Día 118 | 1 Crónicas 3 – 5
«Jabes invocó al Dios de Israel, diciendo: “¡Oh, si en verdad me bendijeras, ensancharas mi territorio, y Tu mano estuviera conmigo y me guardaras del mal para que no me causara dolor!”. Y Dios le concedió lo que pidió». - 1 Crónicas 4:10
Hermanas, nuestras oraciones son las expresiones de lo que hay en nuestro interior, en nuestro corazón y de lo que realmente creemos. Reflexionemos sobre las enseñanzas que encontramos en la oración de Jabes.
- «Jabes invocó al Dios de Israel». Jabes clamó y llamó por Su nombre al Señor mostrando que solo de Él podría venir la ayuda que necesitaba. Jabes reconoció que no podía seguir adelante sin Él y que el Dios de Israel era el único Dios verdadero, pues le oró a Él y no a los dioses de los demás pueblos.
- «Oh, si en verdad me bendijeras». Jabes también …
«Jabes invocó al Dios de Israel, diciendo: “¡Oh, si en verdad me bendijeras, ensancharas mi territorio, y Tu mano estuviera conmigo y me guardaras del mal para que no me causara dolor!”. Y Dios le concedió lo que pidió». - 1 Crónicas 4:10
Hermanas, nuestras oraciones son las expresiones de lo que hay en nuestro interior, en nuestro corazón y de lo que realmente creemos. Reflexionemos sobre las enseñanzas que encontramos en la oración de Jabes.
- «Jabes invocó al Dios de Israel». Jabes clamó y llamó por Su nombre al Señor mostrando que solo de Él podría venir la ayuda que necesitaba. Jabes reconoció que no podía seguir adelante sin Él y que el Dios de Israel era el único Dios verdadero, pues le oró a Él y no a los dioses de los demás pueblos.
- «Oh, si en verdad me bendijeras». Jabes también reconoció que toda buena dádiva, bendición y provisión proviene solamente del Señor. Pues la verdadera bendición es la que viene del corazón de Dios, de Su voluntad, y no de nuestros deseos que muchas veces giran en torno a los ídolos del yo y de nuestro placer. La verdadera bendición es la espiritual, la presencia de Dios en nuestras vidas, Su salvación, Su gracia, Su misericordia y Su amor.
- «Ensancharas mi territorio, y tu mano estuviera conmigo». Como casi todo ser humano, Jabes quería prosperar y crecer, pero quería hacerlo en Dios y con Dios, no confiando en sus fuerzas o capacidades. Jabes deseaba la presencia del Señor en su vida, más que cualquier otra cosa. En la versión Nueva Traducción Viviente leemos: «Te ruego que estés conmigo en todo lo que haga», es decir, Jabes quería que Dios fuera el centro de su vida.
- «Líbrame de toda dificultad que me cause dolor».Finalmente, Jabes reconoce que este mundo está caído por el pecado, lleno de dolor y que solo Dios tiene el poder para sanarlo. Jabes fue sincero con Dios al expresarle sus temores y a Él le agrada cuando somos transparentes y sinceras. Recuerda que en medio de las aflicciones, Él enviará Su Palabra para consolarte, fortalecerte y sostenerte; pero, ¡gracias a nuestro Padre que nos ha liberado del mayor dolor que puede experimentar un ser humano: vivir una eternidad sin Él!
- ¿Quiénes son los personajes?
- ¿Cuáles son las circunstancias de los personajes?
- ¿Qué te enseña esta historia acerca de Dios y Su obrar?
- ¿Qué te enseña acerca de tu propio corazón? ¿Qué cambios necesitas hacer?
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