Día 286 | Marcos 6 – 7
«Escuchen todos lo que es digo y entiendan: no hay nada fuera del hombre que al entrar en él pueda contaminarlo; sino que lo que sale de adentro del hombre es lo que contamina al hombre». –Marcos 7:14-15
Hoy aprenderemos más sobre el poder, autoridad y verdad que el Hijo del Hombre, Jesús, enseña a las multitudes y a Sus discípulos.
Capítulo 6
Jesús no pudo realizar Sus hermosas y poderosas obras a causa de la incredulidad de la gente de Su propio pueblo; y es que nuestros prejuicios o ideas preconcebidas en nuestra mente (producto de nuestro razonamiento) son un obstáculo para la fe. Recordemos que no somos Dios, no somos omniscientes, ni en nosotras habita toda la sabiduría.
- ¿Estás obstaculizando el obrar de Dios en tu vida a causa de tus ideas preconcebidas sobre Su carácter?
Los discípulos no …
«Escuchen todos lo que es digo y entiendan: no hay nada fuera del hombre que al entrar en él pueda contaminarlo; sino que lo que sale de adentro del hombre es lo que contamina al hombre». –Marcos 7:14-15
Hoy aprenderemos más sobre el poder, autoridad y verdad que el Hijo del Hombre, Jesús, enseña a las multitudes y a Sus discípulos.
Capítulo 6
Jesús no pudo realizar Sus hermosas y poderosas obras a causa de la incredulidad de la gente de Su propio pueblo; y es que nuestros prejuicios o ideas preconcebidas en nuestra mente (producto de nuestro razonamiento) son un obstáculo para la fe. Recordemos que no somos Dios, no somos omniscientes, ni en nosotras habita toda la sabiduría.
- ¿Estás obstaculizando el obrar de Dios en tu vida a causa de tus ideas preconcebidas sobre Su carácter?
Los discípulos no fueron enviados desde que Jesús los llamó y los invitó a seguirle, sino que pasaron un tiempo caminando y cultivando una relación personal con Él, y en este caminar fueron alimentados, fortalecidos y preparados para la misión. Entonces y solo entonces… «Jesús los envió de dos en dos y les dio autoridad».
- ¿Realmente conocemos y amamos al Señor al que servimos?
- ¿Te estás saltando las etapas de preparación en tu vida?
En nuestro llamado Dios no nos llama a depender de «nuestros recursos», sino a confiar en que cada día Él nos dará lo que necesitamos: una vida de fe, de total dependencia en Él.
«… y les ordenó que no llevaran nada para el camino, sino solo un bordón; ni pan, ni alforja, ni dinero en el cinto». –Marcos 6:8
El decir y predicar la Verdad a nuestros familiares, compañeros de trabajo, etc., siempre tendrá consecuencias. Pero ¡no temamos! Aun estas consecuencias, nuestra vida misma y todo lo demás, están bajo el control absoluto de nuestro Dios, Señor y Salvador.
- ¿Eres gobernada por el temor al hombre o por el temor al Señor?
A veces, por la emoción y el gozo que llena nuestros corazones al llevar a cabo Sus obras, descuidamos nuestra relación con Jesús, y es que el tiempo en las obras del Señor no sustituye ni es lo mismo que el tiempo a solas con Él.
«Vengan, apártense de los demás a un lugar solitario y descansen un poco». –Marcos 6:31
Dios también nos llama a mirar más allá de la insistencia y el esfuerzo de algunas personas, nos llama a ver la real necesidad, la sed de sus almas y no solamente a «mirar», sino a ser un instrumento de provisión para ellas. Aunque tengamos poco… levantemos nuestros ojos al cielo, al Padre de las luces, pues Él proveerá la Palabra de Vida y suplirá conforme a Sus riquezas en gloria.
Mis hermanas, aunque no podemos ver físicamente a Dios, Él está con nosotras y no solo ve nuestras necesidades; ¡Él actúa! Nada puede limitar e impedir Su presencia y cuidado para con nosotras, ni las leyes físicas, ni crisis económicas, ni catástrofes climáticas.
Me impacta cómo «todos los que lo tocaban quedaban curados», pues aunque no todos le buscaban para seguirle, sino para ser sanados, solamente… Su amor no hacía acepción de personas, porque «Él hace salir Su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos».
Capítulo 7
En el principio de este capítulo, Dios nos llama a no fingir, a no aparentar ni autoengañarnos, pues el hecho de que hagamos cosas para el Señor, no implica necesariamente que las hagamos con la motivación correcta. Dios nos llama a examinar el verdadero motivo detrás de cada acción, pues nuestro corazón, producto de la caída, es engañoso.
Que, al igual que el salmista, esta sea nuestra oración:
«Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis inquietudes. Y ve si hay en mí camino malo, y guíame en el camino eterno». –Salmos 139:23-24
Meditando en este pasaje de la fe de la mujer sirofenicia, creo que uno de los puntos centrales es que Jesús está probando su fe, como si le preguntara: «¿Verdaderamente crees que puedo sanar a tu hija? ¿Verdaderamente crees en mi bondad y poder?». Ella se mantuvo persistente, perseverante, apelando a Su bondad, y Jesús no solo se agradó, sino que sanó a la hija con solo hablar desde la distancia.
- ¿Estás perseverando en la oración, confiando en Su bondad, o te desanimas y te das por vencido?
En los capítulos que hemos leído, me llaman la atención dos cosas: primero, no hay un solo enfermo, ciego, mudo o endemoniado que no se haya acercado a Jesús y no haya recibido Su atención y sanación, esto me recuerda a Hebreos 4:16: «Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna». Y segundo, el poder y la autoridad de Su Palabra son impresionantes y absolutas, con solo hablar, los oídos son abiertos, los demonios salen y las enfermedades abandonan el cuerpo de las personas. Entonces medito en esto y digo:
Jesús, ¡verdaderamente Tú eres el Verbo Encarnado, la Palabra Viviente, Dios poderoso, el Hijo de Dios! ¡Aleluya!
¿Y tú? ¿Qué otras enseñanzas observaste?
¿Qué conexiones con otros lugares de la Biblia encuentras?
¿Cómo las puedes aplicar a tu vida?
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