Mitos acerca de la feminidad bíblica

¿Has escuchado acerca de los mitos y realidades? Existen mitos de todo tipo y en muchos ámbitos; también existen leyendas e historias fantasiosas. 

Uno de los mitos que me vienen a la mente ahora, es el que surge de una leyenda que ocurrió en un callejón: el Callejón del Beso. Este mito dice que, si visitas el callejón con esa persona especial, ambos deben darse un beso parados en el tercer escalón del callejón, y así tendrán siete años de amor, dicha y felicidad; de lo contrario, los siete años serán solo desdichas y tristeza. Así que, podrás imaginar que este callejón es el más visitado y donde más se fotografían los enamorados. Claro que, al leerlo podemos sonreír, pues identificamos fácilmente que es solo un chascarrillo; un beso en el tercer escalón no garantiza la felicidad de nadie. 

Ahora bien, hay otros mitos más difíciles de identificar y que, además, son peligrosos, pues nos impactan en cómo respondemos a las verdades bíblicas. Algunos de ellos son los que están relacionados con la feminidad bíblica. El peligro en creerlos está en que nuestra manera de actuar, y nuestra percepción del mundo y de nosotras mismas podría estar en riesgo. Y lamentablemente, aun siendo hijas de Dios, hemos adoptado muchos de ellos. Por eso es importante que cada idea, pensamiento o principio que tengamos frente a nosotras, lo pasemos por la lupa de la Palabra, pues hay ocasiones en las que estos mitos o mentiras se han dicho tantas veces, que trascienden de generación en generación y llegan a parecer verdad.

Antes de continuar, quisiera que recordemos que la feminidad bíblica es el diseño que Dios dio a la mujer para reflejar Su imagen de una manera distintiva al hombre, y que nos capacita para cumplir nuestro propósito de glorificar a Dios. Entonces, sabiendo que esta definición parte de una cosmovisión bíblica, para descubrir los pensamientos o ideas que desvirtúan la feminidad bíblica, habremos primero de conocer la verdad en la Palabra de Dios. Solo la Escritura nos puede dar luz acerca de la feminidad y su relación con el tema central: la redención que tenemos en Cristo.

También debemos recordar que, cuando hablamos de los mitos de la feminidad bíblica, realmente nos referimos a aquellas ideas que se han permeado acerca de ser mujer, creyendo que son sustentadas por lo que dice (o no dice) la Biblia sobre las mujeres y su función en la vida. 

¡Acompáñame a desenmascarar algunos de ellos!

  1. La feminidad bíblica desvaloriza a la mujer, colocándola bajo el «yugo» del hombre

La Biblia nos enseña que el hombre y la mujer son diseñados por Dios a Su imagen y semejanza. Dios creó hombre y mujer con igual valor y dignidad ante Él, ambos portan Su imagen y fueron hechos para reinar sobre los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos y todos los animales salvajes de la tierra (Génesis 1:26-27).

El primer hombre, Adán, fue creado y colocado en el Edén para representar a Dios y administrar Su creación; pero no era bueno que estuviera solo, así que Dios crea ayuda idónea para él (Génesis 2:28). Sí, Adán fue creado primero para que de su costilla fuera tomada su compañera, aquella que sería llamada «carne de su carne y hueso de sus huesos», ambos hechos del mismo material, con un mismo propósito, con funciones distintas, pero complementarias, para llevar a cabo el propósito principal para el cual fueron creados: dar gloria a Dios.

  1. La feminidad bíblica promueve la sujeción: una jerarquización entre el hombre y la mujer

Si seguimos examinando la creación, podemos decir que efectivamente hay un orden en la manera en que Dios crea las cosas, pero de ninguna manera es una jerarquización. Primero fue creado el hombre, y de él la mujer; eso le da una estructura de autoridad, con la cual Dios crea una hermosa interdependencia entre hombre y mujer. Al hombre le otorga el privilegio de ser el responsable de cuidar, proteger y proveer a la mujer, que es creada para ayudarlo a que pueda llevar a cabo ese papel que Dios le encomendó.

Así como la mujer porta la imagen de Dios de la misma manera que lo hace el hombre, pero se ve de manera distinta (pues su diseño como ayuda idónea marca de una manera diferente cómo se refleja esa imagen), de la misma manera, el hombre despliega la imagen de Dios, al desempeñar su diseño de liderazgo piadoso, que luce diferente, pero que juntos reflejan de manera especial y maravillosa la imagen de Dios.

¿Te diste cuenta? ¡Qué fácil es perder de vista el hermoso diseño de Dios y dejarnos guiar por las mentiras de este mundo! ¡Qué alegría que siempre podemos recurrir a la Palabra de Dios para conocer la verdad de Su creación y propósitos! Cuanta más verdad vayas entendiendo y escudriñando de la Escritura, más fino será tu filtro para cualquier pensamiento o idea respecto a la feminidad bíblica.

El día de hoy solo mencionamos dos de los tantos mitos que existen, pero yo te animo a que puedes hacer tu propia lista de mitos que has creído acerca de la feminidad bíblica y contrastarlos con la verdad de la Palabra.

El reto que quiero dejarte es que examines tus ideas y pensamientos acerca de la feminidad. ¿La estás viendo a través de ideas que has escuchado y creído? ¿Son todas tus convicciones sobre la feminidad realmente basadas en la verdad de la Palabra? ¿Has obtenido de la Biblia tu información de lo que significa ser mujer?

Te reto a que cuando hables, pienses o escuches ideas relacionadas con lo que es ser mujer, lo examines a la luz de la Palabra; te sorprenderá darte cuenta de las mentiras que pueden estar estorbando para que puedas hoy abrazar la verdadera feminidad bíblica.

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Sobre el autor

Myrna Ortiz

Myrna Ortiz

Myrna es de la Ciudad de México, donde también reside y ha sido testigo de lo que el Señor hace en esa gran y concurrida ciudad. A través del servicio a las mujeres en su iglesia local, Myrna aprendió a … leer más …

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