Levantando a mi esposo

¡Cuán difícil ha sido para mí abstenerme de descalificar a un hombre que se siente deprimido! Pues tengo la certeza de que si en medio de su tristeza o decepción recibe descalificación de mi parte seria como una estocada en su pecho que lo enterraría mucho más hondo que las circunstancias que está experimentando.

Mi esposo perdió su empleo y una serie de circunstancias, que Dios ha permitido en su vida, han ocasionado en él, profundos sentimientos de tristeza, cansancio, falta de iniciativa, deseos de dormir todo el tiempo y una ausencia emocional de su familia. Tengo la firme convicción que mi rol en esta etapa de su vida es sostenerlo:


"Porque si uno de ellos cae, el otro levantará a su compañero; pero ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante!" (Eclesiastés 4:10 LBLA)


Mi compañero ha caído y ahora me toca a mí levantarlo, ¡no enterrarlo más con mi descalificación! Los primeros días de su crisis estaba clara de mi rol y con energía estaba dispuesta a cubrir todos los baches que su estado de ánimo estaba dejando en la familia; sin embargo, unas semanas más tarde me encuentro cansada, y siento que pesan sobre mí los vacíos emocionales que su crisis está dejando en mi vida.

Justo es el momento ideal para ir a Sus pies, para acercarme a Cristo y satisfacer mis necesidades en Él, sentir que mis fuerzas son renovadas para seguir adelante levantando a mi compañero hasta que la crisis termine.

No es tan fácil mantenerse enfocada cuando la crisis golpea por tiempo prolongado en nuestras vidas, cuando pasan los días y dices: '¡siento que no puedo más! ¡Estoy cargando demasiado!' De nuevo, es el momento de ir a Sus Pies y recibir la provisión perfecta, en Él estamos completas y tenemos todo lo que necesitamos.

Realmente no sé cuándo terminará esta crisis, no sé cuántas veces tendré que ir al Señor a buscar la provisión que necesito, lo único que sé es que estoy dispuesta a ir a Él todas las veces que sea necesario:

"Y si alguien puede prevalecer contra el que está solo, dos lo resistirán. Un cordel de tres hilos no se rompe fácilmente". (Eclesiastés 4:12 LBLA)

¿Por qué dices, Jacob, y afirmas, Israel: Escondido está mi camino del SEÑOR, y mi derecho pasa inadvertido a mi Dios? ¿Acaso no lo sabes? ¿Es que no lo has oído? El Dios eterno, el SEÑOR, el creador de los confines de la tierra no se fatiga ni se cansa. Su entendimiento es inescrutable. El da fuerzas al fatigado, y al que no tiene fuerzas, aumenta el vigor. (Isaías 40:27-29 LBLA)

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