estilo y tus gustos, pero nunca olvides: tu verdadera belleza y valor están seguros en Cristo.
Recursos recomendados:
Arraigadas, El espejo y el corazón: ¿para quién vives?
Blog, Lo que debes decir cuando te miras al espejo
Episodio, Una joven bella…según Dios: una conversación post-ISHAH
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la series de podcast.
Únete a la conversación