¡Hola! Si estás leyendo estas líneas es porque estás convencida de que necesitas las armas correctas para asumir tu puesto en la batalla por la verdad. En tu hogar, en tu lugar de estudio o trabajo hay una lucha intensa por redefinir lo que ya Dios ha establecido como la verdad, al punto que el mundo ya no toma en cuenta su significado.
Aquí te comparto un fragmento del libro Joven Verdadera que abrirá tu apetito por la verdad:
En este enredo tan complicado, ¿cómo podemos entonces definir la verdad? Si preguntamos con un corazón sincero: «¿Qué es la verdad?». ¿Cuál sería la respuesta? La respuesta es tan sencilla como profunda:
La verdad es lo que se conforma con la mente, la voluntad, el carácter, la gloria y el ser de Dios. Más importante aún: la verdad es la autoexpresión de Dios.
Toda verdad fluye del carácter de Dios. Su Palabra es la verdad (Sal. 119:160) y Jesús es la manifestación visible de esa verdad (Col. 1:15). Él es la verdad encarnada (Jn. 1:14). Por eso cada intento de definirla sin acudir a Él y a Su Palabra como punto de referencia terminará en el error. Él es el Dios de verdad (Dt. 32:4, Sal. 31:5). Su Palabra es la verdad (Sal. 119:160, Jn. 17:17). Su verdad permanece para siempre (Isaías 40:8, 1 Pedro 1:25).
La verdad es la autoexpresión de Dios. Por eso Jesús le declaró a Pilato que Su propósito era dar testimonio de la verdad (Jn. 18:37). Él es el camino de regreso al jardín de donde caímos. Él es la verdad que nos libera del poder de las mentiras. Él es la vida que nos levanta de la muerte (Jn. 14:6). Él es la luz que ilumina nuestras tinieblas (Jn. 8:12). Jesús es la verdad encarnada que Pilato ignoró.
No se trata de un simple asunto filosófico. La verdad es una persona y su nombre es Cristo. La verdad de Dios es absoluta, no tiene medias tintas ni da lugar a negociaciones. Por eso la rechazamos, porque si es absoluta, no da lugar a razonamientos con qué excusar nuestro pecado. Nos coloca en la luz o en las tinieblas. La verdad de Dios no es pasiva, sino que nos llama a la acción. En Jesús es todo o nada. Así de radical es Su verdad.
Ahora, la pregunta que puede surgir es, ¿cómo crezco en mi conocimiento y defensa de la verdad? Aquí te listo algunas armas que te ayudarán en esta batalla:
La Biblia
Parece muy obvio, pero si somos sinceras a veces es más fácil ir a buscar respuestas de Dios fuera de Su Palabra. En ocasiones preferimos buscar información acerca de Dios que relacionarnos con Él a través de la verdad que Él ha revelado. Como creyentes somos llamadas a renovar nuestro entendimiento a través de la Escritura y eso no sucede de la noche a la mañana. Te animo a que seas fiel en la lectura y el estudio de la Biblia.
La iglesia local
Un recurso súper valioso que muchas veces damos por sentado es la relación con la familia de la fe, con los líderes y pastores en nuestra iglesia local. A veces tenemos inquietudes y dudas, y en lugar de correr al cuerpo en el que Dios nos ha conectado, nos acercamos a personas que no conocen Su verdad o que no son maduras en la fe. ¡Acércate a quienes Dios ha puesto alrededor tuyo para crecer en la fe!
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Si tienes alguna pregunta sobre Dios, Jesús, la Biblia o teología, o necesitas ayuda para entender un versículo o pasaje de la Biblia, las siguientes páginas te ayudarán en tu aprendizaje. Te recomiendo que uses estos recursos para iniciar conversaciones con tus líderes o tu pastor.
Libros
El mundo te invita a dejarte llevar por su oferta de placeres hasta arrastrarte a la destrucción. Dios te llama a hacer todo lo contrario. Su voluntad es que permanezcas firme en Su verdad. ¡Él te ha provisto todo lo que necesitas para que vivas en libertad y plenitud! Descúbrelo en el libro «Joven Verdadera».
El libro de las respuestas es un recurso oportuno, con un sólido fundamento científico y respuestas concisas del reconocido creacionista Ken Ham y científicos como el Dr. David Menton, la Dra. Georgia Purdom, el Dr. Andrew Snelling, el Dr. Jason Lisle y muchos más.
¿Quieres ir más profundo?
Oro para que el Espíritu de Dios te conceda un corazón que arda por Su verdad, que produzca en ti una sed por beber de la Fuente de agua viva, y que despierte en ti nuevos afectos por Su Palabra. ¿Tienes otra recomendación de recursos? Compártela en la sección de comentarios o en tus redes sociales y etiquétanos usando la cuenta @jovenverdadera.
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