Mamá: ¿eres una influencia piadosa en tu hogar?

Temas: Crianza, Familia, Maternidad

Hoy queremos hablar de la influencia que tiene una mujer en su hogar y de cómo usarla con sabiduría y propósito para edificar un hogar piadoso donde Cristo sea el centro y donde esos frutos sean visibles. ¡Acompáñanos en este episodio!

Frases destacadas del episodio de hoy:

Aunque la autoridad final en el hogar recae sobre el esposo, según el diseño o el orden bíblico establecido por Dios, eso no disminuye, sino que resalta la poderosa influencia que una mujer tiene en el hogar.
Tú tienes una enorme capacidad de moldear el ambiente espiritual, emocional y moral de tu hogar. Tú puedes construir o derribar, animar o desanimar. Tú puedes dirigir los afectos del corazón de tu familia hacia el Señor con tu ejemplo o palabras, o hacia las cosas del mundo.
Tu influencia se va a sentir en tu hogar, en la forma como …

Frases destacadas del episodio de hoy:

Aunque la autoridad final en el hogar recae sobre el esposo, según el diseño o el orden bíblico establecido por Dios, eso no disminuye, sino que resalta la poderosa influencia que una mujer tiene en el hogar.
Tú tienes una enorme capacidad de moldear el ambiente espiritual, emocional y moral de tu hogar. Tú puedes construir o derribar, animar o desanimar. Tú puedes dirigir los afectos del corazón de tu familia hacia el Señor con tu ejemplo o palabras, o hacia las cosas del mundo.
Tu influencia se va a sentir en tu hogar, en la forma como hablas, en tu actitud, en cómo tratas a tu esposo, en cómo corriges y cuidas a tus hijos, incluso en cómo organizas el día a día.
Como hijas de Dios, nuestro anhelo debe ser el de tener un hogar piadoso y, por tanto, nuestro propósito debe ser entonces el influenciar nuestro entorno para lograr esa meta.

¿Qué es un hogar piadoso?

La piedad puede entenderse de manera sencilla como «semejanza a Dios».
Los hogares donde se manifiestan los atributos de Dios pueden describirse como hogares piadosos. Son lugares donde familias imperfectas dependen diariamente de la gracia de Dios para reflejarlo fielmente en la forma como viven y se relacionan entre sí.
La Palabra de Dios nos anima a perseguir la piedad de manera activa. La piedad se va cultivando en la medida que anhelamos parecernos a Él.
Los hogares piadosos no son construidos por personas pasivas, personas que se dejan llevar por sus pasiones y deseos carnales. Esta meta requiere iniciativa, intención y perseverancia.
La piedad no es tanto un destino al que llegamos y ahora ya descansamos, sino que es un caminar continuo en la misma dirección que nos acerque y asemeje más a Dios.

Algunos conceptos a tener en cuenta mientras buscas ser una influencia piadosa en medio de tu familia

La piedad requiere intención y entrenamiento (Tito 2:11-12):

El entrenamiento en la piedad no es fácil, especialmente en esta época donde tantas influencias parecen unirse en contra nuestra para entrenarnos en la impiedad.
La mayor amenaza para tu hogar son las pasiones impías que aún viven dentro de nuestros corazones. Y como esas pasiones siguen ahí, batiéndose dentro de nosotras, a menudo se derraman sobre los demás en nuestra familia. Por eso cada familia necesita perseguir la piedad diligentemente.

La piedad es un regalo que fluye de la gracia de Dios:

Con demasiada frecuencia pensamos que la piedad es un estatus que se alcanza a través del buen comportamiento. Ciertamente, Dios desea transformar nuestro comportamiento, pero antes de que ese comportamiento cambie, debemos recibir la gracia de Dios para lograrlo.
No importa cuán piadoso o impío sea actualmente tu hogar, la gracia de Dios está disponible hoy para ti.
Dondequiera que haya una familia, o una esposa, o una mamá comprometida a ser entrenada diariamente por la gracia de Dios, allí encontrarás un hogar creciendo en piedad. ¡Recuerda la influencia que tiene una sola persona en su entorno cuando busca agradar a Dios!
Lo primero que debes reconocer antes de perseguir la piedad es estar consciente de la impiedad que aún se bate en tu propio corazón.
La meta de construir un hogar piadoso a menudo te pudiera parecer abrumadora. Si miras dentro de ti, seguramente encontrarás egoísmo, pereza y apatía. Todas estas cosas se ponen de acuerdo para sabotear todo intento de una vida de piedad. Sin embargo, un corazón que reconoce su necesidad es precisamente lo que Dios está buscando.
Ora que Dios te asista en este deseo de ser una influencia piadosa para tus hijos. Sé tú la primera en correr a Dios diariamente en Su palabra, en oración; que ellos puedan ver el ejemplo y los frutos de una vida que permanece en la Vid verdadera que es Cristo.

Otros grandes y pequeños hábitos o conductas piadosas que puedes cultivar para perseguir ser una influencia piadosa en tu hogar

Revístete de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia (Col. 3:12).
Soporta y perdona a los demás (Col. 3:13).
Vístete de amor (Col. 3:14).
Que la paz de Cristo reine en tu corazón y sé agradecida (Col. 3:15).
Que la Palabra de Cristo habite en abundancia en ti (Col. 3:16).
Todo lo que hagas de palabra o de hecho, hazlo en el nombre de Cristo (Col. 3:17, 23).
Está sujeta a tu esposo como al Señor (Col. 3:18).
No entristezcas al Espíritu Santo (Ef. 4:30).
Quita de ti toda amargura, enojo, ira, gritos, insultos y toda malicia (Ef. 4:31).
Sé amable y misericordiosa con los demás (Ef. 4:32).

En todo esto podemos ver los frutos del Espíritu:

Amor, paciencia, benignidad, mansedumbre, misericordia, perdón.
No guardar resentimientos.
Guardar tu lengua y tu corazón.
Respetar a tu esposo delante de los niños.
Animar en lugar de criticar continuamente.
Priorizar a la familia sobre el trabajo.
Vivir los roles (esposa/esposo) como Dios lo ordenó delante de los niños.
Orar juntos como familia.
Andar sabiamente, no como necios.
Usar bien el tiempo para vivir una vida de propósito, sirviendo y agradando a Dios.

¡Dios ya nos ha dado todo lo que necesitamos para construir hogares piadosos!

Siete actitudes y acciones específicas que Pedro nos exhorta a añadir a nuestras vidas y hogares (1 Pedro 1:5-7):

Dios ha provisto el material de construcción, lo que necesitamos: Su poder y Sus promesas. Pero nosotras somos responsables de adornar (en este caso, nuestros hogares) con:

Virtud
Conocimiento
Dominio propio
Constancia
Piedad
Afecto fraternal
Amor

Si queremos construir hogares piadosos, debemos actuar con piedad dentro de nuestros hogares. No basta con reconocer nuestra necesidad de Dios, debemos obedecerle. Debemos elegir palabras, actitudes y acciones piadosas.
Tu hogar es un campo misionero estratégico, porque tu influencia no solo alcanza a tus hijos y tu esposo, sino a otros que miran y rodean tu hogar.
Los hogares piadosos apuntan a otros hacia Cristo con la esperanza de que un día ellos también tengan un verdadero hogar en el cielo.
Un hogar piadoso es como una embajada del cielo. Quien entre a un hogar piadoso debe sentir la influencia de Cristo allí. Debe ver evidencia de los frutos que solo pueden venir de una influencia sobrenatural.
Jesús te llama a seguirlo, te llama a seguir el patrón que Él te dejó.
Como siervas de nuestro Señor, debemos aprender a cultivar la compasión, a extender nuestras manos por el bien de los demás. Ya que Él entregó voluntariamente Su vida, debemos imitarlo, eligiendo actuar sin egoísmo en cada oportunidad que tengamos.
Si decimos que somos seguidoras del Señor Jesucristo, nuestras vidas deben reflejar la Suya, y vamos de «gloria en gloria».
Nada es más poderoso para testificar del evangelio que una vida de frutos de Su gracia operando a través de nosotros.
Hasta que llegues a tu hogar eterno en el cielo, ora, trabaja diligentemente ayudada por la gracia de Dios para hacer de cada hogar, un hogar piadoso, lleno de Cristo.

Pasajes bíblicos para ser alentada:

«La mujer sabia edifica su casa, pero la necia con las manos la derriba». —Proverbios 14:1

«Pero tú… sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad». —1 Timoteo 6:11

«Porque la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a todos los hombres,enseñándonos, que negando la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este mundo sobria, justa y piadosamente…». —Tito 2:11-12

«Y no entristezcan al Espíritu Santo de Dios, por el cual fueron sellados para el día de la redención. Sea quitada de ustedes toda amargura, enojo, ira, gritos, insultos, así como toda malicia. Sean más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, así como también Dios los perdonó en Cristo». —Efesios 4:30-32

«Por tanto, tengan cuidado cómo andan; no como insensatos sino como sabios,aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos». —Efesios 5:15

«Pues Su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad». —2 Pedro 1:3

«Por esta razón también, obrando con toda diligencia, añadan a su fe, virtud, y a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio, al dominio propio, perseverancia, y a la perseverancia, piedad, a la piedad, fraternidad y a la fraternidad, amor». —2 Pedro 1:5-7

«Pero todos nosotros, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu». —2 Corintios 3:18