Las mentiras de las telenovelas y la verdad del evangelio

Desde muy pequeña escuché la palabra “telenovela”. Eran incontables las citas en la sala ante el televisor y todas nos emocionamos con lo que cada capítulo traería día a día. Dejamos de hacer ciertas cosas, como alguna reunión familiar, o estudiar para un examen, simplemente porque era el tiempo de la telenovela.

Hoy en día el panorama no ha cambiado mucho, por el contrario, creo que ha aumentado su popularidad con mayor agresividad en los hogares debido el auge de series que nos envuelven al igual que las telenovelas.

Estudios demuestran efectos negativos de ver telenovelas

Los cristianos no somos los únicos que tenemos opiniones y preocupaciones sobre este tema.

Erwin Höllinger, catedrático y neurólogo de la Universidad de Salsburgo, Austria, comprobó que las telenovelas tienen un efecto negativo en el cerebro. El dice, “las telenovelas pueden llegar a ser tan dañinas para el cerebro humano como lo son el consumo excesivo de ciertas drogas, produciendo síntomas tales como apatía generalizada, irritabilidad, trastornos de la personalidad e incluso demencia”.

Algunos de los efectos dañinos que produce el hábito de ver las telenovelas son:

  • Las telenovelas se burlan de los valores, hacen ver que lo malo sea bueno y lo bueno sea malo. Hay mucha incoherencia.

  • Las telenovelas crean nuevos patrones en la gente en cuanto a modos de ser y comportarse, así de como ver las cosas. La realidad no corresponde con la ficción representada, pero las personas intentan vivirla. Esto produce una vida llena de altibajos.

  • La persona adicta a la telenovela puede distraerse de sus actividades diarias con tal de no perderse ningún capítulo de la telenovela. En caso de perderlo, se frustra mucho.

  • Las novelas nos enseñan a buscar la pareja ideal, con los estereotipos de una estrella de telenovela.

Quizás te niegues a aceptar esta verdad, pero aún así te invito a que reflexiones por un momento: la mayoría de las telenovelas (específicamente las dramáticas) perjudican tu salud emocional, aumentan tus niveles de estrés, distorsionan tu visión de las cosas, de la realidad, y empiezas a vivir tu propia telenovela de drama, chismes y ansiedad.

Las mentiras de las telenovelas y la verdad del Evangelio

Cuando conocí al Señor a la edad de 28 años, mi mente y corazón estaban muy influenciados por las mentiras de las telenovelas, es por eso, que decidí intencionalmente meditar en la Palabra, orar y buscar el crecimiento espiritual, fue así que me di cuenta de cuánto se habían infectado mi mente y corazón. Había caído en la trampa del enemigo que me hacía deleitar en lo pecaminoso. Le pedí perdón al Señor, y tomé la decisión de no perder mas mi tiempo en estas sutilezas del mundo que despertaban el pecado en mi vida y estorbaban mi crecimiento espiritual.

Meditando en todo esto quisiera compartirles las mentiras de las telenovelas o series, y la verdad de la hermosura del evangelio.

1. Las telenovelas centran todo en el hombre, pero el evangelio comienza y termina con Dios.

“ Sabed que El, el Señor, es Dios, El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos y ovejas de su prado” Salmo 100:3.

2. Muchas telenovelas promueven la idolatría, pero el evangelio enseña que solo Dios es Santo.

“Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, Santo, Santo, es el Señor de los ejércitos, llena está toda la tierra de su gloria.” Isaias 6:3

3. Las telenovelas promueven una vida vivida basada en los impulsos y deseos, pero el Evangelio enseña que el hombre es un pecador en necesidad de justicia.

“Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús” Romanos 3:23-24.

4. Las telenovelas no ofrecen esperanza, pero el Evangelio la ofrece en Cristo mismo.

“Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán” Isaías 40:31.

5. Las telenovelas celebran a la mujer insumisa, pero el Evangelio requiere sometimiento.

"Mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor” Colosenses 3:18.

Lucha correctamente

Aquí les comparto algunas sugerencias que te ayudarán a aplicar el Evangelio diariamente si has identificado que tienes una lucha con las telenovelas y las series:

1. Ora continuamente al Señor pidiendo ayuda para decir “no” en el momento de desear prender el televisor para satisfacer tu ansiedad (o abrir Netflix de manera impulsiva).

“Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7

2. Medita en la Palabra de Dios cada día. Haz un plan para leer cierto libro de la Biblia, y memorizar algún pasaje. Busca versículos que te puedan ayudar específicamente en un momento de debilidad.

“En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti.” Salmos 119:11

“ Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil.” Mateo 26:41

3. Confiesa tu pecado del tiempo malgastado, pídele perdón a Dios, y cree en Su poder para ayudarte.

“Y si se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi nombre, y oran, buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra. 2 Crónicas 7:14

4. Busca a una hermana espiritualmente madura a quien puedes rendir cuentas en esta área de tu vida.

“Asimismo, las ancianas deben ser reverentes en su conducta: no calumniadoras ni esclavas de mucho vino, que enseñen lo bueno que enseñen a las jóvenes a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos, a ser prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada” TITO 2:3-5

5. Utiliza tus dones y talentos en servicio a Dios, sustituyendo el tiempo que antes invertías en las telenovelas.

“Si alguno me sirve, que me siga; y donde yo estoy, allí también estará mi servidor; si alguno me sirve, el Padre lo honrará.” Juan 12:26

“Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto” Romanos 12:2.

El Evangelio tiene el poder de transformar nuestro corazón para así vivir una vida de santificación y glorificar el nombre del Señor. Amada, te animo a tomar una decisión rotunda sobre lo que permites invadir tu mente y ocupar tu tiempo. ¡Dediquémonos a la alimentación espiritual y el servicio a nuestro Señor!

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