Cada mañana me doy cuenta que empieza una batalla. Quizás te ocurre lo mismo.
Vienen los pensamientos en la cama: “Sólo cinco minutos.”
¿Empezaré mi día encontrándome con Dios y Su Palabra en oración? O ¿permitiré que ganen la almohada, el teléfono o las responsabilidades del trabajo?
Recordemos, el enemigo de nuestra alma sabe que si puede derrotarme en esta área, al final podrá hacerlo en cualquier área de mi vida espiritual. Es por eso que necesitamos la instrucción del apóstol Pablo “Revestíos con toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las insidias del diablo...”
Si cedemos en esta batalla por la mañana, terminaremos el día frustradas e inefectivas. Mañana temprano, antes de realizar cualquier tarea, ¿por qué no pasas tiempo a solas con Dios en oración y en Su Palabra?
Podrías empezar leyendo sobre la armadura de Dios que se describe en Efesios 6 a partir del versículo 14.
Para Buscándole a Él, Nancy Leigh DeMoss.
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