Mamá, ¡establece límites saludables con tus hijos!

Pareciera que hoy en día vivimos en una sociedad que ha llegado a la conclusión que los límites son algo completamente obsoleto y algo del pasado. Incluso algunas personas han llegado a pensar que los límites afectan negativamente a los hijos. Si eso es lo que una gran parte de la sociedad actual piensa, ¿por qué nosotras, que somos redimidas por el poder del evangelio, debemos ocuparnos de esto? ¡Acompáñanos en el episodio de hoy!

Frases destacadas del episodio de hoy:

Perspectiva bíblica sobre los límites:

• La Biblia nos enseña que los seres humanos, como criaturas que somos, tenemos límites y que el único que no los tiene, que no está sujeto a las leyes del Universo, es Dios. Él es ilimitado, autosuficiente, autoexistente, y como tal, es el Único que tiene el poder de hacer y deshacer a Su voluntad.
• Las Escrituras nos recuerdan que los seres humanos somos finitos, llamados a alinearnos a la voluntad de Dios y Sus designios, porque Él sabe lo que es mejor para nosotros. Y aunque no nos guste, a veces, lo mejor para nosotros es la corrección del Señor.

La disciplina como un medio para los límites

• Desde la perspectiva bíblica, la disciplina es una demostración del amor supremo de un padre o una madre por su hijo o su hija. Dios nos ama infinitamente, por lo tanto, a veces debemos sufrir Su disciplina.
• El Dios amoroso que estuvo dispuesto a sacrificar a Su Unigénito por nosotros, nos corrige para nuestro beneficio. Y además de eso, nos invita a vivir conforme a Su verdad.

Hebreos 12:6-11 aplicado al rol de una madre

«Dios los trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline?»(v. 7).

• Disciplinar a nuestros hijos requiere establecer límites, articular las cosas que son permitidas y las que no; requiere hacerles entender que hay cosas que se pueden hacer y cosas que no se deben hacer, o que no se pueden hacer ahora.
• Los límites saludables no se tratan de decir que no a nuestros hijos por el hecho de mostrar quién manda, sino de asentar expectativas de lo que es y no es aceptable.
• Es esencial explicarles la razón de las normas. Cuando lo hacemos, dejamos claro que el límite tiene un propósito y que su fin es el bienestar de nuestros hijos.

«Él nos disciplina para nuestro bien, para que participemos de Su santidad. Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza. Sin embargo, a los que han sido ejercitados por medio de ella, después les da fruto apacible de justicia» (vv. 10-11).

• Cuando les aclaramos a nuestros hijos la razón por la que imponemos un límite, les expresamos cuánto les amamos. Eso es exactamente lo que hace Dios con nosotros, nos ama tanto que nos disciplina cuando lo necesitamos, y lo hace con el fin de que tengamos comunión con Él.
• Cada vez que no establecemos límites saludables y dejamos que nuestros hijos hagan lo que su pequeño corazón les dicte, les enseñamos un concepto equivocado del amor. 
• Cuando los padres fallamos en establecer límites saludables a nuestros hijos, ocurren dos cosas no intencionadas:

• Les comunicamos una idea distorsionada de nuestro amor por ellos.

• Afectamos el concepto del amor de Dios que ellos desarrollarán.

• Estas dos cosas se manifestarán en el momento en que experimente límites de parte de Dios, y cuando eso ocurra, nuestros hijos condenarán la respuesta del Señor o cuestionarán Su amor.
• Cuando Dios elija contestarles una oración con «No», probablemente nuestros hijos reaccionarán viéndolo como un Padre injusto, iracundo, inflexible y desinteresado en ellos. 
• Algo que en su momento puede parecer difícil o desgastante, como lo es disciplinar a nuestros hijos, puede tener consecuencias devastadoras en el presente y en el futuro.

• Hacer la tarea ardua de disciplinar, corregir y fijar límites producirá fruto apacible de justicia.

• Dios estableció en Su Palabra que los límites son provechos y necesarios. Si son favorables para nosotras, también lo son para nuestros hijos. Toda madre amorosa anhela ver a sus hijos disfrutando de una vida bienaventurada.
• Esta travesía empieza con reconocer que nuestros hijos necesitan límites, porque estos les recordarán siempre de su necesidad del Dios ilimitado.

Pasajes bíblicos para ser alentada:

«“Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo”. Es para su corrección que sufren. Dios los trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline? Pero si están sin disciplina, de la cual todos han sido hechos participantes, entonces son hijos ilegítimos y no hijos verdaderos. Además, tuvimos padres terrenales para disciplinarnos, y los respetábamos, ¿con cuánta más razón no estaremos sujetos al Padre de nuestros espíritus, y viviremos? Porque ellos nos disciplinaban por pocos días como les parecía, pero Él nos disciplina para nuestro bien, para que participemos de Su santidad. Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza. Sin embargo, a los que han sido ejercitados por medio de ella, después les da fruto apacible de justicia». —Hebreos 12:6-11

Recursos recomendados:

Libro, Nadie como Él

Blog, El amor requiere disciplina

Episodio, No temas decir «no» a tus hijos

Episodio, El peligro de un hogar centrado en los hijos

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