Criando a nuestros hijos con los ojos en el cielo

Temas: Crianza, Familia, Maternidad

Como madres, Dios nos ha encargado a nuestros hijos para criar sus cuerpos o educarlos, alimentarlos, vestirlos y todo lo que corresponde a un correcto crecimiento físico, pero también mental y espiritual. En este episodio estaremos conversando sobre un tema que es un reto enorme cuando hablamos sobre la crianza de los hijos: la adicción a las pantallas.

Frases destacadas del episodio de hoy:

La adicción a las pantallas en niños muy pequeños es obvia. Puedes estar en cualquier lugar, y si el niño no tiene un video con música, con personajes animados, o si se lo quitas mientras decides que ya es suficiente, lo que vas a encontrar es una gran rabieta.
Los niños aprenden con el ejemplo. Muchas veces somos las madres las que primero modelamos el estar muy pendientes de publicaciones, de diferentes cosas que vemos en las redes.
Como adultos, nosotros …

Frases destacadas del episodio de hoy:

La adicción a las pantallas en niños muy pequeños es obvia. Puedes estar en cualquier lugar, y si el niño no tiene un video con música, con personajes animados, o si se lo quitas mientras decides que ya es suficiente, lo que vas a encontrar es una gran rabieta.
Los niños aprenden con el ejemplo. Muchas veces somos las madres las que primero modelamos el estar muy pendientes de publicaciones, de diferentes cosas que vemos en las redes.
Como adultos, nosotros tenemos un cerebro desarrollado, pero el niño no. Y en esta edad, las pantallas activan lo que se llama una recompensa inmediata, y eso genera impulsividad en los niños y falta de autocontrol.

Importancia de la corteza prefrontal

El niño pequeño, durante sus primeros años, no tiene esta parte madura.
El cerebro, con esta parte, es lo que nos hace realmente humanos:
Porque regula nuestra atención.
Ahí es donde se toman las decisiones.
Ahí está el autocontrol.
Ahí se regula la empatía y la reflexión.

- El movimiento y las luces producen una sobreestimulación, al igual que el sonido, en esta área, cuando los niños son muy pequeños.

- Las pantallas activan el sistema de recompensa inmediata, entonces, los niños se vuelven impulsivos y poco tolerantes a la espera. Se frustran con mucha facilidad cuando no tienen esos estímulos constantemente de sonido, de movimiento, de luces.

¿Qué puedes hacer como mamá?

Modelar con tu ejemplo:

Vive una vida poco dependiente de las pantallas.
Estimula a tus hijos a tener conversaciones, a jugar juegos de mesa, a leer, a vivir en familia, y a tener comunión con otros niños sin estar adictos a la pantalla.
Háblales cara a cara, sin presencia digital.

¿Cuál es la importancia que podemos ver en tomar medidas con esto?

En vez de evitar que nuestros hijos se aburran y que estén al tanto con los últimos programas o muñequitos o canciones, debemos ser sabias en el tiempo que le dedicamos a esto.
Nuestros hijos tienen un mundo interior que necesita ser estimulado. Dios nos ha concedido a nuestros hijos, no solamente como personas físicas, sino para guiarlos y entrenarlos en los caminos del Señor.
La palabra debe ser lo que controle sus emociones, pero eso necesita tiempo, enseñanza y requiere ser modelado.
Mamá, este es tu papel: guiar a tus hijos, instruirlos, hablarles de Cristo todo el tiempo y guiarlos en la vida, pero no usar la pantalla como una niñera, una nana emocional.
¡Hay que dejar que los niños se aburran! Cuando ellos se aburren, empiezan a desarrollar la creatividad en los juegos.
El problema es cuando la pantalla es simplemente un entretenimiento para poder hacer otras cosas. Nuestros hijos necesitan nuestra presencia sobre todas las cosas.
Si bien las pantallas son lícitas, no convienen en todo momento. Vamos a dar cuenta un día delante del Señor por las vidas de nuestros hijos, por lo que formamos en ellos, por las personas en que ellos se han convertido.
Es cierto que nuestros hijos tomarán sus propias decisiones, pero en el camino de los primeros años, nosotras somos clave. Entonces no podemos dejar que ellos decidan cuándo y cómo quieren hacer las cosas.
Mamá, recuerda: eres el ejemplo para tus hijos. Si ellos no te ven a ti llevando una vida conforme a lo que estás predicándoles, entonces las palabras van a caer en un saco roto. El Señor te dará la gracia para criar conforme a Su corazón, con nuestros ojos puestos en el cielo.