Día 294 | Lucas 5 – 6
«Pero a ustedes los que oyen, les digo: amen a sus enemigos; hagan bien a los que los aborrecen; bendigan a los que los maldicen; oren por los que los insultan». -Lucas 6:27
Ayer aprendimos acerca de la tentación de Jesús para rectificar quién es Él, aprendimos de Su ministerio en Galilea, Nazaret, Capernaúm y otras ciudades. Hoy aprenderemos sobre el llamamiento de los discípulos y el mensaje que contiene las bienaventuranzas.
La reacción de Simón Pedro al ver quién es Jesús
Esta historia aparece también en Mateo y Marcos; sin embargo, Lucas es el único que nos da detalles de lo que pasó cuando Simón, Jacobo y Juan fueron llamados como discípulos de Jesús.
- Había mucha gente que se reunía para escuchar las enseñanzas de Jesús, entonces Él entró a la barca de Simón y le pidió que la apartara un poco …
«Pero a ustedes los que oyen, les digo: amen a sus enemigos; hagan bien a los que los aborrecen; bendigan a los que los maldicen; oren por los que los insultan». -Lucas 6:27
Ayer aprendimos acerca de la tentación de Jesús para rectificar quién es Él, aprendimos de Su ministerio en Galilea, Nazaret, Capernaúm y otras ciudades. Hoy aprenderemos sobre el llamamiento de los discípulos y el mensaje que contiene las bienaventuranzas.
La reacción de Simón Pedro al ver quién es Jesús
Esta historia aparece también en Mateo y Marcos; sin embargo, Lucas es el único que nos da detalles de lo que pasó cuando Simón, Jacobo y Juan fueron llamados como discípulos de Jesús.
- Había mucha gente que se reunía para escuchar las enseñanzas de Jesús, entonces Él entró a la barca de Simón y le pidió que la apartara un poco de tierra y, sentado desde la barca, les enseñaba.
- Cuando termina de enseñar, manda a Simón a que vaya a mar profundo y echen sus redes para pescar; sin embargo, ellos venían de estar toda la noche tratando de pescar y no habían encontrado nada. Es interesante lo que responde Simón ante la solicitud de Jesús; «… porque Tú lo pides, echaré las redes». Me imagino lo que pensaba Pedro; eso hicimos toda la noche y no encontramos nada. No creo que sea diferente ahora, pero porque Tú lo pides, lo haremos.
- ¿Y qué fue lo que sucedió? Al echar las redes, los peces fueron tantos que tuvieron que llamar a sus compañeros para llenar dos barcas y estas se hundían de tanto peso.
- Ante estos acontecimientos, ¿cuál fue la reacción de Simón? La Biblia nos dice en Lucas 5:8 que «Al ver esto, Simón Pedro cayó a los pies de Jesús, diciendo: “¡Apártate de mí, Señor, pues soy hombre pecador!”».
- Ver la actitud de Simón me hizo recordar cuando Isaías vio al Señor sentado en Su trono alto y sublime. El asombro de Isaías fue tal ante la santidad de Dios que dijo: «¡Ay de mí! Porque perdido estoy, pues soy hombre de labios inmundos y en medio de un pueblo de labios inmundos habito, porque mis ojos han visto al Rey, el Señor de los ejércitos» (Isaías 6:5).
- Simón, al ver esa pesca milagrosa, reconoció delante de quién estaba y, por lo tanto, también reconoció quién era él. Lo único que le quedó fue caer postrado ante los pies de Jesús y reconocer que no podía estar delante de Él, pues era un hombre pecador, y le dice «Apártate de mí, Señor». Nos dice la Palabra que, a causa de la pesca, el temor se había apoderado de ellos.
- ¿Qué pasó después? «Y Jesús dijo a Simón: “No temas; desde ahora serás pescador de hombres”. Y después de traer las barcas a tierra, dejándolo todo, siguieron a Jesús».
La actitud de un leproso al ver a Jesús
«… había allí un hombre lleno de lepra, y cuando vio a Jesús, cayó sobre su rostro y le rogó: “Señor, si quieres, puedes limpiarme”». –Lucas 5:12
Nuevamente, vemos características peculiares en la actitud de este hombre:
- Era leproso.
- Cuando vio a Jesús, se postró delante de Él.
- Le rogó.
- Su petición la hizo consciente de que era decisión de Jesús, si él sería limpio o no, le dijo: «Si quieres, puedes limpiarme».
Hermanas, la actitud que tenemos delante de Dios cuando presentamos delante de Él nuestras peticiones dice mucho de quién creemos que es Jesús y quiénes somos nosotros delante de Él.
Un excelente hábito que debemos buscar tener
«En esos días Jesús se fue al monte a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a Sus discípulos y escogió doce de ellos, a los que también dio el nombre de apóstoles…» –Lucas 6:12–13
Seguramente ya habrás notado que el hecho de que Jesús se aparte a solas para orar es algo que comúnmente hace. Y algo que igualmente noté es que cuando hay acontecimientos importantes que están por suceder, también se aparta a orar. En este caso, estaba por hacer la elección de Sus 12 discípulos.
- Pidamos al Señor que ponga un deseo en nosotras de tener la oración como un hábito en nuestras vidas. Si para Jesús era importante tomar tiempo y ser intencional en apartarse para orar, creo que debe ser igualmente prioritario para nosotras.
Lucas nos relata una porción que hemos leído anteriormente en el Sermón del Monte en el libro de Mateo.
Toma porciones como el amor a los enemigos o el juzgar a los demás, temas realmente relevantes, puesto que naturalmente no queremos amar a nuestros enemigos y tampoco queremos hacer un esfuerzo intencional para guardar nuestra mente, corazón y palabras para no juzgar a los demás. Entonces agrega Lucas, «por sus frutos los conocerán», ¡guau!
- El Señor nos ayude a entender el amor de Cristo, pues cuando éramos Sus enemigas, Él nos mostró Su amor, y cuando debió juzgarnos por nuestros pecados, murió en una cruz por nosotras para redimirnos y librarnos de ese juicio. Que podamos entender esta realidad y vivirla con nuestro prójimo.
Cuándo nos encontramos con la santidad de Dios, ¿cuál es nuestra reacción?
Cuándo vemos que Dios hace milagros en nuestra vida, ¿tenemos una actitud de agradecimiento genuino o de agradecimiento superficial porque creemos que merecemos lo que Dios nos ha dado?
¿Cuál ha sido tu actitud en las peticiones que has presentado delante del Señor recientemente?
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