Conoce a la próxima generación: claves para un servicio eficaz a las jóvenes

Escrito por Amy-Jo Girardier

Soy mentora de chicas jóvenes. Me encanta discipular y ayudar a otras mujeres a discipular a las jóvenes también. Aunque, en medio de la vida ministerial en nuestra iglesia local con las chicas y con las otras maestras a las que sirvo, existen momentos en los que quiero renunciar. Ahora, el deseo de renunciar pasa por numerosas razones: algunas veces me siento cansada, otras veces es un ataque hacia el llamado del discipulado. Satanás me distrae y me engaña para pensar que no puedo hacer lo que Dios me dice que sí puedo hacer en Él.

Hace algunos años, dirigí la peor reunión de jóvenes que he dirigido. Para ser honesta, yo no sabía a quiénes estaba liderando, pero pensaba que sí sabía. Yo sabía que eran chicas que asistían a mi iglesia y que me ayudaban a organizar un retiro para chicas (estos retiros los había estado organizando por los últimos 12 años de manera anual). Sin embargo, algo salió mal en el momento en que asigne tareas a cada una de ellas. Fui a prepararles unas galletas con chispas y un poco de chocolate caliente (¿a quién no se le antoja mientras planea un retiro?). Mientras caminaba con la bandeja llena de postres, sentí cómo la sangre subía hasta mi cara cuando las vi alrededor de mi pizarra blanca borrando todos mis planes. «¿Qué está pasando chicas?», traté de preguntar tranquilamente. Una de las chicas respondió por todo el grupo y dijo: «No te ofendas, pero nosotras vamos en diferente dirección».

Quizá te ha pasado lo mismo. Quizá has podido sentir cómo la sangre sube por tu cabeza, así como yo lo sentí en ese momento. «¡¿Qué no me ofenda?! ¡Claro que hubo una ofensa! ¡Yo soy la líder y tú no te estás dejando guiar!», grité estas palabras en mi mente. ¡Gracias a Dios no salieron de mi boca! No puedo recordar qué fue lo que hicimos el resto de la reunión, solo recuerdo lo cansada que me sentía porque esta planeación se convirtió en una batalla por el liderazgo.

Mientras me dirigía a casa, alternaba mis llantos y gritos hacia Dios. Algunas veces era a causa de las chicas, otras a causa de mí misma, pero me di cuenta de que realmente tenía miedo de ya no estar equipada para guiar a estas chicas. Comencé a creer que ya era demasiado mayor. Comencé a rendirme y a darme por vencida. Y mientras decidía renunciar, el Señor entró en escena y suavemente susurró una pregunta en mi corazón que comenzó a trabajar dentro de mí. Él amorosamente hizo a un lado mi carta de renuncia y me revitalizó con amor hacia esas chicas que Él había puesto en mi camino. La pregunta que Él susurró a mi corazón fue esta: «¿Qué generación es esta?».

Liderando a una nueva generación de chicas

Yo creía conocer a las chicas que estaba liderando, pero no era así. Cuando llegué a casa descubrí que antes había liderado a las chicas de la generación millennial, y estas no eran chicas millennials. Estas chicas eran de la generación Z. Parecían millennials, pero ellas respondían completamente diferente. Existen desacuerdos en cuanto a los años de diferencia entre el comienzo de una generación y el término de otra, pero aquí te muestro una lista que hice sobre de esta generación para ayudarme a recordar.  Han pasado cuatro años desde aquella reunión, y Dios ha usado lo que aprendí para ayudar a otras maestras a conocer más acerca de la generación Z.

3 cosas que aprendí acerca de la generación Z

1. Esta generación fue creada por Dios.

Sé que suena muy básico, pero nunca he dejado de pensar que toda una generación ha sido creada por Dios. Esto quiere decir que podemos hablar directamente con el Creador y pedir que nos dé una percepción correcta de cómo guiarlas. Cuando conducía a casa llorando en mi auto y gritándole en mi corazón a Dios sobre aquella reunión, Él me escuchó. Él respondió una pregunta que me ayudó a ver a quiénes estaba dirigiendo. Ya sea que estés mentoreando a tu hija o a un grupo de chicas, no olvides hablarle de ellas al Creador. Él te revelará cosas acerca de una generación entera. Dios se deleita en decirnos cómo amar, discipular y orar por las chicas que Él hizo.

2. Esta generación es autosuficiente

Ellas creen en la primera parte de Filipenses 4:13: «Todo lo puedo…», pero la segunda parte de este versículo es donde batallan. Es difícil para ellas rendir el egoísmo y reconocer que solo por medio de Cristo quien las fortalece pueden hacer todas las cosas. Sin embargo, cuando una estudiante de esta generación tiene un corazón quebrantado por las cosas de Dios y busca Su Reino, son como un paquete de apóstoles como Pablo, proclamando el evangelio de Dios por todas partes.

3. Esta generación es emprendedora

 Ellas no esperarán a que les digan que tienen luz verde para hacer las cosas. Ellas asumen que tienen el «sí» en el momento que les brota una idea. Cuando me di cuenta de que estas chicas eran diferentes y que necesitaban ser dirigidas de manera diferente, no me fui sobre ellas mostrándoles cómo se hacían las cosas, así como lo hacía con las millennials. Sabía que tenía que hacerme a un lado rápidamente. Así que comencé a decirles las áreas que no podían cambiar y los elementos que sí podían cambiar. Creé límites y las motivé a «ir» dentro de esos mismos límites que yo había establecido. Descubrí que esto era un reto para ellas; no necesitaban que las tomara de la mano cuando las ponía a cargo de algo, pero sí necesitaban su espacio para dirigir. También descubrí que una vez que les entregaba algo, ya no podía quitárselos. Ellas quieren ser capaces de poseer algo. Y una vez que se los quitas, jamás lo querrán de regreso. ¡Estas son buenas noticias para las Buenas Nuevas! Una vez que se le da a esta generación la visión de discipular a otros, ellas irán por ello mucho más inmensurablemente de lo que puedas imaginar.

Nunca eres tan grande para discipular

Ahora que has llenado tu mente con toda esta información acerca de la generación Z, es importante que escuches que las chicas mayores de la generación Z ahora están en la universidad. ¿Qué significa esto para ti? ¿Qué significa para mí? Significa que cualquier generación con la que estemos trabajando ya sea la «z» o la «alfa» o cualquier otra generación que venga, por diferentes que sean, han sido creadas por Dios. Y sé que Dios quiere que las generaciones cuenten entre ellas cómo Dios ha obrado:

«Una generación alabará Tus obras a otra generación,

Y anunciará Tus hechos poderosos.» Salmos 145:4.

Nosotras no debemos creer la mentira que somos demasiado mayores para discipular a las generaciones detrás de nosotras.

«Y aun en la vejez y las canas, no me desampares, oh Dios,

Hasta que anuncie Tu podera esta generación,

Tu poderío a todos los que han de venir». - Salmo 71:18

Considera las generaciones de ahora, no renuncies. Debe haber algún rostro o algún nombre de alguna joven que Dios ha traído a tu corazón al leer esta publicación. Habla con ella. Pregúntale al Señor hoy acerca de esta generación de chicas que estás discipulando. Pídele que te ayude a amarlas, guiarlas y a motivarlas a ir hasta el fin del mundo y compartir el evangelio. Pídele que quebrante su orgullo para que ellas puedan ver que Él es Dios y ellas no. Ondea la bandera blanca de rendición a Dios cada día, reconociendo que tú solo puedes liderar en Su fuerza, no con la tuya. Y una cosa más… ¡no renuncies! 

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