¿Por qué nos encantan las películas románticas?

Estamos justo en el medio de la semana 3 de nuestro recorrido por el libro Mujer Verdadera 101 en nuestro Club de Lectura de verano.

Hace unos días, estábamos todos en casa (mi esposo y mis hijos) y se me ocurrió la “maravillosa” idea de que vieramos un musical. No pasaron 15 minutos y ya los varones estaban jugando a la lucha libre en la cama, y yo sin darme cuenta me quedé sóla muy entretenida comiendo palomitas de maíz.

Si no hay explosiones, espías, supehéroes o soldados los varones de mi casa no muestran mucho interés y aunque puedo ver esas películas o programas, en realidad les confieso que no me interesan mucho. Me encanta ver historias de amor, padres que salen a rescatar a los hijos (por eso vi “En busca de Nemo” hasta el final), historias de familias que se reconcilian … En fin todo lo que tenga que ver con desarrollar y mantener relaciones de amor.

Ha sido super revelador para mí conocer que Génesis 2 tiene la explicación de esta tendencia que tenemos las mujeres.

Dios nos creó como seres más relacionales

En el principio Adán estaba sólo y Dios dijo que eso no era bueno. Adán necesitaba alguien con quien relacionarse, ninguno de los animales era una ayuda apropiada para él y es por eso que Dios formó de su cuerpo a una mujer y se la entregó.

De manera que desde su inicio la mujer fue creada para relacionarse, así como Dios capacitó al hombre de una fuerte capacidad de liderazgo y lo orientó al trabajo y protección del huerto, de la misma forma Dios dotó a la mujer de profundos vinculos emocionales y relacionales.

Es por eso que nos encantan las historias de amor, mientras más sentimientos experimentemos mejor y por supuesto que todo termine en un final feliz.

Tomando en cuenta nuestra tendencia natural para identificarnos con todo lo romántico, quiero advertirte el peligro de alimentar esa inclinación de manera pecaminosa.

No todo lo “romántico” es bueno

Las historias de “amor” que relata el mundo están muy empañadas con el pecado y es casi una misión imposible que puedas sentarte en una sala de cine sin que tus ojos vean escenas sensuales, engaño y maldad. Quizás te ha pasado que estás viendo una película en la cual el actor tiene una esposa malvada que lo hace sufrir y en medio de su dolor se enamora de una dulce joven que promete hacerlo sonreir todos los días. Y ahí estás tú, conectada con esta nueva pareja, sin darte cuenta que ¡estás deleitándote con la infidelidad de este hombre!

Como mujeres somos tan facilmente engañadas y a veces nos dejamos envolver en la mentira de que “si son felices todo va a estar bien”. ¡No! El verdadero amor no hace lo indebido. Desecha las telenovelas, series y películas que alimenten el morbo y no permitas que sirvan como un caldo para cocinar el pecado en tu corazón.

Un excelente filtro para decidir a cuales son las cosas a las que puedes exponerte se encuentra en Filipenses 4:8:

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad.

¡Les confieso que tengo que recordarme ese pasaje muchas veces!

Desecha la idealización

Ese amor dañado que nos vende el cine y la televisión está empujándonos a tener una idea incorrecta de cómo debemos relacionarnos. De manera que idealizamos (nos imaginamos) a un príncipe azul que sólo existe en los cuentos de Disney o quizás a un novio vampiro que es amoroso y violento a la vez. Nos predisponemos con nuestras amigas porque en la última serie que vimos las amigas son chismosas y se roban los novios.

Al exponernos a la industria del entretenimiento ¿qué crees que hacemos? Exactamente eso, entretenernos, en vez de estar ocupadas en conocer a profundidad al verdadero autor del amor, el romance y las relaciones.

Sólo en la Palabra de Dios encontrarás lo que es bueno, agradable y perfecto, renueva tu mente desechando los patrones de este mundo. (Míralo en Romanos 12:2)

En el fondo todas queremos un final feliz

La razón por la que Dios hizo a la mujer para relacionarse con su esposo tiene un significado asombroso. El motivo por el que Dios te hizo un ser super relacional tiene un propósito.

Dios nos hizo de esta manera para contar una historia gloriosa, la mujer (tú) representa la iglesia y así como Dios formó a Eva de la costilla de Adán, de esa misma manera formó a la iglesia del costado abierto de Jesús para relacionarse con ella, para perdonarla y amarla por siempre. (1)

Lo mejor de la historia es que esa novia (la iglesia) se está preparando porque vendrá un día en que su novio (Jesús) volverá a buscarla para celebrar una gran boda y unirse a ella por toda la eternidad. Y esa sí que es la mejor historia de amor que jamás escucharás.

¡Únete a la conversación en la sección de comentarios y comparte tus recomendaciones y luchas!

Si te gustó esta publicación, te recomendamos: 5 Grandiosas historias de amor que debes conocer.

(1) Adaptado de la frase de Agustín en la página 64.

Ayúdanos a llegar a otras

Como ministerio nos esforzamos por hacer publicaciones de calidad que te ayuden a caminar con Cristo. Si hoy la autora te ha ayudado o motivado, ¿considerarías hacer una donación para apoyar nuestro blog de Joven Verdadera?

Donar $3

Sobre el autor

Betsy Gómez

Betsy Gómez

Betsy Gómez tiene una gran pasión por inspirar a otras mujeres a atesorar a Cristo en lo ordinario de la vida. Ella dirige las iniciativas de alcance de Joven Verdadera. Nació en la República Dominicana, y ahora vive en Irving, … leer más …

¡Hey chicas! Nos encanta escuchar de ustedes, pero nos sentimos limitadas por las formas en que podemos ayudarlas.

Si buscas consejo te animamos a hablar primero con tu pastor o una mujer piadosa en tu vida, ya que ellos sabrán más detalles de ti y te darán seguimiento y ayuda.Lo publicado en la sección de comentarios no necesariamente refleja el punto de vista de Aviva Nuestros Corazones.

Nos reservamos el derecho de remover opiniones que puedan no ser de ayuda o inapropiadas. Puede ser que editemos o removamos tu comentario si: * Requiere o contiene información personal como emails, direcciones, teléfonos. *Ataca a otras lectoras. * Utiliza lenguaje vulgar o profano.


Únete a la conversación