Más que tareas: el llamado de servir en casa
El servicio en casa a veces puede sentirse más como una obligación y nos pesa hacerlo con una actitud gozosa. Pero cuando recordamos que Dios nos llama a servir, empezando por el lugar donde vivimos, todo cobra un nuevo sentido. ¡No te pierdas este episodio!
Aquí te compartimos algunas frases y versículos del episodio de hoy:
Llamado de obediencia:
Estaremos comprometidas fielmente en nuestra iglesia local, sometiéndonos a nuestros líderes espirituales, creciendo en el contexto de la comunidad de fe, usando los dones que Dios nos ha dado para servir a otros, edificando el cuerpo de Cristo y cumpliendo con Sus propósitos redentores en el mundo.
¿Cómo el servicio en casa pasa de ser visto como una obligación a verlo como parte de nuestro llamado como hijas de Dios?
El hogar es:
- Nuestro primer ministerio: porque es donde muchas de nosotras pasamos más …
El servicio en casa a veces puede sentirse más como una obligación y nos pesa hacerlo con una actitud gozosa. Pero cuando recordamos que Dios nos llama a servir, empezando por el lugar donde vivimos, todo cobra un nuevo sentido. ¡No te pierdas este episodio!
Aquí te compartimos algunas frases y versículos del episodio de hoy:
Llamado de obediencia:
Estaremos comprometidas fielmente en nuestra iglesia local, sometiéndonos a nuestros líderes espirituales, creciendo en el contexto de la comunidad de fe, usando los dones que Dios nos ha dado para servir a otros, edificando el cuerpo de Cristo y cumpliendo con Sus propósitos redentores en el mundo.
¿Cómo el servicio en casa pasa de ser visto como una obligación a verlo como parte de nuestro llamado como hijas de Dios?
El hogar es:
- Nuestro primer ministerio: porque es donde muchas de nosotras pasamos más tiempo, y también donde podemos tener un impacto profundo en la vida de quienes nos rodean: nuestra familia.
- Un regalo:A veces olvidamos eso. Tengamos mucho o poco, todo lo que tenemos viene de Dios. Nada nos pertenece realmente, ni nuestra familia, ni nuestros recursos, ni el espacio donde vivimos. Todo es de Él, y como hijas de Dios, tenemos el privilegio de ser mayordomas fieles de esos regalos temporales.
- Cuando empezamos a ver el servicio en el hogar como parte de nuestro llamado, todo cambia. Ya no lo hacemos por costumbre o porque «toca», sino porque tenemos la oportunidad de reflejar el carácter de Cristo ahí, en lo cotidiano.
- Es un acto de adoración silenciosa. Y aunque a veces nadie más lo vea, Dios sí lo ve, y eso basta para recordarme que lo ordinario también es sagrado cuando lo hago para Él.
¿Cómo se puede reflejar a Cristo en cosas tan comunes como lavar los platos, cuidar a un familiar o tener una conversación con respeto? ¿Y qué dicen sobre nuestro corazón y nuestra fe?
- La mejor manera de ser espejos de Cristo no es con las palabras, es con nuestras acciones. Cómo vivimos dice mucho más que lo que decimos.
- Al servir a nuestra familia y al hacer las cosas con una buena disposición, reflejamos el amor de Cristo.
- Jesús expresó cuánto amaba a Su pueblo, pero más que solo hablar, Él actuó.
- Cristo literalmente vivió y murió por el prójimo. Su vida entera fue un acto de servicio, tras otro acto de servicio. Hizo cosas grandes, inmensas, como morir en una cruz por nosotros, pero también hizo cosas pequeñas, como lavarle los pies a Sus discípulos.
Reminder 🔔:
- Reflejamos a Cristo cuando mostramos paciencia, respeto y disposición en lo ordinario. Lo invisible es el terreno donde se forma un corazón parecido al de Jesús.
¿Qué obstáculos hay para servir con gozo en casa y cómo podemos enfrentarlos con la ayuda de Dios?
Cansancio:
- En medio de nuestro cansancio debemos recordar que nuestra fuerza no viene de cuántas horas dormimos, ni de cuánto tiempo tuvimos para nosotras mismas. Nuestra fuerza viene del Señor.
Reminder🔔:
- Él nos ha dado el privilegio de estar en casa para cuidar de nuestra familia. Ese tiempo es limitado, y es precioso.
Comparación:
- La comparación es una lucha fuerte, y ahí es cuando tenemos que volver a mirar a Cristo. Él no nos llama a compararnos, sino a ser fieles con lo que tenemos delante.
- Cuando sientas que nadie ve tu esfuerzo o que nadie te agradece, acuérdate de Jesús. Él sirvió sin esperar reconocimiento. Lo hizo por amor.
- Busca que tu servicio en casa también sea un reflejo de ese amor, porque el gozo no viene de hacer todo perfecto, sino de saber que, aunque lo que haces parezca pequeño, tiene propósito eterno cuando lo hago para Cristo.
Reminder 🔔:
- Cuando te sientas tentada a servir por obligación o a hacer todo por tu propia cuenta, ora: “Señor, ayúdame a servir con gozo. Que mi corazón no busque reconocimiento, sino que se alegre simplemente por reflejar a Jesús en lo cotidiano”.
Consejo para empezar a servir en casa con un corazón correcto, aunque sientas que nadie lo nota o que eres la única que lo hace.
«Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia. Es a Cristo el Señor a quien servís»(Colosenses 3:23-24, RV60).
- Podemos querer servir con buena actitud, pero terminar desanimadas porque nadie parece notarlo, o porque sentimos que todo cae sobre nosotras, que si no lo hacemos, nadie más lo hará.
Reminder 🔔:
- Dios sí ve: Incluso cuando nadie te da las gracias, cuando no hay un aplauso ni una historia de Instagram que lo muestre, el Señor está viendo tu corazón.
«Pero el mayor de vosotros será vuestro servidor. Y cualquiera que se ensalce, será humillado, y cualquiera que se humille, será ensalzado» (Mateo 23:11-12, LBLA).
- No minimices el poder del servicio invisible: Preparar comida, limpiar, cuidar a los demás, elegir no quejarte, todo eso puede parecer sencillo, pero es a través de esos momentos que el Señor está moldeando tu corazón, tu carácter, tu humildad y tu dependencia de Él.
- Servir en casa con humildad no es menos, es entrenamiento para desarrollar un corazón como el de Cristo.
Reminder 🔔:
- Puede sentirse solitario, pero nunca estás sola. Dios está contigo en ese cuarto que limpias, en esos platos que friegas, en esas oraciones silenciosas mientras doblas ropa.
- Hay muchas otras hermanas, como tú y como yo, luchando por servir con gozo. Por eso necesitamos comunidad, para llevar nuestras cargas juntas.
«Porque Dios es quien obra en ustedes tanto el querer como el hacer…» (Filipenses 2:13).
- Pide ayuda a Dios cada día: Él te escucha.No nacimos con el deseo natural de servir; eso lo produce el Espíritu Santo.
Reminder 🔔:
- Cada día dile al Señor: «Señor, dame el corazón correcto para servir hoy. No por obligación, sino por amor».
¿Cómo luce el “activismo espiritual” cuando está desconectado del servicio en casa?
- Es fácil querer hacer cosas «grandes» para Dios: servir en la iglesia, liderar un grupo, participar en eventos. Pero es muy fácil descuidar lo básico: el servicio en casa. Aunque esas cosas son buenas, si no están acompañadas por una vida de entrega en lo privado, nuestro corazón puede estar buscando visibilidad más que fidelidad.
«Pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha,para que tu limosna sea en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará» (Mateo 6:3-4).
- Cristo fue un ejemplo vivo de cómo debemos servir, orar y ayunar sin buscar que los demás nos vean, porque si lo hacemos para ser vistas, esa será nuestra única recompensa. Pero si lo hacemos en lo secreto, el Señor nos recompensará
- Esto también aplica al servicio en casa. Si estás sirviendo solo cuando otros te ven o cuando hay reconocimiento, pero en casa no hay humildad, ni entrega, ni amor, entonces algo está desconectado.
- El activismo espiritual sin servicio real en el hogar puede volverse una fachada. Podemos hacer mucho «por Dios», pero si no lo estamos viviendo con quienes más nos conocen, nuestra familia, entonces no estamos reflejando verdaderamente a Cristo.
- No podemos hablar de una fe madura si no estamos dispuestas a ser siervas en el día a día, en lo escondido, en lo que no se publica.
Reminder 🔔:
- No se trata de elegir entre servir afuera o adentro, sino de tener un corazón coherente: lo que hacemos fuera de casa debe ser una extensión de una vida de entrega dentro del hogar, no un reemplazo de ella.
- Nuestro hogar no es solo un lugar físico, sino un campo de entrenamiento espiritual. Servir en nuestro hogar, en lo cotidiano y lo invisible, es una forma poderosa de reflejar a Cristo cuando lavamos platos con amor, cuidamos a nuestros familiares con paciencia o respondemos con respeto, incluso cuando no queremos, estamos glorificando y honrando al Señor.
- No necesitamos una plataforma para impactar. Dios nos llama primero a ser siervas en lo privado, antes que en lo público. Y eso es digno, valioso y eterno.
Para reflexionar:
- ¿Has pensado en qué tan amados se deben sentir tus padres, no solo cuando los ayudas con la carga de cuidar de tu hogar, sino cuando lo haces con buena cara, mostrándoles que lo haces para glorificar a Dios y no para recibir el mérito?
- ¿Estás invirtiendo tu tiempo en lo que tiene valor eterno con respecto a tu familia?
- ¿Estás modelando el amor sacrificial de Cristo al servir a tu familia en casa con alegría?
- ¿Estás siendo buena mayordoma de lo que tengo, aunque sea poco?
- ¿Estás mostrando gratitud y alegría en lugar de queja y comparación.
Recursos recomendados:
Serie, Sirve como el Salvador
Blog, El amor que sirve
Blog, 50 maneras de servir a otros
Estaremos comprometidas fielmente en nuestra iglesia local, sometiéndonos a nuestros líderes
espirituales, creciendo en el contexto de la comunidad de fe, usando los dones que Dios nos ha dado para servir a otros, edificando el cuerpo de Cristo y cumpliendo con Sus propósitos redentores en el mundo.
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