El maná que no esperabas
Hay días en que el cansancio parece no tener fin y la maternidad parece más una carga que una bendición. Hoy queremos conversar contigo sobre una verdad que es profundamente necesaria en la maternidad, especialmente en esos años que parecen interminables. ¡Recibe ánimo en el episodio de hoy!
Frases destacadas del episodio de hoy:
- La maternidad es un regalo, pero también es una carga pesada. Si tienes hijos pequeños, tal vez tu día empieza con llanto antes de que salga el sol, con demandas físicas que no se detienen, con responsabilidades que parecen no tener fin.
- Sin embargo, en medio de esa rutina que a veces te sobrepasa, Dios te recuerda: «No te preocupes, mamá. Mis misericordias no se acaban, son nuevas cada mañana».
- Esta promesa no es un cliché o un simple cuadro para colgar en la pared. Es un recordatorio de que, así …
Hay días en que el cansancio parece no tener fin y la maternidad parece más una carga que una bendición. Hoy queremos conversar contigo sobre una verdad que es profundamente necesaria en la maternidad, especialmente en esos años que parecen interminables. ¡Recibe ánimo en el episodio de hoy!
Frases destacadas del episodio de hoy:
- La maternidad es un regalo, pero también es una carga pesada. Si tienes hijos pequeños, tal vez tu día empieza con llanto antes de que salga el sol, con demandas físicas que no se detienen, con responsabilidades que parecen no tener fin.
- Sin embargo, en medio de esa rutina que a veces te sobrepasa, Dios te recuerda: «No te preocupes, mamá. Mis misericordias no se acaban, son nuevas cada mañana».
- Esta promesa no es un cliché o un simple cuadro para colgar en la pared. Es un recordatorio de que, así como cada día el sol vuelve a salir, cada día también Dios renueva su compasión hacia ti, Su ayuda, Su provisión.
La fidelidad de Dios ilustrada en Éxodo 16
- Cuando el pueblo de Israel estaba en el desierto, cansado y quejándose de su necesidad, Dios, en Su fidelidad, les dijo: «Por la mañana tendrán pan para comer. Entonces sabrán que yo soy el Señor su Dios» (v. 12, NTV).
- Cuando amanecía, ellos veían, cuando se disipaba el rocío de la mañana, que algo quedaba allí sobre la tierra. Ellos no podían reconocer lo que esto era, y por eso lo llamaron «maná», que significa: «¿qué es esto?». No era el pan que imaginaban, no era algo familiar, pero era la provisión fiel de Dios que era suficiente para ellos, para cada día.
- La misma pregunta que se hizo el pueblo de Israel también pudiera ser la tuya en la etapa en la que estás viviendo. Muchas veces quizás tú, como mamá, le preguntas a Dios: ¿Dónde están Tus misericordias hoy? ¡No las puedo ver! Pero, ¿qué hace Dios? Él responde con misericordias que no siempre se ven como las anticipamos.
- En la siesta inesperada de tu hijo que te da un respiro.
- En el abrazo tierno de uno de tus hijos que te recuerda que tu labor no es en vano.
- En la paciencia que Dios pone en tu corazón justo cuando estabas al límite.
- En Su Palabra que logras leer en medio de una casa desordenada y niños ruidosos.
- Es quizás un cambio inesperado en la conducta de tus hijos, algo que pensabas que nunca iba a ocurrir.
- Es la mano de alguna anciana de la iglesia que pasa por tu casa a ayudarte con los quehaceres.
- Es un pódcast que Dios te manda para animarte con verdades eternas.
- A final de cuentas, es el maná de Dios que sigue cayendo cada día. Tal vez no se ve como el pan que soñabas, pero sigue siendo la provisión fiel de Su gracia diariamente: la misericordia de Dios sobre ti.
La fidelidad de Dios ilustrada en Deuteronomio 33
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Dios le prometió a Su pueblo: «Israel vive en seguridad… los cielos destilan rocío sobre él» (v. 28 parafraseado, NTV).
- El rocío es silencioso, suave, casi invisible, pero cada mañana refresca la tierra seca. Así también es la gracia de Dios para ti, para cada una de nosotras, en todas las etapas de la vida: cada día la gracia de Dios desciende como rocío sobre nuestra sequedad, refrescando, vivificando y renovando nuestras almas marchitas y cansadas.
- Mamá, Dios no te deja con tus fuerzas naturales, porque no tienes ninguna fuerza en ti misma. Él no te abandona al calor abrasador de esta etapa. Él no te deja en tu vacío ni en tu cansancio.
- Su Palabra está allí para ti: para vivificarte, para restaurarte, para consolarte, para edificarte, para fortalecerte, para enseñarte. Él promete refrescarte cada día con el rocío de Su gracia, a través de Su palabra que tiene ese poder.
- Por eso es tan importante que no te apartes de Su Palabra. En última instancia, el maná y el rocío apuntan a la Escritura, que es el pan que te sostiene y el rocío que refresca.
- Allí encontrarás misericordias frescas cada día, mientras al mismo tiempo Dios abre tus ojos para ver las misericordias tangibles que Dios te regala en tu día a día. Esto hace que tu corazón rebose de gratitud, que es el antídoto de la amargura que pudiera producir el cansancio de esta etapa.
- ¿Cómo puedes hoy buscar esas misericordias? ¿Dónde puedes verlas en tu vida? Quizás lucen diferentes de lo que esperabas, quizás no se ven como soñabas, pero están ahí. Cada día Dios es fiel para recordarte que no estás sola y usa mil formas para comunicártelo. ¡Solamente tienes que abrir tus ojos para ver!
- Recuerda, querida mamá: cada mañana hay maná suficiente, cada mañana hay rocío fresco, y cada mañana el Señor te recuerda: «Hoy renuevo mis misericordias sobre ti. Sigue adelante».
Pasajes bíblicos para ser alentada:
«Esto traigo a mi corazón, por esto tengo esperanza: que las misericordias del Señor jamás terminan, pues nunca fallan Sus bondades;son nuevas cada mañana; ¡grande es Tu fidelidad!“El Señor es mi porción”, dice mi alma, “Por tanto en Él espero”.Bueno es el Señor para los que en Él esperan, para el alma que lo busca.Bueno es esperar en silencio La salvación del Señor». —Lamentaciones 3:21-26
«Por la mañana tendrán pan para comer. Entonces sabrán que yo soy el Señor su Dios». —Éxodo 16:12 (parafraseado, NTV)
«Israel vive en seguridad… los cielos destilan rocío sobre él». —Deuteronomio 33:28, parafraseado, NTV)
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