Nosotras amamos lo que nos resulta familiar. Es probable que nos sentemos en el mismo lugar domingo tras domingo en la iglesia y que ordenemos el mismo plato en el mismo restaurante cada vez que salimos a cenar. Esta es la razón por la cual cuando sentimos que el Espíritu Santo nos está inquietando en salirnos de nuestra zona de confort (y no estoy hablando acerca de escoger comida italiana en lugar de mexicana para cenar), no muchos de nosotros somos muy prontos a decir que «si».
En el devocional de hoy, Nancy nos comparte sobre un fragmento del libro de Cantar de los Cantares, y nos resume la historia acerca de un rey quien escoge no casarse con una mujer de alcurnia sino más bien con una humilde sierva.
Dios en un día alteró completamente el mundo de esta chica y todo cambió. Desde ese momento en adelante, ella dijo «todas las generaciones me dirán bienaventurada». Y nosotros, como miembros de una de esas generaciones futuras, más de dos mil años después, podemos dar fe de la exactitud de esa declaración. Su relación con Jesús le dio a su vida un significado genuino.
Dios hizo lo que que la chica pensó que nunca pasaría. Él la escogió a ella para salir de su zona de confort y hacer algo que le traería gloria a Él. «Cuando piensas en ti misma y en tus posibilidades de hacer una gran diferencia en el mundo», Nancy escribe, «puede que veas a una persona ordinaria sin muchas habilidades, ni un futuro prometedor o características especiales. Nada de especial...Tener una relación con el Dios de los cielos hace que cualquier vida sea extraordinaria y eso es todo lo que necesitas para tener una vida extraordinaria.»
La canción de María hace eco a lo que está registrado en Cantar de los Cantares. Ella pasó de ser una jovencita ordinaria a ser la madre del Salvador. Ella dice: «Porque ha mirado la humilde condición de esta su sierva; Pues desde ahora en adelante todas las generaciones me tendrán por bienaventurada» (Lucas 1:48).
Un llamado a servir
Hay muchas formas en las que podemos servir en nuestras casas, iglesias y comunidades. Pero a veces pensamos que si algo no está en nuestra torre de control, no podemos hacerlo. Así que aquí está nuestro reto del día: encuentra una formas de servir en tu iglesia de maneras en las que no lo hayas hecho antes.
Sí, es probable que sea extraño o incómodo, pero alguien en la iglesia que haga cierto servicio, le encantará tener una ayuda extra. Quizás puedes ofrecerte de voluntaria a servir en el cuidado de niños un domingo para que alguien que sirve en este ministerio pueda disfrutar de un servicio de navidad ese domingo junto a su familia. O tal vez, si tu iglesia es pequeña, ayuda a ese hermano o hermana que limpia la iglesia antes del servicio del domingo. También puedes ayudar a la secretaria de la iglesia a doblar los boletines de información o al director de alabanza a hacer la presentación de las canciones para el programa especial de Navidad.
Hay muchas formas de involucrarnos cuando creemos que Dios usará nuestros corazones dispuestos. ¿Dónde vas a servir durante esta época?
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