Día 191 | Proverbios 29 – 31
Hoy llegamos al final del libro de Proverbios, y ha sido una enorme bendición escudriñar nuestros corazones para vivir conforme a Su propósito. Deseo que este recorrido por el libro de Proverbios te haya dejado con ganas de seguirlo leyendo para profundizar más en el carácter de Dios.
Proverbios 29:1, en la versión Reina Valera, dice «duro de cerviz»; cuando escucho este término del Antiguo Testamento, tiendo rápidamente a asociarlo con los israelitas del exilio, nunca conmigo misma, ¡qué advertencia tenemos en este versículo! Que alguien que, después de mucha reprensión se pone terco, será quebrantado… Entonces, debo parar y reflexionar.
Ser de dura cerviz o ponerse terco, es endurecerse contra Dios, consentir la necedad, quedarnos en la terquedad de nuestro corazón, caminar en nuestra propia sabiduría e ir en contra de Dios. En Proverbios 1:24, el Señor ya nos ha advertido: «Porque he llamado y han rehusado …
Hoy llegamos al final del libro de Proverbios, y ha sido una enorme bendición escudriñar nuestros corazones para vivir conforme a Su propósito. Deseo que este recorrido por el libro de Proverbios te haya dejado con ganas de seguirlo leyendo para profundizar más en el carácter de Dios.
Proverbios 29:1, en la versión Reina Valera, dice «duro de cerviz»; cuando escucho este término del Antiguo Testamento, tiendo rápidamente a asociarlo con los israelitas del exilio, nunca conmigo misma, ¡qué advertencia tenemos en este versículo! Que alguien que, después de mucha reprensión se pone terco, será quebrantado… Entonces, debo parar y reflexionar.
Ser de dura cerviz o ponerse terco, es endurecerse contra Dios, consentir la necedad, quedarnos en la terquedad de nuestro corazón, caminar en nuestra propia sabiduría e ir en contra de Dios. En Proverbios 1:24, el Señor ya nos ha advertido: «Porque he llamado y han rehusado a oír, he extendido mi mano y nadie ha hecho caso». Y Proverbios 6:15 dice: «Por tanto, su desgracia vendrá de repente; al instante será quebrantado, y no habrá remedio». ¡Oh Señor! Qué tremendo sería estar lejos y en Tu contra.
Abramos nuestros ojos y oídos, y dispongamos nuestro corazón a amar Su sabiduría y Su Palabra. Seamos hacedoras, sigamos los consejos, aceptemos sus amonestaciones y vivamos una vida que refleje reverencia y confianza en Dios. Su Palabra es la que nos instruye, es a través de ella que podremos tener fe, porque la fe es por el oír y el oír por la Palabra de Dios dice Romanos 10:17, y es lo único mediante lo cual nuestra mente y corazón podrán ser renovados y alejados de la necedad que nos lleva a la destrucción. No hay nada más necio que no confiar en Dios.
¿Cuán seriamente tomas las advertencias del Señor? ¿Cuánto anhelas andar en Su sabiduría?
Proverbios 30
A este capítulo se le ha llamado «el más difícil» de todo el libro de Proverbios. ¿Quién es «Agur, hijo de Jaqué»? ¿Es un nombre o es un adjetivo? Parece que Agur era un hombre sabio, o algunos dirán que este nombre significa «compilador». Debemos recordar que aunque solo aparece una única vez, es voluntad inspirada por Dios que su nombre sea parte de Su Libro.
¿No te parece que el inicio de este capítulo es semejante al final del libro de Job? ¿Recuerdas cuando Dios desafía a Job con una serie de preguntas que tienen la finalidad de demostrar la grandeza del Señor, comparada con las limitaciones de la mente y de la capacidad del hombre? «¿Dónde estabas tú cuando yo echaba los cimientos de la tierra? Dímelo, si tienes inteligencia…», dice Job 38:4. Podemos saber mucho, pero solo Dios nos da la inteligencia que verdaderamente es buena.
Agur hace peticiones a Dios, que son las mismas oraciones que hoy podríamos poner ante el Señor:
Oh Dios, hazme una persona piadosa y mantenme honesta, dependiente y con un corazón humilde que reconozca tu sabiduría. Oh Señor, que tu me hagas permanecer fiel. Oh mi Dios, hemos visto que aún hay maldad en nosotras, que nuestro corazón persiste en el pecado, pero hoy recordamos cuánto amor manifiestas al ser un Dios fiel con nosotras que te buscamos y reconocemos, esperando en tus tiempos y creyendo en tu bondad. Amén.
Proverbios 31
Estos últimos proverbios son mensajes prácticos de conducta moral, aplicables a la vida, destinados a los hijos, a los jóvenes y a todo hombre o mujer de Dios que quiere vivir bajo juicios morales basados en amor a Dios y al prójimo, cumpliendo el contenido de la ley y los mandamientos.
Cuando incorporamos estos proverbios a nuestra vida, hacemos lo mismo, amamos a Dios y le obedecemos, amamos al prójimo y modelamos la vida que, al morir, Cristo compró a alto precio; una vida redimida, que muestra la paz, la sensatez y la cordura que no seríamos capaces de mostrar fuera de Él.
Finalmente hemos llegado al acróstico de proverbios dirigido o dedicado a la mujer virtuosa. ¡Cuánto batalla mi corazón! A veces lucho con verla tan lejana y diferente, pero otras veces me entusiasma saber que este es un llamado a mi vida, que no sería posible lejos de Cristo; y como estoy en Él, es posible. ¿Acaso no es todo posible para Dios?
En todos estos versículos hay uno que me entusiasma cada mañana (lo tengo en un recuadro en la pared junto a mi cama): «Fuerza y dignidad son su vestidura, y sonríe al futuro».
Solo de Cristo vendrá hoy la fuerza que necesitamos para ser la mujer que nos llama a ser; aun en la debilidad, encontraremos fortaleza. ¡Qué ese sea nuestro vestido hoy! ¡La fuerza del Señor!
Puedo ser responsable, sobria y respetuosa de otros, porque Cristo mora en mí y, hermana, mora en ti. Podemos abrazar nuestro diseño y llamado aun cuando sea difícil y cansado. Porque Dios es quien nos fortalece, quien nos levanta. Es posible, ¿estamos listas? Sí, Señor, estamos listas para enfrentar este día junto contigo, en Ti y para Ti, porque Tú y solo tú, nos vistes de dignidad.
Hermana, la Palabra de Dios es verdadera, así que, levantémonos y edifiquemos el cuerpo de Cristo, ahí donde Él nos ha llamado, y seamos esas mujeres que Dios creó para reflejar Su gloria. La mujer virtuosa de Proverbios 31 se cultiva cada día en cada acto de fidelidad a Dios que procede de un corazón que lo ama y busca apasionadamente y sin cesar. ¿Eres tú?
Resume con tus palabras el mensaje de estos capítulos.
¿Cómo estos pasajes te apuntan a Cristo?
Transforma lo que aprendiste en una oración.
«El temor al hombre es un lazo, pero el que confía en el Señor estará seguro». -Proverbios 29:25
*Ofertas disponibles solo durante la emisión de la series de podcast.
Únete a la conversación