Día 167 | 1 Reyes 9:1-28; 2 Crónicas 8:1-18
En este mundo donde la productividad o el activismo son sinónimo de éxito, una de las artimañas más usadas por el enemigo es hacernos ver la oración como una pérdida de tiempo, o como algo muy poco importante. Podemos apreciar, a lo largo de estos capítulos, que Salomón mantenía una constante comunicación con Dios a través de la oración, teniendo siempre presente que todo era por Él y para Él, tanto su vida como todo lo que Dios le había entregado en sus manos para hacer.
El carácter fiel de Dios confirma Su pacto en Salomón, el cual no solo conlleva las bendiciones prometidas, sino también las consecuencias por la desobediencia en romper el pacto (Dt. 29:24-27). Es decir, Salomón era el rey de Israel, él representaba a la nación ante Dios en el pacto, su obediencia establecería el reino y la presencia de Dios entre ellos, mientras que su …
En este mundo donde la productividad o el activismo son sinónimo de éxito, una de las artimañas más usadas por el enemigo es hacernos ver la oración como una pérdida de tiempo, o como algo muy poco importante. Podemos apreciar, a lo largo de estos capítulos, que Salomón mantenía una constante comunicación con Dios a través de la oración, teniendo siempre presente que todo era por Él y para Él, tanto su vida como todo lo que Dios le había entregado en sus manos para hacer.
El carácter fiel de Dios confirma Su pacto en Salomón, el cual no solo conlleva las bendiciones prometidas, sino también las consecuencias por la desobediencia en romper el pacto (Dt. 29:24-27). Es decir, Salomón era el rey de Israel, él representaba a la nación ante Dios en el pacto, su obediencia establecería el reino y la presencia de Dios entre ellos, mientras que su desobediencia llevaría a la nación a la apostasía y al juicio. Una vida de obediencia perfecta solo nos recuerda al perfecto Rey que a través de su vida sin pecado y moralmente justa ante Dios, cumplió todas las demandas de la ley, que no pudo ningún rey ni el pueblo de Israel.
En respuesta a la oración de Salomón, Dios confirmó Su pacto. Es por ello que Dios respondió a Salomón recordándole Su Palabra:
- Escuchar Su voz y recibir Su guía y dirección para hacer Su voluntad:
«En cuanto a ti, si andas delante de Mí como anduvo tu padre David, en integridad de corazón y en rectitud, haciendo conforme a todo lo que te he mandado, y guardas Mis estatutos y Mis ordenanzas, Yo afirmaré el trono de tu reino sobre Israel para siempre, tal como prometí a tu padre». -1 Reyes 9:4-5
- Conocer Su carácter, lo que le agrada y lo que le ofende.
«Pero si en verdad vosotros o vuestros hijos se apartan de Mí y no guardan Mis mandamientos y Mis estatutos que he puesto delante de ustedes, y se van y sirven a otros dioses y los adoran, entonces cortaré a Israel de sobre la superficie de la tierra que les he dado; y la casa que he consagrado a Mi nombre la echaré de Mi presencia». -1 Reyes 9:6-7
Ciertamente es importante ser diligentes y prontas para obedecer, pero no según nuestro propio entendimiento, sino de acuerdo a la sabiduría de Dios. Así que hagamos el bien en todo lo que emprendamos, sabiendo que a Dios y Su carácter reflejamos.
Además, la manera en la que tratamos a otros en cada relación o interacción que tenemos en nuestras vidas es la oportunidad para dar a conocer a Dios con todo lo que tenemos y somos, y que Él ha afirmado en nosotras, eso incluye a nuestros esposos, hijos, compañeros de trabajo, clientes, etc. Por eso, amemos como Dios nos ha amado y tratado a nosotras; que no se diga de nosotras como lo hizo Hiram de Salomón:
«“Qué son estas ciudades que me has dado, hermano mío?”. Por eso fueron llamadas tierra de Cabul» (que significa «sin ningún valor»). -1 Reyes 9:13
¿Estamos dando de los que nos sobra, lo mínimo, o estamos dándole el justo valor a cada una de nuestras relaciones?
Probablemente muchas de nosotras no podamos involucrarnos en la construcción de edificaciones, pero sí podemos ser instrumentos de edificación y restauración en las vidas de nuestros hijos, esposos, y hogares. Seamos intencionales para fortalecer sus debilidades.
- «Entonces Salomón reconstruyó Gezer y Bet Horón de abajo, Baalat y Tadmor en el desierto, en la tierra de Judá, y todas las ciudades de almacenaje que Salomón tenía, y las ciudades de sus carros y las ciudades para sus hombres de a caballo, y todo lo que Salomón quiso edificar en Jerusalén, en el Líbano y en toda la tierra de su dominio». -1 Reyes 9:17-19
- «El rey Salomón también construyó una flota en Ezión Geber, que está cerca de Elot, en la ribera del mar Rojo, en la tierra de Edom». -1 Reyes 9:26
A través de estos capítulos, Dios nos llama no solamente a pedirle por dones y talentos, sino también a ponerlos en práctica en las obras o llamados que Él nos ha entregado. Debemos ser buenas administradoras y buscar cómo usarlos en cada situación.
Las obras, los llamados de Dios, toman tiempo; y el ser mujeres virtuosas, el construir un hogar, ser sabias, consejeras y mentoras, toma tiempo. Tiene sus retos y dificultades, pero no desmayemos, no decaigamos, pues contamos con la gracia y la fuerza de nuestro Dios. Recordemos siempre que a quien Él llama, Él capacita. Démosle el debido peso a lo que Dios ha entregado en nuestras manos, y con amor y diligencia esforcémonos cada día hasta que el Señor complete Su obra en nosotras y seamos llamadas a su presencia.
Para meditar:
- Cuando escuchas el mandato y las advertencias de Dios, obedeces para cumplir o por temor o para recibir alguna bendición de Dios, o porque te estás convirtiendo a la imagen de Cristo.
- ¿De qué manera estás involucrada en la misión de Dios de orar por otros, empezando en tu hogar?
«Y el Señor le dijo: “He oído tu oración y tu súplica que has hecho delante de Mí; he consagrado esta casa que has edificado, poniendo allí Mi nombre para siempre. En ella estarán Mis ojos y Mi corazón perpetuamente”». -1 Reyes 9:3
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