Para siempre, oh SEÑOR, tu palabra está firme en los cielos. – Salmos 119:89
Todas nosotras hemos experimentado el dolor que viene cuando ponemos nuestra esperanza en la fuente equivocada.
Hemos esperado en una relación que nos satisfaga, solo para verla terminar.
Hemos esperado en una dieta nueva que nos arreglaría, solo para descubrir que aún estamos viviendo en un cuerpo caído.
Hemos esperado un cambio de temporada que nos hará salir de nuestros miedos, sólo para descubrir nuevas fuentes de desaliento.
Y aún, hay una fuente de esperanza que no nos fallara, una fuente de esperanza que nunca se puede secar.
La Palabra de Dios es esa fuente. Ahora y por siempre lo será.
Entre muchas otras razones, el salmista nos recuerda que podemos tener esperanza en la Palabra de Dios a causa de su permanencia.
«Para siempre, oh SEÑOR, tu palabra está firme en los cielos» (Salmos 119:89)
En un mundo donde todo está perpetuamente cambiando, la Palabra de Dios permanece constante. Funciona como la Estrella del Norte, dándonos un punto permanente donde buscar esperanza.
No importa qué curva turbulenta la vida te arroje.
No importa qué arena movediza esté bajo tus pies.
No importa qué otra cosa cambie.
Tú puedes tener esperanza, porque la fuente de toda esperanza —la Palabra de Dios— no cambia.
Reflexiona y responde:
Lee Salmos 119.
- ¿Qué verdades llenas de esperanza encuentras en este Salmo?
- Recuerda un tiempo en el que fuiste tentada a desesperarte, pero la Palabra de Dios te dio esperanza.
- ¿Cómo puedes recurrir a la Palabra de Dios con más frecuencia en los días que vienen por delante?
Ve profundamente:
- Escucha el programa de radio en Aviva Nuestros Corazones «Un alfabeto de oraciones» para aprender más acerca de Salmos 119.
- ¿Piensas que es imposible memorizar la Palabra de Dios? Te animamos a leer este artículo Ya no más «la reina del fracaso» en la memorización de la Palabra
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