Señor, ayúdame a ser constante

Según el diccionario de la Real Academia Española, la constancia es la firmeza o perseverancia del ánimo en las resoluciones y en los propósitos. Sin embargo, en una sociedad que nos lleva como el microondas, que todo debe de estar listo en 2 minutos, es difícil mantener en muchas ocasiones el ritmo de las responsabilidades, y la constancia se va a pique.

Recurrentemente el apóstol Pablo hace alusión a la figura de los deportistas para ayudarnos en nuestra vida de fe, y esto no es casual, ya que los atletas evidencian una vida de constancia. Hoy me gustaría a través de una breve lista, guiarte para tener una vida más constante.

  1. Establece objetivos relevantes a la luz de la eternidad

Salomón, frustrado por haber probado todo lo que este mundo tenía por ofrecer y no encontrar gozo en ello, concluye que en este mundo no hay objetivo que satisfaga de forma duradera. Esa es la perspectiva terrenal de la vida, sin embargo, si nuestros objetivos son establecidos y vistos a través de la Biblia, se elevarán por encima del sol. Los objetivos profesionales, de familia, y aun los objetivos en los ministerios, deben tener el sustento de que son hechos para la eternidad. 

«Vi, además, que bajo el sol no es de los ligeros la carrera, ni de los valientes la batalla; y que tampoco de los sabios es el pan, ni de los entendidos las riquezas, ni de los hábiles el favor, sino que el tiempo y la suerte les llegan a todos. Porque el hombre tampoco conoce su tiempo: como peces atrapados en la red traicionera y como aves apresadas en la trampa, así son atrapados los hijos de los hombres en el tiempo malo cuando este cae de repente sobre ellos». -Eclesiastés 9:11-12

  1. Enfócate en lo importante

El libro de John Bunyan, «El progreso del peregrino», claramente deja ver cómo en un mundo tan lleno de distracciones es fácil perder el foco, y la raíz de la inconstancia es justamente la pérdida del enfoque. Jesús, conociendo esta realidad de nuestras vidas, nos enseña a través del Evangelio de Mateo cuál debe ser el foco de nuestras vidas: el reino de Dios y Su justicia, y Él se encarga de las añadiduras.

Si invertimos ese orden y el enfoque es en la añadidura, el resultado será una vida llena de preocupaciones, así lo ilustra Jesús en la parábola del sembrador, con las semillas que cayeron entre espinos.

  1. Un día a la vez

Mateo 6:34: «No se preocupen por el día de mañana». El efecto «mecedora» es tener la percepción de que me estoy moviendo, pero no avanzo. De esa forma luce tratar de controlar lo que va a pasar mañana; pierdo mi día de hoy por cosas que no puedo controlar del día de mañana.

  1. Bástate en Su gracia

Hay que reconocer que Dios es suficiente, y depender de Él me ayuda en mi constancia, saber que el resultado no depende de mí y que si fallo, Él me sostiene, me previene de las frustraciones. Recordemos que en nuestra debilidad Su poder se perfecciona en nuestras vidas.

«Y Él me ha dicho: “Te basta Mi gracia, pues Mi poder se perfecciona en la debilidad”. Por tanto, con muchísimo gusto me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí». -2 Corintios 12:9

  1. La constancia no es el fin, es el medio.

Ser constantes no se puede convertir en nuestro dios. Su gloria es nuestro fin, la constancia es el medio por el cual diariamente vamos a glorificar Su nombre. 

Mi querida joven verdadera, cada tarea que nuestro Dios nos ha dado, también conlleva el propósito de crecer, madurar y ser semejantes a Cristo. Este es el fin principal, pero trae la maravillosa garantía y recompensa de que nuestro trabajo no será en vano.

«Por tanto, mis amados hermanos, estén firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que su trabajo en el Señor no es en vano». -1 Corintios 15:58

¿Estás dispuesta a entrenarte para ser constante en lo que Dios ha puesto en tus manos? 

¡Confío que sí! Oro a Dios que permita este anhelo de tu corazón.

¡Dios te bendiga!

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Sobre el autor

Yanoret Genao

Yanoret Genao

Hija redimida, sierva por amor. Esposa y madre de tres tesoros hermosos. Con una pasión por enseñar y guiar a las adolescentes y jóvenes a atender el llamado de Dios para el cual fueron creadas.

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