Inicia el conteo regresivo, faltan solo dos días para darle la bienvenida al 2017. Miro a mi alrededor y aún me encuentro sentada en el vagón de la espera. En lo más profundo de mi corazón pensaba que quizás este sería el año en que llegaría el cumplimiento de esos anhelos insatisfechos, la respuesta a tantas oraciones pero no es así y no solo eso sino que son tantos lo que a mi alrededor parecen recibir su “premio” que se siembra en mí la duda de si Dios realmente me está escuchando. ¿Te has encontrado ahí? Es posible que hayas estado esperando por una pareja, por un hijo, un trabajo, por la conversión de algún familiar y te enfrentas a un cierre de año en el que Dios no te lo ha concedido.
¡No estás sola en el vagón de la espera!
El otro día leía que uno de los errores más comunes que cometemos es pensar que somos las únicas que estamos esperando. Al creernos solas ante el dolor de un anhelo no satisfecho tendemos a albergar cierto grado de victimización en nuestro corazón que nos lleva a sobreestimar las bendiciones de otro y olvidarnos de las nuestras. De esta lado del Cielo siempre estaremos esperando, anhelando, deseando algo y la realidad es que ninguna bendición nos llenará por completo hasta que veamos a nuestro Señor cara a cara. Así que todas estamos esperando y lo seguiremos haciendo hasta que Él regrese. C.S. Lewis decía
“Si encuentro en mí un anhelo de algo que en este mundo nunca encontrará satisfacción, la más probable explicación es que fui creado para otro mundo.”
Es posible que el próximo año recibas lo que ahora deseas pero la verdad es que dentro de poco nos sentaremos nuevamente en el vagón a esperar “algo”. Pero nuestra compañía va más allá de todos los creyentes que nos encontramos en la misma situación. Mediante la espera Dios mismo se muestra más claramente a nosotras.
¡Pon los ojos en el lugar correcto!
Enséñanos de tal modo a contar nuestros días que traigamos al corazón sabiduría. Salmos 90:12
Definitivamente demanda esfuerzo de nuestra parte el salir de nosotras mismos y lo que deseamos y ver más allá, quitar el zoom y ver el cuadro completo. Me gusta que el salmista dice: “enséñanos” y eso implica que tenemos que aprender, Dios tiene que ayudarnos a tener el enfoque correcto a la hora de cerrar este año. Y ya que el principio de la sabiduría es el temor del Señor ( Salmos 1:7) Él es el lugar correcto para poner nuestros ojos a la hora de analizar este año.
Una forma que me ha ayudado en lo personal a tener el enfoque correcto es ir a través del Salmo 103 y traerlo a mi propia vida… Te animo a tomar una libreta y comenzar:
Bendice, alma mía, al Señor,
y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides ninguno de sus beneficios.
Ve despacio y en oración pídele al Señor que te abra los ojos para ver Sus bondades para contigo este año.
¡Más de lo que mereces!
Si hay algo que he comenzado a aprender este año es a ver mi realidad en los términos de Dios y no en los míos. Ante nuestros ojos es muy fácil pensar que “la vida nos debe algo” que “merecemos más” o que no es justo que no tengamos esto o a aquello si para Dios es tan fácil concederlo.
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos,
ni vuestros caminos mis caminos —declara el Señor.
Porque como los cielos son más altos que la tierra,
así mis caminos son más altos que vuestros caminos,
y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Isaías 55:8-9
Algo que me encanta de subir en un avión es ver como todo se va volviendo más y más y más pequeño y puedo ver el “cuadro completo” o al menos una parte de él. Estar ahí arriba incapaz de ver bien ni un gran edificio me recuerda este pasaje de Isaías y me recuerda que yo no soy el centro del universo y mucho menos de los planes de Dios. Que Él nos haya escogido y salvado ya es por mucho, mucho más de lo que merecemos y de lo que a nuestros corazones pecaminosos se les hubiera ocurrido pedir.
¿Estás respirando?
Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré. Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca. Lamentaciones 3:22-25
Lo que hace que pudieras levantarte hoy y que lo hicieras durante todo el año, es la misericordia del Señor para contigo. Si estás respirando es la muestra más clara de que no han decaído Sus misericordias y qué asombroso es ver que lo siguiente a la afirmación de esa bondad aquí es : “Por tanto en Él esperaré”. Amada, es mi oración que podamos cerrar este año con corazones agradecidos y ojos abiertos a la grandeza de nuestro Señor. Él es mayor que cualquier cosa que podamos anhelar en esta tierra.
Toma un minuto y haz un breve recuento de Sus bondades para contigo este año. Da tu testimonio de eso compartiendo debajo en la sección de comentarios.
¡Bendecido 2017!
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