Cuando Dios edifica tu hogar
Los salmos 127 y 128, más que ser canciones de la travesía espiritual que los peregrinos cantaban mientras subían a Jerusalén, hablan también sobre la sabiduría y el corazón de Dios para la vida familiar: el hogar, el trabajo, los hijos y la bendición que trae temer al Señor. Así que, si estás cansada, si luchas con el desánimo o simplemente necesitas una dosis de perspectiva eterna, ¡este episodio es para ti!
Frases destacadas del episodio de hoy:
«Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican…». -Salmo 127:1a
1. Dios es el Constructor de tu hogar:
- Como mamás, queremos hacer muchas cosas y hacerlas bien: criar hijos responsables, que teman al Señor, con valores y fe. Queremos tener un hogar en orden donde haya paz, pero este versículo nos recuerda algo clave: si Dios no edifica nuestro …
Los salmos 127 y 128, más que ser canciones de la travesía espiritual que los peregrinos cantaban mientras subían a Jerusalén, hablan también sobre la sabiduría y el corazón de Dios para la vida familiar: el hogar, el trabajo, los hijos y la bendición que trae temer al Señor. Así que, si estás cansada, si luchas con el desánimo o simplemente necesitas una dosis de perspectiva eterna, ¡este episodio es para ti!
Frases destacadas del episodio de hoy:
«Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican…». -Salmo 127:1a
1. Dios es el Constructor de tu hogar:
- Como mamás, queremos hacer muchas cosas y hacerlas bien: criar hijos responsables, que teman al Señor, con valores y fe. Queremos tener un hogar en orden donde haya paz, pero este versículo nos recuerda algo clave: si Dios no edifica nuestro hogar, nuestro esfuerzo será en vano.
- La persona más necia del mundo es aquella que piensa que puede construir algo con algún valor o perdurable, sin Dios.
- No se trata de hacerlo perfecto o de tener la rutina ideal, el plan educativo perfecto o el sistema de disciplina más efectivo; se trata de depender de Dios, de rendirte a Él y de dejar que Él sea el Arquitecto, que Su sabiduría dirija cada decisión.
- Si te apoyas en esta verdad, si reconoces que no todo depende de ti, ¡tendrás descanso! Porque ya no todo va a depender de ti. Porque sabes que sabes que no estás sola en esta obra.
- Es importante entender que Dios tiene que ser el que construya nuestro hogar, y que tenemos que construir de acuerdo a Sus planes para que nos vaya bien.
«Si el Señor no guarda la ciudad, en vano vela la guardia». -Salmo 127:1b
2. Dios es quien protege a nuestra familia. Él es nuestro escudo.
- Si el Señor no protege a tu familia, de nada sirve tu vigilancia.
- Somos guardianas: velamos por nuestros hijos, nos preocupamos, los guiamos, los cuidamos, pero aun nuestra mejor vigilancia es limitada. Podemos hacer todo lo que está a nuestro alcance y, aun así, sentirnos vulnerables.
- ¡Nuestra «seguridad» es una ilusión! Nosotras no podemos protegernos de las providencias de Dios, no podemos proteger a nuestros hijos. Dios es el Protector, y Él nos llama a no preocuparnos por nada. Jesús dice que nuestra preocupación no puede añadir ni una sola hora a nuestra vida.
- El que verdaderamente guarda nuestras casas es el Señor, y no nuestra actividad, capacidad o control. Es Dios velando mientras dormimos, oramos, confiamos y soltamos.
«Es en vano que se levanten de madrugada, que se acuesten tarde, que coman el pan de afanosa labor, pues Él da a Su amado aun mientras duerme».-Salmo 127:2
3. Dios da descanso a quien confía en Él
- Es inútil que nos esforcemos tanto desde temprano en la mañana hasta tarde en la noche, y que nos preocupemos por conseguir el alimento, porque Dios da descanso a Sus amados.
- Despertarnos temprano, acostarnos tarde, correr, producir, hacer malabares para llegar a todo, tener varios trabajos a la vez para proveer, y quizás para proveer cosas que ni siquiera son necesarias (o al menos no son tan necesarias como nuestra presencia en el hogar). Muchas veces todo eso nos deja vacías, cansadas y frustradas.
- Este versículo nos recuerda que Dios cuida a nuestros hijos y a nosotras mientras descansamos. ¡Él es nuestro proveedor y nuestro protector!
- Podemos vivir con contentamiento sin perseguir un estilo de vida que nos aleje del llamado más importante: ser madres presentes.
- La paz llega cuando nuestras prioridades no están continuamente batallando contra nuestro diseño o contra nuestra etapa de vida.
«Un don del Señor son los hijos, y recompensa es el fruto del vientre. Como flechas en la mano del guerrero, así son los hijos tenidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que de ellos tiene llena su aljaba; no será avergonzado cuando hable con sus enemigos en la puerta». -Salmo 127:3–5
4. Los hijos no son una carga, son una herencia:
- Vivimos en una cultura que muchas veces minimiza el valor de los hijos, nos dicen que «interrumpen» nuestra carrera, que «nos limitan», que «esperemos» para tenerlos. Pero Dios dice otra cosa: los hijos son una bendición, un regalo. Una herencia.
- No son un obstáculo a nuestro propósito, sino que son parte integral de nuestro diseño como mujeres, de nuestro rol en la creación y de nuestro propósito.
- Ya sean uno, dos o diez los que Dios nos haya dado, los hijos son flechas en nuestras manos, y estamos llamadas a afilarlas con la Palabra, con nuestro ejemplo, amor, dedicación y tiempo, sembrando en fe.
«Bienaventurado todo aquel que teme al Señor, que anda en Sus caminos». -Salmo 128:1
5. Si queremos ser mamás felices y productivas en lo que Dios llama productivo, y queremos ser bendecidas y estar en paz, aquí está la clave:
- ¡Temamos al Señor! Vivamos en obediencia a Él y a Sus preceptos. Vivamos de acuerdo a Su sabiduría y no a la sabiduría del mundo. Eso puede llevarnos por caminos y decisiones difíciles, que van en contra de lo que el mundo aplaude.
- El temor al Señor no es un temor que paraliza, sino una reverencia que transforma la manera en que vemos todas las cosas, la manera en que vemos a la familia y nos lleva a amar lo que Dios ama.
- Una mamá que teme al Señor es una mamá que va a dejar huellas en la vida de sus hijos. Que bendice su casa sin necesidad de ser la que más cosas haga, o la que tenga la carrera más maravillosa, o la que sea un influencer que sea famosa o viral, o la que tenga más éxito profesional.
- Este salmo, dice que la mujer que teme al Señor y vive de la manera que Él dice que debe vivir, comerá del fruto de su trabajo y disfrutará lo que ha sembrado. Esta es una promesa del Señor (v. 2).
«Tu mujer será como fecunda vid en el interior de tu casa; tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.Así será bendecido el hombre que teme al Señor». -Salmo 128:3-4
6. Una mamá fructífera y una mesa llena de vida:
- Ese es el corazón de Dios para el hogar, para nosotras como madres. ¡Qué imagen tan gloriosa y que apunta al evangelio!
- Una casa con una mesa activa, con conversaciones, con oración, con comida sencilla, pero con vida compartida, ¡eso también es adoración y un testimonio para el mundo!
«El Señor te bendiga desde Sión, veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida,y veas a los hijos de tus hijos. ¡Paz sea sobre Israel!». -Salmo 128:5-6
7. ¡Esta visión es a largo plazo!
- El salmo termina deseando que ese hombre, esa familia, vea la bendición de Dios todos los días de su vida, ¡y viva para ver a los hijos de sus hijos, a los nietos!
- No solo queremos criar bien, sino ver a nuestros hijos seguir al Señor, y a nuestros nietos también.
- Esta es la visión de Dios para una vida bendecida, para una vida «feliz»:
- Una vida de fidelidad, entrega, sacrificio, de acuerdo a los mandamientos de Dios y Su diseño para ti, para cultivar una generación que permanece.
- Temer a Dios.
- Seguir sus prioridades.
- Descansar en Dios.
- Esperar en Dios.
- Vivir tu diseño con gozo.
Querida mamá…
- ¡Tu trabajo importa! Tu llamado como mamá importa y es más grande de lo que te imaginas!
- No estás sola. No estás criando sola ni construyendo sola tu hogar. Dios construye contigo si tú le temes y descansas en Su sabiduría.
- Dios vela mientras tú duermes. Él provee, Él bendice, y te da hijos como un regalo.
- Descansa en Su sabiduría y Sus promesas. Entrégale tus cargas, disfruta de tu llamado, y deja que tu mesa se llene con conversaciones, amor, sabiduría, hijos, y sigue caminando en los caminos del Señor.
- ¡La mujer que teme al Señor es bendecida y su hogar será como un jardín que florece para la gloria de Dios!
Pasajes bíblicos para ser alentada:
«Baten alegres las alas del avestruz, ¿acaso con el ala y plumaje del amor?Porque abandona sus huevos en la tierra, y sobre el polvo los calienta;se olvida de que algún pie los puede aplastar, o una bestia salvaje los puede pisotear.Trata a sus hijos con crueldad, como si no fueran suyos; aunque su trabajo sea en vano, le es indiferente;porque Dios le ha hecho olvidar la sabiduría, y no le ha dado su porción de inteligencia». —Job 39:13-1
Recursos recomendados:
Episodio, Cultiva la diligencia
Episodio, El fundamento de la familia y la maternidad: Jesucristo
Episodio, Mamá, ¡edifica tu hogar!
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